Federico Finchelstein es una joven promesa que ha relacionado de modo interesante al populismo con el fascismo en un texto reciente, Del fascismo al populismo en la Historia (Taurus). Negándose a salir de la equivalencia entre "los totalitarismos", Finchelstein sin embargo los diferencía de una manera exquisita, digamos que en un lance de academia gourmet, con un "toque" especial:
"En el totalitarismo, en suma - escribe- el Estado pasaba a ser un criminal que aborrecía la normatividad ilustrada. Sin embargo, aunque en la práctica era totalitario, Stalin nunca rechazó el legado iluminista desde un punto de vista teórico. Esa era, por supuesto, la falla ética de la ideología comunista" (¿excuse me?). Y prosigue, refinadísimo: "el hecho de que los nazis gozaran escuchando a Beethoven en pleno Auschwitz contrasta con la incapacidad de Lenin de escuchar al compositor alemán en medio del terror comunista. Lenin creía que escuchar a Beethoven lo ablandaría a la hora de ocuparse de reprimir a sus opositores políticos (!qué poco exquisito!). Como cuenta la película alemana La vida de los otros (2006), para Lenin la música de Beethoven representaba la razón, concretamente el legado del Iluminismo. Era la señal de que Lenin reconocía que no se podía escuchar a la razón mientras se actuaba contra ella (...) Para los nazis, en cambio, el compositor alemán representaba la belleza desnuda y la violencia (...)".
En suma, con su "falla ética", Lenin no sabía darse uno que otro gustito mientras mataba o mandaba matar (!), o incluso mientras intentaban asesinarlo, como lo hizo Fanny Kaplán. Simplemente le hubiera bastado cambiar a Beethoven por Rimski-Kórsakov. ¿No? El caso es que Lenin, al parecer, sabía perfectamente bien que actuaba contra la razón mientras reprimía, y sin embargo, pues !prefería seguir actuando contra la razón! Esto da una idea de lo orate que era el líder bolchevique, al saber que hacía mal las cosas y sin embargo hacerlas, y además, exigiendo silencio para regarla. !Schhhht, la estoy regando! En cambio, los nazis estaban locos de remate y se asumían como tales, por lo que llenaban las cámaras de gas al ritmo de una sinfonía de Beethoven. Es decir, llenaban esas cámaras al ritmo de "bellezas desnudas". A todo lo de Finchelstein se le llama "academia" y lo transcrito es parte ¿cómo diríamos? de una "ensalada rusa" (nada de música, ni del gay Chaikovski, por favor)-
Mi lista de blogs
viernes, 28 de septiembre de 2018
martes, 25 de septiembre de 2018
COLOMBIA: Y PUES BIEN, NO QUEREMOS DESARROLLO...
No queda claro si la oligarquía colombiana entendió el significado de los acuerdos de paz que firmó con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). No existe ningún país en el mundo que haya logrado el desarrollo sin pasar por una reforma agraria. Dichos acuerdos no la consiguieron, pero sí algo parecido, la llamada "reforma rural integral".
Esta reforma debería pasar por regularizar la tenencia del 40 % de los poseedores de tierra en Colombia, que están en situación irregular y carecen por lo tanto de certeza jurídica. En el segundo país más desigual de América Latina y el Caribe y uno de los que tienen la peor concentración de la tierra en el mundo, se volvió necesario elaborar un registro de tierras disponibles (fondo de tierras) para distribuir entre la gente más desprotegida del campo: tierras por extinción de dominio, baldías indebidamente usadas o expropiadas, tierras inexplotadas, etcétera....En total, se calculó a raíz de los acuerdos que debían distribuirse unos 3 millones de hectáreas. Por increíble que les pueda parecer a los "liberales" mercenarios de los medios de comunicación masiva, estas medidas buscaron fortalecer la pequeña y mediana propiedad privada en el campo y chocaban por lo demás con los intereses, entre otros, de los narcotraficantes. En los acuerdos se decidió la formalización de 7 millones de hectáreas poseídas por campesinos colonos.
Todo lo anterior suponía la formación y/o actualización del catastro y el impuesto predial rural, para ayudar de paso a la inversión pública y beneficiar incluso a empresarios. Las buenas intenciones no pasaron de 170 municipios que por lo demás se quedaron esperando a que se les cumplieran las promesas hechas. Había más medidas, algunas para llevar servicios básicos al campo (educación, salud, electrificación, vivienda, riego, drenaje, etcétera...), pero las autoridades colombianas optaron por no asignar los recursos realmente necesarios. Y pese a lo decidido por la Corte Constitucional para habilitar el fondo de tierras, el Congreso prefirió dedicarse al tortuguismo, en algunos casos sin siquiera enviar los proyectos de ley correspondientes. Entretanto, se ha dejado pasar al extractivismo y el agronegocio que despojan a los campesinos y las comunidades indígenas. Lo enumerado es como si las FARC hubieran propuesto una vía al desarrollo capitalista y la oligarquía colombiana hubiera creído que la querían llevar al comunismo, mientras los medios de comunicación creían ser transportados al paraíso del narcotráfico. Es lo que se llama ser obtuso. En tiempos pasados, a la gente vulgar y de escaso conocimiento se la llamaba filistea. Con el agravante de que traicionó lo pactado y firmado.
Esta reforma debería pasar por regularizar la tenencia del 40 % de los poseedores de tierra en Colombia, que están en situación irregular y carecen por lo tanto de certeza jurídica. En el segundo país más desigual de América Latina y el Caribe y uno de los que tienen la peor concentración de la tierra en el mundo, se volvió necesario elaborar un registro de tierras disponibles (fondo de tierras) para distribuir entre la gente más desprotegida del campo: tierras por extinción de dominio, baldías indebidamente usadas o expropiadas, tierras inexplotadas, etcétera....En total, se calculó a raíz de los acuerdos que debían distribuirse unos 3 millones de hectáreas. Por increíble que les pueda parecer a los "liberales" mercenarios de los medios de comunicación masiva, estas medidas buscaron fortalecer la pequeña y mediana propiedad privada en el campo y chocaban por lo demás con los intereses, entre otros, de los narcotraficantes. En los acuerdos se decidió la formalización de 7 millones de hectáreas poseídas por campesinos colonos.
Todo lo anterior suponía la formación y/o actualización del catastro y el impuesto predial rural, para ayudar de paso a la inversión pública y beneficiar incluso a empresarios. Las buenas intenciones no pasaron de 170 municipios que por lo demás se quedaron esperando a que se les cumplieran las promesas hechas. Había más medidas, algunas para llevar servicios básicos al campo (educación, salud, electrificación, vivienda, riego, drenaje, etcétera...), pero las autoridades colombianas optaron por no asignar los recursos realmente necesarios. Y pese a lo decidido por la Corte Constitucional para habilitar el fondo de tierras, el Congreso prefirió dedicarse al tortuguismo, en algunos casos sin siquiera enviar los proyectos de ley correspondientes. Entretanto, se ha dejado pasar al extractivismo y el agronegocio que despojan a los campesinos y las comunidades indígenas. Lo enumerado es como si las FARC hubieran propuesto una vía al desarrollo capitalista y la oligarquía colombiana hubiera creído que la querían llevar al comunismo, mientras los medios de comunicación creían ser transportados al paraíso del narcotráfico. Es lo que se llama ser obtuso. En tiempos pasados, a la gente vulgar y de escaso conocimiento se la llamaba filistea. Con el agravante de que traicionó lo pactado y firmado.
domingo, 23 de septiembre de 2018
UNA COLOMBIA SOÑADA
Antes de las más recientes elecciones colombianas, el Marqués de Vargas Llosa le dió su apoyo al candidato de ultraderecha (por el llamado "Centro Democrático") Iván Duque, quien resultó ganador. El divino marqués, un dizque liberal con título nobiliario, afirmó que con Duque quedaba asegurada "la libertad" en Colombia.
