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sábado, 30 de diciembre de 2023

NEGOCIO REDONDO

 Para el imperialismo estadounidense, a diferencia del nazi-fascismo, la guerra no es un ideal, sino un negocio. El fascismo italiano no se fijaba en el precio y fue a hacer el ridículo en Etiopía. El nazismo no reparaba en vidas y era capaz de autoinmolarse.

       Desde la invasión de 1989 a Panamá se demostró que los hechos habían tenido lugar no con "el dinero de nuestros impuestos", sino con lo saqueado en unos dos años previos de embargo. Ahora está sucediendo que el conflicto en Ucrania, pese a que ya está en buena medida perdido para los ucranianos, debe arrojar alguna ganancia, o al menos evitar costos. Desde hace rato, mientras calla el encargado de la política exterior de la Unión Europea (UE), la Comisión Europea, que es la que manda, a través de la comisionada Ursula von Der Leyen, había propuesto que la ayuda suministrada a Ucrania se financiara no del "dinero de nuestros impuestos", sino de los activos rusos congelados a raíz de las sanciones. Entre los primeros en adherirse a la idea estuvo el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner (von Der Leyen es alemana).

        A final de cuentas, es un estilo probadamente estadounidense, considerando que Alemania tuvo que aceptar los costos de que Estados Unidos le torpedeara el suministro de gas ruso, incluido el Nord-Stream, un tranquilo sabotaje y acto de guerra impune. Estados Unidos sugirió recientemente que, con el Grupo de los Siete (G-7), podrían utilizarse como mínimo 300 mil millones de dólares de las reservas del Banco de Rusia y 200 mil millones de fondos de oligarcas sancionados, todo congelado en Occidente, para "liberar a Ucrania de la ocupación", o para "la reconstrucción de Ucrania", es decir, como subsidio para el alud de empresas lidereado por BlacRock que está involucrado en hacerse de las riquezas de Ucrania, tierras incluidas. La petición es que no haya corrupción, es decir, que el subsidio no termine en los bolsillos de oligarcas ucranianos. Es lo que han organizado el presidente estadounidense Joseph Biden y la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.

      Tal vez aparezca como algo normal: "Rusia se lo buscó", aunque las cosas cambian si, por ejemplo, Ucrania, incapaz de retomar algo del Este, ataca territorio ruso, como ha sucedido. En este caso, lo que sucede es que el dinero ruso, sea del Banco Central o de oligarcas,  sirve para atacar a Rusia o, dicho como es, que Rusia termina financiando que la agredan, sin que le cueste mayor cosa al agresor, siendo además los ucranianos los que ponen los muertos si hay represalias rusas. Es a tal punto que se ha suscitado uno que otro escándalo en un país como Bélgica, por ejemplo, donde el gobierno gasta "generosamente" en ayuda militar para Ucrania y acto seguido pide el reembolso a bancos con activos rusos congelados. En parte, también, Rusia paga lo que pueda haber de ataques contra sus tropas o contra habitantes rusoparlantes en el Este de Ucrania. Como negocio, no está nada mal: tal vez a Hitler, que aparece en este caso como alguien medio torpe, no se le habría ocurrido, él que quería para su "espacio vital" el granero de Europa -las mejores tierras de Ucrania- y el petróleo de Bakú (ya está, también).

      Parte del cálculo era que los oligarcas y el gobierno ruso se dividieran, un poco como en el episodio del grupo Wagner y Evgueni Prigozhin, pero no fue muy lejos. Más bien parte de los oligarcas trabaja ahora para el complejo militar-industrial ruso. Lo que tal vez suceda es que, para la próxima, al buscar a los principales socios extranjeros de Rusia, más allá de China, no se encuentre a Chipre, que, para malestar de la UE, significa no que haya algún intercambio entre rusos y chipriotas, sino que parte de los oligarcas rusos sacaba y volvía a meter a su antojo dinero de Rusia vía el sistema financiero chipriota. Es así como Chipre aparece como uno de los principales inversionistas en Rusia. Cerca de 100 oligarcas rusos siguen en esta forma de "hacer negocios con sí mismos". Es arriesgado, y habría que saber si quienes escogieron seguir cercanos al gobierno ruso no podrían convertirse más en hombres de negocios "normales" -la burguesía que Rusia no ha tenido- que en oligarquía con ribetes aristocráticos y mafiosos. A ver (da click en el botón de reproducción).



martes, 26 de diciembre de 2023

A PASO DE CANGREJO

 No es tan infrecuente que haya gente que piense que "algo no va" en el mundo actual, o incluso que empeora. No es exactamente así, aunque lo cierto es que no hay alternativa al capitalismo, sin que sea posible predecir hasta cuándo.

      A grandes rasgos, hoy se dan muchos menos conflictos armados que en el pasado, en particular durante el siglo XX, y hay menos riesgo de conflicto nuclear, en particular por la supremacía rusa en este terreno, garante de paz para un buen rato. Los escasos conflictos -en Ucrania o en Gaza- son limitados, pese a la alharaca de los grandes medios de comunicación masiva y su manera de hacer sensacionalismo con algún supuesto apocalipsis y la invención de "amenazas". Cuando no es una cosa (el terrorismo, por ejemplo), es otra (la "guerra mundial", por ejemplo). Los medios hacen su agosto y al rato se olvidan las cosas.

      El nivel de vida en general es mejor que el del pasado: ha aumentado la esperanza de vida al nacer, mucha gente vive más tiempo (aunque también algunos son sorprendidos por enfermedades graves a edades más o menos tempranas), ha disminuido de manera importante la pobreza extrema (cayó de 35 % en 1990 a 10 %en 2015), y las posibilidades y diversidad de consumo son mayores que en el pasado. En términos generales, las sociedades tienen acceso a una vida relativamente más cómoda con "equipamientos" antes desconocidos, desde electrodomésticos hasta teléfonos celulares, pasando por televisores, incluyendo el acceso a internet, aunque desigualmente repartido. El "elemento histórico-moral" de la fuerza de trabajo ha operado, a grandes rasgos, en beneficio de ésta. Desde el punto de vista del consumo de masas, el mundo de hoy es más igualitario que antes, cuando lujo y escasez no admitían demasiado términos medios. Así, desde el punto de vista material general, incluyendo la urbanización masiva, las posibilidades de hoy eran inimaginables hasta hace medio siglo o tal vez un poco más. Cabe agregar la mejoría en el transporte, también en términos generales. Se trata de adelantos técnicos que han cambiado la faz de la tierra, primero a ritmo lento, desde finales del siglo XVIII, luego un poco más rápido, desde finales del siglo XIX, y de manera acelerada desde mediados del siglo XX. Aún queda por ver cómo se introducen la inteligencia artificial, las energías renovables y algunas cosas más, como la robótica, que ya están a la vuelta de la esquina. Aunque no sea del todo exacto decirlo, todo este progreso, que impide decir cosas como "el mundo siempre ha sido de tal o cual manera" o hablar de alguna "naturaleza humana" inmutable, es asociado con el capitalismo que, además, ofrece "inclusión".

