El carácter legal o ilegal de formaciones políticas en Occidente no tiene mayor lógica. Si el asunto fuera el rechazo a los totalitarismos, todos, además de prohibir las relaciones con China o cuando menos presionarla (puesto que es un régimen de partido único, oficialmente comunista), habría que proscribir a los partidos comunistas donde aún existen y también a las agrupaciones de extrema derecha filonazis. En los grandes países occidentales no se hace (por ejemplo, en Francia son legales por igual comunistas que el Frente Nacional, en algún momento "filonazi", aunque hoy ha cambiado), y en Estados Unidos francamente no es necesario, por dos motivos: uno, que no hay agrupaciones comunistas ni nazis con alguna fuerza (por mínima que sea) y dos, dicho sea jocosamente, que los estadounidenses se cuidan solos.
En la Federación Rusa es distinto: el partido comunista (segundo en votos, aunque muy, muy por detrás del oficialista Rusia Unida) no está prohibido, pero se persigue con seriedad cualquier asomo de propaganda nazi o que se asemeje. No queda claro si el Partido Comunista de la Federación Rusa está ahí para asustar al electorado. Lo cierto es que en algunos países occidentales, la extrema derecha sirve para este fin, asustar al elector para que camine por el "recto centro" (ninguno va a votar por un comunismo derrotado)..
En cambio, Ucrania acaba de decidir prohibir al comunismo en nombre de la interdicción de los "totalitarismos". El Ministerio de Justicia ucraniano, después de consulta con una "comisión independiente", ilegalizó en estos días de finales de julio abiertamente al Partido Comunista de Ucrania y, además, al nuevo Partido Comunista y al Partido Comunista de los Trabajadores y los Campesinos. Nadie chistó en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ni entre los comunistas de Occidente. Quedaron igualmente prohibidos los símbolos comunistas (estatuas a Lenin, etcétera...).
Esta medida ucraniana se parece a las tomadas antes por países del Báltico donde veteranos nazis desfilan tranquilamente cuando quieren. Nadie ha salido en Ucrania a perseguir al batallón Azov, una formación paramilitar que pelea en el Este ucraniano con un símbolo de extrema derecha filonazi (parecido a la svástica), ni a Pravy Sektor, ni a los banderistas (émulos de quienes en la segunda Guerra Mundial colaboraron con el nazismo). En cambio, se prohibió a partidos que ya estaban fuera de la política (el grupo comunista en la Rada ucraniana fue disuelto el 24 de julio de 2014 por no tener el número necesario de representantes para hacer una formación parlamentaria: el Partido Comunista no llegó ni al 4 % de votos en las últimas elecciones en las cuales participó).
Como nadie vota a comunistas en Occidente (y los hay pocos), la extrema derecha y partidos filonazis (ya había sucedido en Italia) son mantenidos para hacerla de "ahí viene el Coco y te comerá" y conseguir que el electorado se porte "como se debe", aceptando al mismo tiempo un "revisionismo light", algo aparentemente "banal". Lo que importa es crear esta banalidad: no importa el comunismo, que para nada sirvió, no importa el mal, que siempre ha estado ahí (seguramente que desde la Biblia), y los demás son "todos iguales" (menos en mi familia). En fin: la política no incide en nada y nadie es sujeto de nada (tal vez por este motivo 61 % de los ucranianos quiere irse de su país).
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miércoles, 29 de julio de 2015
GRECIA: OTRA DE SYRIZA
No cabe duda de que, para darse un supuesto rostro humano, el capitalismo actual ha sabido servirse de la izquierda, si muy radical, mejor. Contra lo esperado tras un referendo, el gobierno izquierdista griego de Alexis Tsipras pactó con los grandes intereses financieros a espaldas de la voluntad popular. No era empero una sorpresa.
El analista Takis Fotopoulos ya había advertido el carácter "proglobalización" de Syriza, una izquierda que no quiere perderse lo que parece la "abundancia global" y que Grecia vivió a crédito en un pasado no muy lejano. Las cosas están hechas de tal modo que, como lo señala otra analista, Diana Johnstone esta vez, resulta que son los partidos de derecha los únicos que defienden a la nación -y por cierto que, en parte también, al aparato productivo nacional. Incluso muchos comunistas dejaron de hacerlo, aunque hay excepciones. Ahora, defender a la nación es ser "de derecha", otro modo de ser tildado de anticuado y "protofascista", al estilo de Marine Le Pen en Francia (poco parece importar lo que ésta reclama).
Vicky Pelaez aporta en su columna de Sputnik Mundo un dato curioso: Tsipras terminó por tener como "sponsor" al megaespeculador financiero George Soros (un antiruso rabioso, agreguemos). Syriza habría apoyado a las Organizaciones No Gubernamentales de Soros en el país helénico y en el año 2013 Tsipras estuvo en Washington en el Institute for New Economic Thinking y Syriza en la Universidad de Columbia.
Fotopoulos ya había señalado que el primer ministro Tsipras se había perdido una oportunidad de oro cuando Moscú le tendió la mano, meses atrás. Diana Johnstone sostiene que Estados Unidos fue tal vez el principal promotor de la permanencia griega en la zona euro (incluso contra la voluntad de importantes alemanes, incluyendo desde el derechista ministro de Finanzas Wolfgang Schauble hasta el socialdemócrata Oskar Lafontaine, quienes preferían probablemente la salida griega y el regreso de Grecia a la antigua moneda local, el dracma). Simplemente, "Grecia -dice Johnstone- debe permanecer firmemente en la Unión Europea por razones geopolíticas. Basta con mirar dónde está Grecia y lo que es: un país cristiano ortodoxo con buenas relaciones tradicionales con Rusia, ubicado en el Mediterráneo y no tan lejos de la 'Rusia de Putin'. No se debe permitir que Grecia se aleje. Punto". Un antecedente similar existía con Chipre. Tal parece que en izquierdas como Syriza (y habría que ver qué hay con Podemos en España) sigue valiendo el atavismo: "primero muerto que proruso". Esto no es muy distinto de posiciones como las del socialismo francés (hoy un gran amigo de Cuba, por cierto), Jean-Luc Mélenchon incluido, socialismo que según Johnstone fue el primero en presionar a Grecia para evitar su salida de la zona euro y cualquier veleidad de independencia. Honor a quien honor merece: Estados Unidos volvió a ganar la partida.
El analista Takis Fotopoulos ya había advertido el carácter "proglobalización" de Syriza, una izquierda que no quiere perderse lo que parece la "abundancia global" y que Grecia vivió a crédito en un pasado no muy lejano. Las cosas están hechas de tal modo que, como lo señala otra analista, Diana Johnstone esta vez, resulta que son los partidos de derecha los únicos que defienden a la nación -y por cierto que, en parte también, al aparato productivo nacional. Incluso muchos comunistas dejaron de hacerlo, aunque hay excepciones. Ahora, defender a la nación es ser "de derecha", otro modo de ser tildado de anticuado y "protofascista", al estilo de Marine Le Pen en Francia (poco parece importar lo que ésta reclama).
Vicky Pelaez aporta en su columna de Sputnik Mundo un dato curioso: Tsipras terminó por tener como "sponsor" al megaespeculador financiero George Soros (un antiruso rabioso, agreguemos). Syriza habría apoyado a las Organizaciones No Gubernamentales de Soros en el país helénico y en el año 2013 Tsipras estuvo en Washington en el Institute for New Economic Thinking y Syriza en la Universidad de Columbia.