El País, el mismo periódico español en el cual publica Mario Vargas Llosa, acaba de informar que los narcocultivos en Colombia volvieron a crecer. De hecho, parecieran estar disparándose. En el año 2017, el número de hectáreas dedicadas a cultivos ilícitos pasó de 146 mil a 171 mil. Colombia es hoy el mayor productor de coca en el mundo. La producción de cocaína alcanzó, también para el año 2017, un nuevo récord: mil 379 toneladas. Los niveles más bajos de cultivo de hoja de coca se alcanzaron en los lejanos años 2012 y 2013. Para ese entonces, todavía había Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Hoy ya no las hay y las llamadas "disidencias de las FARC" llegarían apenas al 10 % de los supuestos 13 mil hombres en armas que tenía la organización, hoy convertida en el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Lo dicho significa que no eran las FARC las que fomentaban el narcocultivo. Seguramente el periódico español se equivoca cuando escribe: "las drogas ilícitas han sido, por décadas (!), el principal combustible para el conflicto armado en Colombia". Ya no hay prácticamente conflicto armado, puesto que la actividad del Ejército de Liberación Nacional (ELN) es marginal, y aún así el combustible sigue dándole energía al narcotráfico. ¿No ocurrirá más bien que sus verdaderos sujetos siguen impunes? Las "disidencias de las FARC" no deben explicar gran cosa, aunque sean en realidad paramilitares..
Desde la firma de los acuerdos de paz con las FARC, Colombia estuvo registrando, al menos hasta mediados del año en curso, el asesinato de un líder social cada tres días. ¿Cual libertad, salvo la de traficar hasta con las creencias de la gente? Desde el 24 de noviembre de 2016 fueron ejecutados 178 de estos líderes; y 311 desde el primero de enero de 2016 (hasta junio). ¿Cómo lo contó El País? "La cocaína, afirmó, en el fondo es la causa principal de esta crisis de seguridad". Ello seguramente explique lo que el mismo periódico español llamó "la habitual indefensión de los líderes comunitarios, en el punto de mira de caciques locales y redes mafiosas". ¿Qué, las FARC no estaban evitando la "habitual indefensión"? La justificación del rotativo del divino marqués es en realidad absurda: que se utilice a narcotraficantes como paramilitares no quiere decir que la cocaína explique las luchas sociales de los líderes comunitarios contra distintos tipos de intereses (extractivistas, mineros, agroindustriales, de acumulación por despojo, etcétera...).
Duque prometió proteger a los líderes sociales, pero también modificar los acuerdos de paz con las FARC. La "libertad" en Colombia es tal, con una de las oligarquías más sanguinarias de América Latina, que algunos jefes de la FARC, como Iván Márquez y Hernán Darío Velásquez, prefirieron (fueron 9 en total) ir a confundirse con el paisaje hasta no saber qué curso tomarán las cosas. Después de todo, a otro ex líder guerrillero, Jesús Santrich, parecen haberle sembrado una acusación de narcotráfico para amenazar ahora con la extradición de aquél a Estados Unidos. Con todo y su "combustible", la oligarquía colombiana tiene la añeja tradición de traicionar los acuerdos de pacificación. Es el tipo de "libertades" que celebra el muy simbólico liberal-aristócrata Marqués de Vargas Llosa.
El País, el mismo periódico español en el cual publica Mario Vargas Llosa, acaba de informar que los narcocultivos en Colombia volvieron a crecer. De hecho, parecieran estar disparándose. En el año 2017, el número de hectáreas dedicadas a cultivos ilícitos pasó de 146 mil a 171 mil. Colombia es hoy el mayor productor de coca en el mundo. La producción de cocaína alcanzó, también para el año 2017, un nuevo récord: mil 379 toneladas. Los niveles más bajos de cultivo de hoja de coca se alcanzaron en los lejanos años 2012 y 2013. Para ese entonces, todavía había Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Hoy ya no las hay y las llamadas "disidencias de las FARC" llegarían apenas al 10 % de los supuestos 13 mil hombres en armas que tenía la organización, hoy convertida en el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Lo dicho significa que no eran las FARC las que fomentaban el narcocultivo. Seguramente el periódico español se equivoca cuando escribe: "las drogas ilícitas han sido, por décadas (!), el principal combustible para el conflicto armado en Colombia". Ya no hay prácticamente conflicto armado, puesto que la actividad del Ejército de Liberación Nacional (ELN) es marginal, y aún así el combustible sigue dándole energía al narcotráfico. ¿No ocurrirá más bien que sus verdaderos sujetos siguen impunes? Las "disidencias de las FARC" no deben explicar gran cosa, aunque sean en realidad paramilitares..
Desde la firma de los acuerdos de paz con las FARC, Colombia estuvo registrando, al menos hasta mediados del año en curso, el asesinato de un líder social cada tres días. ¿Cual libertad, salvo la de traficar hasta con las creencias de la gente? Desde el 24 de noviembre de 2016 fueron ejecutados 178 de estos líderes; y 311 desde el primero de enero de 2016 (hasta junio). ¿Cómo lo contó El País? "La cocaína, afirmó, en el fondo es la causa principal de esta crisis de seguridad". Ello seguramente explique lo que el mismo periódico español llamó "la habitual indefensión de los líderes comunitarios, en el punto de mira de caciques locales y redes mafiosas". ¿Qué, las FARC no estaban evitando la "habitual indefensión"? La justificación del rotativo del divino marqués es en realidad absurda: que se utilice a narcotraficantes como paramilitares no quiere decir que la cocaína explique las luchas sociales de los líderes comunitarios contra distintos tipos de intereses (extractivistas, mineros, agroindustriales, de acumulación por despojo, etcétera...).
Duque prometió proteger a los líderes sociales, pero también modificar los acuerdos de paz con las FARC. La "libertad" en Colombia es tal, con una de las oligarquías más sanguinarias de América Latina, que algunos jefes de la FARC, como Iván Márquez y Hernán Darío Velásquez, prefirieron (fueron 9 en total) ir a confundirse con el paisaje hasta no saber qué curso tomarán las cosas. Después de todo, a otro ex líder guerrillero, Jesús Santrich, parecen haberle sembrado una acusación de narcotráfico para amenazar ahora con la extradición de aquél a Estados Unidos. Con todo y su "combustible", la oligarquía colombiana tiene la añeja tradición de traicionar los acuerdos de pacificación. Es el tipo de "libertades" que celebra el muy simbólico liberal-aristócrata Marqués de Vargas Llosa.
jueves, 20 de septiembre de 2018
NICARAGUA: SOLAPAR LA BARBARIE
Hace poco, durante el auge de los disturbios en Nicaragua, un policía antinarcóticos muy joven, de 23 años, de nombre Gabriel Vado Ruiz, cayó en manos de "opositores" cerca de una barricada de Masaya, ciudad de ese país centroamericano cercana a la capital, Managua. El policía fue torturado y quemado en la barricada. Durante los disturbios, no fue el único caso que se presentó: hay otras evidencias de jóvenes policías quemados, mientras los "opositores" gritan de júbilo y como si estuvieran en alguna fiesta.
Lo aberrante del caso del policía en Masaya es que quienes lo torturaron y quemaron siguieron las instrucciones de un sacerdote del lugar, Harvin Salvador Padilla. Un audio que cualquiera puede oír en Youtube recoge las palabras del cura quien, con voz aflautada por cierto, recomienda a quienes están perpetrando los hechos esconder el cadáver de la policía antimotines, "aunque sea en un excusado". Hay otros videos en los cuales altos jerarcas católicos "bendicen" la tortura de sandinistas mientras la población les reclama airada a aquéllos. Es lo que habría sucedido en Diriamba. Desde luego, en la quema de rivales no se trata de formas de protesta pacífica, sino de actos vandálicos que además adquieren, como lo sugirió el presidente nicaraguense Daniel Ortega, visos de ritos satánicos. Es bastante sorprendente ver a los sacerdotes instigar al odio y a los actos de barbarie. El general sandinista en retiro Glauco Robelo lo consideró una especie de maldición.
En su lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) nunca cometió este tipo de barbaridades, que huelen a droga y se asemejan a la violencia del crimen organizado en otros países latinoamericanos. O bien se trata de información completamente amañada y es Ortega el que se está buscando mayores condenas internacionales y locales para caerse del poder, porque carece de cualquier racionalidad, incluso la del poder mismo, o se trata otra vez de jóvenes lumpen haciéndole la tarea sucia al interés golpista. Queda por saber, si hay investigación de verdad y no sesgada por organismos internacionales, redes sociales y organizaciones no gubernamentales, por qué ante este tipo de crímenes callaron los opositores a Ortega. Estos opositores intelectuales, como Sergio Ramírez, Gioconda Belli y Carlos F. Chamorro estaban pidiendo que se largara "!ya!" un gobierno legítimamente electo y cuyo periodo termina en principio en el año 2021. En otras palabras, los intelectuales anti-Ortega se colocaron en una ilegalidad, la del golpe blando, desde la cual no debe ser fácil condenar la siembra del terror en las calles. Que un intelectual solape a criminales no debiera llamar demasiado la atención: lo hace a cada instante el Marqués de Vargas Llosa, por ejemplo.
