En el comienzo fue la decisión estadounidense de retirarse del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (Tratado ABM, por sus siglas en inglés), que regía desde 1972 entre Washington y la Unión Soviética para limitar los misiles antibalísticos destinados a defender ciertos lugares contra misiles con carga nuclear. Estados Unidos se salió del Tratado en 2001 y calculó un golpe contra Rusia con el llamado "escudo antimisiles" en algunos países del Este europeo. La Federación Rusa encontró la respuesta: tiene ahora misiles que no son balísticos (es decir, distintos de aquéllos cuya trayectoria no puede cambiarse ni preverse) sino maniobrables después de su lanzamiento, con varias decenas de cabezas nucleares, cada una autónoma e igualmente maniobrable a distancia. Es parte de todo un arsenal que volvió a Moscú superior en tecnología militar a Washington. Estados Unidos ya no es "la" gran potencia militar del mundo.
El problema es que, a diferencia del Pentágono, políticos, sociólogos, politólogos, abogados y periodistas, junto a un buen número de hombres de negocios beneficiarios del complejo militar-industrial, viven en Occidente fuera de la realidad, incapaces de convencerse de otra cosa que no sea su superioridad e impunidad. Viven en la "cultura militar pop", también conocida como "porno-militarismo y propaganda". Y por lo mismo, en vez de entender que podría abrirse un largo periodo de paz mundial, pueden cometer una tontería, para decirlo suavemente: lo harían ni siquiera por frustración, sino por "denegación", es decir, por el hecho de que el juicio de realidad para esta gente "no ha lugar". Es la clase de personas que cree que puede hacerse con Rusia una "guerrita" con apretar botones, por computadora y sin consecuencias. ¿Puede cambiar el imperio de las ilusiones, o ha empezado a hacerlo? No parece. Incluso la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) conminaron hace poco a Donald Trump, presidente estadounidense, a no atacar a una prensa que sin embargo empuja irresponsablemente a cualquier catástrofe que sea rentable y permita mantener al establishment intacto, aún si hay guerra, algo contra lo que ha advertido el huésped de la Casa Blanca.
Frente a esta actitud occidental y en particular estadounidense, Rusia seguiría una política "esquiva", buscando evitar responder a las provocaciones y, al mismo tiempo, evitando también que lo anterior sea tomado por un signo de debilidad, máxime que, habiendo perdido la carrera armamentista y estando rezagados de muchos años, los occidentales siguen creyendo, porque no piensan, que tienen enfrente a un país vulnerable. Cuando era mandatario, Barack Obama llegó a declarar que la economía rusa "estaba en harapos" y el senador estadounidense John McCain cree que la Federación Rusa es "una tienda de conveniencia con apariencia de país". ¿Seguirán los medios de comunicación masiva occidentales queriendo orquestar un clima bélico, arriesgando a su propia población, que se hace por lo demás de la vista gorda?¿O se entrará efectivamente en un largo periodo de paz? En ambos casos, la Humanidad está ante un umbral histórico.
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