El juez Claudio Bonadío le ha encontrado nuevos "delitos" a Fernández de Kirchner: tener una carta del héroe nacional José de San Martín a Bernardo O'Higgins y un escrito digitalizado del presidente Hipólito Irigoyen, quien gobernó a principios del siglo XX. Además, Cristina Fernández se habría "robado" un bastón de mando presidencial que en realidad fue un regalo de la familia de Héctor Cámpora (presidente argentino en 1973). Bonadío salió con la acusación de "ocultamiento, destrucción o exportación ilegal de documentos históricos". No es lo más grave. Según el juez, la ex mandataria habría recibido compensaciones por subsidios a la gasolina y a los pasajes del transporte público. Bonadío ha dictado más pedidos de prisión preventiva contra Fernández de Kirchner, protegida por fuero.Entretanto, se descubrió que en realidad opera toda una red de extorsiones y espionaje que involucra a fiscales, jueces, periodistas y medios de comunicación masiva. La red podría llegar hasta Macri y pasa por la embajada estadounidense. La investigación la ha llevado el juez Alejo Ramos Padilla. Macri pidió destituirlo, de tal modo que no pueda llegar al fondo del asunto, que ya alcanzó a Carlos Stornelli, al frente de la llamada "causa de los cuadernos" contra Fernández de Kirchner. Mediante extorsiones, se busca "ablandar" a cierta gente para que declare contra la ex presidente.
En suma, el poder judicial argentino ha estado actuando sin ninguna independencia y castigando en cambio a quienes, como Ramos Padilla, sí son independientes. Mientras tanto, no está de más agregar que Argentina vive sumida en la crisis socioeconómica por las políticas de Macri y las recomendaciones de organismos internacionales.