Lo aberrante del caso del policía en Masaya es que quienes lo torturaron y quemaron siguieron las instrucciones de un sacerdote del lugar, Harvin Salvador Padilla. Un audio que cualquiera puede oír en Youtube recoge las palabras del cura quien, con voz aflautada por cierto, recomienda a quienes están perpetrando los hechos esconder el cadáver de la policía antimotines, "aunque sea en un excusado". Hay otros videos en los cuales altos jerarcas católicos "bendicen" la tortura de sandinistas mientras la población les reclama airada a aquéllos. Es lo que habría sucedido en Diriamba. Desde luego, en la quema de rivales no se trata de formas de protesta pacífica, sino de actos vandálicos que además adquieren, como lo sugirió el presidente nicaraguense Daniel Ortega, visos de ritos satánicos. Es bastante sorprendente ver a los sacerdotes instigar al odio y a los actos de barbarie. El general sandinista en retiro Glauco Robelo lo consideró una especie de maldición.
En su lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) nunca cometió este tipo de barbaridades, que huelen a droga y se asemejan a la violencia del crimen organizado en otros países latinoamericanos. O bien se trata de información completamente amañada y es Ortega el que se está buscando mayores condenas internacionales y locales para caerse del poder, porque carece de cualquier racionalidad, incluso la del poder mismo, o se trata otra vez de jóvenes lumpen haciéndole la tarea sucia al interés golpista. Queda por saber, si hay investigación de verdad y no sesgada por organismos internacionales, redes sociales y organizaciones no gubernamentales, por qué ante este tipo de crímenes callaron los opositores a Ortega. Estos opositores intelectuales, como Sergio Ramírez, Gioconda Belli y Carlos F. Chamorro estaban pidiendo que se largara "!ya!" un gobierno legítimamente electo y cuyo periodo termina en principio en el año 2021. En otras palabras, los intelectuales anti-Ortega se colocaron en una ilegalidad, la del golpe blando, desde la cual no debe ser fácil condenar la siembra del terror en las calles. Que un intelectual solape a criminales no debiera llamar demasiado la atención: lo hace a cada instante el Marqués de Vargas Llosa, por ejemplo.
miércoles, 19 de septiembre de 2018
SUDAMERICA: COARTADAS PARA LA JUSTICIA
Salvo hasta hace poco en el caso de Luiz Inácio Lula da Silva, líder que ya no pudo competir en octubre por la presidencia de Brasil, la izquierda latinoamericana se ha quedado callada ante los asuntos dizque "judiciales" fabricados contra varios líderes de la región. La derecha, por su parte, parece más preocupada por brindar las coartadas para estas inculpaciones, que lo serían contra "líderes populistas y corruptos", que por vigilar que el aparato de justicia sea realmente tal, imparcial, y no un instrumento de persecusión política. Muy por el contrario, la derecha está haciendo la parte política e ideológica de la persecusión, y socavando de esta manera, en nombre del "liberalismo", el funcionamiento de las democracias.
Por lo que hace al Perú, el ex presidente Ollanta Humala escribió recientemente en su cuenta de twitter: "lo dicho. Si antes teníamos sospechas, hoy los audios y las declaraciones dadas por diferentes fiscales nos confirman la interferencia política dentro del sistema de administración de justicia, por parte de quienes ejercen el poder desde el Congreso". Humala está siendo ligado de nuevo a presuntas desapariciones en Madre Mía entre 1991 y 1993, durante la guerra interna contra la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso. El Congreso formó la Comisión Madre Mía. Hace rato que el asunto fue declarado cosa juzgada, pero se le "agrega" a Humala, declarado inocente por lo acontecido en el Alto Huallaga, donde está Madre Mía, lo que resulte en la semana. Entretanto, se descubre un desembolso de la empresa brasileña Odebrecht para 7 obras por un valor que supera un millón 100 mil dólares, para un gobierno aprista. Pero no se mueve ni una hoja.
El "caso Balda" en el Ecuador ya estaba juzgado. Mientras se le activa una nueva acción legal, ahora por "delincuencia organizada" y vinculada a Odebrecht, Rafael Correa ha logrado probar en un dos por tres que el asunto Balda está fabricado, aunque ahora la carga de la prueba recae en el inocente y no en el acusador, que es para lo que preparan los ideólogos de la derecha y la ultraizquierda con sus linchamientos en los medios de comunicación masiva. Para que lo sepa el extraviado señor Raúl Zibechi, la "cooperación eficaz" del policía Raúl Chicaíza contra Rafael Correa no se sostiene, y el abogado del mismo Chicaíza, Diego Chimbo, ha admitido que no tiene pruebas de nada. Chicaíza dijo en un principio que se había reunido con Correa, pero el entonces mandatario se encontraba...en otra ciudad. Asimismo, Chicaíza alegó que el 14 de agosto de 2012 recibió una llamada de Correa media hora después de llegar a Quito, capital ecuatoriana, a las 19 hrs, pero resulta que el agente llegó a las 19:54 hrs. Mientras tanto, Correa se encontraba a las 20:30 hrs por los aires en un vuelo del avión presidencial. El secuestro del "político" Fernando Balda en Colombia habría sido el 13 de agosto de 2012. La delación de Chicaíza no posee ningún valor, peso así está funcionando la democracia ecuatoriana, que tiene por lo demás a un preso político en el ex vicepresidente Jorge Glas.
En Argentina, la "justicia" decidió procesamiento y prisión preventiva para la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner sin tener ni una sola prueba, como ya había ocurrido por cierto con los Humala (Ollanta y Nadine Heredia) en el Perú. Fernández de Kirchner está protegida por fuero, pero despunta una situación similar a la de otros líderes de izquierda latinoamericanos.
Por lo que hace al Perú, el ex presidente Ollanta Humala escribió recientemente en su cuenta de twitter: "lo dicho. Si antes teníamos sospechas, hoy los audios y las declaraciones dadas por diferentes fiscales nos confirman la interferencia política dentro del sistema de administración de justicia, por parte de quienes ejercen el poder desde el Congreso". Humala está siendo ligado de nuevo a presuntas desapariciones en Madre Mía entre 1991 y 1993, durante la guerra interna contra la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso. El Congreso formó la Comisión Madre Mía. Hace rato que el asunto fue declarado cosa juzgada, pero se le "agrega" a Humala, declarado inocente por lo acontecido en el Alto Huallaga, donde está Madre Mía, lo que resulte en la semana. Entretanto, se descubre un desembolso de la empresa brasileña Odebrecht para 7 obras por un valor que supera un millón 100 mil dólares, para un gobierno aprista. Pero no se mueve ni una hoja.
El "caso Balda" en el Ecuador ya estaba juzgado. Mientras se le activa una nueva acción legal, ahora por "delincuencia organizada" y vinculada a Odebrecht, Rafael Correa ha logrado probar en un dos por tres que el asunto Balda está fabricado, aunque ahora la carga de la prueba recae en el inocente y no en el acusador, que es para lo que preparan los ideólogos de la derecha y la ultraizquierda con sus linchamientos en los medios de comunicación masiva. Para que lo sepa el extraviado señor Raúl Zibechi, la "cooperación eficaz" del policía Raúl Chicaíza contra Rafael Correa no se sostiene, y el abogado del mismo Chicaíza, Diego Chimbo, ha admitido que no tiene pruebas de nada. Chicaíza dijo en un principio que se había reunido con Correa, pero el entonces mandatario se encontraba...en otra ciudad. Asimismo, Chicaíza alegó que el 14 de agosto de 2012 recibió una llamada de Correa media hora después de llegar a Quito, capital ecuatoriana, a las 19 hrs, pero resulta que el agente llegó a las 19:54 hrs. Mientras tanto, Correa se encontraba a las 20:30 hrs por los aires en un vuelo del avión presidencial. El secuestro del "político" Fernando Balda en Colombia habría sido el 13 de agosto de 2012. La delación de Chicaíza no posee ningún valor, peso así está funcionando la democracia ecuatoriana, que tiene por lo demás a un preso político en el ex vicepresidente Jorge Glas.
