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miércoles, 17 de julio de 2019

MEXICO: ¿VOLVERA EL CIVISMO?

El gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se resolvió a distribuir la Cartilla Moral de Alfonso Reyes por canales oficiales. En efecto, el texto se entregará como material didáctico a maestros en activo, estudiantes normalistas y de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). En total, se distribuirán unos 10 millones de ejemplares, muchos a través de la Secretaría de Bienestar y algunos, curiosamente, mediante la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), algo que ha provocado polémica, puesto que está reñido con el Estado laico. Sobre este último punto, cabe decir que es probable que se trate de un error del gobierno de AMLO. Por su parte, la Iglesia católica declaró que no repartirá la Cartilla "porque es mejor la Biblia", "porque la Cartilla no resolverá los problemas éticos que hay en México" y "porque respeta el Estado de Derecho" -lo cual es bastante falso- pero prefiere "los valores familiares".
      La Cartilla Moral, que es un texto de cívica y ética y no un texto religioso, ha sido hasta cierto punto mal defendida por el mismo AMLO al hablar de una "república amorosa" y de "bienestar espiritual", y es que en la materia el presidente mexicano no parece estar bien asesorado. El pronunciamiento de la esposa de AMLO, Beatriz Gutiérrez Muller, en Facebook no fue mejor, al hablar también de "república amorosa" y de "pensamiento crítico". Gutiérrez Muller con frecuencia se antoja novata y como tal podría estar teniendo influencia sobre el mandatario mexicano. En cambio, el vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, hizo las precisiones del caso al señalar que "el objetivo básico de la Cartilla es la reflexión básica sobre la vida social, los valores y las prácticas que nos pueden llevar a ser mejor sociedad y personas bajo el respeto al Estado laico". Si el Estado cumple con sus obligaciones para con la población, lo que está buscando hacer, agreguemos, la población también debe tener obligaciones con el Estado, así sean las del comportamiento cívico y de preferencia ético, más cuando se está luchando contra la corrupción. No es que una "población agraviada" de "pobres" esté para recibir sin dar, a modo de desquite o de revancha. Por lo demás, como lo expresa justamente Reyes, el país no es nada más el lugar donde se está para "agarrar".
      La intelectualidad, en particular la dizque liberal, aunque también la de ultraizquierda e incluso partidaria de AMLO, ya ha puesto el grito en el cielo porque "el Estado no debe dictar la moral", que es "la de cada quien", asunto supuestamente privado, y porque AMLO ha encargado más ambiciosamente una "Constitución Moral", que no será sin embargo ley, es decir, coercitiva (obligatoria). Es visible que muchos de quienes critican no han leído el texto de Reyes, que creen "religioso", y prefieren hacer no lo que les dicte la conciencia, sino "la regalada gana", para lo que se inventaron "los derechos y las libertades individuales" y la exención de toda obligación. Este sector de la población puede vivir así si le gusta, pero no puede condenar al pueblo a la ignorancia cívica y ética en las desastrosas condiciones actuales de México: no es de amor ni de religión el asunto, sino de poder restituir una vida en sociedad que ha dejado de existir por la falta de compromiso de sus dizque ciudadanos. El problema de Confraternice es menor.

APAGA LA LUZ

 Como Marx, Engels y Lenin trabajaron en sociedades de despegue industrial (de "maquinaria y gran industria") y parcialmente agrar...