     Desde otro punto de vista, también favorable al capitalismo, pese al entusiasmo de algunos dirigentes rusos no hay transición a un mundo multipolar, y tampoco existe uno unipolar. La "tríada" Estados Unidos-Unión Europea (UE)- Japón impera en el mundo sólo desafiada (dejando de lado la ventaja hipersónica militar rusa) por la capacidad comercial de China, que por lo demás es lo principal del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). La hegemonía de la Tríada, cuando actúa de común acuerdo y no hay "disrupciones" como la estadounidense del presidente Donald J. Trump, es incuestionable y no tiene bloque enfrente, pese a la buena relación entre Rusia y China. Dicha hegemonía no está exenta de problemas e incluso de declive relativo, pero otro hegemón comparable a Estados Unidos es una imposibilidad. China no tiene la capacidad, aunque sí la de crear un "condominio comercial" China-Estados Unidos, a reserva de lo que depare la evolución china, novedad e incógnita desde principios del siglo XXI. Es posible pensar que la Tríada representa un "estadio último" de evolución del imperialismo.

      Con lo dicho, se cree, de lo que hay, habida cuenta de lo gigantesco del cambio en medio siglo o un poco más, que es "demasiado grande para caer", por lo que durará, pero también, desde otro punto de vista, que es "demasiado grande para sobrevivir". Ambas lecturas son posibles, dependiendo de qué se trate exactamente.

     No puede decirse exactamente que este gigantismo se haya acompañado de deshumanización, salvo que se crea que "todo pasado fue mejor". Al mismo tiempo, como lo alertara desde los años '90 el historiador británico Eric Hobsbawm, lo que no va es que, bien observadas las cosas y fuera de toda ilusión, hay cimientos de la vida humana que están afectados, sin que sea ninguna solución un "transhumanismo" limitado. Se ha perdido de vista lo que hace humano al ser humano, algo que no está dado al nacer ni por el sólo hecho de la vida: no es la deshumanización de antaño, ni siquiera (pese a epidemias o al cambio climático) un tiempo de pestes, plagas y hambrunas, o de guerras (de 30 años o de 100 años) como en la Edad Media o la Antiguedad, sino de contradicción. Hay cosas adquiridas en términos individuales, que no existían antes, pero también tendencia a que el negocio, y con él, el egoísmo, se propaguen y se naturalicen, a costa de la sobrevivencia de las sociedades como tales. Para decirlo de otro modo, se trata, en medio de la inseguridad y la precariedad constantes, de un proceso de "descivilización" en el que la deshumanización es propiamente capitalista, al desconocer todo lo que no sea ganancia, en todos los niveles, llegando a la confusión entre lo humano y lo que es negocio, palabra que viene de "lo que no es ocio":. No se trata entonces de autoayuda, ni de emprendedurismo, ni de religión, etcétera, sino de que se ve como tiempo perdido cualquier forma de dedicación a humanizarse y humanizar  el lazo social. Así, la deshumanización específicamente capitalista -instrumentalización pura y simple del otro, que puede tener también de ventaja que adquirir, como reminiscencia precapitalista- no considera la vida como algo inacabado que requiera de perfeccionamiento, de aprendizaje (de donde la destrucción de la educación en todas sus formas, hasta en cortesías elementales). Si se trata de negocio y ganancia, se instala la competencia de todos contra todos. Impera la desconfianza última, de fondo, el nihilismo que no cree en las posibilidades de humanización, y que desemboca en la indiferencia, al grado de la incapacidad para la valoración de lo que no sea ser "a todo recibir". 

     No es que "no hay valores", sino que hay un valor supremo, el negocio, "lo que hay que tener", "lo que hay que tratar", desconociendo lo demás al grado de que ya no se vea. La competencia por el estatus se vuelve así de una inmisericordia que se teme y al mismo tiempo se practica. La "descivilización" puede llevar a la pérdida del sentido, y en particular del sentido ya señalado, el de humanización. La misma competencia, con su "yo estoy bien, tu estás mal", no sólo no tiene ya en cuenta la creencia religiosa en el "prójimo" (el "próximo", que en el fondo también es alguien potencialmente "explotable"), ni el "semejante", sino que no discierne entre humano e inhumano, menos si no tiene la necesidad de hacerlo. Tiene que seguir adelante este proceso de descomposición social, al que cada uno busca escapar por cuenta propia ("sálvese el que pueda, pero yo primero"), al punto límite en el que no sea lo primordial "la libertad" y "el derecho de", sino la necesidad de que llegue a más consciencias la percepción de que lo existente "no es vida". No puede esperarse hoy responsabilidad, compromiso, lealtad, gratitud ni nada que sea sólido, porque "todo lo sólido se deshace en el aire y todo lo sagrado es profanado" (Marx), salvo el sacrosanto negocio. No es para siempre ni vida lo que de todos modos percibe la conciencia: la desconfianza, el fraude y la estafa, la sorpresa de la doblez, la indiferencia, la insensibilidad, etcétera, para quienes tienen la fantasía de inclusión por un camino u otro y encuentran fácil, por mayoritario, hacer caso omiso de alternativas. Para que funcionara, el capitalismo tendría que ser el primer modo de vida exento de contradicciones: esto significa, qué curioso, si es que la contradicción es la que lleva al movimiento, el primer y último punto muerto de la Historia. Francis Fukuyama se lo creyó un momento ("el fin de la Historia"), sólo para constatar que sería "el fin del Hombre". En fin, que la creencia en que está la solución para todo -tampoco lo está en el socialismo- no es más que un fantasma, eso sí, con toda libertad de creerse que con no contradecirlo sabrá recompensarlo. Ciertamente, dice la canción "que la vida es triste/si no la vivimos con una ilusión", así sea la de creer estar en la realidad y que el iluso es el otro (da click en el botón de reproducción). Cualquiera habrá notado cómo "todo cambia" en el mundo actual y, a fin de cuentas, nada se mueve mucho, cuando no se pudre. A toda prisa a ningún lado.


viernes, 22 de diciembre de 2023

QUÉ TIEMPOS AQUÉLLOS

 Ya han sido varios en México los que, queriendo reivindicar la guerrilla urbana de la Liga 23 de septiembre en los años '70, la han idealizado, lo que le costó un cargo al historiador -no malo, por lo demás- Pedro Salmerón (se había referido a los de la Liga como "jóvenes valientes"). De la misma manera en que Ángeles Magdaleno Cárdenas hizo muchísimo por esclarecer el 68, sin que se lo reconociera el jet set del mundillo universitario ni el de las "Comisiones de la Verdad", la argentina  (luego argenmex) Pilar Calveiro, que lo vivió en carne propia en Argentina, describió la frecuente dinámica oscura y militarista de las guerrillas armadas de izquierda, lo que Cuba no quiso hacer ni reconocer. No era nada más cuestión de "idealismo de jóvenes", sino algo más, que en su momento, como sobre el 68, contribuyó a difundir por ejemplo el periódico electrónico mexicano Eje Central. No se entiende que en sus libros de texto la NEM (Nueva Escuela Mexicana) persista en el error, fabricando desde muertos inexistentes en el 68 hasta más valentía en la 23 de septiembre o aventuras parecidas que, por cierto, como en el caso de "Los Enfermos" en Sinaloa, llegaron a la saña con policías. No es entendible tampoco que se pidiera del gobierno algo así como la no represión contra quienes lo desafiaban con armas, lo que no excusa la brutalidad gubernamental tampoco. Madre de un guerrillero de la 23, Rosario Ibarra de Piedra lo admitió al final de su vida, orgullosa, pero antes hacía campaña casi como si reivindicara a un inocente, que no lo era.

      Miembros de la Liga, pese a contactos con comunistas, tenían con frecuencia en realidad una formación religiosa, y más específicamente, jesuita, en particular en Monterrey, a partir de la labor "nueva" de la Compañía de Jesús en el Tecnológico de Monterrey y la Universidad de Nuevo León, entre otros movimientos con la Juventud Obrero Católica. Con estos antecedentes y los de la Liga Espartaco, por ejemplo (no todo eran las Juventudes Comunistas), es probable que "la revolución", al margen de cualquier análisis de la realidad, apareciera como "verdad revelada".