En Argentina, la "justicia" decidió procesamiento y prisión preventiva para la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner sin tener ni una sola prueba, como ya había ocurrido por cierto con los Humala (Ollanta y Nadine Heredia) en el Perú. Fernández de Kirchner está protegida por fuero, pero despunta una situación similar a la de otros líderes de izquierda latinoamericanos.
lunes, 17 de septiembre de 2018
MEXICO: LOS GRANDES DE ESTE MUNDO, POR ENESIMA VEZ
V.I. Lenin decía que un comunista debía tratar de hacer lo mejor en su profesión. No debía ser, por fuerza, un activista. Ni tampoco un intelectual. No es que a los procesos progresistas de América Latina o a la Revolución Cubana les hayan faltado intelectuales, no: les sobraron. Pero el intelectual suele ponerse a vivir de su fama, más en estos tiempos mediáticos, y se olvida de su profesión hasta llegar a ya no tenerla, o sin haberla tenido nunca. A esos procesos y a esa Revolución les han faltado cuadros políticos y una verdadera política cultural para educar al pueblo. La cultura tampoco la hacen los intelectuales, que en América Latina tienen una función sacerdotal: sermonean y esperan que se comulgue con ellos.
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en México dedicará la mitad de su presupuesto a un Instituto de Formación Política que comienza torcido, porque según uno de sus altos jerarcas, el columnista del periódico La Jornada Pedro Miguel, "tendrá mucha gente destacada". El Consejo Directivo de este Instituto no podía estar peor integrado: el mismo Pedro Miguel, Paco Ignacio Taibo II y John Ackerman, entre otros. Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, quiso que el Instituto se destinara a la formación, sobre todo, de jóvenes para pasarles la estafeta, lo cual es una confesión de que los cuadros jóvenes escasean. "Tenemos mucha gente preparada y con formación ideológica sólida, pero no la suficiente", reza el documento que presenta al Instituto. Pero los que supuestamente se encargarán de los "grandes debates" son "académicos". El truco es sencillo: uno se codea entre intelectuales y/o políticos-activistas con credencial de "destacado académico" y entre académicos con credencial de "destacado intelectual" y/o " destacado político-activista", lo que redunda hasta en ventajas materiales.
Se supone así que estarán en el Consejo de intelectuales del Instituto y "en contacto con los centros de investigación de los centros de educación superior" Elena Poniatowska, Armando Bartra, Enrique Semo, Héctor Díaz Polanco, John Saxe Fernández, Carlos Fazio, Enrique Dussel, Lorenzo Meyer, Cristina Laurell, Pedro Salmerón, etcétera. Como la cartelera está de lujo, se entiende que Morena pondrá clientes a disposición de las vedettes y viceversa. La pena puede ser, para los que todavía hicieron hasta hace poco algo en la academia, que terminen por dejarlo para "irse a la grande". En todo caso, es la misma concepción errónea del papel de los intelectuales que ya ha primado en procesos progresistas y en Cuba. Estarán como invitados de primera fila a la fiesta, y se largarán tan pronto se ponga "fea" o esté tornándose en otro tipo de "relajo", más arriesgado. Ojalá y no alcance este Consejo a meter la mano en los dos otros "aparatos" del Instituto creado por Morena: la escuela de cuadros y la de propaganda política, que sí tienen razón de ser, pero que deberían de responder a la militancia y no a notables de pueblo.
La idea de meter un Consejo de intelectuales, como la de ponerlos a dictar cursitos en la escuela Carlos Ometochtzin, donde ya hay un módulo sobre "Feminismos, política y decolonialidad", por ejemplo, es tan infecta como la de haber puesto a una comadre de la productora Argos a redactar la "Constitución moral". Es crony left, "izquierda de amigotes".
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en México dedicará la mitad de su presupuesto a un Instituto de Formación Política que comienza torcido, porque según uno de sus altos jerarcas, el columnista del periódico La Jornada Pedro Miguel, "tendrá mucha gente destacada". El Consejo Directivo de este Instituto no podía estar peor integrado: el mismo Pedro Miguel, Paco Ignacio Taibo II y John Ackerman, entre otros. Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, quiso que el Instituto se destinara a la formación, sobre todo, de jóvenes para pasarles la estafeta, lo cual es una confesión de que los cuadros jóvenes escasean. "Tenemos mucha gente preparada y con formación ideológica sólida, pero no la suficiente", reza el documento que presenta al Instituto. Pero los que supuestamente se encargarán de los "grandes debates" son "académicos". El truco es sencillo: uno se codea entre intelectuales y/o políticos-activistas con credencial de "destacado académico" y entre académicos con credencial de "destacado intelectual" y/o " destacado político-activista", lo que redunda hasta en ventajas materiales.
Se supone así que estarán en el Consejo de intelectuales del Instituto y "en contacto con los centros de investigación de los centros de educación superior" Elena Poniatowska, Armando Bartra, Enrique Semo, Héctor Díaz Polanco, John Saxe Fernández, Carlos Fazio, Enrique Dussel, Lorenzo Meyer, Cristina Laurell, Pedro Salmerón, etcétera. Como la cartelera está de lujo, se entiende que Morena pondrá clientes a disposición de las vedettes y viceversa. La pena puede ser, para los que todavía hicieron hasta hace poco algo en la academia, que terminen por dejarlo para "irse a la grande". En todo caso, es la misma concepción errónea del papel de los intelectuales que ya ha primado en procesos progresistas y en Cuba. Estarán como invitados de primera fila a la fiesta, y se largarán tan pronto se ponga "fea" o esté tornándose en otro tipo de "relajo", más arriesgado. Ojalá y no alcance este Consejo a meter la mano en los dos otros "aparatos" del Instituto creado por Morena: la escuela de cuadros y la de propaganda política, que sí tienen razón de ser, pero que deberían de responder a la militancia y no a notables de pueblo.
La idea de meter un Consejo de intelectuales, como la de ponerlos a dictar cursitos en la escuela Carlos Ometochtzin, donde ya hay un módulo sobre "Feminismos, política y decolonialidad", por ejemplo, es tan infecta como la de haber puesto a una comadre de la productora Argos a redactar la "Constitución moral". Es crony left, "izquierda de amigotes".
viernes, 14 de septiembre de 2018
MEXICO: DESMORALICÉMONOS
La ultraizquierda ya puso el grito en el cielo ante la idea del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, de crear una "Constitución moral" que, digámoslo así, en algo ayude a la gente a discriminar entre el bien que se convierte en iniciativa y acto y el mal que suele serlo por pasividad y negligencia. Luis Hernández Navarro, por ejemplo, del periódico La Jornada y de Telesur, juzgó i-nad-mi-si-ble que se quiera hacer una "Constitución" de este tipo, aunque está claro que no será coercitiva ni obligatoria, ni nada por el estilo. José Agustín Ortiz Pinchetti, uno de los escogidos por López Obrador para trabajar en el texto, dijo en entrevista con la periodista Azucena Uresti, de Milenio, que se trata sobre todo de hacer una nueva versión de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, que data de 1944. Esta Cartilla tiene poco o nada de religioso y sí mucho de educación ética y cívica elemental. López Obrador cometió sin embargo el error de incluir entre quienes trabajarán el texto a alguien de la productora Argos, que podría entender "educar para el bien", como lo quería Reyes, como volver a la gente tolerante a la legalización de la decadencia.
El asunto es que, en los gobiernos progresistas que se fueron al agua en varios países de Sudamérica, se terminó considerando que una de las fallas fue cultural. Otros estiman que no se educó políticamente a la gente. Si se quiere, mientras se sacaba a muchos de la pobreza se los dejó en la indigencia ética y cívica, una suerte de analfabetismo, siguiendo la inercia de un sistema que considera que "cada quien tiene su moral", lo que es falso: pocas veces las conductas han estado tan estereotipadas y homogeneizadas como ahora. Hannah Arendt decía que el problema con los "totalitarismos" no eran el fascista o el comunista convencidos, sino la incapacidad de muchos otros para discernir entre el bien y el mal.
