No ocurrió desde luego así, pero Nebot encabezó desde el 31 de marzo una organización privada, el Comité Especial para la Emergencia por Coronavirus en Guayaquil, sobre todo con aportes empresariales. En algo digno de ser mencionado y difundido, desde abril se llevaron a la ciudad del Guayas cantidades importantes de hidroxicloroquina (antipalúdico) y azitromicina (antibiótico) para enfrentar la epidemia. Al 5 de mayo, la situación era completamente otra: 22 muertos por día, contra 460 el 6 de abril, ni más ni menos que 95 % menos decesos. Los fármacos mencionados se entregaron de manera gratuita a pacientes hospitalizados y de consulta externa de los hospitales públicos y ayudaron a que muchos casos no pasaran de graves a mortales. No está de más señalar que se educó más a la población (incluso en el uso de guantes) y se equipó mejor al personal de salud. Actualmente, la ciudad de Guayaquil, a la que está dedicada la canción al final (da click en el botón de reproducción), ya no depende del solidario saúco enviado mágicamente por los indígenas de Colta en la serranía y manda los medicamentos mencionados a Quito, la capital ecuatoriana, donde está pegando con un poco más de fuerza la epidemia. Cabe señalar que los medios de comunicación masiva, en especial los globalistas, que estuvieron prestos a filmar y fotografiar a Guayaquil en desgracia no dijeron absolutamente nada del modo en que muy rápidamente se recuperó la ciudad.
En estas condiciones, cabe mencionar que en Brasil, contra la voluntad del presidente Jair Bolsonaro, el Ministerio de Salud se negó a oficializar el tratamiento con hidroxiclorquina, al grado que el ministro, Nelson Teich, prefirió renunciar, luego de considerar entre otras cosas que el fármaco puede provocar "efectos colaterales" (en décadas de administración de cloroquina a millones de pacientes, la Organización Mundial de la Salud no había reportado, hasta 2017, ni un solo caso de problema cardíaco). Nise Yamaguchi, oncóloga, inmunóloga y asesora de Bolsonaro, criticó el estudio en el cual murieron pacientes por el medicamento: se les dió cloroquina, en lugar de hidroxicloroquina, y en dosis demasiado elevadas.
En la actualidad se usa la hidroxicloroquina contra la Covid 19 en Panamá (con orientación oficial por parte de la ministra de Salud, Rosario Turner, y junto con la azitromicina, tanto para la Caja del Seguro Social como para clínicas privadas) y República Dominicana (que lo recibió excepcionalmente de India). Se pueden quedar con Guayaquil quienes no quieran constatar este otro hecho: Venezuela, que usa la cloroquina y la hidroxicloroquina, junto con el ineficaz Kaletra (Lopinavir, Ritonavir), pero también el interferón Alfa 2B, tiene al día de hoy 10 fallecidos por la Covid 19.(sobre 29 millones de habitantes). Los casos de contagio siguen siendo de gente que regresa del exterior (más del 75 % de los casos). La cloroquina (difosfato) es fabricada por una empresa venezolana. Para quien prefiera a la derecha, el gobierno hondureño se ha estado asesorando con Vladimir (Zev) Zelenko, un médico de cerca de Nueva York que ha obtenido excelentes resultados con los dos fármacos mencionados (más zinc), con una reducción de la mortalidad del 99 %, aunque con la censura de los medios de comunicación masiva e incluso de entrevistas en Youtube. En las cuentas de twitter de Zev Zelenko y del médico marsellés (Francia) Didier Raoult se pueden encontrar cualquier cantidad de avales científicos al tratamiento hidroxicloroquina+azitromicina: se usa en toda el Africa occidental, Sudáfrica, Angola, Kenia, Egipto, Bárein o Turquía, por ejemplo, en este último país para todo aquél paciente que sea detectado como contagiado, de tal forma que pocos llegan a cuidados intensivos.
En México, país que tiene un secretario de Salud fantasma (salvo para llamar a la empresa farmaceútica estadounidense Gilead Sciences), el subsecretario de Salud, el "bombón" Hugo López-Gatell, no ha pasado de decir que de la hidroxicloroquina "ya hay evidencias preliminares a nivel internacional de su posible potencial" (!), aunque la empresa farmaceútica Novartis donó cantidades del fármaco para 20 mil pacientes. Los medios de comunicación masiva casi no informan de los tratamientos (se supone !que son 14!) que reciben los enfermos y bailan al son estadounidense y globalista, sin indagar nada ni estar al tanto del resto del mundo (muy en el estilo estadounidense, también). Cabe señalar que hay países que en realidad han optado por no curar, sino por pasar del "nada, váyase a su casa" a la intubación final. Sirva la ocasión para pedir de Google o de quien corresponda que no censure sutilmente. !Por favor! Ya bastantes problemas extraños plantea la "nueva normalidad"...