     Desafortunadamente, no les falta razón a quienes ven en muchas de estas guerrillas a Los demonios, de Fiódor Dostoievski. La forma de organización militarista y "compartimentada" facilitaba irresponsabilidades e infiltraciones, hasta llegar a situaciones no muy distantes de las narradas por Chesterton en El hombre que fue jueves. Se podía simpatizar con "la 23" y contar con alguna palanca del marido jesuita ligado a la secretaría de Gobernación, al grado de tener a ésta en la Liga. Cosas similares pasaban en otros países, por ejemplo en el Ecuador: personas guerrilleras de la alta sociedad se sentían impunes por esta pertenencia y con la creencia de que, en caso de problemas, alguien de alcurnia y buenas relaciones intervendría. La creencia en la invulnerabilidad poco tenía que ver con gobiernos dispuestos a reprimir sin miramientos. En la "compartimentación" se arriesgaban vidas de cuadros de abajo. Al final, era un mundo de catacumbas, que en algunos casos se prolongó hasta los años '80, o desembocó en prácticas deplorables como las de Sendero Luminoso en el Perú. Cabe decir que había excepciones, como en El Salvador, Nicaragua o en algunas guerrillas de Colombia. Poco tenían que ver muchos grupos armados con los comunistas, y sí más con lo que se conocía como "izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo", con el agravante de estar jalando del gatillo. Afortunadamente existen trabajos -ya se ha mencionado a Ángeles Magdaleno Cárdenas o a Pilar Calveiro- además de ecuánimes, valiosos, útiles a la historiografía en la medida en que evitan lo que han tratado de hacer algunos en la autodenominada 4T (Cuarta Transformación) mexicana: más mitos, a la manera de Salmerón o de Marx Arriaga, listo a lanzarse cuesta abajo desde el castillo de Chapultepec envuelto en hojas de libros de texto gratuitos. Por cierto que está también otro aporte, de Gregorio Ortega Molina, sobre el obispo que "dejó hacer, dejó pasar" en Chiapas. Era otra historia que conjugaba "acelere", religión y Gobernación. No es posible saber por qué hay quien recuerda las catacumbas -en las que más de uno dejó la vida- como una "época muy bonita". Si no eran salidas a bailar, sino a balear. Es preferible algo más edificante (da click en el botón de reproducción). !Feliz Vanidad!



jueves, 21 de diciembre de 2023

DE MITOTE EN MITOTE

 La candidata oficialista a la presidencia en México, Claudia Sheinbaum, está montada en la mentira, como ocurre con frecuencia con quienes se reclaman como herederos del 68. Sheinbaum ha presumido haber crecido cerca de Raúl Álvarez Garín, líder estudiantil que se benefició del mito sesentaiochero y se negó a mencionar a los verdaderos culpables, cuando tenía elementos para hacerlo (incluso con la desclasificación de archivos de la Central de Inteligencia Americana en 2008), prefiriendo repetir al empresariado. Pesan además otras cosas, como los vínculos de Álvarez Garín con los culpables mencionados, que para fortuna del líder estudiantil no han sido divulgados. Quienes saben no pueden ir hasta donde se debiera, como le ha ocurrido a Ángeles Magdaleno Cárdenas, o prefirieron callar para quedar bien con Elenita Poniatowska por cuestiones de amistad que más parecen de complicidad, algo distinto. La mafia no perdona a quien se salga, y hay amistades "de la familia" que son lo más parecido a la "cosa nuestra" (cosa nostra). 

     Sheinbaum ya se allegó a alguien como el ex comunista Alejandro Encinas, quien contribuyó a montar una "Comisión de la Verdad" que trata al pasado priísta (del PRI, Partido Revolucionario Institucional) como si se estuviera ante una dictadura del Cono Sur. Otro ex comunista, tampoco especialmente inteligente (Encinas no lo es), Pablo Gómez, a cargo de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), participó con Álvarez Garín en tráficos de documentos de tal modo que resultara exonerado el principal culpable de lo ocurrido el 2 de octubre de 1968 (por cierto: 39 muertos, 12 de ellos estudiantes). Álvarez Garín, sin empacho en mentir, señaló a más de un culpable fabricado por encargo. No parece que Sheinbaum quiera ahorrarse el mito, ni que tenga la facultad de indagar. Creció en el mundillo universitario, no exento de mitomanía. Seguramente no ignore cómo fue recompensado -a diferencia de otros- Álvarez Garín en tiempos del gran cooptador José Narro Robles.

     Los sesentaiocheros creen que la Historia comenzó con ellos, una manera de asegurarse un lugar en ella ("Juntos haremos Historia"), y de que el tiempo nunca les pasará ninguna cuenta de nada. Así se fueron impunes los verdaderos culpables del 68, y así se fueron impunes líderes como Álvarez Garín y otros. Quienes se escudaron en la amistad familiar con la Poni no pueden ir muy lejos en cierto tipo de antiizquierdismo y, más, de anticomunismo: el PCM (Partido Comunista de México) se entrevistó con el presidente Gustavo Díaz Ordaz en el 68 para evitar desbordamientos en vísperas de las Olimpíadas, pero, a costa de caer en provocaciones, y sin reconocer lo que estaba en juego, muchos líderes del CNH (Consejo Nacional de Huelga) consideraron oportuno desbancar a los comunistas y burlarse de ellos, sentando las bases para desmontar la capacidad de organización política.

     Hace poco, Sheinbaum, que anda agarrada de un intento de mitologizar al presidente Andrés Manuel López Obrador, se apersonó a presentar con Francisco Ignacio Taibo Mahojo, o Paco Ignacio Taibo II (PIT II o Paco Ignacín para "los allegados") un libro de éste, Los alegres muchachos de la lucha de clases, retrato de una generación clasemediera y muy consciente de serlo. Sheinbaum arrancó con una mentira, con PIT II como hijo del exilio republicano español. Francisco Ignacio Taibo I no fue ningún exilado de nada: llegó a "hacer la América" en 1958 entre el medio periodístico y el del espectáculo, cerca de 20 años después del fin de la Guerra Civil en España. PIT II creció con el arte de su padre para relacionarse invitando a comidas reconocidas por su sazón o su fabada. Frente a Sheinbaum, con sus 74 años PIT II aseguró haber escrito 80 libros: es imposible, o es mucha basura. Seguramente no se recuerde el fiasco cinematográfico de Belascoarán, el detective de Taibo II, o no se quiera tomar en cuenta que "montó el negocio" entre México y su originaria Gijón, en Asturias, España. En algún momento entendió que para deslumbrar en México había que darse licencias y exhibirlas, para "podérselas", por ejemplo con un lenguaje vulgar, grosería maliciosa. Sheinbaum nombró a PIT II el "historiador más prominente" y de "consistencia": ¿más prominente de dónde?¿O más prominente en panza?¿ Y con qué lenguaje de organismo internacional, queriendo en realidad decir "congruente"? PIT II es un extranjero que supo hacer su agosto con dominación: otro "chingón" que "se las pudo", para decirlo coloquialmente, adoptando desde temprano la red de relaciones e invitaciones, que es lo que hacía Taibo I. La lucha de clases no tiene mayor cosa que ver, salvo para colgarse de rentas: Sheinbaum cayó redonda, puesto que creyó que Paco Ignacín tiene algo que ver con el exilio republicano español. De paso, Sheinbaum habló de una militancia política de Taibo II que tampoco existe. PIT II es ante todo "militante" de sí mismo y de nada que tenga que ver con lucha de clases.