O bien no se consideran necesarias la educación ética y la cívica, porque se privilegia alguna "ley natural" o los "usos y costumbres", o bien se da por sentado que, con todo y su sabiduría, el pueblo suele ser mantenido en la ignorancia y no estaría mal que saliera de ella y se concientizara, que es por cierto lo que le "recetó" el cantautor cubano Silvio Rodríguez en entrevista al ex mandatario ecuatoriano Rafael Correa. No es con series de Argos, ni con churros de Televisa, ni con banda sinaloense para marcarle el ritmo a todo el país, ni con la lectura del periódico Metro, que se va a "regenerar" la nación. Ni con inglés + computación. Ni la izquierda lo hará con las milongas de José el Pepe Mujica. Ni con redes sociales ni emojis. Pero la clase media conservadora y la ultraizquierda libertaria están listas para sabotear cualquier cosa que huela a bien común con ese "argumento" de que cada quien tiene su moral, como si se estuviera hablando de la propiedad privada y sus diferencias de tamaño. Lo que parece un asunto totalmente nimio, y que está siendo tratado como tal, salvo para resistírsele "porque el Estado no puede intervenir en asuntos personales", como si de éso se tratara, se puede convertir en un serio obstáculo en el proyecto de López Obrador para conseguir la regeneración nacional y el cese de la corrupción, un fenómeno que va más allá de la ilegalidad e incluye comportamientos legales, pero de moralidad muy dudosa, como la indiferencia a las trapacerías o a las tribulaciones del prójimo. En México, como en muchas otras latitudes, ya está instalada esa indiferencia a la banalidad del bien y banalizado un acto como disolver al prójimo en ácido (que igual puede ser calcinarlo, lincharlo, desollarlo, descuartizarlo, desaparecerlo, balearlo, asaltarlo, secuestrarlo, ejecutarlo, levantarlo, etcétera), porque hay quienes ya no distinguen qué es humano y qué no. ¿Lo distingue por cierto la ultraizquierda enferma de poder?
El asunto es que, en los gobiernos progresistas que se fueron al agua en varios países de Sudamérica, se terminó considerando que una de las fallas fue cultural. Otros estiman que no se educó políticamente a la gente. Si se quiere, mientras se sacaba a muchos de la pobreza se los dejó en la indigencia ética y cívica, una suerte de analfabetismo, siguiendo la inercia de un sistema que considera que "cada quien tiene su moral", lo que es falso: pocas veces las conductas han estado tan estereotipadas y homogeneizadas como ahora. Hannah Arendt decía que el problema con los "totalitarismos" no eran el fascista o el comunista convencidos, sino la incapacidad de muchos otros para discernir entre el bien y el mal.
O bien no se consideran necesarias la educación ética y la cívica, porque se privilegia alguna "ley natural" o los "usos y costumbres", o bien se da por sentado que, con todo y su sabiduría, el pueblo suele ser mantenido en la ignorancia y no estaría mal que saliera de ella y se concientizara, que es por cierto lo que le "recetó" el cantautor cubano Silvio Rodríguez en entrevista al ex mandatario ecuatoriano Rafael Correa. No es con series de Argos, ni con churros de Televisa, ni con banda sinaloense para marcarle el ritmo a todo el país, ni con la lectura del periódico Metro, que se va a "regenerar" la nación. Ni con inglés + computación. Ni la izquierda lo hará con las milongas de José el Pepe Mujica. Ni con redes sociales ni emojis. Pero la clase media conservadora y la ultraizquierda libertaria están listas para sabotear cualquier cosa que huela a bien común con ese "argumento" de que cada quien tiene su moral, como si se estuviera hablando de la propiedad privada y sus diferencias de tamaño. Lo que parece un asunto totalmente nimio, y que está siendo tratado como tal, salvo para resistírsele "porque el Estado no puede intervenir en asuntos personales", como si de éso se tratara, se puede convertir en un serio obstáculo en el proyecto de López Obrador para conseguir la regeneración nacional y el cese de la corrupción, un fenómeno que va más allá de la ilegalidad e incluye comportamientos legales, pero de moralidad muy dudosa, como la indiferencia a las trapacerías o a las tribulaciones del prójimo. En México, como en muchas otras latitudes, ya está instalada esa indiferencia a la banalidad del bien y banalizado un acto como disolver al prójimo en ácido (que igual puede ser calcinarlo, lincharlo, desollarlo, descuartizarlo, desaparecerlo, balearlo, asaltarlo, secuestrarlo, ejecutarlo, levantarlo, etcétera), porque hay quienes ya no distinguen qué es humano y qué no. ¿Lo distingue por cierto la ultraizquierda enferma de poder?
martes, 11 de septiembre de 2018
SOROS EN CHECOSLOVAQUIA
Este 2018 se recuerdan 50 años de la Primavera de Praga, en la entonces Checoslovaquia. Como ocurre en este tipo de casos, pareciera que se celebra algún movimiento espontáneo de la "sociedad civil" contra la "opresión", puesto que es la forma maniquea de "pensar" que está de moda. Y pues bien, el año pasado se celebraba la creación del grupo Carta 77, hace 40 años, que ayudó a dar al traste con el gobierno socialista checoslovaco. Carta 77 estuvo integrado desde el año 1977 por "connotados intelectuales" que reclamaron el respeto a los Derechos Humanos en Checoslovaquia, cuyo gobierno había firmado en 1975 convenciones internacionales sobre el tema. Entre esos intelectuales estaban el escritor que luego sería presidente checo, Vaclav Havel, Además de Havel, destacaban Jiri Hajek, Pavel Kohout, Zdenek Mlynar y Jan Patocka, quienes contribuyeron a la redacción de un Manifiesto que fue rápidamente distribuido y celebrado en las capitales occidentales. Carta 77 tuvo a mucha gente más, incluyendo a burócratas de la llamada "zona gris", esferas oficiales en las cuales había simpatizantes de la disidencia que al mismo tiempo no querían ser identificados.
Lo que documentos desclasificados de la Central de Inteligencia Americana (CIA) muestran desde el año 1987 (febrero) es que Carta 77 fue algo menos espontáneo y pacífico de lo que parece. El grupo recibió apoyo financiero del magnate y especulador húngaro-estadounidense George Soros, quien además fomentó actos terroristas contra sedes del Partido Comunista en Checoslovaquia. La tercera parte de los fondos de Carta 77 provenían de Soros y otra parte sustancial de National Endowment for Democracy (Fondo Nacional para la Democracia), ambos "tapaderas" de la CIA. Soros ayudó también al sindicato Solidaridad en Polonia. Fueron así grupos financiados por Soros y el NED los que atentaron contra una sede comunista checoslovaca en Ceske Budejovice. El objetivo era movilizar a una ciudadanía considerada "generalmente apática".
Hasta cierto punto, la caída del gobierno socialista checo fue resultado de una "revolución de colores", llamada en este caso "revolución de terciopelo", con el mismo guión ensayado en otros lugares (jóvenes muertos inexistentes, provocaciones para obligar a las fuerzas del orden a reprimir, etcétera...). No hubo "generación espontánea". Soros, hay que recordarlo, contribuyó económicamente a la reciente campaña presidencial Demócrata de Hillary Clinton. Los Demócratas estadounidenses se han visto envueltos en más de un caso en ataques contra gobiernos socialistas.
Lo que documentos desclasificados de la Central de Inteligencia Americana (CIA) muestran desde el año 1987 (febrero) es que Carta 77 fue algo menos espontáneo y pacífico de lo que parece. El grupo recibió apoyo financiero del magnate y especulador húngaro-estadounidense George Soros, quien además fomentó actos terroristas contra sedes del Partido Comunista en Checoslovaquia. La tercera parte de los fondos de Carta 77 provenían de Soros y otra parte sustancial de National Endowment for Democracy (Fondo Nacional para la Democracia), ambos "tapaderas" de la CIA. Soros ayudó también al sindicato Solidaridad en Polonia. Fueron así grupos financiados por Soros y el NED los que atentaron contra una sede comunista checoslovaca en Ceske Budejovice. El objetivo era movilizar a una ciudadanía considerada "generalmente apática".
Hasta cierto punto, la caída del gobierno socialista checo fue resultado de una "revolución de colores", llamada en este caso "revolución de terciopelo", con el mismo guión ensayado en otros lugares (jóvenes muertos inexistentes, provocaciones para obligar a las fuerzas del orden a reprimir, etcétera...). No hubo "generación espontánea". Soros, hay que recordarlo, contribuyó económicamente a la reciente campaña presidencial Demócrata de Hillary Clinton. Los Demócratas estadounidenses se han visto envueltos en más de un caso en ataques contra gobiernos socialistas.
lunes, 10 de septiembre de 2018
OBAMA: MENTIROSO, TE VAN A CRECER LAS OREJAS Y....
El ex presidente estadounidense Barack Obama decidió meterse de lleno en las elecciones legislativas estadounidenses y contra Donald Trump. Obama lo hizo de tal modo que resultó claro que miente.
El ex mandatario se preguntó: "¿Qué le ha pasado al Partido Republicano?. Su principio fundamental en política exterior era luchar contra el comunismo !y ahora están haciéndose amigos del ex jefe de la KGB!". Vladimir Putin, el aludido, nunca fue jefe del Comité para la Seguridad del Estado (KGB, por sus siglas en ruso). Fue nada más agente de la KGB en Dresde, en la República Democrática Alemana (RDA), y por cierto que no por un largo tiempo.
