Mi lista de blogs

viernes, 8 de noviembre de 2024

¿VAN A AHUECAR EL ALA?

 Alguna gente en América Latina se agarra del presidente electo Donald J. Trump como de un clavo ardiendo. Es por ejemplo lo que hace el presidente ecuatoriano Daniel Noboa. No parece entenderse de qué se trata, ya que está por verse si a Trump lo van a dejar gobernar. Quienes, como lo ha dicho el mandatario ruso Vladimir Putin, tienen interés en que no logre gran cosa pueden buscar inmovilizarlo. Es lo que no entiende una parte de la derecha latinoamericana, que practica lo mismo que podría intentarse contra Trump. En el mandato pasado, no lo dejaron, e incluso parte de su equipo le dió la espalda..

      Los dos elementos que pueden actuar en contra de Trump son los de siempre, un poco por doquier: los medios de comunicación masiva globalistas, que de hecho ya empezaron la campaña contra el presidente electo; y el aparato de Justicia, que hace rato que le siembra de todo al magnate vencedor. Así fue durante el mandato anterior, sobre todo con el invento de que Rusia había hecho quién sabe qué para favorecer a Trump, sin que a la larga se demostrara nada. Trump ha dicho explícitamente que se ha enfrentado a los intereses del "Estado profundo", por lo que tiene en contra a la Central de Inteligencia Americana (CIA) y a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), sobre todo que Trump sabe sobre el asesinato de John F. Kennedy, o sobre las andanzas de Hunter Biden, hijo del presidente Joseph Biden, en Ucrania, entre otras cosas. En los intentos de atentado contra Trump en su reciente campaña hubo alguna que otra rareza del FBI. Por lo demás, el portal Zero Hedge mostró hace rato cómo, en la "toma del capitolio", los partidarios de Trump fueron objeto de una provocación y llevados a una trampa. La pelea no es muy limpia que digamos. La Justicia en Estados Unidos es buena, a ciertos niveles, mientras no estén en juego grandes intereses de negocios ni la imagen de grandes personas, salvo un outsider como Trump, más allá de que pueda haber en su equipo "halcones" indeseables. De la misma manera en que se declaró sin tapujos contra el "Estado profundo", Trump había dicho en una ceremonia en West Point que era tiempo de que Estados Unidos dejara de librar guerras en lugares que a la gente ni le importan. Hasta aquí, en la medida en que Trump cumplió y estuvo sin guerras, es difícil saber dónde quedó la izquierda que, en principio, debiera defender la paz. Trump no es la clase de persona que dice una cosa y hace otra a diferencia de lo que hacen sistemáticamente los Demócratas: Kamala Harris, por ejemplo, contra el cambio climático y al rato dejando pasar el fracking. Los Demócratas como Bernie Sanders reconocen lo sucedido, que también debiera ser motivo de reflexión para una izquierda a la que sólo parecieran quedarle imposturas de viejas glorias gastadas: los trabajadores se fueron con Trump, en un país de desigualdades flagrantes donde el 60 % de la población vive al día, lo que quiere decir que el "alma de Estados Unidos", la "clase" media, no es lo que algún día fué, además de que ni siquiera hay buen acceso a la salud y a medicamentos que son caros. Hay quienes al parecer sólo ven de Estados Unidos la fachada de modernización financiera, y ni siquiera se incomodan por el hecho de que sea un "limosnero con garrote": el nivel de vida estadounidense, que ha bajado para gran parte de la población, se mantiene a costa de parasitar al resto del mundo que se deje. Nunca se tuvo en cuenta tampoco que Trump había dado buenos resultados económicos, dentro de ciertos límites: no, el asunto es trepar para una parte de la población, no mayoritaria, sobre las espaldas de los demás, y hacer pasar el arribismo por conducta deseable. Hillary Clinton era una criminal, pero no importó su grave involucramiento en guerras como la de Libia o la de Yugoslavia, a la que empujó a bombardear. Fue William Clinton quien desde los '90 quiso que se desmoronara Rusia como lo había hecho la Unión Soviética. Barack Obama, Nobel de la Paz, fue el presidente con más tiempo en guerra. O no se sabe, o más bien no se quiere saber: es el capitalismo del fraude. Según ha dicho Sanders, las cosas empeorarán con la Inteligencia Artificial. El "progresismo" no reflexiona demasiado, ni tiene teoría de nada, salvo excepciones, y está a remolque de los medios de comunicación masiva, además de preocuparse ante todo no del público, convertido en "audiencia", sino de "quedar bien" con los amigos para garantizar ciertos privilegios. Es lo mismo con los llamados "demócratas liberales": gente que se posicionó desde los '90 para trepar y que considera que los privilegios le son ""debidos", para lo que ofrecen golpear incluso a ciegas. Es también la gente boomer y del 68 que se cree exenta de rendir cuentas, aunque con derecho a pedirlas a medio mundo si bien el tiempo pasa para todos. A partir de los '90, es gente beneficiada con la fachada financiera y con el adelanto tecnológico, pero que no parece darse cuenta de que hay problemas de valores que no se limitan a descalificar a quien no se deje cooptar: el negocio con lo que sea no lo es todo en la vida, ni ""los derechos y las libertades", ni les histoires de cul. La gente no votó a Trump porque "sólo se sabe la posición del misionero", ni mucho menos por "misógino". Encima, los medios no argumentan, sino que denuestan a quien es franco y directo, más allá de una que otra extravagancia. Puerto Rico sí está en estado "basura" en las finanzas; Kamala Harris sí tiene la típica sonrisa gringa de falsedad, y decirlo no es misoginia; Hillary Clinton sí es moralmente repugnante, porque es totalmente doble, y más de un mexicano sí es un asesino que contribuye a meter droga en Estados Unidos, ya que de lo contrario México no tendría los homicidios que tiene. Lo demás es de fariseos, la especialidad Demócrata. El problema no son ellos, sino quienes desde el "Estado profundo" los han patrocinado para cooptar con demagogia a una población medianamente harta. Ahora es probable que se trate de no dejar gobernar. (da click en el botón de reproducción).



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...