Con todo y sus ínfulas, Guillermo Sheridan, piloto de la fuerza aérea universitaria (al mismo título que Lorenzo Córdova: sin la menor sanción), fue a servir de tonto útil de LatinUs y del "periodista" Carlos Loret de Mola, conocido por sus montajes. Acaba de lograr otro: supo utilizarlo en el momento adecuado, para que la ministra Yasmín Esquivel Mossa no fuera presidente de la Suprema Corte, y en pleno periodo de sucesión en la universidad pública. Para que quede claro, ésto no es una tribuna de defensa de Esquivel: su manera de sacar su tesis de doctorado realmente no convence.
Al parecer, los comités de ética, al menos los universitarios, tienen por función dar un jalón de orejas en vez de aplicar la ley y viceversa. Nada los faculta legalmente para un proceso que pueda dar por resultado la revocación de un título de Licenciatura. El problema va más allá, si es que no hay más ética que la que dicta el rating. El comité universitario de ética, luego de atribuirse funciones que no le corresponden, decidió llevar a cabo algo así como un proceso que fue cantado en los medios de comunicación masiva como “el plagio de la ministra": ya se ha dicho, teniendo el fallo y la sentencia antes del juicio y el proceso. En realidad, es todavía más grave. Dicho comité no permitió en ningún momento el desahogo de pruebas, en particular, siendo que hay unas 20, muy especializadas, que demuestran palmariamente que Esquivel Mossa NO plagió. Inició su tesis en algún momento de 1985 y la terminó en otro de 1986, cuando la directora del trabajo lo puso en manos de Edgar Báez, quien hace rato admitió ser el plagiario. Las pruebas se pueden consultar en www.pruebasirrefutables.com con una línea del tiempo. En todo caso, el comité de ética universitario tuvo que haber demostrado, si ya emitió un dictamen, que las pruebas presentadas por la defensa de la ministra carecen de valor, al igual que el testimonio de la directora, Martha Rodríguez. De otra manera, cabe decir que los linchamientos no son muy éticos que digamos, sino algo deleznable, pero frecuente en los medios de comunicación masiva. Y pues, a propósito: si son ciertas las pruebas de Esquivel Mossa, Carlos Loret de Mola tiene un montaje más en su haber, por si le interesa decir que "no sabía". Queda por saber si la universidad pública se explicará, o confundirá las cosas con una sentencia de medios de comunicación masiva que sistemáticamente desconocen los más elementales Derechos Humanos, como el de la presunción de inocencia. Curiosamente, no se ha estado discutiendo si Esquivel Mossa es o no la plagiaria, sino el tipo de sanción que debiera dársele. No sirve de nada pasar Presunto culpable o una serie de Netflix sobre el caso Cassez: se reincide tranquilamente en el linchamiento y en procedimientos por completo ajenos al menor sentido de justicia.
Y es que, si las 20 pruebas (Báez no tiene ninguna, que se sepa) fueran válidas, el comité de ética debería ver la situación de Guillermo Sheridan y la manera en que ha puesto en riesgo la reputación universitaria, confundiéndola con la del grupo Paz. Además, podría revisarse la no muy ética de Lorenzo Córdova, otro asiduo de LatinUs. Al menos que, en la rimbombante universidad, que suda ética hasta por los poros, no preocupe en lo más mínimo la impunidad, para que salgan del agua sin mojarse tanto Sheridan como Báez. ¿Otra vez sin tantita pena? (da click en el botón de reproducción).