Fotopoulos ya había señalado que el primer ministro Tsipras se había perdido una oportunidad de oro cuando Moscú le tendió la mano, meses atrás. Diana Johnstone sostiene que Estados Unidos fue tal vez el principal promotor de la permanencia griega en la zona euro (incluso contra la voluntad de importantes alemanes, incluyendo desde el derechista ministro de Finanzas Wolfgang Schauble hasta el socialdemócrata Oskar Lafontaine, quienes preferían probablemente la salida griega y el regreso de Grecia a la antigua moneda local, el dracma). Simplemente, "Grecia -dice Johnstone- debe permanecer firmemente en la Unión Europea por razones geopolíticas. Basta con mirar dónde está Grecia y lo que es: un país cristiano ortodoxo con buenas relaciones tradicionales con Rusia, ubicado en el Mediterráneo y no tan lejos de la 'Rusia de Putin'. No se debe permitir que Grecia se aleje. Punto". Un antecedente similar existía con Chipre. Tal parece que en izquierdas como Syriza (y habría que ver qué hay con Podemos en España) sigue valiendo el atavismo: "primero muerto que proruso". Esto no es muy distinto de posiciones como las del socialismo francés (hoy un gran amigo de Cuba, por cierto), Jean-Luc Mélenchon incluido, socialismo que según Johnstone fue el primero en presionar a Grecia para evitar su salida de la zona euro y cualquier veleidad de independencia. Honor a quien honor merece: Estados Unidos volvió a ganar la partida.
sábado, 25 de julio de 2015
¿HAY STRIP TEASE? JAPON SE SUMA...
Alemania y Japón tuvieron durante mucho tiempo, como consecuencia de la segunda Guerra Mundial, la prohibición de mandar tropas al extranjero. Alemania levantó esa prohibición hace ya un buen rato y de la tradición pacifista germana de posguerra no queda gran cosa. Japón está en el mismo camino.
Recientemente, el Libro Blanco de Defensa japonés, mientras se discutía la posibilidad de levantar la prohibición de mandar tropas al extranjero, designó sorprendentemente a Rusia como amenaza, pretextando el supuesto involucramiento ruso en Ucrania, un territorio francamente lejano del archipiélago asiático. "Las acciones rusas -afirmó el documento- son consideradas un asunto de seguridad global que probablemente afectará a toda la comunidad internacional", pese a que difícilmente puede entenderse en qué el conflicto ucraniano, a las puertas de Rusia en Europa, implica a países como por ejemplo los de América Latina, los de Africa o incluso los de Asia. Ni China -cuyas ambiciones no pasan de ser regionales- quiso irse a meter en el conflicto ucraniano que, según Tokio, amenaza a todos. Japón ha mantenido cierto nivel de tensión con la Federación Rusa por las islas Kuriles, buscando revisar los resultados de la segunda Guerra Mundial, pero Moscú no ha creado ninguna tensión en el Extremo Oriente de sus fronteras, nada que se parezca a una amenaza contra los japoneses.
Japón agregó como "amenaza" la tensión por dos islitas asiáticas (Diaoyu/Senkaku), alegando que China actúa "de manera autoritaria". La verdad es que los argumentos japoneses han sido de lo más endebles, pero no debiera dejar de llamar la atención que Rusia, incluso a diferencia de China, haya sido designada como amenaza ni más ni menos que a "toda la comunidad internacional".
Recientemente, el Libro Blanco de Defensa japonés, mientras se discutía la posibilidad de levantar la prohibición de mandar tropas al extranjero, designó sorprendentemente a Rusia como amenaza, pretextando el supuesto involucramiento ruso en Ucrania, un territorio francamente lejano del archipiélago asiático. "Las acciones rusas -afirmó el documento- son consideradas un asunto de seguridad global que probablemente afectará a toda la comunidad internacional", pese a que difícilmente puede entenderse en qué el conflicto ucraniano, a las puertas de Rusia en Europa, implica a países como por ejemplo los de América Latina, los de Africa o incluso los de Asia. Ni China -cuyas ambiciones no pasan de ser regionales- quiso irse a meter en el conflicto ucraniano que, según Tokio, amenaza a todos. Japón ha mantenido cierto nivel de tensión con la Federación Rusa por las islas Kuriles, buscando revisar los resultados de la segunda Guerra Mundial, pero Moscú no ha creado ninguna tensión en el Extremo Oriente de sus fronteras, nada que se parezca a una amenaza contra los japoneses.
Japón agregó como "amenaza" la tensión por dos islitas asiáticas (Diaoyu/Senkaku), alegando que China actúa "de manera autoritaria". La verdad es que los argumentos japoneses han sido de lo más endebles, pero no debiera dejar de llamar la atención que Rusia, incluso a diferencia de China, haya sido designada como amenaza ni más ni menos que a "toda la comunidad internacional".
EU: EL STRIP-TEASE
Estados Unidos, desde el famoso 11/S, el día del atentado contra las torres gemelas de Nueva York en 2001, nunca había mencionado a Rusia como amenaza. Washington prefirió designar al terrorismo y en parte al efecto de un supuesto "choque de civilizaciones".
Para justificar la presencia de un escudo antimisiles en varios países europeos (al Este), Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) adujeron una "amenaza iraní" que luego de las negociaciones recientes prácticamente se ha desvanecido, si es que alguna vez existió.
Lo curioso es que los altos jerarcas militares en Washington se han olvidado de todo lo anterior. En una comparecencia reciente ante la Comisión del Senado estadounidense, que analizó su nominación como jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Joseph Dunford designó sin rodeos a Rusia como principal amenaza para Estados Unidos. Dunford explicó que, según él, el Emirato Islámico o los terroristas no son un asunto prioritario, como tampoco el rearme chino.
Este 9 de julio, Dunford no se limitó a designar a Rusia. Designó, de manera mucho más específica, la "fuerza nuclear rusa". Dunford recordó que Rusia es "una potencia nuclear", aunque, agreguemos, no es la única. Así, Estados Unidos ha reconocido abiertamente que nunca dejó de tener en la mira a esta fuerza nuclear de la Federación Rusa, todo por más que Moscú no tenga una actitud ofensiva. Así las cosas, la "pacificación" del supuesto "problema" iraní no parece que vaya a calmar las intenciones occidentales de cerco contra Moscú.
Para justificar la presencia de un escudo antimisiles en varios países europeos (al Este), Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) adujeron una "amenaza iraní" que luego de las negociaciones recientes prácticamente se ha desvanecido, si es que alguna vez existió.
Lo curioso es que los altos jerarcas militares en Washington se han olvidado de todo lo anterior. En una comparecencia reciente ante la Comisión del Senado estadounidense, que analizó su nominación como jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Joseph Dunford designó sin rodeos a Rusia como principal amenaza para Estados Unidos. Dunford explicó que, según él, el Emirato Islámico o los terroristas no son un asunto prioritario, como tampoco el rearme chino.
Este 9 de julio, Dunford no se limitó a designar a Rusia. Designó, de manera mucho más específica, la "fuerza nuclear rusa". Dunford recordó que Rusia es "una potencia nuclear", aunque, agreguemos, no es la única. Así, Estados Unidos ha reconocido abiertamente que nunca dejó de tener en la mira a esta fuerza nuclear de la Federación Rusa, todo por más que Moscú no tenga una actitud ofensiva. Así las cosas, la "pacificación" del supuesto "problema" iraní no parece que vaya a calmar las intenciones occidentales de cerco contra Moscú.
miércoles, 15 de julio de 2015
IRAN: OTRA GANANCIA ESTADOUNIDENSE
Estados Unidos supo apoyarse en el ala más "aperturista" del régimen iraní para lograr un "histórico acuerdo" (5+1, fin del programa nuclear militar iraní contra levantamiento de sanciones) que, al igual que el acercamiento con Cuba, perfila sin duda al mandatario estadounidense Barack Obama como el pacifista que no es -es en realidad un hábil jugador de póker. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha venido diciendo que instala un escudo antimisiles en el Este de Europa contra la "amenaza nuclear" iraní. Ahora que esta supuesta amenaza está por ser liquidada, Rusia considera que la OTAN carece de argumento. No tanto: la organización militar simplemente cambiará de pretexto, alegando ahora abiertamente la "amenaza rusa" (en Ucrania, por ejemplo).
El problema con la "amenaza iraní" es que fue prácticamente inexistente. En 1988 Irán puso oficialmente fin a su programa militar nuclear, por decreto del ayatolá Jomeini. Teherán se ha dedicado exclusivamente a un programa nuclear civil con mínimas repercusiones militares (por ejemplo, para motores de navíos de guerra, y no mucho más). En el año 2005 (9 de agosto), con un decreto con fuerza de ley (fatwa), el imám Jamenei ratificó el carácter exclusivamente civil del programa nuclear iraní.