Obama hizo la amalgama que está en la cabeza de la propaganda estadounidense a últimas fechas: el comunismo y Putin son más o menos lo mismo, por lo que, desde luego, el Partido Republicano que luchó contra el comunismo debería pelear contra el presidente ruso, al igual que los Demócratas. Este tipo de palabrería no tiene más sentido que el de dividir a los Republicanos y meterle miedo a la gente en Estados Unidos. Si antes se decía "!que vienen los rojos!", ahora "la mano de Putin" está en todo. Pero nada: Obama acusó al presidente estadounidense Donald Trump de jugar la carta de la "política del miedo y el resentimiento". Es exactamente lo que estuvo atizando Obama, el miedo en particular. El ex mandatario hizo por lo demás un ataque contra "los políticos" digno de un populista o de un protofascista que da la apariencia de estar contra el establishment. No está de más decir que fue Obama quien dejó sembrados los funcionarios del aparato policíaco y de justicia que ha tratado de hacerle la vida imposible a Trump con el "asunto ruso" sin aportar pruebas contundentes. Nadie está haciéndose "amigo de los rusos" en Estados Unidos: es propaganda generada por los Demócratas y dejada como secuela por Obama. Pero éste afirmó: "no debería ser un tema partidista que no presionemos al fiscal general o al FBI" (Federal Bureau of Investigation, por sus siglas en inglés, o Agencia Federal de Investigación).
"¿Cómo puede ser tan difícil decir que los nazis son malos?", lanzó Obama ante la negativa de Trump, hace algún tiempo, a condenar abiertamente el supremacismo blanco. La amalgama prosigue: Trump podría ser "fascista" y es "amigo de Putin", los "dos totalitarismos" se juntan y la única salvación es la "democracia liberal". Después de todo, Obama fue a Illinois a insinuar que Trump es un peligro para la democracia estadounidense.
"Estamos ligados por la noción de que el gobierno es un gobierno para todos y no para unos pocos", aseveró Obama. En este caso, no hay necesidad, para los Demócratas, de coincidir con ni de hacerse financiar por alguien como George Soros, magnate especulador, más que "inversor", que tuvo un papel importante en la caída de más de un gobierno socialista (Polonia, Checoslovaquia) y que ahora se ha hecho de influencia en las redes sociales (Facebook y Twitter) para bloquear contenidos conservadores y favorecer a los de izquierda, mediante la organización no gubernamental Media Matters for America (MMfA, por sus siglas en inglés). Por cierto, las primeras acciones estadounidenses contra Vietnam, la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba, la intervención indirecta en Afganistán contra los soviéticos o la guerra contra Yugoslavia fueron todas decisiones Demócratas.
El ex mandatario se preguntó: "¿Qué le ha pasado al Partido Republicano?. Su principio fundamental en política exterior era luchar contra el comunismo !y ahora están haciéndose amigos del ex jefe de la KGB!". Vladimir Putin, el aludido, nunca fue jefe del Comité para la Seguridad del Estado (KGB, por sus siglas en ruso). Fue nada más agente de la KGB en Dresde, en la República Democrática Alemana (RDA), y por cierto que no por un largo tiempo.
Obama hizo la amalgama que está en la cabeza de la propaganda estadounidense a últimas fechas: el comunismo y Putin son más o menos lo mismo, por lo que, desde luego, el Partido Republicano que luchó contra el comunismo debería pelear contra el presidente ruso, al igual que los Demócratas. Este tipo de palabrería no tiene más sentido que el de dividir a los Republicanos y meterle miedo a la gente en Estados Unidos. Si antes se decía "!que vienen los rojos!", ahora "la mano de Putin" está en todo. Pero nada: Obama acusó al presidente estadounidense Donald Trump de jugar la carta de la "política del miedo y el resentimiento". Es exactamente lo que estuvo atizando Obama, el miedo en particular. El ex mandatario hizo por lo demás un ataque contra "los políticos" digno de un populista o de un protofascista que da la apariencia de estar contra el establishment. No está de más decir que fue Obama quien dejó sembrados los funcionarios del aparato policíaco y de justicia que ha tratado de hacerle la vida imposible a Trump con el "asunto ruso" sin aportar pruebas contundentes. Nadie está haciéndose "amigo de los rusos" en Estados Unidos: es propaganda generada por los Demócratas y dejada como secuela por Obama. Pero éste afirmó: "no debería ser un tema partidista que no presionemos al fiscal general o al FBI" (Federal Bureau of Investigation, por sus siglas en inglés, o Agencia Federal de Investigación).
"¿Cómo puede ser tan difícil decir que los nazis son malos?", lanzó Obama ante la negativa de Trump, hace algún tiempo, a condenar abiertamente el supremacismo blanco. La amalgama prosigue: Trump podría ser "fascista" y es "amigo de Putin", los "dos totalitarismos" se juntan y la única salvación es la "democracia liberal". Después de todo, Obama fue a Illinois a insinuar que Trump es un peligro para la democracia estadounidense.
"Estamos ligados por la noción de que el gobierno es un gobierno para todos y no para unos pocos", aseveró Obama. En este caso, no hay necesidad, para los Demócratas, de coincidir con ni de hacerse financiar por alguien como George Soros, magnate especulador, más que "inversor", que tuvo un papel importante en la caída de más de un gobierno socialista (Polonia, Checoslovaquia) y que ahora se ha hecho de influencia en las redes sociales (Facebook y Twitter) para bloquear contenidos conservadores y favorecer a los de izquierda, mediante la organización no gubernamental Media Matters for America (MMfA, por sus siglas en inglés). Por cierto, las primeras acciones estadounidenses contra Vietnam, la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba, la intervención indirecta en Afganistán contra los soviéticos o la guerra contra Yugoslavia fueron todas decisiones Demócratas.
viernes, 7 de septiembre de 2018
EL CACHONDO RAUL ZIBECHI
Raúl Zibechi acaba de escribir en Brecha que la izquierda no es nada sin ética y sin compromiso con la verdad. "La ética, dice, se pone a prueba sólo cuando tenemos algo que perder". Y acto seguido, en algo típico de un ultraizquierdista, Zibechi se lanza a un artículo que se compromete con el poder y no pierde gran cosa, porque de lo que se trata no es de ganarse al lector, aún a contracorriente, sino de chantajearlo impresionándolo desde la ínfula moral. El tema de partida es el que ha estado dividiendo a la izquierda recientemente: ¿hay que condenar o no al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua? No hacerlo y, lo que es más, defender a Ortega en estos momentos es perder frente a un puñado de "grandes intelectuales" (Carlos F. Chamorro, Gioconda Belli, Sergio Ramírez....) que tienen a su favor todo el aparato mediático internacional y la desinformación sobre lo que ocurre en el país centroamericano. Es lo de menos, porque el señor Raúl Zibechi termina mostrando, según se verá, en qué ha caído buena parte de la izquierda, y no nada más la "ultra".
Desde luego, varias frases inútiles se le van a Zibechi en deslindarse del "estalinismo", lo que no es jugar a perder. "Pocos pueden creer que entre 1937 y 1938 hubiera un millón y medio de rusos aliados de las potencias occidentales (todos miembros del partido), escribe este señor que como buen "liberal"no distingue entre "ruso" y "soviético" (...). Fue -prosigue- la cifra de condenados por la gran purga de Stalin, de los cuales casi 700 mil fueron ejecutados y el resto condenados a campos de trabajos forzados.. Si ése es el precio a pagar por el socialismo, habrá que pensárselo dos veces", remata Zibechi. Ignora los trabajos de archivo de Grover Furr que muestran que no fue la "purga de Stalin", sino de Nikolai Yezhov contra Stalin. Y que fue "el partido" el que detuvo una conspiración muy próxima del comienzo de la guerra para liquidar comunistas inocentes y endilgarle los muertos a Stalin, porque una parte de la burocracia soviética jugaba desde 1936 la carta de la alianza con Alemania y Japón contra el mismo Stalin y la democratización del sovietismo. Zibechi no tiene compromiso ninguno con la verdad: sale corriendo a deslindarse otra vez para "impresionar" al lector y mostrarse como quien está del lado de las tesis manidas del poder "liberal".
