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sábado, 30 de diciembre de 2023

NEGOCIO REDONDO

 Para el imperialismo estadounidense, a diferencia del nazi-fascismo, la guerra no es un ideal, sino un negocio. El fascismo italiano no se fijaba en el precio y fue a hacer el ridículo en Etiopía. El nazismo no reparaba en vidas y era capaz de autoinmolarse.

       Desde la invasión de 1989 a Panamá se demostró que los hechos habían tenido lugar no con "el dinero de nuestros impuestos", sino con lo saqueado en unos dos años previos de embargo. Ahora está sucediendo que el conflicto en Ucrania, pese a que ya está en buena medida perdido para los ucranianos, debe arrojar alguna ganancia, o al menos evitar costos. Desde hace rato, mientras calla el encargado de la política exterior de la Unión Europea (UE), la Comisión Europea, que es la que manda, a través de la comisionada Ursula von Der Leyen, había propuesto que la ayuda suministrada a Ucrania se financiara no del "dinero de nuestros impuestos", sino de los activos rusos congelados a raíz de las sanciones. Entre los primeros en adherirse a la idea estuvo el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner (von Der Leyen es alemana).

        A final de cuentas, es un estilo probadamente estadounidense, considerando que Alemania tuvo que aceptar los costos de que Estados Unidos le torpedeara el suministro de gas ruso, incluido el Nord-Stream, un tranquilo sabotaje y acto de guerra impune. Estados Unidos sugirió recientemente que, con el Grupo de los Siete (G-7), podrían utilizarse como mínimo 300 mil millones de dólares de las reservas del Banco de Rusia y 200 mil millones de fondos de oligarcas sancionados, todo congelado en Occidente, para "liberar a Ucrania de la ocupación", o para "la reconstrucción de Ucrania", es decir, como subsidio para el alud de empresas lidereado por BlacRock que está involucrado en hacerse de las riquezas de Ucrania, tierras incluidas. La petición es que no haya corrupción, es decir, que el subsidio no termine en los bolsillos de oligarcas ucranianos. Es lo que han organizado el presidente estadounidense Joseph Biden y la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.

      Tal vez aparezca como algo normal: "Rusia se lo buscó", aunque las cosas cambian si, por ejemplo, Ucrania, incapaz de retomar algo del Este, ataca territorio ruso, como ha sucedido. En este caso, lo que sucede es que el dinero ruso, sea del Banco Central o de oligarcas,  sirve para atacar a Rusia o, dicho como es, que Rusia termina financiando que la agredan, sin que le cueste mayor cosa al agresor, siendo además los ucranianos los que ponen los muertos si hay represalias rusas. Es a tal punto que se ha suscitado uno que otro escándalo en un país como Bélgica, por ejemplo, donde el gobierno gasta "generosamente" en ayuda militar para Ucrania y acto seguido pide el reembolso a bancos con activos rusos congelados. En parte, también, Rusia paga lo que pueda haber de ataques contra sus tropas o contra habitantes rusoparlantes en el Este de Ucrania. Como negocio, no está nada mal: tal vez a Hitler, que aparece en este caso como alguien medio torpe, no se le habría ocurrido, él que quería para su "espacio vital" el granero de Europa -las mejores tierras de Ucrania- y el petróleo de Bakú (ya está, también).

      Parte del cálculo era que los oligarcas y el gobierno ruso se dividieran, un poco como en el episodio del grupo Wagner y Evgueni Prigozhin, pero no fue muy lejos. Más bien parte de los oligarcas trabaja ahora para el complejo militar-industrial ruso. Lo que tal vez suceda es que, para la próxima, al buscar a los principales socios extranjeros de Rusia, más allá de China, no se encuentre a Chipre, que, para malestar de la UE, significa no que haya algún intercambio entre rusos y chipriotas, sino que parte de los oligarcas rusos sacaba y volvía a meter a su antojo dinero de Rusia vía el sistema financiero chipriota. Es así como Chipre aparece como uno de los principales inversionistas en Rusia. Cerca de 100 oligarcas rusos siguen en esta forma de "hacer negocios con sí mismos". Es arriesgado, y habría que saber si quienes escogieron seguir cercanos al gobierno ruso no podrían convertirse más en hombres de negocios "normales" -la burguesía que Rusia no ha tenido- que en oligarquía con ribetes aristocráticos y mafiosos. A ver (da click en el botón de reproducción).



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