El aperturismo lo jugó el presidente Hassán Rohani, quien ya se había puesto del lado de la pequeña "revolución de color" iraní en 2009, contra el entonces presidente Mahmud Ahmadinejad. Han empujado hacia la apertura -a la espera de dinero cuando vayan siendo levantadas las sanciones contra Teherán- muchos jóvenes que no conocieron la "Revolución" de 1979, pero si las sanciones (más del 50 % de los jóvenes está desempleado).
La prensa occidental se apresuró a prever que en el futuro, reconstruyendo parte de su industria petrolera, Irán (este país tiene las cuartas mayores reservas de petróleo probadas en el mundo) podrá colocar más crudo en el mercado internacional. El ministro iraní del ramo Bijam Namdar Zanganeh ya envió una carta a la Organización de Países Exportadores de Petróleo informando que venderá más crudo en un futuro no muy lejano, lo que podría -junto con la estrategia saudiárabe- hacer caer aún más los precios del petróleo. Algunos portales rusos ya lo entendieron: pudiera avecinarse un nuevo golpe para la exportación rusa de materias primas (en un mercado petrolero controlado por lo demás por especuladores) y endurecerse la competencia por el mercado europeo. Por lo pronto, en materia de rediseño de Medio Oriente, Estados Unidos ha conseguido una ganancia más, mientras el tercermundismo se va con líderes como Ahmadinejad, en algún momento amigo de algunos latinoamericanos. Alguien puede querer alegar que todavía queda Norcorea, pero sería otra muestra de desinformación: el tercermundismo chantajea para arrebatarle al Primer Mundo alguna forma de entrada a una función que, sin embargo, tal vez no tenga el final esperado. En general, hay ciertas diferencias entre los finales de película y los de la realidad, aunque en este momento todo parezca happy end para Obama.
El problema con la "amenaza iraní" es que fue prácticamente inexistente. En 1988 Irán puso oficialmente fin a su programa militar nuclear, por decreto del ayatolá Jomeini. Teherán se ha dedicado exclusivamente a un programa nuclear civil con mínimas repercusiones militares (por ejemplo, para motores de navíos de guerra, y no mucho más). En el año 2005 (9 de agosto), con un decreto con fuerza de ley (fatwa), el imám Jamenei ratificó el carácter exclusivamente civil del programa nuclear iraní.
El aperturismo lo jugó el presidente Hassán Rohani, quien ya se había puesto del lado de la pequeña "revolución de color" iraní en 2009, contra el entonces presidente Mahmud Ahmadinejad. Han empujado hacia la apertura -a la espera de dinero cuando vayan siendo levantadas las sanciones contra Teherán- muchos jóvenes que no conocieron la "Revolución" de 1979, pero si las sanciones (más del 50 % de los jóvenes está desempleado).
La prensa occidental se apresuró a prever que en el futuro, reconstruyendo parte de su industria petrolera, Irán (este país tiene las cuartas mayores reservas de petróleo probadas en el mundo) podrá colocar más crudo en el mercado internacional. El ministro iraní del ramo Bijam Namdar Zanganeh ya envió una carta a la Organización de Países Exportadores de Petróleo informando que venderá más crudo en un futuro no muy lejano, lo que podría -junto con la estrategia saudiárabe- hacer caer aún más los precios del petróleo. Algunos portales rusos ya lo entendieron: pudiera avecinarse un nuevo golpe para la exportación rusa de materias primas (en un mercado petrolero controlado por lo demás por especuladores) y endurecerse la competencia por el mercado europeo. Por lo pronto, en materia de rediseño de Medio Oriente, Estados Unidos ha conseguido una ganancia más, mientras el tercermundismo se va con líderes como Ahmadinejad, en algún momento amigo de algunos latinoamericanos. Alguien puede querer alegar que todavía queda Norcorea, pero sería otra muestra de desinformación: el tercermundismo chantajea para arrebatarle al Primer Mundo alguna forma de entrada a una función que, sin embargo, tal vez no tenga el final esperado. En general, hay ciertas diferencias entre los finales de película y los de la realidad, aunque en este momento todo parezca happy end para Obama.
martes, 14 de julio de 2015
EU-CHINA: ¿LA PROXIMA INICIATIVA DE WASHINGTON?
No todo el mundo en Estados Unidos quiere un conflicto con China. Georges Soros, por ejemplo, el gran magnate y especulador financiero, con muchos intereses en Europa del Este, es partidario de un acercamiento entre Washington y Beijing. Un portal ruso reprodujo algunas de las afirmaciones de Soros en un periódico estadounidense, pero al mismo portal se le olvidó mencionar que el magnate detesta a Rusia -país al que considera como agresor en Ucrania- y cree que aliarse con China es la mejor manera de evitar un acercamiento entre Beijing y Moscú. Estados Unidos no quiere abrir todos los frentes a la vez.
Soros es muy consciente de la fuerte interconexión económica entre China y Estados Unidos, un grado de interconexión que, agreguemos, no existe entre Rusia y Estados Unidos (ni entre Rusia y China, por lo demás). China ha estado impulsando la demanda mundial después de la crisis de 2008 y al mismo tiempo vendiéndole a crédito al consumidor estadounidense; ahora se plantea el problema de saber, para los chinos, pasar de un modelo basado en el crecimiento de las exportaciones a otro impulsado por la demanda doméstica.
Soros propone que Estados Unidos acepte a la moneda china, el yuan/renminbi, como parte de la canasta de Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional (donde Washington tiene poder de veto). Para el magnate, China no está buscando poner en tela de juicio la supremacía del dólar; lo que Beijing quiere es un mayor mercado gubernamental de bonos y abrirlo a inversionistas internacionales de tal modo que el gobierno central chino pueda "limpiar las deudas malas" locales (de empresas insolventes) y convertir deuda en acciones, reanimando la demanda doméstica. Este sería el propósito de las reformas económicas del actual presidente chino, Xi Jinping. La liberalización financiera busca hacer crecer a la economía china, más que algún expansionismo mundial que desafíe a Estados Unidos. Soros propone algo muy simple: comprarse la voluntad china cediendo -a cambio de neutralizar a Beijing, en un juego de "ganar-ganar" y no de suma cero- en vez de empujar a una lógica político-militar contraproducente, para ir así en un camino contrario al escogido con la Federación Rusa. Los estadounidenses pueden así meterse a más de uno en el bolsillo -casi literalmente.
Soros es muy consciente de la fuerte interconexión económica entre China y Estados Unidos, un grado de interconexión que, agreguemos, no existe entre Rusia y Estados Unidos (ni entre Rusia y China, por lo demás). China ha estado impulsando la demanda mundial después de la crisis de 2008 y al mismo tiempo vendiéndole a crédito al consumidor estadounidense; ahora se plantea el problema de saber, para los chinos, pasar de un modelo basado en el crecimiento de las exportaciones a otro impulsado por la demanda doméstica.
Soros propone que Estados Unidos acepte a la moneda china, el yuan/renminbi, como parte de la canasta de Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional (donde Washington tiene poder de veto). Para el magnate, China no está buscando poner en tela de juicio la supremacía del dólar; lo que Beijing quiere es un mayor mercado gubernamental de bonos y abrirlo a inversionistas internacionales de tal modo que el gobierno central chino pueda "limpiar las deudas malas" locales (de empresas insolventes) y convertir deuda en acciones, reanimando la demanda doméstica. Este sería el propósito de las reformas económicas del actual presidente chino, Xi Jinping. La liberalización financiera busca hacer crecer a la economía china, más que algún expansionismo mundial que desafíe a Estados Unidos. Soros propone algo muy simple: comprarse la voluntad china cediendo -a cambio de neutralizar a Beijing, en un juego de "ganar-ganar" y no de suma cero- en vez de empujar a una lógica político-militar contraproducente, para ir así en un camino contrario al escogido con la Federación Rusa. Los estadounidenses pueden así meterse a más de uno en el bolsillo -casi literalmente.
lunes, 13 de julio de 2015
EU-CHINA: EL CONFLICTO QUE NO LLEGA
Parecía que se avecinaba tormenta en el mar del sur de China. Y no pasó nada. Hace algunas semanas, Estados Unidos y China firmaron un acuerdo de cooperación militar para aumentar el diálogo entre sus respectivos ejércitos y, nótese bien, compartir códigos de conducta con instrucciones para evitar errores o percances en aguas del mar del sur de China. Por lo visto, ninguno de los socios quiere una escalada. El contraste es notorio con la ruptura de todos los códigos de conducta en el Este europeo, por la presión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra la Federación Rusa.
