En estos días, al realizador ruso Nikita Mikhalkov se le censuró en su país un programa de televisión (lo pueden ver aquí abajo los lectores rusohablantes, dando click en el botón de reproducción) en el cual señala justamente los peligros de esta nueva educación a distancia y de la digitalización de todo. Puede que Mikhalkov caiga en algunas suspicacias excesivas, pero parece ser un hecho que, para alguna gente muy acomodada, la educación ya no tiene nada que ver con la posibilidad de emancipación y perfeccionamiento humano para todos. Herman Gref, un político y hombre de negocios ruso, antiguo ministro de Economía y Comercio (2000-2007), ya bajo el periodo del actual mandatario Vladimir Putin, es alguien cercano a William Bill Gates, y se quejó en 2012 en el Foro de San Petersburgo de algunos problemas con la educación, porque la gente educada sería difícil de manipular, o en todo caso de controlar (lo que molesta a más de un siervo o un esclavo, cabe agregar, que tiene toda clase de estereotipos sobre las personas con conocimientos verdaderos: que "el sueño de la razón engendra monstruos..." y cosas por el estilo). Gref, director del mayor banco ruso, Sberbank, se preguntó "cómo gestionar" una sociedad donde la gente pudiera tener igual acceso a la información, donde todos pudieran "juzgar directamente", de manera independiente, sin pasar por "los expertos" (siempre citados en las noticias) o los políticos.
En algún momento, el enviado especial del presidente de la Federación Rusa para el desarrollo digital y tecnológico, Dmitri Peskov (nada que ver con el portavoz de la presidencia),, consideró que hay "soluciones": las computadoras se abaratan y los conocimientos, en cambio, se deprecian rápidamente (sí, un rector de la universidad pública mexicana llegó alguna vez a declarar que el conocimiento se renueva cada 27 días o algo así). La solución sería aprender computación y dejarse de querer alcanzar el conocimiento, que además vuelve a quien lo tiene "incómodo" para los demás (lo que puede incluir a académicos e intelectuales, por cierto, no exentos de ignorancia o de frivolidad). ¿Con quién tratar? Tal vez sea preferible quien se maneja sencillamente con "competencias" gracias a la computación (y al inglés), dejando el control a otros (los políticos y sus "expertos"). Mikhalkov recordó que eran los propósitos de los nacionalsocialistas alemanes Heinrich Himmler y Martin Bormann, quienes no querían matar a los rusos, sino controlarlos dándoles como máximo, según declaraban, la posibilidad de contar hasta cien. !"La formación es un peligro", afirmaba Bormann! Pues Gref se pregunta si no sería adecuado dejar en lo mínimo a 6 mil millones de habitantes y reservar la "creatividad" al resto porque si no: ¿cómo vivir? Por cierto, ¿cómo seleccionar a los creativos?¿Mediante castings?
El flamante primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, se estaba proponiendo informatizarlo todo hasta que cayó enfermo de la Covid 19....Por cierto, en el Uruguay, José Mujica andaba en las tablets para todos, jubilados incluidos, hasta que el país fue a dar a la derecha. Bill Gates, cuando estaba en Microsoft, prohibió a sus hijos el uso de la tecnología hasta los 14 años y limitó el acceso de su hija a los videojuegos, Steven Steve Jobs, cofundador de Apple, prohibió a sus hijos tener iPads..."Los tecnólogos de Silicon Valley no quieren que sus hijos usen los dispositivos que ellos fabrican", recordaba hace poco The New York Times. Mientras Gates propone regular Google o Facebook, !Mishustin o los "expertos" de la universidad pública se ponen con las tecnologias de la información y la comunicación como niños en dulcería! A riesgo de que, como ha escrito el periodista Thierry Meyssan, "si no nos despertamos, la enseñanza será remplazada por un sistema de adquisición de saber a domicilio, (y) nuestros niños se convertirán en cotorras desprovistas de espíritu crítico, sabiendo de todo pero sin conocer nada". De hecho, en la mayoría de los medios de comunicación masiva ya es así. Y además alzan la voz como las cotorras.