Ha llegado a causar sorpresa que Suecia y Finlandia hayan anunciado su incorporación a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), porque se asocia todo lo que sea escandinavo con "neutralidad", aunque es inexacto. Lodos dos países mencionados tienen problemas inveterados con Rusia, aunque éste país no los ha amenazado de nada y tienen una situación diferente de la de una parte de Ucrania.
Uno de los recuerdos que queda en la historiografía es la penosa "guerra de invierno" de 1939 entre la Unión Soviética y Finlandia, de la que este país ha querido salir embellecido. En realidad, a finales de 1939, los soviéticos buscaron negociar un itercambio territorial que protegiera con una "zona tapón" la ciudad de Leningrado (hoy San Petersburgo) de un eventual ataque. Resulta que Finlandia se alió con los nazis, cosa poco dicha, y que desde 1935 acogió aeródromos militares para atacar a los soviéticos. Los nazis y países occidentales presionaron a Finlandia para hacer fracasar las negociaciones propuestas por la Unión Soviética, que efectivamente invadió el país escandinavo en noviembre de 1939, y se llevó una victoria difícil algunos meses más tarde, en marzo de 1940. La "pobre Finlandia" no había sido neutral, sino muy amiga del nazismo alemán. Antes, había formado parte del "cordón sanitario" antibolchevique, a partir de 1918-1919.
Suecia fue neutral desde el siglo XIX. Hubiera podido permanecer completamente neutral durante la Segunda Guerra Mundial, pero no fue del todo así. En junio de 1940, Suecia permitió el paso de equipo militar y personal alemán para atacar Noruega. A raíz de la ofensiva nazi contra la Unión Soviética en junio de 1941, una división de infantería alemana llegó a Finlandia desde Noruega, a través de territorio sueco. Suecia no dejó de comerciar con Alemania durante la guerra. Hacia el final de la guerra, Suecia prefirió ayudar a los aliados. Lo dicho no quita que Suecia haya llegado a tener una política exterior positiva durante la Guerra Fría, y que encarnara Olof Palme, socialdemócrata, pero sin dejar de cooperar estrechamente con la seguridad estadounidense y la OTAN. Apenas terminada la Guerra Fría, Suecia se fue involucrando en la política de "defensa" de la Unión Europea (UE), a la que se adhirió en 1995.
Islandia nunca ha sido neutral. Noruega fue atacada por los nazis, y no ofreció mayor resistencia (los alemanes se tomaron el territorio noruego en dos semanas). Hubo voluntarios noruegos al lado de los nazis contra los soviéticos. El nazismo no se privó de tomar represalias contra los noruegos que se le opusieran. Invadida casi al mismo tiempo que Noruega, Dinamarca se rindió a los nazis en un santiamén. Con ello, la Alemania nazi se aseguró el control del acceso al mar Báltico y, dado que no se interrumpió el comercio con Suecia, el transporte del mineral de hierro sueco a territorio germano.
El tema del bienestar en los país escandinavos es harina de otro costal, y tiene que ver en parte con lo contrario de lo que pregona el llamado "neoliberalismo". Baste comparar el alto gasto público noruego con el mínimo de Sudán del Sur.