Según Alexei Máslov, director de la Escuela de Orientalismo de la Escuela Superior Rusa de Economía, China piensa con ese tipo de acuerdos jugar independientemente sus propias cartas, a igual distancia de Rusia y de Estados Unidos. China no se está aliando con Rusia. Beijing juega "en solitario" lo que considera los intereses de una "gran potencia" (todo el mundo está enfermo de algún tipo de "potencia", lo que empieza ya a parecer priapismo mundial).
Según Máslov, China y Estados Unidos armaron la alharaca sobre la tensión en el mar del sur de China para camuflar la preparación del acuerdo -y agreguemos que tal vez para obtener el máximo de beneficios "en pie de igualdad".
Por si fuera poco, el reciente acuerdo sino-estadounidense cuestiona otro acuerdo, el suscrito en 1972 entre Taiwan (Formosa) y Estados Unidos, por el cual este último estaría obligado a defender a Taipei -capital taiwanesa- en caso de agresión china, y Washington queda limitado para emplear la fuerza militar en un conflicto en Asia Oriental. Por lo visto, aquí, Estados Unidos quiere llevar la fiesta en paz y no abrir dos frentes a la vez (uno en Europa y otro en Asia). Los asiáticos -norcoreanos incluidos- también privilegian la paz y parecieran dispuestos a cualquier payasada para mantenerla.
Según Alexei Máslov, director de la Escuela de Orientalismo de la Escuela Superior Rusa de Economía, China piensa con ese tipo de acuerdos jugar independientemente sus propias cartas, a igual distancia de Rusia y de Estados Unidos. China no se está aliando con Rusia. Beijing juega "en solitario" lo que considera los intereses de una "gran potencia" (todo el mundo está enfermo de algún tipo de "potencia", lo que empieza ya a parecer priapismo mundial).
Según Máslov, China y Estados Unidos armaron la alharaca sobre la tensión en el mar del sur de China para camuflar la preparación del acuerdo -y agreguemos que tal vez para obtener el máximo de beneficios "en pie de igualdad".
Por si fuera poco, el reciente acuerdo sino-estadounidense cuestiona otro acuerdo, el suscrito en 1972 entre Taiwan (Formosa) y Estados Unidos, por el cual este último estaría obligado a defender a Taipei -capital taiwanesa- en caso de agresión china, y Washington queda limitado para emplear la fuerza militar en un conflicto en Asia Oriental. Por lo visto, aquí, Estados Unidos quiere llevar la fiesta en paz y no abrir dos frentes a la vez (uno en Europa y otro en Asia). Los asiáticos -norcoreanos incluidos- también privilegian la paz y parecieran dispuestos a cualquier payasada para mantenerla.
viernes, 10 de julio de 2015
IZQUIERDA EN AMERICA LATINA: DESDE LA CANTINA (y II)
La última ocurrencia de Immanuel II, el Sumo Pontífice de la intelectualidad latinoamericana de izquierda, la clique de los caminos intermedios, consiste en aducir que en América Latina hay dos izquierdas, una neodesarrollista y "modernizante" (una izquierda compuesta de "personas" que quieren "ponerse al corriente" respecto de los países del Norte), y otra de clases bajas compuesta con frecuencia por poblaciones indígenas y afrodescendientes, todos ellos partidarios del "buen vivir". Immanuel II no parece darse cuenta de que la agenda de estas poblaciones no surgió de la nada, mucho menos por generación espontánea: Obama y Bergoglio lo saben, es la agenda "étnica" -en realidad racial- que nació en la antropología y en los campus estadounidenses, los mismos desde los cuales se agrede al eurocentrismo como parte de las actividades académicas y deportivas a las que por lo demás asisten "los nuestros" para granjearse fondos en las universidades latinoamericanas.
El tipo de modernización que quieren las otras "personas" (de color no especificado) no es igual en Brasil y en Argentina que en Chile y Perú o que en México y Costa Rica, de la misma manera en que el buen vivir no lo quieren nada más los cobrizos en Ecuador y Bolivia -cobrizos que suelen hacerle más de un favor a Estados Unidos y que suelen tener lo que Rafael Correa, mandatario ecuatoriano, ha llamado "enfermedad infantil del izquierdismo". Immanuel II, por cierto, en plena "navegación", no precisa a quienes se refiere cuando alude a los "modos más y más ásperos en que (estos) gobiernos tratan a las fuerzas de oposición". Ningún gobierno de izquierda lo ha hecho en América Latina, ni siquiera en materia de medios de comunicación masiva (las limitaciones en el Ecuador o Argentina no han sido graves ni realmente "ásperas").
Immanuel II termina en la cantina: "en resumen, dice, el progreso de la izquierda latinoamericana tan notable en años recientes, se está desbaratando por la amarga lucha emprendida entre las dos izquierdas latinoamericanas. Aquellas personas y grupos que han intentado alentar un diálogo significativo entre las dos izquierdas han constatado que no son bienvenidos en ninguno de los dos bandos. Es como si ambos dijeran: están con nosotros o están contra nosotros, pero no hay camino intermedio. Es muy tarde, pero tal vez no sea demasiado tarde para que ambas partes revaloren la situación y rescaten de la destrucción a la izquierda latinoamericana".
Tan bien que íbamos. ¿Pos qué pasó? Ah qué caray, ya ni llorar es bueno...
El tipo de modernización que quieren las otras "personas" (de color no especificado) no es igual en Brasil y en Argentina que en Chile y Perú o que en México y Costa Rica, de la misma manera en que el buen vivir no lo quieren nada más los cobrizos en Ecuador y Bolivia -cobrizos que suelen hacerle más de un favor a Estados Unidos y que suelen tener lo que Rafael Correa, mandatario ecuatoriano, ha llamado "enfermedad infantil del izquierdismo". Immanuel II, por cierto, en plena "navegación", no precisa a quienes se refiere cuando alude a los "modos más y más ásperos en que (estos) gobiernos tratan a las fuerzas de oposición". Ningún gobierno de izquierda lo ha hecho en América Latina, ni siquiera en materia de medios de comunicación masiva (las limitaciones en el Ecuador o Argentina no han sido graves ni realmente "ásperas").
Immanuel II termina en la cantina: "en resumen, dice, el progreso de la izquierda latinoamericana tan notable en años recientes, se está desbaratando por la amarga lucha emprendida entre las dos izquierdas latinoamericanas. Aquellas personas y grupos que han intentado alentar un diálogo significativo entre las dos izquierdas han constatado que no son bienvenidos en ninguno de los dos bandos. Es como si ambos dijeran: están con nosotros o están contra nosotros, pero no hay camino intermedio. Es muy tarde, pero tal vez no sea demasiado tarde para que ambas partes revaloren la situación y rescaten de la destrucción a la izquierda latinoamericana".
Tan bien que íbamos. ¿Pos qué pasó? Ah qué caray, ya ni llorar es bueno...
IZQUIERDA EN AMERICA LATINA: DESDE LA CANTINA (I)
Un periódico mexicano reprodujo este 10 de julio dos artículos en los cuales se reflexiona sobre la izquierda latinoamericana. Habría que saber si el pasado en los años "postneoliberales" fue tan glorioso como se lo pinta en el discurso. El hecho es que Raúl Zibechi considera dos cosas:
-América Latina sigue teniendo un lugar marginal en el mundo, lo que por lo demás dista de ser una novedad. La tendencia está instalada desde hace unas cuatro décadas, lo que no ha impedido que los intelectuales latinoamericanos de izquierda crean que América Latina está a la vanguardia mundial -e incluso intergaláctica. En realidad, "el documento Estrategia militar nacional de Estados Unidos 2015, difundido recientemente y enfocado a la contención de China y Rusia, dice Zibechi, menciona en varios pasajes todas las regiones del planeta, pero hace alusiones apenas laterales hacia América Latina y el Caribe. Lo que no quiere decir que el Pentágono no tenga una política hacia la región, sino que no vislumbra problemas mayores en su patio trasero, donde sólo se preocupa por las 'organizaciones criminales transnacionales'".
