Lo que ha hecho Nicaragua con las organizaciones no gubernamentales (ONGs) contrarias al gobierno de Ortega-Murillo puede parecer extraño, pero han pasado ya décadas desde que este tipo de organizaciones, cuando son financiadas desde Estados Unidos , se dedican a tumbar gobiernos adversos. Las primeras experiencias se hicieron contra los gobiernos socialistas del Este europeo, desde mediados de los años '80, muy específicamente en Polonia.
Este país, cabe recordarlo, fue objeto de un embate conjunto y acordado entre el Papa Juan Pablo II y el entonces director de la Central de Inteligencia Americana (CIA), William Casey, quien era católico. Era la época de la cruzada contra el "Imperio del Mal", encabezada por Ronald Reagan en la presidencia estadounidense. Casey trabajó en la inteligencia estadounidense de 1981 a 1987.
Para evitar recelos, la ayuda para el sindicato Solidaridad, lidereado por Lech Walesa (ver recuadro) fue encaminada mediante organizaciones no gubernamentales, en particular el Fondo Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED por sus siglas en inglés). Según F. William Engdahl en una obra reciente (Manifest Destiny. Democracy as Cognitive Dissonance), en los años '80 el NED logró canalizar a Polonia un diluvio de equipo para la oposición bajo la forma de máquinas de fax, computadoras, procesadores de palabras, radiotransmisores, cámaras de vídeo, teléfonos, impresoras, fotocopiadoras, etcétera. Para hacer llegar esta ayuda se utilizó el canal de sacerdotes católicos y representantes sindicales, de la estadounidense AFL-CIO y de una subsidiaria del NED, el Free Trade Union Institute (FTUI, por sus siglas en inglés, Instituto para el Sincalismo Libre). De 1983, año de fundación del NED a 1986, le llegó a Solidarnosc más de un millón de dólares. En la campaña presidencial de 1989, el NED canalizó una suma enorme, 7,5 millones de dólares, al sindicato Solidaridad. En 1990, finalmente, Lech Walesa fue electo presidente de Polonia. Lo menos que puede decirse es que no llegó sin intromisión exterior, aunque tuviera el apoyo de muchos polacos y pareciera que se trataba de una "legítima revolución desde abajo", que es el efecto buscado por las ONGs. Walesa había recibido el Premio Nobel de la Paz desde 1983.
Otra organización no gubernamental que intervino activamente en Polonia desde finales de los años '80 fue la Fundación Stefan Batory, de George Soros. Este magnate húngaro-estadounidense logró a través del asesor Jeffrey Sachs quebrar empresas agrícolas e industriales estatales polacas para luego sanearlas y venderlas al sector privado, como ocurrió con la siderúrgica Huta Warszawa. Para Soros era importante que Solidaridad llegara al gobierno para amortiguar los efectos de la "terapia de choque" (empobrecimiento, desempleo, etcétera...). De igual modo, era crucial controlar los medios de comunicación masiva, por lo que Soros tuvo acceso a creadores de opinión como Adam Michnik, redactor en jefe de la Gazeta Wyborcza.
Al presentarse en las elecciones presidenciales en el año 2000, Walesa obtuvo el 1 % de los sufragios. Es lo de menos: está probado que el meteórico ascenso de Solidaridad se llevó a cabo con una gran ayuda de organizaciones no gubernamentales occidentales como el NED. A partir de entonces, se puso de moda crear la sensación de "revoluciones desde abajo" y "cívicas" para derrumbar gobiernos considerados un estorbo para Washington.
Mi lista de blogs
FANÁTICAMENTE MODERADOS
En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...
-
(de introducción, Inés Ochoa en el Teatro Nacional de El Salvador) El presidente salvadoreño Nayib Bukele no ha dejado de ser polémico. ...
-
El hecho de que Andrés López Obrador, presidente mexicano saliente, haya sido un luchador social se plasmó en su idea de cambiar la socieda...
-
La comparación de uno que otro país de América Latina con Puerto Rico tiene como fin destacar lo siguiente: la pérdida casi completa de sob...