     La misma Sheinbaum tiene una idea mítica del "pueblo mexicano", aunque lo menciona poco, a diferencia de López Obrador, y prefiere la vaguedad de "los pobres", a los que les habla como si fueran discapacitados o, para decirlo de otro modo, "personas con capacidades diferentes". Es curioso pero, como el capitalismo, los "libertarios" creen que hacen el cambio, pero, además, "la diferencia" (la primera mujer en la Historia en ser presidenta, etcétera). Cuestión de marcas, de tal modo que no haya alternativas reales, sino ilusiones de inclusión distintas entre las cuales escoger. Aunque quiere pasar a la Historia como un buen presidente, y así lo ha expresado abiertamente, López Obrador, como tabasqueño, probablemente no quiera ser convertido en mito: desde un principio prohibió "cultos a la personalidad" (como colgar su retrato en oficinas públicas), y tal vez preferiría a alguien más frontal con los intereses creados -en la Ciudad de México no se estila- que a la que pareciera salir en cada mitin con "quiero ser/la consentida de mi profesor". Ya hubo "luchador social" en vez de jefe de Estado, porque hay gobiernos pero el sentido del Estado se extravió. Ahora puede haber activista sin sentido de jefe de Estado. Así va, de mito en mito y a atender al "pueblo" como quien explica a párvulos los héroes que nos dieron patria. López Obrador, por ejemplo. Los sesentaiocheros son el equivalente de que Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero o Cárdenas hubieran arrancado con un sonoro "con permiso, que voy haciendo Historia". Sería jactancioso si no fuera mercadotécnico. Con PIT II como "cronista de Indias". Sheinbaum, muy universitaria, en pleno mitote (da click en el botón de reproducción).






martes, 19 de diciembre de 2023

EN NOMBRE DE LA VIDA

 Los Derechos Humanos en el régimen socioeconómico actual no toman en cuenta la dimensión social de la Declaración de 1948 (Declaración Universal de los Derechos Humanos), salvo de manera muy vaga,y quitándole centralidad al trabajo y la educación. Se privilegian más los derechos políticos y civiles y, a lo sumo, los primeros artículos de la Declaración mencionada, muy en el estilo estadounidense, con énfasis en entendibles derechos legales, aunque en Estados Unidos hay, a cierto nivel, un uso de la ley no muy recto que se diga.

     Hay algunas cosas que llaman la atención en la Declaración de 1948: la referencia al derecho a la vida y la consideración de que todo ser humano tiene dignidad "intrínseca “. Es entendible, tratándose de un humano, pero no es seguro que sea tan "intrínseco" (por el solo hecho de estar vivo y tener forma humana): hay países en los que buena parte de la sociedad goza arrastrando en el lodo a quien se deje (y a quien no) para que no quepa lugar para el acto digno. No se considera esa dignidad intrínseca, sino la creencia de que todo ser está “caído “, en pecado y, de paso, con cola que le pisen, la suficiente para que todos se sientan autorizados a hacerlo peor y lograr como sea el perdón par sí mismos (y para el otro la caridad que inspira lástima), salvo justamente para quien considere que tiene derecho a la dignidad intrínseca. ¿Se cree que no está "caído"? El resultado es lo que algunos estudiosos han llamado sociedad hobbesiana: un cachondo todos contra todos por lo bajo, o lo que en México se conoce como historia de cangrejos en una cubeta. Que no se le ocurra a ninguno intentar salir.

     El derecho a la vida no quiere decir que todo ser vivo tenga dignidad, pero tampoco que sea humano, a reserva de la penosa expresión “animales no humanos”, siendo que antaño llamar a alguien animal no era forzosamente tratarlo de tonto ("medio bestia"), sino de inhumano (“ fiera en su cubil", por ejemplo, decía Martín Luis Guzmán de Francisco Villa). Ahora todo lo vivo merece trato humano, incluyendo las plantas, toda clase de animales (resulta que no se debe “ explotar” a los caballos ni a los tigres ni leones de circo, ni a los toros) y la tierra entera. Las mujeres pasan por "dadoras de vida”, lo que desde el punto de vista de la procreación es falso; los pueblos originarios como gente en “ fusión con la naturaleza “ y todos, mujeres, animales y pueblos originarios tienen seguramente dignidad intrínseca. Todo lo vivo es “humano” -animales incluidos si resultan amigables, fieles, etcétera, más que un humano- y, al final de cuentas, toda vida es humana, incluyendo la del asesino o la del magnate que explota a otros y se queda con los frutos del trabajo ajeno. Ya no hay modo de discernir entre lo humano y lo inhumano. Es lo que se llama pérdida del discernimiento.

     La Declaración de 1948 destaca por su diferencia con la Declaración francesa de 1789, que es del Hombre y del Ciudadano, y deposita la soberanía en la nación, no en la voluntad del pueblo. No agringada, la Declaración de 1789 tiene dos cosas que la de 1948 no: la libertad de expresión no puede ser absoluta y está limitada por lo que fije la ley; por otra parte, se accede a cargos por capacidades, aptitudes o virtudes y no por compartir el enlodamiento con cómplices para quedar bien y ganarse favores, recomendaciones y otras “ redenciones” de los “ caídos”, ni por dinero y la compra de estatus social. En suma, de ambas Declaraciones dista mucho de cumplirse todo, aunque las cosas varían según los países. Algunos hacen pasar la corrupción -sin que sea forzosamente algo ilícito- por ventaja de trato “personal”, para lo que hay que pasarse el tiempo haciendo relaciones de dependencia  con derecho a servirse del otro instrumentalizándolo. En plena congruencia (!), la imposibilidad para la dignidad intrínseca pasa por lo "personalmente autorizado" -otorgamientos mutuos de licencias- y, por ende, humano (si es de persona a persona, es que "humano"), así como para otros es el dinero el que "humaniza” al evitar el hecho de que la miseria es apenas un no derecho a lo humano (!el empresario da de comer!). Y claro, es el socialismo el que no cumple con lo prometido. El resto siempre permite creerse la inclusión: personal o por dinero, o por ambas cosas, aunque pasen y pasen los años.

     El mejor “ derecho humano” es el de acabar con los humanos derechos - o al menos dispuestos al intento- entre la indiferencia y el ostracismo. Hay que saber, como en el atraso, meterle dinero a las relaciones personales o, como entre los altos ejecutivos de empresa, meterle el “saborcito” personal - de fachadita- al negocio. Qué tiene que ver con Derechos Humanos, no gran cosa. Es contrario a la dignidad intrínseca, pero el daño moral pasa como parte de las costumbres, cerca de parecer las "debidas costumbres". Así es defendido el daño moral como libertad de expresión, como en plena 4T (autodenominada Cuarta Transformación en México), y con el periodismo creyendo que el circo romano - otro daño igual- es lo que requiere la "opinión pública". Son "las libertades y los derechos": de enlodar parejo y, si acaso, un poco más al que aspire a que no le avienten lodo con ventilador. La declaración de 1789 es la única que está contra el abuso de la libertad de hablar, escribir e imprimir. No es lo que prima en las sociedades actuales. Por el himno a la alegría (da click en el botón de reproducción). Así que ni tanta libertad de expresión, salvo que no se sepa qué es libertinaje: no ir a fondo con la Operación Berlín y creer que la geopolítica es patente de corso.






viernes, 15 de diciembre de 2023

MI MAYOR FANTASÍA

 Los Derechos Humanos son un tema recurrente en la actualidad, aunque en realidad son poco tomados en cuenta.