A esto cabría agregar que Venezuela, desde donde parecía perfilarse la gran alternativa, está ideológicamente a la deriva, si es que alguna vez tuvo un proyecto realmente distinto del "latinoamericanismo a la cubana", que consiste en declamar sin parar, aunque cambiando citas de Martí por otras de Bolívar en medio de cierta redistribución de la riqueza (Unasur y otros procesos de integración están en realidad bastante paralizados, al igual que Mercosur, como lo señala Zibechi). Del socialismo del siglo XXI no se ha sabido ya nada. "En Venezuela -considera Jorge Beinstein-la eterna transición hacia un socialismo que nunca termina de llegar no ha conseguido superar al capitalismo aunque caotiza su funcionamiento, forjando de ese modo el escenario de una gran tragedia".
En realidad, a juzgar por lo que sugiere Zibechi, el proyecto no existe: está -como siempre- en proyecto. "Cabe destacar, escribe este autor, la falta de debates estratégicos en la región, que afecta a los institutos especializados, las academias, los partidos de izquierda y progresistas, y también los movimientos sociales. Las urgencias del momento han relegado los temas del fondo, que incluyen desde la inserción de cada país y la región en un mundo que cambia, hasta los diversos proyectos nacionales. Se ha perdido una década, en gran medida por el 'facilismo' de seguir detrás de los altos precios de las materias primas, que actuaron como narcóticos paralizando la voluntad de transformaciones estructurales (...) Los movimientos son parte del problema. Desaparecidos los foros sociales como espacios de encuentro y debate, el vacío está siendo llenado por el Vaticano. Nada bueno puede salir de la carencia de proyectos estratégicos".
El vacío no lo llena nada más El Vaticano, que facilitó lo que muchos entienden como "reconciliación" entre Cuba y Estados Unidos, y el Papa que recuperó para si parte de los temas del "buen vivir" ecuatoriano y boliviano. Mientras el intelectual latinoamericano declama y proclama, Estados Unidos ha ganado -según lo demostrado por Jorge Beinstein en su pagina Web- mayor presencia militar en Honduras (Fuerza de Tarea de Propósito Especial Aire-Tierra de Marines-Sur), Perú -el presidente peruano Ollanta Humala también ha perdido el rumbo-y Colombia (Fuerza de Tarea de Armas Medianas Combinadas, en La Guajira), lo que se suma a la presencia militar en otros países como El Salvador, Panamá y Paraguay (no está de más recordar que la actual candidata demócrata a la presidencia estadounidense, Hillary Clinton, reconoció haber apadrinado el golpe "suave" contra Zelaya en Honduras). Es en este contexto que la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, tenía que llegar a concretar importantes acuerdos de cooperación militar con Washington. Si hay proyecto, sigue siendo el del peón de hacienda, salvo excepciones: estar con el patrón, donde quiera que esté y como quiera que se llame, Obama o Bergoglio.
-América Latina sigue teniendo un lugar marginal en el mundo, lo que por lo demás dista de ser una novedad. La tendencia está instalada desde hace unas cuatro décadas, lo que no ha impedido que los intelectuales latinoamericanos de izquierda crean que América Latina está a la vanguardia mundial -e incluso intergaláctica. En realidad, "el documento Estrategia militar nacional de Estados Unidos 2015, difundido recientemente y enfocado a la contención de China y Rusia, dice Zibechi, menciona en varios pasajes todas las regiones del planeta, pero hace alusiones apenas laterales hacia América Latina y el Caribe. Lo que no quiere decir que el Pentágono no tenga una política hacia la región, sino que no vislumbra problemas mayores en su patio trasero, donde sólo se preocupa por las 'organizaciones criminales transnacionales'".
A esto cabría agregar que Venezuela, desde donde parecía perfilarse la gran alternativa, está ideológicamente a la deriva, si es que alguna vez tuvo un proyecto realmente distinto del "latinoamericanismo a la cubana", que consiste en declamar sin parar, aunque cambiando citas de Martí por otras de Bolívar en medio de cierta redistribución de la riqueza (Unasur y otros procesos de integración están en realidad bastante paralizados, al igual que Mercosur, como lo señala Zibechi). Del socialismo del siglo XXI no se ha sabido ya nada. "En Venezuela -considera Jorge Beinstein-la eterna transición hacia un socialismo que nunca termina de llegar no ha conseguido superar al capitalismo aunque caotiza su funcionamiento, forjando de ese modo el escenario de una gran tragedia".
En realidad, a juzgar por lo que sugiere Zibechi, el proyecto no existe: está -como siempre- en proyecto. "Cabe destacar, escribe este autor, la falta de debates estratégicos en la región, que afecta a los institutos especializados, las academias, los partidos de izquierda y progresistas, y también los movimientos sociales. Las urgencias del momento han relegado los temas del fondo, que incluyen desde la inserción de cada país y la región en un mundo que cambia, hasta los diversos proyectos nacionales. Se ha perdido una década, en gran medida por el 'facilismo' de seguir detrás de los altos precios de las materias primas, que actuaron como narcóticos paralizando la voluntad de transformaciones estructurales (...) Los movimientos son parte del problema. Desaparecidos los foros sociales como espacios de encuentro y debate, el vacío está siendo llenado por el Vaticano. Nada bueno puede salir de la carencia de proyectos estratégicos".
El vacío no lo llena nada más El Vaticano, que facilitó lo que muchos entienden como "reconciliación" entre Cuba y Estados Unidos, y el Papa que recuperó para si parte de los temas del "buen vivir" ecuatoriano y boliviano. Mientras el intelectual latinoamericano declama y proclama, Estados Unidos ha ganado -según lo demostrado por Jorge Beinstein en su pagina Web- mayor presencia militar en Honduras (Fuerza de Tarea de Propósito Especial Aire-Tierra de Marines-Sur), Perú -el presidente peruano Ollanta Humala también ha perdido el rumbo-y Colombia (Fuerza de Tarea de Armas Medianas Combinadas, en La Guajira), lo que se suma a la presencia militar en otros países como El Salvador, Panamá y Paraguay (no está de más recordar que la actual candidata demócrata a la presidencia estadounidense, Hillary Clinton, reconoció haber apadrinado el golpe "suave" contra Zelaya en Honduras). Es en este contexto que la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, tenía que llegar a concretar importantes acuerdos de cooperación militar con Washington. Si hay proyecto, sigue siendo el del peón de hacienda, salvo excepciones: estar con el patrón, donde quiera que esté y como quiera que se llame, Obama o Bergoglio.
miércoles, 8 de julio de 2015
ESTADOS UNIDOS-AMERICA LATINA: I TOOK CUBA, I TOOK PUERTO RICO...AND SO ON
El modo en que el presidente estadounidense se ha referido recientemente a Cuba no es encantador. Barack Obama, el mandatario en cuestión, declaró hace poco: "volveremos a izar orgullosos nuestra bandera en La Habana". No está claro de entrada de qué debe Estados Unidos sentirse "orgulloso": si de los innumerables intentos de atentado contra Fidel Castro, si de la invasión mercenaria en Bahía de Cochinos (Playa Girón), si de las guerras bacteriológicas y otras contra la isla o de qué demás cosas por el estilo.