Acto seguido, el enceguecido Zibechi espeta: "no quieren aceptar que Rafael Correa es culpable en el 'caso Balda', ejecutado por los servicios de seguridad creados por su gobierno y supervisados por el presidente". ¿No puede Zibechi esperar al proceso, hasta ahora plagado de contradicciones en un país que no tiene ley, o es que Zibechi ignora lo que está pasando con la justicia en el Ecuador? Para no perder, no defenderá al preso político Jorge Glas.
El remate sorprendente es éste, lleno de lírica: "lo más triste es que la Historia parece haber transcurrido en vano, ya que no se extraen lecciones de los horrores del pasado. Sin embargo, algún día esa Historia caerá sobre nuestras cabezas, y los hijos de las víctimas, así como nuestros propios hijos, nos pedirán cuentas, del mismo modo que lo hacen los jóvenes alemanes, increpando a sus abuelos sobre lo que hicieron o dejaron de hacer bajo el nazismo, escudados en un imposible desconocimiento de los hechos". Ya está: el supuesto silencio ante "los horrores de la izquierda" equivale al silencio ante el nazismo. Es la tesis "liberal" de los dos totalitarismos. Ningún mocoso preguntará a sus papás "liberales" por el tráfico de esclavos, las guerras del opio, las intervenciones armadas en el Caribe y Centroamérica, la primera Guerra Mundial, Vietnam, el asesinato de Lumumba y el de Allende, el apartheid sudafricano, las guerras de Indochina, Madagascar y Argelia, los muertos de Panamá, Iraq, Yugoslavia, Afganistán, Libia, Somalia y Siria, los asesinatos en masa en Indonesia, las dictaduras del Cono Sur, Hiroshima y Nagasaki y la lista, la verdad, puede alargarse mucho.
Concluye Zibechi, cachondo: "son los momentos calientes de la vida los que moldean actitudes y definen quiénes somos". Esta es la clase de discurso de poder clasemediero que infaliblemente, de Mario Benedetti a Eduardo Galeano, pasando por José Mujica, se produce en la "temperatura" de alguna oficina montevideana. Y es la clase de colaboradores que elige el portal de noticias ruso Sputnik: "liberales" de clóset.
Desde luego, varias frases inútiles se le van a Zibechi en deslindarse del "estalinismo", lo que no es jugar a perder. "Pocos pueden creer que entre 1937 y 1938 hubiera un millón y medio de rusos aliados de las potencias occidentales (todos miembros del partido), escribe este señor que como buen "liberal"no distingue entre "ruso" y "soviético" (...). Fue -prosigue- la cifra de condenados por la gran purga de Stalin, de los cuales casi 700 mil fueron ejecutados y el resto condenados a campos de trabajos forzados.. Si ése es el precio a pagar por el socialismo, habrá que pensárselo dos veces", remata Zibechi. Ignora los trabajos de archivo de Grover Furr que muestran que no fue la "purga de Stalin", sino de Nikolai Yezhov contra Stalin. Y que fue "el partido" el que detuvo una conspiración muy próxima del comienzo de la guerra para liquidar comunistas inocentes y endilgarle los muertos a Stalin, porque una parte de la burocracia soviética jugaba desde 1936 la carta de la alianza con Alemania y Japón contra el mismo Stalin y la democratización del sovietismo. Zibechi no tiene compromiso ninguno con la verdad: sale corriendo a deslindarse otra vez para "impresionar" al lector y mostrarse como quien está del lado de las tesis manidas del poder "liberal".
Acto seguido, el enceguecido Zibechi espeta: "no quieren aceptar que Rafael Correa es culpable en el 'caso Balda', ejecutado por los servicios de seguridad creados por su gobierno y supervisados por el presidente". ¿No puede Zibechi esperar al proceso, hasta ahora plagado de contradicciones en un país que no tiene ley, o es que Zibechi ignora lo que está pasando con la justicia en el Ecuador? Para no perder, no defenderá al preso político Jorge Glas.
El remate sorprendente es éste, lleno de lírica: "lo más triste es que la Historia parece haber transcurrido en vano, ya que no se extraen lecciones de los horrores del pasado. Sin embargo, algún día esa Historia caerá sobre nuestras cabezas, y los hijos de las víctimas, así como nuestros propios hijos, nos pedirán cuentas, del mismo modo que lo hacen los jóvenes alemanes, increpando a sus abuelos sobre lo que hicieron o dejaron de hacer bajo el nazismo, escudados en un imposible desconocimiento de los hechos". Ya está: el supuesto silencio ante "los horrores de la izquierda" equivale al silencio ante el nazismo. Es la tesis "liberal" de los dos totalitarismos. Ningún mocoso preguntará a sus papás "liberales" por el tráfico de esclavos, las guerras del opio, las intervenciones armadas en el Caribe y Centroamérica, la primera Guerra Mundial, Vietnam, el asesinato de Lumumba y el de Allende, el apartheid sudafricano, las guerras de Indochina, Madagascar y Argelia, los muertos de Panamá, Iraq, Yugoslavia, Afganistán, Libia, Somalia y Siria, los asesinatos en masa en Indonesia, las dictaduras del Cono Sur, Hiroshima y Nagasaki y la lista, la verdad, puede alargarse mucho.
Concluye Zibechi, cachondo: "son los momentos calientes de la vida los que moldean actitudes y definen quiénes somos". Esta es la clase de discurso de poder clasemediero que infaliblemente, de Mario Benedetti a Eduardo Galeano, pasando por José Mujica, se produce en la "temperatura" de alguna oficina montevideana. Y es la clase de colaboradores que elige el portal de noticias ruso Sputnik: "liberales" de clóset.
miércoles, 5 de septiembre de 2018
¿POPULISMO? Y TU MAMA TAMBIEN...
El libro El estallido del populismo, antologado por Alvaro Vargas Llosa y prologado por Mario Vargas Llosa, termina considerando, prácticamente sin decirlo, que todo lo que se mueva mínimamente del cuadro dizque "liberal" es "populista". Ni siquiera puede decirse "que se mueva del cuadro de la democracia dizque liberal": una y otra vez, los supuestos demócratas han estado demostrando, ellos, que están prestos a destruir la institucionalidad democrática con tal de "parar" a sus enemigos. Lo han hecho con juicios en los cuales no se respeta en lo más mínimo la independencia del sistema judicial y que recuerdan, por la actitud de los jueces, el Puertas abiertas de Leonardo Sciascia, quien alguna vez retrató a los magistrados muertos de miedo de la Italia de Mussolini.
Como sea, en el libro citado dos artículos dan por populista al extinto presidente chileno Salvador Allende y un artículo sobre Colombia da casi por populistas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ya ni se diga al ex alcalde bogotano Gustavo Petro. Sea por la vía pacífica o por la armada, defender otros intereses que los de los privilegiados es "populismo". Lo que lo anterior parece mostrar, además del extremo conservadurismo de los "liberales", al igual que en el siglo XIX, es un odio casi cerril a todo lo que pueda ser popular, pero también a la sociedad en general, desde la óptica de la defensa de los derechos y las libertades individuales. Llevada al extremo y negando cualquier bien común en sociedad, esta óptica es fundamentalmente antisocial, porque toda "sociedad", más si está organizada, resulta ser un peligro para "el individuo". No debería extrañar que, en el fondo, sean fuerzas antisociales las que han tratado de tirar al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua: es que los antisociales están de moda, aunque no se reclamen como tales.
Es antisocial, pues, el "todo se vale", y en El estallido del populismo todo se vale. La ex presidente chilena Michelle Bachelet resulta "populista" en su segundo mandato y el ex candidato chileno Alejandro Guillier lo es igualmente. Fuera de inventarle casos judiciales a la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina, el libro, que no dialoga con nadie, se olvida de que, aquí sí, la reivindicación del populismo fue abierta, vía el intelectual Ernesto Laclau, autor de La razón populista. Pero ni mención hay de uno de los autores de cabecera de Fernández de Kirchner. Sucede que el libro antologado por Alvaro Vargas Llosa a duras penas aguanta un debate intelectual de mínima altura y con la verdad, y que artículos como los que tocan a la misma Argentina, Ecuador y Bolivia contienen "información" fácilmente refutable. Pero, insistamos, parece que "todo se vale" en el mundo y en la mundanidad de quienes se ostentan como liberales sin luchar contra ningún privilegio.
