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lunes, 5 de febrero de 2018

PIENSA (NO, NO ES GRATIS)

A partir de lo escrito por Roger Dangeville (Marx-Engels. La crise) en los años '70, a diversos autores marxistas les ha dado en tiempos recientes por hablar de una fase terminal del capitalismo. La han llamado, siguiendo a Dangeville, "capitalismo senil". Por lo pronto, el capitalismo ha vivido la crisis más larga de su Historia, medio siglo desde finales de los años '60, pero es poco probable que sirva de algo hacer sonar las alarmas de la "crisis terminal", entre otras cosas por la sencilla razón de que a los autores marxistas casi no se los lee (y, a decir verdad, no se lee ni entre colegas de academia). Samir Amin, por ejemplo, ha hablado de ese "capitalismo senil" y llamado a fundar una V Internacional, ¿pero quién lo escuchará? El filósofo húngaro Georg Lukács decía que de muy poco sirve dar el grito de alerta en un barco que se hunde: sucede que a la gente le da por ponerse a gozar más aprisa y con "mayor plenitud", con una actitud, digamos, de "después de mí, el diluvio". !Y la nave va! Es por lo demás lo que fomenta el propio capitalismo, haciendo negocio con la descomposición. Así que las visiones apocalípticas no sirven de mayor cosa.
     Algo distinto sería considerar la época actual como de transición -sin excluir la decadencia del capitalismo-, pero habría que saber "transición" entre qué y qué, y no dejar las cosas entre "capitalismo salvaje" y el nunca confeso ni alcanzable "capitalismo con rostro humano". Las transiciones toman un largo tiempo -basta ver los periodos del Imperio Romano al Medioevo o del Medioevo al capitalismo- y sin duda es complicado pensarlo, pero tal vez sea algo que valga la pena, para reconocer en el presente los gérmenes de un futuro socialista, y no nada más, como lo hacen quienes calcan la ciencia social de las ciencias exactas, "bifurcaciones", "caos" e "incertidumbre". Por lo demás, en algunos casos una transición puede darle algún lugar a la burguesía, del mismo modo en que la aristocracia no desapareció del todo en el paso al capitalismo. No todo lo que es burguesía es negativo. Pero el mayor impedimento para pensar en el largo plazo está en quienes, haciéndose eco en cierto modo de John Maynard Keynes ("en el largo plazo todos estaremos muertos"), no hacen sino seguir las coyunturas del poder pensando nada más en "pegársele", tomarlo y usufructuarlo a toda prisa y con cortoplacismo. Es la misma actitud que la capitalista: "después de mí, el diluvio", con la creencia, además, de que no habrá tal diluvio (a lo sumo algo de cambio climático) y ni siquiera consecuencias, de la misma manera en que muchos creyeron que el desplome del mundo socialista habría de ser gratis. En todo caso, una larga transición es una posibilidad entre otras.
    

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...