En realidad, Obama no pierde el rumbo ni la habilidad. "Por supuesto, declaró, nadie espera que Cuba cambie de la noche a la mañana, pero creo que la implicación americana, a través de nuestra embajada y nuestros negocios, es la mejor manera de avanzar en nuestros intereses y apoyar la democracia y los derechos humanos". Vaya lapsus: democracia y derechos humanos son parte de los negocios estadounidenses -o formas de mejorarlos y darles prioridad. "Nuestra embajada" quiere decir que Washington se reserva la posibilidad de armarle a Cuba una de esas "revoluciones de colores" de moda, aunque falló hace algún tiempo con las "damas de blanco". Lo más importante es que Estados Unidos ha entendido que puede conseguir mediante los negocios lo que no logró mediante la maniobra militar ni la política. Y para ésto, lo de los negocios, es un enigma si Cuba quiere resistir o se apresta a entregarse a la reconciliación, con bendición papal. Lo que es Obama, ya ha solicitado que a Cuba le sea levantado el embargo.
En cuanto a la candidata demócrata a la presidencia estadounidense, Hillary Clinton, partidaria también de levantar ese embargo, ahora promueve la salvación de la "Grecia del Caribe", llamada así por su deuda, no por su cultura: Puerto Rico está en quiebra. Clinton quiere que el Gobierno Federal haga "algo", si la isla puede tal vez acogerse a la ley estadounidense de Quiebras. Y es que, primero, en las elecciones primarias los puertorriqueños en la isla votan (lo han hecho abrumadoramente por M'a Clinton, como sucedió en 2008), y segundo, en las presidenciales votan los puertorriqueños residentes en Estados Unidos, con una presencia cada vez mayor en estados como Florida, "feudo" del republicano Jeb Bush y lugar considerado electoralmente decisivo. Cuba y Puerto Rico se han vuelto "asunto interno" de Estados Unidos de cara a las elecciones del año 2016. Puerto Rico ya lo era en gran medida, pero Cuba no tanto.
Estados Unidos ha vuelto a ganar en profundidad en el Caribe, Centroamérica, buena parte de Sudamérica y, cuando hace falta, el Papa puede hacer el resto (sobre todo en Ecuador y Bolivia) para neutralizar cualquier tentación radical y hacer volver al Señor a las ovejas descarriadas. Conquista latinoamericana no hay ninguna en todo éste hábil intento de Washington por comprarse la retaguardia con una "buena vecindad". Salvo que alguien se crea que América Latina, de tanto estar a la vanguardia, también tiene a un vecino de vanguardia en el norte y una Santa Sede también de vanguardia. Cierto, a este ritmo no quedará nadie en la retaguardia. A ésto se le llama simplemente salir corriendo.
En realidad, Obama no pierde el rumbo ni la habilidad. "Por supuesto, declaró, nadie espera que Cuba cambie de la noche a la mañana, pero creo que la implicación americana, a través de nuestra embajada y nuestros negocios, es la mejor manera de avanzar en nuestros intereses y apoyar la democracia y los derechos humanos". Vaya lapsus: democracia y derechos humanos son parte de los negocios estadounidenses -o formas de mejorarlos y darles prioridad. "Nuestra embajada" quiere decir que Washington se reserva la posibilidad de armarle a Cuba una de esas "revoluciones de colores" de moda, aunque falló hace algún tiempo con las "damas de blanco". Lo más importante es que Estados Unidos ha entendido que puede conseguir mediante los negocios lo que no logró mediante la maniobra militar ni la política. Y para ésto, lo de los negocios, es un enigma si Cuba quiere resistir o se apresta a entregarse a la reconciliación, con bendición papal. Lo que es Obama, ya ha solicitado que a Cuba le sea levantado el embargo.
En cuanto a la candidata demócrata a la presidencia estadounidense, Hillary Clinton, partidaria también de levantar ese embargo, ahora promueve la salvación de la "Grecia del Caribe", llamada así por su deuda, no por su cultura: Puerto Rico está en quiebra. Clinton quiere que el Gobierno Federal haga "algo", si la isla puede tal vez acogerse a la ley estadounidense de Quiebras. Y es que, primero, en las elecciones primarias los puertorriqueños en la isla votan (lo han hecho abrumadoramente por M'a Clinton, como sucedió en 2008), y segundo, en las presidenciales votan los puertorriqueños residentes en Estados Unidos, con una presencia cada vez mayor en estados como Florida, "feudo" del republicano Jeb Bush y lugar considerado electoralmente decisivo. Cuba y Puerto Rico se han vuelto "asunto interno" de Estados Unidos de cara a las elecciones del año 2016. Puerto Rico ya lo era en gran medida, pero Cuba no tanto.
Estados Unidos ha vuelto a ganar en profundidad en el Caribe, Centroamérica, buena parte de Sudamérica y, cuando hace falta, el Papa puede hacer el resto (sobre todo en Ecuador y Bolivia) para neutralizar cualquier tentación radical y hacer volver al Señor a las ovejas descarriadas. Conquista latinoamericana no hay ninguna en todo éste hábil intento de Washington por comprarse la retaguardia con una "buena vecindad". Salvo que alguien se crea que América Latina, de tanto estar a la vanguardia, también tiene a un vecino de vanguardia en el norte y una Santa Sede también de vanguardia. Cierto, a este ritmo no quedará nadie en la retaguardia. A ésto se le llama simplemente salir corriendo.
martes, 7 de julio de 2015
COLOMBIA: LAS FARC Y EL AGRO EN LA NEGOCIACION
Ni los portales cubanos hablan de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a pesar de que es en Cuba que tienen lugar negociaciones para lograr una paz duradera en Colombia. la misma Cuba, Noruega, Chile y Venezuela "apadrinan" este diálogo.
Como es costumbre en la izquierda, poco se dijo del motivo que llevó a las FARC a la mesa de negociaciones. No fue únicamente el hecho de que este grupo armado no rechazara negociar (no lo había hecho antes en Tlaxcala, en México, ni en el Caguán y la Uribe colombianos): esta vez, las FARC llegaron en buena medida a la mesa derrotadas -en gran medida lo están. Es un hecho ineludible que el Plan Colombia funcionó, al igual que la presidencia colombiana de Alvaro Uribe: entre 2008 y 2010 (una parte de este periodo le correspondió al nuevo presidente, Juan Manuel Santos), el grupo armado perdió a varias de sus cabezas (Jorge Briceño, alias "Mono Jojoy", Raul Reyes, Alfonso Cano) y a su máximo dirigente, Manuel Marulanda Vélez ("Tirofijo"). Desde antes, las FARC y el Partido Comunista Colombiano se habían distanciado (1991), a raíz de la desaparición de la Unión Soviética, y por lo demás el desprestigio funciona: hablar mal del terrorismo -o callar ante la existencia de los guerrilleros más antiguos del mundo, de origen liberal-comunista- es una marca de éxito tan notoria como García Márquez, un cuadro de Botero o la vida de Pablo -no precisamente el santo de la Biblia, sino el otro personaje que en Colombia y en otras partes incomoda mucho menos que una guerrilla de décadas o que un partidaria liberal de la paz como Piedad Córdoba. La vida familiar de Pablo es de mayor interés -y cuenta con mayores recursos.
Así, las FARC cayeron en manos de una iniciativa cubana, ambigua para variar: desarmar a las FARC, neutralizarlas, es un objetivo estadounidense, como parte del control de la "puerta de Sudamérica" -como extensión de Centroamérica-. Cuba decidió lo de siempre: después de haber acelerado los procesos armados en Colombia (aunque siempre contra las FARC), optó por congelarlos en el nombre de la "unidad latinoamericana"
La ignorancia es tal que no se sabe ni lo que se está negociando. No es fundamental que las FARC lleguen a tener alguna participación política: ningún grupo armado colombiano ha logrado pasar a la vida política formal con éxito. Las FARC tienen un origen rural y en este medio se han quedado, aunque con presencia geográficamente desigual. Lo llamativo es la insistencia del grupo armado en lograr lo más parecido a una Reforma Agraria (un Desarrollo Agrario Integral, tema de una de las mesas de negociaciones): se trata de crear un fondo de tierras, de garantizar la formalización de la propiedad rural (desde pequeña y mediana propiedad hasta cooperativas) y la jurisdicción agraria, de delimitar la frontera agrícola, de crear zonas de reserva campesina, de instalar infraestructura en el campo, etcétera, proyectos que en una situación como la de América Latina son curiosamente de cierta avanzada y que tocan al latifundismo, pieza clave de la oligarquía colombiana y de su tradicional cerrazón, desde el siglo XIX hasta la Violencia en los años '40. Las FARC no tienen ninguna posibilidad en un mundo urbano que las rechaza; sin embargo, conocen al dedillo un mundo rural donde queda por saber qué está dispuesto a conseguir o a ceder el presidente Juan Manuel Santos, tanto frente al latifundismo como frente a un grupo armado que aún debilitado -sobre todo ante una opinión pública amorfa y temerosa, considerada por una encuesta de Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) como de las más cínicas de la región- sabe donde le queda fuerza, la acumulada en décadas. Como sea, como no están en el poder, las FARC no son un tema que la izquierda latinoamericana -y sobre todo sus intelectuales- vayan a considerar, aunque no se trata ni siquiera de estar a favor o en contra, sino de tener alguna idea sobre qué se negocia en Cuba -no es la capitulación de nadie.
