Este 5 de diciembre tuvo lugar en Francia una poderosa huelga general contra la reforma de las pensiones planeada por el gobierno de Emmanuel Macron. En dicha huelga participaron más de 800 mil personas, según cifras oficiales, pero un millón y medio, según los sindicatos (la Confederación General de Trabajadores, CGT, tiene por secretario general a Philippe Martínez). La huelga fue un éxito pese al boicot de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT).
Macron definitivamente tiene problemas con un pueblo que no es dejado, así no resulte la huelga. El movimiento tocó a 70 ciudades francesas. Pararon 7 de 8 refinerías. Hicieron huelga las tres cuartas partes de los profesores de colegios y liceos, cerró la mitad de las escuelas primarias, pararon miles en el sector privado...El primer ministro francés, Edouard Philippe, tuvo que reconocer que la huelga se desarrolló en general de manera pacífica, pese a enfrentamientos esporádicos con las fuerzas del orden (y seguramente la presencia de provocadores, los casseurs). Esta huelga se suma al movimiento de los "chalecos amarillos", algunos de los cuales se hicieron presentes en el movimiento. La huelga general, que en algunos casos proseguirá varios días más, contó con la simpatía de una buena mitad de los franceses, pese a la campaña de desprestigio contra los sindicalizados y sus supuestos "privilegios" y su "conservadurismo". Resulta increíble que Macron, al momento de su elección, haya sido glorificado en distintos países cuando no ha hecho más que tomar medidas antipopulares (y frente a los "chalecos amarillos" en buena medida tuvo que retroceder). Curiosamente, Marine Le Pen no se ha opuesto a la huelga, pero tampoco pareciera que la vaya a capitalizar, según un discurso que no sirve más que de espantajo.
Las protestas no son "de Hong Kong a Santiago de Chile" ni hay "primavera de los pueblos", sino países donde la gente está acostumbrada a ver sus derechos como conquistas, producto de luchas pasadas, y provocaciones (como la de Hong Kong). La actual huelga general francesa, reconducible, es la de mayor envergadura desde 1995. De una manera general, el pueblo francés no se deja tratar como kleenex: Macron ha tenido un buen número de dificultades desde que fue el candidato mediáticamente electo de la alta finanza. Cabe señalar que este carácter de "fronda" del pueblo francés no lo tienen otros de Europa. El latinoamericanismo podrá tragarse lo que no es más que envidia apenas disimulada -propia del vasallo acomplejado-en nombre de una supuesta lucha contra un fantasmagórico "eurocentrismo". Como cantaba alguna vez la Federación Sindical Mundial ("Son de la FSM"), son fronteras de clase y no de geografía las que dividen a la Humanidad.
En materia de pensiones, los ingresos de los jubilados franceses se encuentran 103% por arriba de los ingresos medios de la población, y apenas 3,4 % de los jubilados vive en la pobreza, siendo una de las tasas más bajas del mundo desarrollado. El gasto en pensiones es relativamente alto, pero gracias a la jubilación temprana y una elevada esperanza de vida, los franceses encabezan el ranking de años jubilados: 22,7 años para los hombres y 26,9 para las mujeres.
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viernes, 6 de diciembre de 2019
FANÁTICAMENTE MODERADOS
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