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jueves, 14 de mayo de 2020

RUSIA: ¿ESTE DIA LO ACERCAMOS COMO PUDIMOS?

El 9 de mayo pasado se cumplió el 75 aniversario de la victoria aliada sobre el nazi-fascismo. A estas alturas, la versión de la segunda Guerra Mundial predominante es la que enaltece a las "democracias liberales" que terminaron por intervenir para poner fin a un relajo armado por "los totalitarismos", en particular el alemán y el soviético. El preludio de la guerra habría estado marcado así por el pacto germano-soviético de 1939, entre un par de botarates a cual más sangriento, que después de repartirse Polonia no podían sino liarse a golpes entre ellos.
       En su programa de Russia Today en español, Inna Afinogenova ha recordado que la cronología no es exactamente así. En 1938, mediante el Pacto de Munich, Francia y Gran Bretaña le regalaron a Hitler los Sudetes checoslovacos, algo que Polonia, por cierto, aplaudió, para llevarse su parte. Checoslovaquia, con un régimen democrático a diferencia de la mayoría de los del Este europeo, no fue consultada. No es todo. Francia firmó tranquilamente el acuerdo Ribbentrop-Bonnet a finales de 1938 (un pacto de no agresión con la Alemania nazi), por lo tanto antes del pacto germano-soviético. Viendo cómo pintaban las cosas, Stalin propuso una triple alianza entre la Unión Soviética, Francia y Gran Bretaña para frenar a los hitlerianos. Hubo acuerdos preliminares, pero, a la hora de profundizarlos, lo que suponía ayudar militarmente a países vecinos en caso de agresión militar alemana, Francia y Gran Bretaña mandaron a las negociaciones a gente sin mayor representatividad, mientras Moscú ponía al ministro de Defensa, el mariscal Kliment Voroshílov. Por parte de las "democracias liberales", el almirante Reginald Drax y el general Aimé Douméne no estaban autorizados a tomar ninguna decisión sin la aprobación de sus respectivos gobiernos, el británico y el francés, a diferencia de Voroshílov. Las negociaciones, que habían durado de junio a agosto de 1939, se fueron a pique, y no fue sino hasta ese momento que se firmó el pacto Ribbentrop-Molotov (germano-soviético), el 23 de agosto de 1939. Lo que indica la cronología, si se remonta a 1938 (podría ir incluso hasta la anexión de Austria, el Anschluss, a principios de 1938) es que las "democracias liberales" pactaron tranquilamente con el nazismo -en la política llamada de "apaciguamiento"- y no quisieron acordar con Moscú alguna forma de ponerle límites al expansionismo nazi. Es cuando quedó constatado lo descrito que se firmó el pacto germano-soviético. En suma, las "democracias liberales", tal vez fieles al mercado, aplicaron ante Hitler la política del "dejar hacer, dejar pasar" (un laissez faire, laissez passer) que se negaron a acordarle a la Unión Soviética cuando propuso frenar entre todos al Tercer Reich.
      ¿La razón? Es aquí donde están atorados los rusos, ya que no tiene mucho que ver con considerar a los eslavos una raza inferior. Los croatas son eslavos y fueron fieles aliados de la Alemania nacional-socialista durante toda la guerra. Lo mismo sucedió con los bosnio-musulmanes, también eslavos, con eslovacos, ucranianos (en particular del oeste) y con más de un búlgaro (Bulgaria se alió con Alemania de 1941 a 1944, aún estando muy hermanada como eslava con los rusos). El problema está en que los alemanes del Tercer Reich veían muy mal el "bolchevismo" soviético (como parte de algún supuesto "complot judío", según aparece en Mi lucha). y resulta que Francia y Gran Bretaña...pues también veían con pésimos ojos al "bolchevismo", por lo que, para qué ocultarlo, preferían a Hitler, más si ofrecía "hacer el trabajo" contra "los rojos". El argumento racial no se sostiene demasiado: como las "democracias liberales", Hitler quería un mundo "libre de rojos", razón por la cual, atención, al momento de la invasión de la Unión Soviética, más que en toda la población, los nazis hicieron hincapié en la cacería de responsables comunistas (miembros del partido), y luego ya ni se diga en los partisanos, esperando esclavizar al resto o mandarlo más allá de los Urales. Ante la complacencia de las "democracias liberales", la Alemania nazi se lanzó al asalto de un sistema social, no de la "eterna esencia rusa" ni del dragón de San Jorge. No importa: los rusos siguen recordando su gran hazaña sin acordarse de qué los motivó a realizarla. "Con la razón no se puede comprender a Rusia", lanzaba en el siglo XIX el poeta Fiodor Tiutchev, a lo que otro ruso famoso le contestó que si para entenderla había que recurrir entonces al trasero . De hecho, a los dos años de 1953, fecha de la muerte de Stalin, ya se estaba perdonando a 55 mil soldados del ejército colaboracionista ruso-nazi de Andrei Vlasov, y a éste se lo intentó rehabilitar en 2001. No falta tampoco la ex procuradora de Crimea, Natalia Poklonskaya, que porta como foto del "regimiento inmortal" (los caídos en la guerra) al zar Nicolás II (?). Ideológicamente, es lo más parecido a una ensalada rusa, para no hablar de traseros. Y la canción inmortal siguiente ("Día de la Victoria"), típica del festejo de la victoria, es del muy brezhneviano año de 1975 (da click en el botón de reproducción para escucharla):

LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

 La Internacional Progresista (IP) del político Demócrata estadounidense Bernie Sanders se ha tragado a buena parte del progresismo latinoam...