     Una visión muy al estilo estadounidense se ha encargado de sacar toda dimensión económica y social de los Derechos Humanos, pese a grandes declaratorias sobre la búsqueda de la eliminación de la pobreza y la reducción de la desigualdad. Incluso ha dejado de hablarse de calidad de vida para preferir el "bienestar" y vaguedades como "la felicidad" o, por ejemplo con Movimiento Ciudadano (MC) en México, "el derecho a la alegría". Los "demócratas liberales" en realidad no atienden los Derechos Humanos, mucho menos en su carácter integral. Lo que defienden son "los derechos y las libertades", pero no se trata en este caso de lo mismo que Derechos Humanos. Para cierta parte de la población, todavía se trata del derecho a lo humano, hasta donde se piensa que la extrema pobreza crea condiciones infrahumanas. Luego empieza otra cosa.

     En efecto, lo que en realidad está en boga defender son los derechos civiles y políticos. Es a lo que se llega y en lo que comulga el "extremo centro", repitiendo hacia la izquierda o hacia la derecha la palabra "libertad" y el reclamo de "derechos". En el límite, son formas de igualdad entendibles. Son los derechos a la no discriminación por cuestiones de raza (ahora se supone que "las razas no existen"), de género (hay una recuperación colectiva de la vista sobre el feminismo, por ejemplo), de discapacidad (se puede estar en silla de ruedas y ser presidente, como lo fue Lenín Moreno en el Ecuador) y de edad (cualquiera sea el ingreso, ser de la "tercera edad" da derecho a pensión, sin hablar del "interés superior de la niñez"). En materia de derechos políticos, se defiende a capa y espada la libertad de expresión (qué bien si el ufólogo Jaime Maussán rinde cuentas en el Congreso mexicano), el sufragio (menos mal), la libertad de reunión y manifestación (de pintarrajear monumentos o agredir a mujeres policías sin incurrir en delito alguno...), de creencias (en el ser vegano o en las ventajas de pistear), de circulación (migrantes, otra moda) y se va parando de contar.

     No estamos en la época en que la Unión Soviética no quiso firmar la Declaración Universal de los Derechos Humanos alegando que no consideraba el derecho a no hacerse explotar. Se tiene el derecho y la libertad de explotar, aunque sólo sea porque es tabú hablar de explotación. Así, se tiene derecho de no asegurar Derechos Humanos como los que suponen acceso al trabajo, la salud, la alimentación y la vivienda dignas. o, para ser más exactos, justas. A lo sumo, se habla de "combate a la pobreza" o de "reducir las desigualdades", pero ni siquiera, en verdad, de salarios dignos: incluso con el esperado aumento reciente del 20 %  al salario en México, el promedio es de 11 mil o 12 mil pesos mensuales (el mínimo es de aproximadamente la mitad), para una familia promedio de cuatro personas (tres mil por persona, aproximadamente), siendo que los gastos en alimentación rondan los ocho mil pesos. No sirve de mucho maquillar el asunto diciendo que México va a la cola en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), algo así como "somos el más pobre de los países ricos". (de 34 países). Dejando de lado la OCDE y comparando lo comparable, hasta 2023 ocho países de América Latina tenían un mejor sueldo básico que México que, también dejando de lado la OCDE, tiene una de las mayores desigualdades del mundo entre ganancias y salarios, lo que quiere decir que la explotación está a todo lo que da. El tema casi no se toca. Aquí viene la otra cosa: no parece que la explotación sea considerada inhumana. Para resumirla, consiste en hacer ganancia a costa del trabajo de otro, con la idea de que se tiene derecho porque se es propietario de medios de producción. Derecho y libertad no nada más de no pasar necesidad, sino de embolsarse trabajo ajeno. Si el valor no es el trabajo, puede aparecer que el propietario aludido le está haciendo un favor al necesitado, o actuando de manera "socialmente responsable", con misión, visión y valores. Que los aprenda el necesitado, puesto que se le está ayudando, por ejemplo con un empleo y un ingreso. Agradecido de que, con inversión, no se quede muerto de hambre. Todo está en saber propietario de qué, pero también es tabú. Los derechos económicos y sociales no sólo no importan demasiado, sino que dan lugar a cosas chuscas, como los pronunciamientos contra el clasismo cuando en el capitalismo todo el mundo se huele el estatus socioeconómico como ciertos animales la cola. Para saber qué derechos y libertades tomarse (a la estadounidense: te voy a ayudar a que me des ganancia). A huapanguear (da click en el botón de reproducción).



martes, 12 de diciembre de 2023

COMO LAS ESTRELLAS

 Aunque llegan a entremezclarse en nombre del género, probablemente la causa de la emancipación femenina deba desligarse de la LGBTTTIQA+, por una razón sencilla: si la segunda atañe a minorías, por lo demás con una distribución que debiera llamar la atención y llevar al debate sobre ciertos hábitos psicosociales (en México, por ejemplo, la homosexualidad está poco difundida, sin pasar del uno por ciento de la población, pero la bisexualidad es mucho más frecuente, para alcanzar al siete por ciento de la población, siendo por lo demás fenómenos concentrados en muy pocos estados del país), la primera atañe a la mitad de los habitantes del planeta (poco más, poco menos, según los países). Así, no se trata de ninguna minoría.

        Puede haber reivindicaciones feministas explicables y toleradas, pero no forzosamente aceptables, como en el tema del aborto y, en parte, en el de los feminicidios. En cambio, es posible decir que los cambios de distinta índole que se han producido sobre todo desde la segunda posguerra del siglo XX han preparado buenas condiciones para la emancipación de la mujer de una tutela que la trata como "menor de edad" que no es (aunque algunas mujeres jueguen a serlo creyendo ver en ello algo femenino). Uno de los cambios más significativos, si ha de seguirse el trabajo de Vera Nikolski, es la caída de la mortalidad infantil, que le permite a la pareja o, si es el caso, a la mujer, decidir con mayor libertad sobre el número de hijos. Antes, la alta mortalidad infantil (sumada en algunas culturas a la preferencia por hijos varones) convertía a la mujer en una "máquina de parir", para asegurar la reproducción del grupo en medio de pérdidas frecuentes de infantes. Era tiempo no destinable a otras cosas y que contribuía a debilitar finalmente a la mujer, mientras, por división del trabajo, el hombre se dedicada al aporte del sustento (en particular en tiempos de caza, recolección o pesca, más que en la agricultura) y a guerrear, disponiendo de mayor energía para ello (puesto que no se la pasaba gestando y pariendo). Haya avanzado por hombres o por mujeres, la medicina moderna -a la que se agrega el descubrimiento de métodos anticonceptivos- permite tener menos hijos, que sobrevivan y que la mujer tenga mayor tiempo para otras actividades,

       El segundo aspecto, destacado por Nikolski, es el adelanto tecnológico. Seguramente se olvida el tiempo que en el pasado tomaban las labores domésticas, sin incluir la crianza de los hijos. En sociedades hasta hace no tanto tiempo predominantemente rurales, sin muchos servicios, podía ser una odisea tener que ir por agua o, por ejemplo, tener que moler el maíz, o batir frutas. Hoy, el abasto de agua llega en principio a casa, una fruta se puede licuar con licuadora, el maíz se puede comprar ya hecho tortilla, en caso extremo se puede usar horno de microondas (sin que deje por ello de tener inconvenientes para la salud) y en vez de un barrer tardado se usa aspiradora. No se trata de lujos, sino, con frecuencia, de bienes que han sido incorporados al "elemento histórico-moral" de reproducción de la fuerza de trabajo, y que también liberan tiempo para la mujer, si se le siguen asignando tareas domésticas que, en realidad, bien pudieran ser compartidas con el hombre, al igual que ciertos cuidados de gestación, lo que justificaría las licencias de paternidad.