Como sea, en el libro citado dos artículos dan por populista al extinto presidente chileno Salvador Allende y un artículo sobre Colombia da casi por populistas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ya ni se diga al ex alcalde bogotano Gustavo Petro. Sea por la vía pacífica o por la armada, defender otros intereses que los de los privilegiados es "populismo". Lo que lo anterior parece mostrar, además del extremo conservadurismo de los "liberales", al igual que en el siglo XIX, es un odio casi cerril a todo lo que pueda ser popular, pero también a la sociedad en general, desde la óptica de la defensa de los derechos y las libertades individuales. Llevada al extremo y negando cualquier bien común en sociedad, esta óptica es fundamentalmente antisocial, porque toda "sociedad", más si está organizada, resulta ser un peligro para "el individuo". No debería extrañar que, en el fondo, sean fuerzas antisociales las que han tratado de tirar al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua: es que los antisociales están de moda, aunque no se reclamen como tales.
Es antisocial, pues, el "todo se vale", y en El estallido del populismo todo se vale. La ex presidente chilena Michelle Bachelet resulta "populista" en su segundo mandato y el ex candidato chileno Alejandro Guillier lo es igualmente. Fuera de inventarle casos judiciales a la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina, el libro, que no dialoga con nadie, se olvida de que, aquí sí, la reivindicación del populismo fue abierta, vía el intelectual Ernesto Laclau, autor de La razón populista. Pero ni mención hay de uno de los autores de cabecera de Fernández de Kirchner. Sucede que el libro antologado por Alvaro Vargas Llosa a duras penas aguanta un debate intelectual de mínima altura y con la verdad, y que artículos como los que tocan a la misma Argentina, Ecuador y Bolivia contienen "información" fácilmente refutable. Pero, insistamos, parece que "todo se vale" en el mundo y en la mundanidad de quienes se ostentan como liberales sin luchar contra ningún privilegio.
domingo, 2 de septiembre de 2018
POPULISMO: VEINTE AÑOS NO ES NADA
La "politóloga" y muy mediática guatemalteca Gloria Alvarez gusta de repetir, con una frase que se le atribuye al ensayista argentino Mariano Grondona: "el populismo ama tanto a los pobres que los multiplica". Alvarez guió hace poco un extraño documental sobre el fenómeno populista. En el filme meten la pata sin inmutarse desde afamados derechistas hasta izquierdistas que ven, ellos también, populismo donde no lo hay y lo celebran. Por lo demás, los estereotipos contra el supuesto "populismo" no distan mucho de los empleados en el pasado contra el "comunismo",es decir, contra los países socialistas, porque nadie ha construido hasta aquí el comunismo en la Tierra. En el límite, un estudio pormenorizado podría tal vez probar que Cuba, Nicaragua y Venezuela tienen rasgos populistas, por la fuerte corporativización de las masas.
Como sea, ni Nicaragua con Daniel Ortega, ni Ecuador con Rafael Correa, ni Bolivia con Evo Morales, ni Brasil con Luiz Inácio Lula da Silva multiplicaron los pobres. Al contrario, en todos los casos enumerados, Nicaragua incluida, las estadísticas oficiales y de organismos internacionales muestran que la pobreza extrema y la pobreza se redujeron de manera muy significativa y manteniendo al mismo tiempo indicadores macroeconómicos estables y sanos. Ocurrió al grado de que el gobierno de Lula, al mismo tiempo que sacaba a la llamada "clase C" de la pobreza, convirtiéndola en nueva clase media, mantenía una política muy favorable para los brasileños ricos, en particular en materia financiera. Esta política fue motivo de rupturas dentro del Partido de los Trabajadores (PT), como la que llevó a la aparición del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), en 2004. Salvo en el caso de Brasil, que arrancó mal desde el asunto mensalao (asignación mensual), en 2005, ninguno de los gobiernos mencionados, menos en parte el de Nicaragua, que tampoco debe exagerarse, tuvo problemas de corrupción graves, aunque no dejara de haber algunos menores y fueran combatidos (con la excepción, de nuevo, de Nicaragua). De todos modos, el juicio a Lula resultó ser un fraude completo. No estaría de más recordar que en el pasado se comparaba, como lo hacía por ejemplo el politólogo mexicano Jorge G. Castañeda, la "izquierda buena", reformista y moderada de Lula con el atrabancado de Hugo Chávez en Venezuela, representante de "la izquierda radical" y "mala", sin duda echada a andar, hay que decirlo, por las imaginaciones siempre fértiles del mismo Chávez y del titiritero, Fidel Castro.
En los casos de Ecuador y de Bolivia, lejos de Fidel, se sentaron bases serias para salir del subdesarrollo. Lo que ha hecho la traición del actual presidente Lenin Moreno en el Ecuador es planear la entrega de lo creado a la "iniciativa" privada y al probable desastre contra los sectores populares. Los presidentes brasileño Michel Temer y argentino Mauricio Macri no parecen estarlo haciendo mejor que aquéllos a quienes desbancaron, ni desde el punto de vista del combate a la pobreza, ni desde el de los equilibrios macroeconómicos, ni desde la óptica del combate a la corrupción. Hasta ahora, lo dicho por Gloria Alvarez parecería válido sobre todo para Venezuela y en parte para Cuba, donde sí hay bolsones de pobreza. Lo que no hay es en realidad una caracterización seria del populismo: la palabrita no está para motivar la reflexión ni se maneja como un concepto, sino que existe para adjetivar, descalificar y rebajar, para reconocerse entre mundanos y crear miedo a la escasez.
Como sea, ni Nicaragua con Daniel Ortega, ni Ecuador con Rafael Correa, ni Bolivia con Evo Morales, ni Brasil con Luiz Inácio Lula da Silva multiplicaron los pobres. Al contrario, en todos los casos enumerados, Nicaragua incluida, las estadísticas oficiales y de organismos internacionales muestran que la pobreza extrema y la pobreza se redujeron de manera muy significativa y manteniendo al mismo tiempo indicadores macroeconómicos estables y sanos. Ocurrió al grado de que el gobierno de Lula, al mismo tiempo que sacaba a la llamada "clase C" de la pobreza, convirtiéndola en nueva clase media, mantenía una política muy favorable para los brasileños ricos, en particular en materia financiera. Esta política fue motivo de rupturas dentro del Partido de los Trabajadores (PT), como la que llevó a la aparición del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), en 2004. Salvo en el caso de Brasil, que arrancó mal desde el asunto mensalao (asignación mensual), en 2005, ninguno de los gobiernos mencionados, menos en parte el de Nicaragua, que tampoco debe exagerarse, tuvo problemas de corrupción graves, aunque no dejara de haber algunos menores y fueran combatidos (con la excepción, de nuevo, de Nicaragua). De todos modos, el juicio a Lula resultó ser un fraude completo. No estaría de más recordar que en el pasado se comparaba, como lo hacía por ejemplo el politólogo mexicano Jorge G. Castañeda, la "izquierda buena", reformista y moderada de Lula con el atrabancado de Hugo Chávez en Venezuela, representante de "la izquierda radical" y "mala", sin duda echada a andar, hay que decirlo, por las imaginaciones siempre fértiles del mismo Chávez y del titiritero, Fidel Castro.
En los casos de Ecuador y de Bolivia, lejos de Fidel, se sentaron bases serias para salir del subdesarrollo. Lo que ha hecho la traición del actual presidente Lenin Moreno en el Ecuador es planear la entrega de lo creado a la "iniciativa" privada y al probable desastre contra los sectores populares. Los presidentes brasileño Michel Temer y argentino Mauricio Macri no parecen estarlo haciendo mejor que aquéllos a quienes desbancaron, ni desde el punto de vista del combate a la pobreza, ni desde el de los equilibrios macroeconómicos, ni desde la óptica del combate a la corrupción. Hasta ahora, lo dicho por Gloria Alvarez parecería válido sobre todo para Venezuela y en parte para Cuba, donde sí hay bolsones de pobreza. Lo que no hay es en realidad una caracterización seria del populismo: la palabrita no está para motivar la reflexión ni se maneja como un concepto, sino que existe para adjetivar, descalificar y rebajar, para reconocerse entre mundanos y crear miedo a la escasez.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
FANÁTICAMENTE MODERADOS
En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...
-
(de introducción, Inés Ochoa en el Teatro Nacional de El Salvador) El presidente salvadoreño Nayib Bukele no ha dejado de ser polémico. ...
-
El hecho de que Andrés López Obrador, presidente mexicano saliente, haya sido un luchador social se plasmó en su idea de cambiar la socieda...
-
La comparación de uno que otro país de América Latina con Puerto Rico tiene como fin destacar lo siguiente: la pérdida casi completa de sob...