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miércoles, 28 de noviembre de 2018

ANDANZAS DE TROTSKY

Durante mucho tiempo, la versión predominante sobre los llamados "Procesos de Moscú" que tuvieron lugar entre 1936 y 1938 y fueron tres fue la occidental. Se supuso que Stalin impuso su voluntad y obligó a sus opositores, inocentes, a confesar bajo tortura (esos "Procesos" son distintos de la represión en masa encabezada por Nikolai Yezhov entre 1937 y 1938). Tanto Nikita Jrushchev al momento del "deshielo" como Mijaíl Gorbachov durante la perestroika mandaron legiones de investigadores a los archivos soviéticos disponibles a probar las torturas, pero no hubo cómo hacerlo. El hecho es que en dichos Procesos se mencionaba, por parte de las personas juzgadas, conspiraciones contra la Unión Soviética en las cuales participaba, al menos en parte, León Trotsky.
     Trotsky siempre negó estar conspirando contra Stalin, pero ahora se sabe que mintió, por ejemplo ante la Comisión Dewey que se ocupó del tema. Está la huella de un telegrama que el mismo Trotsky envió al Comité Central ejecutivo soviético, diciendo: "la política de Stalin está llevando a un completo colapso interno así como externo stop la única salvación es un giro radical hacia la democracia soviética comenzando por la revisión abierta de los últimos procesos stop en este camino ofrezco mi completo apoyo, Trotsky". El telegrama fue enviado desde México. Si se cruzan las informaciones occidentales con las de los archivos soviéticos, hasta donde puede hacerse, Trotsky estaba conspirando, junto a su hijo León Sedov, contra el gobierno soviético. Ahora se sabe que durante la guerra de España (1936-1939), anarquistas y trotskistas jugaron sus propias cartas en contacto real con los servicios de inteligencia alemanes y franquistas. De igual manera, aunque Trotsky no se encontraría involucrado directamente, está confirmado por documentos de archivo que tanto Alemania como Japón, ya en vísperas de la guerra, esperaban un eventual golpe de Estado dentro de la Unión Soviética contra Stalin, y que ello debía producirse en connivencia con militares que no eran ajenos a la idea de "reinstalar" (!) a Trotsky en el gobierno. Sobre este tema ha trabajado largamente Grover Furr (Leon Trotsky's Collaboration with Germany and Japan). Así, archivos checos y alemanes señalan que entre finales de 1936 y principios de 1937 Hitler y el gobierno alemán estaban a la expectativa de un golpe de Estado contra el gobierno soviético. A principios de 1937, de acuerdo con entrevistas dadas por un militar japonés y reproducidas el 2 de marzo de 1937 por  The New York Times (del Miyako Simbun del 20 de febrero de 1937), gente de la oposición soviética le estaba mandando información militar a Japón -es decir que estaba espiando.
      Se ha comprobado igualmente que el Archivo Trotsky, en Harvard, fue "purgado" de elementos comprometedores, aunque no todos, tal vez por el secretario de Trotsky, Jean Van Heijenoort, por el biógrafo Isaac Deutscher o por alguien más. Esto lo constataron tanto el investigador Archibald Getty como el reconocido historiador trotskista Pierre Broué. Getty afirmó que había desaparecido de estos archivos la correspondencia entre Trotsky y la oposición soviética. Aún así, quedaron en los archivos pruebas de que Trotsky y su hijo León Sedov sí guardaban numerosos contactos en la Unión Soviética y no estaban retirados de la política entendida como conspiración. La agenda de Sedov conservó los nombres de la gente con la que Trostky se encontraba en contacto y doce de ellos reconocieron haber estado en contacto con Trotsky vía Sedov. ¿Para qué mintió Trotsky? Para proteger sus contactos.
     Cabe señalar que el Archivo Trotsky se abríó tarde, en 1980, y que no fue sino hasta 1987 cuando se conoció en Checoslovaquia que Hitler esperaba un golpe militar en la Unión Soviética. Esta información fue corroborada en archivos alemanes hasta 1988. Algunas transcripciones de los Procesos no han sido dadas a conocer sino hasta 2013 y el gobierno ruso del presidente Vladimir Putin volvió a cerrar archivos al acceso del público.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

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