     A partir de las condiciones materiales descritas, y con más tiempo, pudiendo cambiar la división del trabajo (ya hay mujeres en la policía y en el ejército, por ejemplo), la mujer ha podido entrar más al mercado de trabajo, sobre todo en los servicios, aunque de manera desigual, logrando dejar de estar acantonada en labores domésticas y la "debilidad" de gestaciones reiteradas. Lo deseable es que valga "a igualdad de trabajo, igualdad de salario", es decir, que a fin de cuentas, además de poder ampliar el abanico de acceso al trabajo, la mujer no sea discriminada en la remuneración y, si es el caso, que las labores domésticas sean compartidas con el hombre. Dicho de otra manera, sin que deje forzosamente de ser madre, la mujer debe tener acceso al trabajo en el que puede desempeñarse tan bien como un hombre, incluso en algunos trabajos pesados (construcción, por ejemplo, como ocurría en países socialistas). A partir de aquí se plantea una posible igualdad que hace tanto de la mujer como del hombre seres de trabajo, sin negar sus diferencias biológicas, y por lo tanto seres ambos objeto de explotación por erradicar, juntos, este problema de injusticia, o para compartir la utilidad social del trabajo (en el servicio público). Es un poco inentendible que el feminismo no se centre más en el trabajo y su remuneración.

     Y es que el feminismo en su forma actual no está interesado en el compañerismo con el hombre, sino en encerrarse en la condición de mujer para hacer de todo varón un potencial depredador o violador e historias por el estilo. Pone el acento no en la similitud humana, sino en la diferencia, con frecuencia para obtener por extorsión -"por ser mujer"- y no por mérito -"por el trabajo bien hecho". Tampoco la paridad de género es deseable ni coherente: puede dar en la inclusión tanto de mujeres como de hombres -también- inútiles, si las posiciones reclamadas corresponden a una buena labor, pongamos por caso, de una mayoría de mujeres. ¿Por qué tendría que haber paridad con hombres? El asunto es de mérito y no de "cuotas". No se trata de remplazar privilegios masculinos indebidos por privilegios femeninos, "por ser mujer", ni se trata ya del "sexo débil", ni de ninguna manera es "el que procrea" (¿se necesita un dibujo para demostrarlo?), aunque requiera de cuidados en la gestación, porque, pese a todas las fantasías LGBTTTIQA+, hasta ahora no se ha inventado al varón en gestación, ni parece que sea posible pasarse de la base biológica de la creación, ni por vientre de alquiler, ni por reproducción asistida/fertilización in vitro. Por lo demás, hay elementos del patriarcado ligados a la filiación que no parecen ser entendidos. En la antiguedad romana, la mujer fecundada por el hombre entregaba el hijo al varón para su educación, por lo que el hombre (varón) no debiera, si tiene la capacidad para ello, ser excluido de la educación de los hijos, ni abdicar de esta responsabilidad. El "Nombre del Padre" lacaniano tampoco ha sido entendido: significa que alguien, en principio el padre (pero en realidad puede ser también la madre, a quien se le puede reconocer autoridad en este terreno, sobre todo si falta el padre) tiene que enseñar de límites, tal vez como principio de enseñanza de lo que es válido para mujeres y hombres: el límite de la finitud, particular, singular de cada uno, según la vida vivida, pero que recuerda a todos, quiérase o no, la pertenencia al género humano (no a una "especie"), así se crea factible de eludir "inmortalizándose" (da click en el botón de reproducción). Ni "sexo débil" ni "menor de edad", ni tampoco superior en nombre "de la vida y el amor".









domingo, 10 de diciembre de 2023

TE HABLAN, APÁ

 Puede ser que la homosexualidad haya existido desde los tiempos más antiguos y que, según las épocas y los lugares, haya sido tolerada o reprimida, al igual que el lesbianismo y la bisexualidad. Uno de los tabúes de los activistas LGBTTTIQA+ tiene que ver con el hecho psicosocial de que, en algunos lugares, la homosexualidad es parte del machismo: todo depende de la posición y, sobre todo, de quién humille a quién. El "machín" puede tener prácticas homosexuales sin verlas como tales, sino viendo al otro como "mujercita". También existen circunstancias familiares y sociales que crean homosexuales, bisexuales y lesbianas de los que cabe preguntarse hasta donde han escogido realmente serlo, y si no han intervenido incestos, pedofilias, hostigamientos o acosos sexuales y violaciones. También tiende a ser tabú entre los activistas.

     El tema ha llegado hasta el matrimonio igualitario (matrimonio entre dos personas del mismo sexo), que es aprobado por la ley en distintos lugares, incluso contra la opinión de la mayoría de la población, como sucede en México. Los argumentos suelen ser endebles. Si se trata de "aprobar el amor", es decir, si se hace la ley "por amor", se da por sentado que el Estado tiene el derecho de inmiscuirse en la afectividad y la sexualidad de los ciudadanos, lo que cabría preguntarse si es correcto. A veces se habla del derecho a una "comunidad de vida" que da entrada al matrimonio. Sin embargo, existen por ejemplo "comunidades de vida" entre un padre viudo y una hija soltera que lo cuida, entre dos hermanas si una no se ha casado, entre un hijo y su tío si éste es el único familiar que ve por aquél, etcétera: no por existir lo enumerado, y además bajo un mismo techo, el padre y la hija, el hijo y el tío o las hermanas están destinados a casarse. Se trata de otro argumento endeble: lo son el del amor y el de la vida. El matrimonio, desde el punto de vista legal, no está desligado de los hijos, es decir, del problema de la filiación, aunque no sea finalidad única. Por ésto el cuento vulgarizado dice "y se casaron y tuvieron muchos hijos"...

     El argumento -si no es más bien eslógan- del "matrimonio para todos" tampoco se sostiene, salvo que se quiera tomar muy en serio algunos "saberes ancestrales": los infantes no pueden casarse, aunque hay pueblos originarios y otros grupos antiguos que no tienen mayor inconveniente en que suceda, a estas alturas mezclándolo a veces con algún negocio, si el infante se da a cambio de algo, dinero incluido. No es un asunto de igualdad, menos si lo que se hace, en nombre de "todos", es dar un trato no general, sino particular a personas que por lo demás son una "comunidad" minoritaria. 

     Curiosamente, aquí el tema se despega de la aparente "naturalidad" del "amor y la vida", para entrar en el terreno polémico de la adopción, la gestación subrogada, los "vientres de alquiler" y otros resultados artificiales -que por lo demás no cualquiera puede pagarse- de lo que está en el origen, es decir, la separación de la sexualidad de la procreación. No todo el mundo tiene los recursos de Miguel Bosé o de Ricky Martin, recursos también con algo de artificiales. Cualquiera puede fantasear con lo que quiera, pero no cualquiera puede pagarse o permitirse sus fantasías. Lo que pasa por "amor y vida" puede quedar desligado de necesidades reales que limitan algo así como "el derecho y la libertad" del deseo y la fantasía: no cualquiera puede pagarse la filiación de hijos de un matrimonio igualitario. Cualquiera puede ver precios, en particular de las muy caras gestaciones subrogadas, o tomar en consideración las tragedias que estos procesos suponen en países que, como Ucrania, el más pobre de Europa, los practican con laxismo y como negocio, para llamar las cosas por su nombre, sin que al activismo LGBTTTIQA+ le preocupe en lo más mínimo. ¿Alguna iniciativa para que se detenga la trata ligada a "vientres de alquiler"?

