El problema con la decisión de Moreno es que UNASUR tenía su sede en Ecuador. Así, el organismo pierde su edificio, que vuelve a manos del Estado ecuatoriano, el cual planea hacer en el lugar una universidad intercultural (!).
Cierto es que UNASUR no funcionó como se hubiera esperado, entre otras cosas porque en periodos de dificultades cada país latinoamericano sale corriendo por su lado. Por ejemplo en 2013, cuando el avión del presidente boliviano Evo Morales fue obligado a quedarse en Europa bajo el supuesto de que llevaba a bordo al informante estadounidense Edward Snowden, la condena de UNASUR se retrasó porque los mandatarios sudamericanos tardaron en apersonarse a la reunión extraordinaria convocada en particular por el presidente ecuatoriano Rafael Correa.
Como sea, como lo ha recordado el mismo Correa (en la foto, abajo), en la ley ecuatoriana un candidato a la presidencia está obligado a presentar un programa de gobierno. El programa de Moreno con Alianza País decía textualmente ante el Consejo Nacional Electoral que se comprometía a defender organismos de integración latinoamericana como UNASUR y la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC). Según Correa, Moreno debería ser revocado.
El hecho es que en varios países latinoamericanos está de moda saltarse la ley: Duque se mete con la Corte Constitucional, Moreno prevarica que da gusto, se persigue con fabricaciones a ex mandatarios en Brasil y Argentina, etcétera, pero los medios de comunicación masiva, las redes sociales y sus periodistas-rocola (así los ha llamado Correa: se les pone una moneda y tocan lo esperado) están entretenidos con su fijación: Venezuela. !Qué manera de complacer a Estados Unidos y querer sentirse vasallos!