Como es costumbre en la izquierda, poco se dijo del motivo que llevó a las FARC a la mesa de negociaciones. No fue únicamente el hecho de que este grupo armado no rechazara negociar (no lo había hecho antes en Tlaxcala, en México, ni en el Caguán y la Uribe colombianos): esta vez, las FARC llegaron en buena medida a la mesa derrotadas -en gran medida lo están. Es un hecho ineludible que el Plan Colombia funcionó, al igual que la presidencia colombiana de Alvaro Uribe: entre 2008 y 2010 (una parte de este periodo le correspondió al nuevo presidente, Juan Manuel Santos), el grupo armado perdió a varias de sus cabezas (Jorge Briceño, alias "Mono Jojoy", Raul Reyes, Alfonso Cano) y a su máximo dirigente, Manuel Marulanda Vélez ("Tirofijo"). Desde antes, las FARC y el Partido Comunista Colombiano se habían distanciado (1991), a raíz de la desaparición de la Unión Soviética, y por lo demás el desprestigio funciona: hablar mal del terrorismo -o callar ante la existencia de los guerrilleros más antiguos del mundo, de origen liberal-comunista- es una marca de éxito tan notoria como García Márquez, un cuadro de Botero o la vida de Pablo -no precisamente el santo de la Biblia, sino el otro personaje que en Colombia y en otras partes incomoda mucho menos que una guerrilla de décadas o que un partidaria liberal de la paz como Piedad Córdoba. La vida familiar de Pablo es de mayor interés -y cuenta con mayores recursos.
Así, las FARC cayeron en manos de una iniciativa cubana, ambigua para variar: desarmar a las FARC, neutralizarlas, es un objetivo estadounidense, como parte del control de la "puerta de Sudamérica" -como extensión de Centroamérica-. Cuba decidió lo de siempre: después de haber acelerado los procesos armados en Colombia (aunque siempre contra las FARC), optó por congelarlos en el nombre de la "unidad latinoamericana"
La ignorancia es tal que no se sabe ni lo que se está negociando. No es fundamental que las FARC lleguen a tener alguna participación política: ningún grupo armado colombiano ha logrado pasar a la vida política formal con éxito. Las FARC tienen un origen rural y en este medio se han quedado, aunque con presencia geográficamente desigual. Lo llamativo es la insistencia del grupo armado en lograr lo más parecido a una Reforma Agraria (un Desarrollo Agrario Integral, tema de una de las mesas de negociaciones): se trata de crear un fondo de tierras, de garantizar la formalización de la propiedad rural (desde pequeña y mediana propiedad hasta cooperativas) y la jurisdicción agraria, de delimitar la frontera agrícola, de crear zonas de reserva campesina, de instalar infraestructura en el campo, etcétera, proyectos que en una situación como la de América Latina son curiosamente de cierta avanzada y que tocan al latifundismo, pieza clave de la oligarquía colombiana y de su tradicional cerrazón, desde el siglo XIX hasta la Violencia en los años '40. Las FARC no tienen ninguna posibilidad en un mundo urbano que las rechaza; sin embargo, conocen al dedillo un mundo rural donde queda por saber qué está dispuesto a conseguir o a ceder el presidente Juan Manuel Santos, tanto frente al latifundismo como frente a un grupo armado que aún debilitado -sobre todo ante una opinión pública amorfa y temerosa, considerada por una encuesta de Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) como de las más cínicas de la región- sabe donde le queda fuerza, la acumulada en décadas. Como sea, como no están en el poder, las FARC no son un tema que la izquierda latinoamericana -y sobre todo sus intelectuales- vayan a considerar, aunque no se trata ni siquiera de estar a favor o en contra, sino de tener alguna idea sobre qué se negocia en Cuba -no es la capitulación de nadie.
lunes, 6 de julio de 2015
BRASIL: EN APRIETOS
La política que ha seguido el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil no es ninguna novedad en América Latina, donde, como nada se puede empezar desde abajo (ni siquiera un buen robo), todo hay que hacerlo desde arriba (el buen robo incluido), aprovechando el encumbramiento en el gobierno. A lo sumo, Brasil creó una "nueva clase media" sin mayor conciencia de nada, que el día menos pensado se irá tal vez a votar por evangelistas y dejará a la izquierda en la cuneta, si lo que cuenta es estar siempre arriba y nunca abajo.
Eric Nepomuceno resumía hace poco en Página 12 lo que pasa en Brasil: "El PT, escribía, cambió la discusión política por la discusión de cómo seguir ocupando los puestos que ocupa". Por lo demás, "el despacho presidencial es una desgracia, afirma Nepomuceno. Nadie entra para dar una buena noticia. Todos entran para pedir algo". Así, dice este autor, "el PT se desvirtuó. Hoy, sólo piensa en cargos públicos". El mismo Nepomuceno afirma que no es novedad. El hecho es que la izquierda no se ha diferenciado de la derecha en materia de probidad, y ahí están entre otros los escándalos de Petrobrás -una empresa que va perdiendo sus cadenas productivas- y de constructoras asociadas.
Estados Unidos cuenta con Brasil -como cuenta con Colombia- para mantener su influencia en Sudamérica. La actual mandataria brasileña, Dilma Rousseff, estuvo recientemente de gira por Estados Unidos, haciendo de todo menos una política antiimperialista (nada tiene que ver la política de Rousseff con algún liderazgo BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica): es más, Brasil aprobó importantes acuerdos de Defensa con los estadounidenses. Prácticamente se reactivó el Acuerdo de Cooperación en Defensa y se creó un Acuerdo General de Seguridad de Información Militar. Fue Rousseff quien envió estos acuerdos para ratificación en el Congreso brasileño.
En un país donde, como lo ha reconocido Paul Singer, secretario de Economía Solidaria en el Ministerio del Trabajo, la que fuera la quinta industria del mundo se está encogiendo y no está -agreguemos- lejos de quedar ahorcada (en parte por la competencia china), Rousseff fue a Washington a ofrecerles Brasil a los inversionistas estadounidenses, en particular con el proyecto Brasil Plan de Infraestructuras (66 mil millones de dólares), destinado a construir autopistas, vías férreas, puertos y aeropuertos para intentar reanimar la economía.
El "modelo" es "a la estadounidense", pero con un fuerte ingrediente de corrupción y de demagogia (en la que Lula es todo un experto), y no aspira más que a un hipotético "capitalismo con rostro humano" (rostro que -se supone- es el de la clase media). Rousseff, asesorada por el Emir del Saber -cuya ley es la del menor esfuerzo mental- y alguna vez compañera de lucha de Theo y Ruy, dos grandes ejemplos de pereza intelectual a la brasileña, no tiene ni idea de dónde está parada: la mandataria celebró el reencuentro Estados Unidos-Cuba con un llamado a "dejar de lado los prejuicios y los antagonismos", "aceptar las enseñanzas de la Historia" y convivir "sin recetas rígidas ni imposiciones", el tipo de palabrería hueca que por igual podría hacer alguien de derecha -o Barack Obama, el presidente estadounidense- y que consiste en parlotear mientras se recrea un capitalismo light, ni siquiera realmente desarrollado !Cómo se pasa la vida!
