RUSIA: ¿GANADA UNA NUEVA PAZ?

El mandatario ruso, Vladimir Putin, acaba de declarar que la carrera armamentista no es un juego de ajedrez en el que a su país le convendría un "empate"; en realidad, debe tratar de ser el mejor. Putin señaló que el 82 % de la tríada nuclear de la Federación Rusa (tierra, bombarderos, submarinos) ya cuenta con armas modernas. Actualmente, dicha Federación es la única en el mundo que cuenta con armamento hipersónico y de avanzada (China tiene también este tipo de arma, pero mucho menos avanzado). Se calcula que Estados Unidos no podrá tenerlo antes de la próxima década (se ha encargado el trabajo de crearlo a la empresa Lockheed Martin) y expertos estadounidenses han reconocido la vulnerabilidad de su país, ya que no puede detener un misil hipersónico como el Avangard ruso, capaz de romper las barreras de cualquier escudo antimisiles. En suma, como ya se ha dicho anteriormente, Rusia aventaja en la carrera armamentista y Estados Unidos, por lo pronto, ha perdido. En una reunión con mandos militares, Putin declaró: "ahora tenemos una situación sin precedentes en la historia moderna en la que ellos tratan de alcanzarnos a nosotros". El Avangard ha entrado en servicio este mes y los misiles hipersónicos Kinzhal lanzados desde el aire ya están en servicio. Falta la cereza del pastel: Putin ordenó hace algún tiempo crear una protección para el caso hipotético de que Estados Unidos llegue a dotarse del arma hipersónica. Si Rusia lo lograra, Estados Unidos estaría aún más perdido.
     La pregunta que se abre es si con este adelanto Rusia, además de garantizar su propia seguridad, no asegura la entrada del mundo en una nueva era de paz sin Yugoslavias, Iraques, Libias, Sirias, etcétera, dado que Estados Unidos y sus aliados estaban con estos conflictos tratando de cercar a Moscú y eventualmente de asestarle un golpe nuclear mortal, ante la indiferencia occidental más o menos generalizada. Si se entrara en una era de ese tipo, es poco probable un agradecimiento a la Federación Rusa, ya que en Occidente no se estila la gratitud y se hacen cada vez más las cosas a ciegas, sin conciencia, aunque sí con cálculo. Por lo pronto, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fracasó en el Este europeo, pero ha decidido ahora buscarle algún tipo de pleito a China, arriesgándose a la sobrextensión (se incorporaría entonces a Australia a la organización). Aún así, cabe recordar que las armas rusas están para proteger a Moscú y sus aliados.
     Probablemente tiene razón el analista Daniel Estulin (La trastienda de Trump): Putin y el presidente estadounidense Donald Trump han asegurado un periodo de paz mundial. Lo que prometen los Demócratas estadounidenses es otra cosa, como lo recuerda Paul Craig Roberts, citando a James Howard Kunstler, escritor y crítico social: "es el partido contra la libertad de expresión (cierto, agreguemos, puesto que hay que ser 'políticamente correcto'), contra el debido proceso en la ley (en efecto, Trump es culpable hasta prueba de lo contrario), el partido determinado a provocar a Rusia. Es el partido de la confusión sexual, de la histeria sexual (digamos que tipo #MeToo), del conflicto sexual, de las Cortes que desconocen la ley, del linchamiento cultural, de la supresión de los límites (incluyendo las fronteras nacionales) y del invento de reglas a medida que van avanzando en lo suyo". En síntesis, la paz ofrecida bien puede ser dilapidada en decadencia en Occidente.
(en la foto, Serguei Shoigú, ministro de Defensa ruso).