      Al menos es necesario solicitar que estas formas de crear filiación sean abiertas en familia, porque es sabido que la negación del origen o el secreto crean proclividad a síntomas psicóticos. Como en el caso de la gente "trans", es posible tolerar y no violentar, pero no se puede obligar a aceptar, menos si es en nombre de "gustos": alguien que no es vegetariano no tiene por qué reprimir al vegano, pero éste no puede hacer que el gran aficionado a la carnita asada acepte meterse a una dieta de tofu y alfalfa. En otros términos, no se puede tachar de "homófobo", etcétera a quien no acepte la homosexualidad. Lo menos es debatir y dar argumentos: el de las ventajas de comer proteína animal o las ventajas de estarse a puros ejotes (y ambos casos tienen sus desventajas). El problema de cierta mundanidad de "mente abierta" es que no admite debatir, sino que considera esa misma mundanidad como síntoma de "superioridad", de manera socialmente imitativa, y temiendo y reprimiendo soterradamente, con descalificaciones, como las activistas feministas listas a ver machismo o misoginia cuando se tolera, pero no se acepta ciertas cosas. La creencia de la mundanidad es que se es superior por tener un "plus social", de lo que se sigue lo conocido como "extorsión de plusvalía": si no aceptas mi plus, te fuerzo tildándote de sabrá Dios qué cosa de "clóset". Así no es, y como mínimo algunas cosas debieran ser motivo de debate, pero no está muy en el espíritu de los "comunitarismos a la estadounidense". (da click en el botón de reproducción).



viernes, 8 de diciembre de 2023

LAS NUEVAS CAUSAS

 Uno de los argumentos de los activistas LGBTTTIQA+ (!) es que cada uno escoge su estilo de vida según su gusto y preferencia, y según a quién ama. El argumento es muy "neoliberal", si de "preferencias" se trata, pero es innegable que en algunos grupos los "trans" no son mal vistos, como ocurre con los kathoey de Tailandia (a veces llamados ladyboys), o como ha ocurrido en el pasado con la gente "del tercer género" (hijras)  en India, estigmatizada a partir de la colonización británica. Los kathoey han sido objeto de películas occidentales y no son aceptados por el budismo, pero sí tolerados. En India se atribuyen poderes sobrenaturales a los hijras. Lo dicho es una cosa, pero algo distinto decir que los transgénero -que por lo general se inclinan hacia lo femenino, como kathoeys e hijras- mueren a edad temprana por discriminación.

    En Occidente, los "transgénero" se han convertido en negocio médico, a partir de la "disforia de género": ofrecimiento de "bloqueadores de la pubertad" desde los 12 años, y de hormonas cruzadas desde los 14 años, tratamientos no sin consecuencias y que, en el segundo caso, debe seguirse de por vida, aún en caso de ablación de testículos u ovarios. Lo que llama la atención es el crecimiento de número de casos, sobre todo de "transición a la mujer", y de las clínicas que dan facilidades. Llama la atención por el motivo siguiente, que sugiere más una moda o un contagio social que algo auténtico: hasta que se empezaran a hacer "transiciones" médicas, el 80 % de los casos de disforia de género se corregía en la adolescencia. Esto quiere decir que se está forzando desde una edad indebida a procedimientos sin retorno médico, de manera artificial y que, por ende, no tiene que ver ni con un gusto o preferencia definidas o con amor, sino con una creencia en la libertad -llevada a edades tempranas- que es propicia al negocio. Los "bloqueadores de pubertad" frenan el crecimiento cerebral y de la densidad ósea, y de aquí un 95 o 96 % pasa a las hormonas cruzadas. ¿Porqué existen incluso muñec(a)s "trans"? La libertad es muy relativa, puesto que se otorga en una edad que no es de mayor y en la que no se está en plena consciencia ni con un criterio claro. El problema está cuando, llegados a la edad adulta, algunos se dan cuenta de que en realidad no querían la "transición": ya no hay remedio. ¿Qué hacer con los derechos de quienes son "des-transicionistas" y no pueden dar marcha atrás? Contra lo que dicen los activistas "trans", el cambio no es algo dado para siempre y que decida que "infancia es destino". Es a partir de esta creencia errónea que se destruyen vidas. ¿Por qué tampoco dicen los activistas que puede llegar hasta el 35 % el espectro de autistas entre los que "prefieren la transición" a temprana edad? El número de autistas en la población general es de dos por ciento. Hay más: ¿porqué no se reconoce el alto número de casos de incesto, hostigamiento sexual y violación entre las niñas que pronto quieren ser hombres? De la misma manera en que la "libertad de escoger" -lo preferido de los "neoliberales" -es muy relativa, la de hacerlo con "autenticidad" y no de manera fabricada -médica y socialmente- también: el 80 % de los casos no es todo lo natural que pudiera parecer. Los casos de "trans genuinos" son menores a lo que se cree, y tampoco se entiende que, además de dejar de lado las comorbilidades, se haga caso omiso -como es tabú entre homosexuales y lesbianas, por ejemplo- de circunstancias que el activismo reprueba, como el hostigamiento sexual o la violación. El remate está en los sanitarios "neutros": se aprobaron en Estados Unidos con el presidente Barack Obama, de la misma manera en que la oferta médica pre-pubertad se encuentra en estados Demócratas y no en Republicanos. A fin de cuentas, el motivo es algo similar al que fuerza -porque es lo que hace -a prepúberes (nivel de maduración de Tanner) a tratamientos médicos muchas veces sin retorno: "mostrarse" de determinada manera ante cierta presión social que obliga a ostentarse como de "mente abierta" y que, de lo contrario, exhibe a quien no acepte como "represor" y con "algún problema". En todo caso, la trayectoria del asunto indica con argumentos fehacientes que es un error muy probable hacer negocio con la "identidad de género" desde temprana edad, salvo que ya no quepa discernir entre minoría y mayoría de edad y lo que significa en términos de consciencia de la responsabilidad. Al menos cabría pedir al activismo LGBTTTIQA+ que no considere que los infantes son "mayores" -y, de paso, la inversa, es decir, que los "mayores" no son más que "infantes grandotes": es pérdida de discernimiento o inconsciencia sobre lo que significa la mayoría de edad en términos de realidad y límite a la fantasía. El asunto sigue al mundo del espectáculo o al de los deportes (da click en el botón de reproducción). 



martes, 5 de diciembre de 2023

!REQUETEBIÉN, GOBERNADORA!

 "La doctora", candidata por el oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa) a la presidencia de México, Claudia Sheinbaum, encargó a un "grupo de expertos" que, en "diálogo con la sociedad civil", contribuya a crear un programa de gobierno. A la cabeza quedó Juan Ramón de la Fuente, ex rector y quien no hizo un papel especialmente bueno como representante de México ante Naciones Unidas. De la Fuente ha sido asociado del Instituto Aspen, una organización estadounidense a la que pertenecen Enrique Graue Wiechers y Ricardo B. Salinas Pliego (como parte de la asamblea general de asociados de la sede México), y que tiene enlistados entre sus amigos a María Amparo Casar, Ángeles Mastretta, José Narro Robles, Olga Sánchez Cordero e Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, entre otros de "destacado prestigio personal y social". También tiene el Instituto un grupo de economistas que, además del gordito, incluye a Gerardo Esquivel, funcionario del actual gobierno mexicano y "fan" del gordito.