Eric Nepomuceno resumía hace poco en Página 12 lo que pasa en Brasil: "El PT, escribía, cambió la discusión política por la discusión de cómo seguir ocupando los puestos que ocupa". Por lo demás, "el despacho presidencial es una desgracia, afirma Nepomuceno. Nadie entra para dar una buena noticia. Todos entran para pedir algo". Así, dice este autor, "el PT se desvirtuó. Hoy, sólo piensa en cargos públicos". El mismo Nepomuceno afirma que no es novedad. El hecho es que la izquierda no se ha diferenciado de la derecha en materia de probidad, y ahí están entre otros los escándalos de Petrobrás -una empresa que va perdiendo sus cadenas productivas- y de constructoras asociadas.
Estados Unidos cuenta con Brasil -como cuenta con Colombia- para mantener su influencia en Sudamérica. La actual mandataria brasileña, Dilma Rousseff, estuvo recientemente de gira por Estados Unidos, haciendo de todo menos una política antiimperialista (nada tiene que ver la política de Rousseff con algún liderazgo BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica): es más, Brasil aprobó importantes acuerdos de Defensa con los estadounidenses. Prácticamente se reactivó el Acuerdo de Cooperación en Defensa y se creó un Acuerdo General de Seguridad de Información Militar. Fue Rousseff quien envió estos acuerdos para ratificación en el Congreso brasileño.
En un país donde, como lo ha reconocido Paul Singer, secretario de Economía Solidaria en el Ministerio del Trabajo, la que fuera la quinta industria del mundo se está encogiendo y no está -agreguemos- lejos de quedar ahorcada (en parte por la competencia china), Rousseff fue a Washington a ofrecerles Brasil a los inversionistas estadounidenses, en particular con el proyecto Brasil Plan de Infraestructuras (66 mil millones de dólares), destinado a construir autopistas, vías férreas, puertos y aeropuertos para intentar reanimar la economía.
El "modelo" es "a la estadounidense", pero con un fuerte ingrediente de corrupción y de demagogia (en la que Lula es todo un experto), y no aspira más que a un hipotético "capitalismo con rostro humano" (rostro que -se supone- es el de la clase media). Rousseff, asesorada por el Emir del Saber -cuya ley es la del menor esfuerzo mental- y alguna vez compañera de lucha de Theo y Ruy, dos grandes ejemplos de pereza intelectual a la brasileña, no tiene ni idea de dónde está parada: la mandataria celebró el reencuentro Estados Unidos-Cuba con un llamado a "dejar de lado los prejuicios y los antagonismos", "aceptar las enseñanzas de la Historia" y convivir "sin recetas rígidas ni imposiciones", el tipo de palabrería hueca que por igual podría hacer alguien de derecha -o Barack Obama, el presidente estadounidense- y que consiste en parlotear mientras se recrea un capitalismo light, ni siquiera realmente desarrollado !Cómo se pasa la vida!
jueves, 2 de julio de 2015
LA INDUSTRIA (CONSAGRADA) DE LOS PAYASITOS MALVADOS (y 4)
"Payasos malvados", los ha llamado recientemente Roman Nosikov en el portal ruso Odnako. Malvados porque lo suyo fue una "acumulación primitiva" que entre 1985 y el año 2000 -según Nosikov- consistió en saquear la Unión Soviética y luego Rusia de manera despiadada, con crueldad.
La payasada seguramente está en la exhibición de la autosatisfacción por lo "conquistado" y en la ostentación en los medios de comunicación masiva. Pudo parecer sorprendente, pero fue a fin de cuentas la culminación de las tendencias que Nikita Jruschov puso en marcha. Hay que ver a Jruschov en documentales de la época, enojado por no poder visitar Disneylandia, por ejemplo: el entonces líder soviético es un histrión que, entre broma y broma, golpea con maldad. Es el ejemplo acabado de la patanería, la grosería y la permisividad del revolucionario encumbrado sin mérito, el fanfarrón. Es el mismo que previamente, en un alud de mentiras, antes de enterrar al capitalismo enterró en 1956 el pasado soviético.
Es la actitud predominante, un estilo revolucionario y de hijo de apparatchik. "La situación con la cultura patriótica en Rusia es paradójica -escribe Nosikov. No hay otro país donde el desprecio por la patria se considere el requisito de la gente decente". Pero era igual en Jruschov: iba a "alcanzar, sobrepasar y sepultar" -ser el primero en todo- después de haber colocado una lápida sobre décadas de logros, dificultades y sufrimientos.
Por lo demás, como lo muestra Nosikov, parte de la crueldad está en exhibir sistemáticamente la "cultura" del inframundo, la delincuencia, el bandidaje, héroes de los medios de comunicación y sus series televisivas (y ciertamente fueron los "héroes" de la economía sumergida que desde Jruschov comenzó a crear "otra clase" en la Unión Soviética). El antipatriotismo es indispensable -dice Nosikov- para suprimir la voluntad del otro, el saqueado, alguien que debe saber que es un cero a la izquierda, una "catástrofe antropológica",
Ahí están, finalmente, todos los beneficiarios del saqueo del Estado de Bienestar con la sonrisa de mercado ante las cámaras (o las redacciones) y el veneno imparable contra el mismo Estado de Bienestar del que se beneficiaron, mientras algunos otros -creyentes- perdían. Después de todo, Jruschov odió el sistema en el que ascendió con exceso de celo -hasta en la época de terror- y de adulación para algunos "jocosa".
miércoles, 1 de julio de 2015
LA INDUSTRIA DE LOS PAYASITOS MALVADOS: JRUSCHOV (3)
Antes de la llegada de Nikita Jruschov al gobierno, en la Unión Soviética estaba permitida y existía -en una escala no tan despreciable- la pequeña producción mercantil (el mercado en pequeña escala), desde el koljós (la pequeña granja agrícola) hasta el taller y la pequeña cooperativa artesanal en las ciudades. El Estado no estaba reñido con el mercado.
Cuando Jruschov tomó el poder, confundió socialismo con Estadolatría -en franca megalomanía- y estatizó lo que encontraba a su paso, comenzando por la granja agrícola, para priorizar la gran unidad colectiva, el sovjós, y meterse a planificarlo todo, puesto que había que "alcanzar y sobrepasar" al capitalismo, al estadounidense en particular, produciendo gracias al plan "más de todo".-
El resultado fue que el mercado sobrevivió, pero en la ilegalidad, por lo demás tolerada. Es a partir de finales de los años '50 y principios de los '60, en plena época de Jruschov, que comenzó a aparecer el robo de propiedades del Estado (en distintas escalas), la "ordeña", para mantener negocios privados que terminaron en algunos casos por involucrar a grandes clanes familiares. Para sobrevivir, los saqueadores estilaban el soborno de los dirigentes del partido, así que todos salían ganando, a cada quien según sus necesidades: el que robaba y el que dejaba robar, haciéndose de la vista gorda, al mismo tiempo que Jruschov eliminaba la ley que obligaba a denunciar a funcionarios inmiscuidos en la corrupción. Incluso estaba metido Frol Kozlov, primer ministro y secretario del Comité Central del partido oficial, un borrachín que, éso sí, hacía discursos espléndidos sobre todo lo que el socialismo había conseguido "alcanzar y sobrepasar". La Unión Soviética terminó en "Estado de Bienestar" en el cual, con ingenio, se podía "ordeñar la vaca" robando y sobornando, con la participación de los de abajo y los de arriba.
Así se instaló lo que según Alexander Gurov, ex oficial soviético de policía, llamó la "norma moral del saqueo", de tal forma que a la vuelta de los años ya era posible hablar de los "nuevos ricos de Brezhnev". Ese fue en gran medida el "Estado de Bienestar" soviético que todavía hoy llega a ser idealizado, aunque con Brezhnev las tendencias desatadas por Jruschov prosiguieron, llegando a involucrar a millones de personas en la "economía sumergida". Todo ésto lo conocieron muchos de quienes viven hoy en Rusia y que nacieron en la inmediata posguerra. En ningún texto marxista o leninista dice que el socialismo deba ser "el Estado", menos si éste es una tierra de nadie a ser asaltada tumultuariamente, pero vaya que el payasito tenía su ingenio para "alcanzar y sobrepasar".
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