Ya entrados en gastos, Ricardo Raphael escribió en el semanario Proceso: "Nosotros, los Menelaos del siglo XXI, podemos matar por celos, hacer la guerra si la furia nos consume, reventarlo todo, porque arbitrariamente está escrito en nuestra biología. En cambio ellas, las Circes contemporáneas, nada pueden contra la ira masculina. Están obligadas a soportar, a callar, a retirarse del conflicto, aunque en ello se jueguen la vida y la dignidad. Es frente a esta doble impostura que ellas están protestando: contra el derecho de los varones a ejercer su ira incontenible contra las mujeres, y también a favor del derecho de las mujeres para que su propia ira, tan humana, justa y digna como la del mejor revolucionario, sirva para pacificar lo que hoy es un territorio en guerra".
Desde 2016, según Marta Lamas (en el mismo número de Proceso), han aparecido proclamas como la siguiente: "nosotras, mujeres obreras, campesinas, indígenas, mestizas, estudiantas, militantes, maestras activistas, trabajadoras sexuales y trabajadoras del hogar, artistas, cocineras, lesbianas, bisexuales, heterosexuales, mujeres trans, disidentas sexogenéricas, mujeres de todas las corporalidades, mujeres con discapacidades, mujeres de todas las clases, profesionistas, analfabetas, encarceladas, guerrilleras, presas políticas, parteras, chamanas, mujeres en situación de calle..., tenemos un propósito común: manifestar nuestro absoluto hartazgo, nuestra rabia acumulada en contra de la violencia estructural, cultural e institucional que crecientemente provoca cifras alarmantes de feminicidios (...), etcétera".
Hasta un Ministro de la Corte felicitó a Volpi y un ex Ministro del mismo órgano (sic) pidió que no se limpien las pintas hasta que no haya un feminicidio más. No se fincaron responsabilidades por los actos de vandalismo, salvo en el caso del agresor al reportero, para no "criminalizar la protesta". Lo bonito es ser antisocial: desde quien viola y/o mata a una mujer hasta las féminas que causan alegremente destrozos, incendian, pintarrajean monumentos históricos, golpean a puntapiés para romper comercios a cristalazos, etcétera, mientras las festejan. Es seguramente lo que se llama "la bola" y un gran jolgorio. Aquí una muestra (da click en el botón de reproducción).