       Al "grupo de expertos" de Sheinbaum, entonces, también fueron invitados Esquivel y Sánchez Cordero, quien hizo un mal papel como secretaria de Gobernación, pero tiene además la creencia de que ser ministro de la Corte es hacerse acreedor a toda suerte de privilegios, por lo que torpedeó alegremente las medidas sugeridas por el presidente Andrés Manuel López Obrador para limitarlos (altísimos sueldos y fideicomisos...). El grupo incluye al swiftie (fan de Taylor Swift, cantante estadounidense) Arturo Zaldívar, "todos los derechos para todos" (hagámosle a todo y con todo), Rosaura Ruiz (universitaria casada con un líder del 68 y dispuesta a aplicar a rajatabla lo que sea dictado en materia educativa desde el exterior del país), Lorenzo Meyer (con dificultades para ir por las cervezas sin citar algún autor estadounidense) y algunos más: explicable, Omar García Harfuch si esta vez sí se va a ocupar del diseño de seguridad y no de política (no tiene por qué ir al Senado) e incluso el ex gobernador de Chihuahua Javier Corral. Hay algunos más, pero incomoda la tónica Aspen o la de boomers y sesentaiocheros listos a equivocarse de país. Frente a todo ésto, pareciera que lo que queda de nacional es el clientelismo, del que hacen gala quienes en MoReNa se ocupan también del próximo plan de gobierno. En verdad, Sheinbaum cree que Francisco Ignacio Taibo Mahojo (conocido como PIT II o Paco Ignacín) es lo más cercano a un genio.

      Para coronar las cosas, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, volvió a saltarse a la torera el artículo 33 constitucional y se entrevistó con Sheinbaum y con la opositora Xóchitl Gálvez, tomándose los tres fotos equivocadas en el lugar de la bandera (las dos mexicanas con la bandera de Estados Unidos). Sheinbaum se ha multiplicado en declaraciones sobre "el matrimonio que no puede divorciarse" (!) con Estados Unidos (¿también hay hijos de por medio?). De la Fuente cree que todo es, a fin de cuentas, una "oportunidad histórica": y efectivamente, si sigue diferenciándose así de López Obrador, Sheinbaum puede lograr que "juntos se haga historia", no quedando mayor cosa de nacional, salvo para hacer turismo e irse de shopping para comprarse blusitas bordadas con motivos originarios. No está con madre. Visit Mexico (da click en el botón de reproducción). Dicho sea de paso, Sheinbaum declaró que "bajo el libre comercio, el Estado debe garantizar la soberanía". Una cosa y su contrario al mismo tiempo.



domingo, 3 de diciembre de 2023

REPÚBLICA DE PRIMOS

 Panamá ha vivido en estos tiempos protestas contra la minería a cielo abierto, en particular de una empresa canadiense, pero no es lo único, puesto que habrá elecciones el año próximo La apuesta de una izquierda variopinta es Maribel Gordón, candidata independiente.

      Son varios los que están en la mira. A pesar del periodo de Omar Torrijos en los años '70, un hombre venido de abajo que logró que el Canal sea de los panameños, el partido que se formó con los "torrijistas" (Partido Revolucionario Democrático -PRD)  tomó otro cariz. Habiendo sido el partido oficialista en los '80, años que desembocaron en la invasión de 1989 por parte de Estados Unidos, curiosamente no tardó en volver al gobierno con Ernesto Pérez Balladares, de 1994 a 1999, es decir, apenas unos cuatro años después de lo ocurrido en diciembre de 1989. Había que "hacerse perdonar", por lo que, hasta la fecha, el tema de la invasión es tabú incluso entre sectores de izquierda, que hablan de que lo que tuvo lugar fue un "golpe de Estado". No faltaron los que encontraron acomodo con Pérez Balladares, al mismo tiempo que el PRD -actualmente gobernante con Laurentino Cortizo- se volvía una forma más de hacer negocios con hombres y nombres en la endogámica "república de primos", reducida a asuntos de unas cuantas familias: de acuerdo con un politólogo español, en Panamá en la política local "predomina la endogamia. La familia es la que manda.  La familia es la que gobierna.  El arte de gobernar el Estado se traspasa como una característica genética entre generaciones y generaciones "(los Arias, Boyd, de la Espriella, Roux, Fábrega, Vallarino...Pérez Balladares se casó con una Boyd -Dora Boyd). El PRD tampoco estuvo exento de sagas familiares cuando tuvo en la presidencia a Martín Torrijos (2004-2009), que se decidió a circular en el mismo sentido que el ALCA (Acuerdo de Libre Comercio para las Américas), un fracaso estadounidense. Martín Torrijos, de una molicie ajena a quien fuera su padre, está ahora de candidato por el Partido Popular. Sucede que, como le ocurrió en México al PRI (Partido Revolucionario Institucional) y en Argentina al peronismo, la coalición de intereses oficialista pareciera haber comenzado a descomponerse, a falta de lograr gobernar, aunque no de negocios. El PRD se dividió y más de uno se fue con Torrijos y su promesa de recuperar la "unidad nacional" y terminar con "la corrupción, el clientelismo y la rapiña" (el PRD lanzó al actual vicepresidente, José Gabriel Carrizo). Para seguir con los primos, se han apuntado Rómulo Roux (Cambio Democrático)  y el gángster Ricardo Martinelli (Realizando Metas).

     Uno de los principales recursos de Panamá, el Canal, enfrenta dos problemas: falta de agua, que contribuye a demorar el paso de los barcos, y la inminente competencia del Corredor Interoceánico mexicano, otro asunto tabú en Panamá, y que por cierto representa una manera muy peculiar de entender a Benito Juárez y el Tratado McLane-Ocampo que nunca se concretó: darle a Estados Unidos una gran vía a través del istmo de Tehuantepec. El proyecto original no debía incluir inversión extranjera, según el gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador, pero las cosas cambiaron. Los analistas no tienen todavía certezas, más allá de que las dos vías entrarán en competencia, lo que no es buena noticia para Panamá. Parte depende de la evolución de las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos, los dos principales usuarios del Canal. 

     Para muchos "torrijitos", y con más de uno metido a multiplicar los primos, no debe ser fácil encontrarse entre el PRD (que de hecho descartó hace rato el giro a la izquierda, en particular con Balbina Herrera, vencida por un...Fábrega) y la candidatura del hijo del general, que no está diciendo cualquier cosa. Martín Torrijos está asociado al progresismo latinoamericano, como parte del Grupo de Puebla. Carrizo es el enésimo empresario, ligado a la construcción y la ganadería, pero también a Petaquilla Gold, que le vendió sus derechos a la minera canadiense cuestionada. Herrera lo dijo alguna vez: fue prácticamente la única del PRD que no renegó de la década de los '80, cuando había movilizaciones sociales más importantes que las de hoy, pese a lo que digan ciertos izquierdistas panameños. Pasado el estallido de protesta social, si queda resuelto el tema de la minera, queda por ver qué resulta de lo que es una división importante del PRD, y para dónde agarran camino algunos primos, como éste (da click en el botón de reproducción):




FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...