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lunes, 2 de diciembre de 2019

URUGUAY: ALGO MAS SOBRE UNA DERROTA

Es un hecho que en tiempos del Frente Amplio (FA) el Uruguay consiguió mucho, sobre todo desde el punto de vista material. En 15 años de gobierno de la izquierda, la pobreza bajó muy significativamente de 34 % a 8 %;  la desocupación bajó del 20 % al 9%; el salario mínimo es el más alto de la región. Por lo demás, se crearon impuestos a los salarios más altos y se limitó a 8 horas las jornadas de los peones agrícolas.
      Al mismo tiempo, la derrota reciente del FA merece ser analizada, porque hay uno que otro indicador de que la cuestión de los valores está en juego. El FA, pese a la derrota, conservó su ventaja en los grandes bastiones urbanos de Montevideo y Canelones (dentro del área metropolitana de Montevideo). En cambio, sorprende que ya en el interior del país, más rural, la ventaja de la derecha de Luis Lacalle Pou haya llegado a ser incluso de 30 % por encima del FA (éste ganó en dos departamentos del país y la coalición de derecha en ni más ni menos que en 17). Tal vez no se trate de una novedad: el golpe de principios de los años '70 que desembocó en la dictadura se originó en buena medida en el "ruralismo" del interior al que pertenecía Juan María Bordaberry, hijo de estanciero. No es que ahora se haya llegado al extremo de la derechización, salvo por Guido Manini, del partido Cabildo Abierto, minoritario. No todo el que se opone al FA es "facha".
      Lo que ocurre, en parte, es que la izquierda terminó poco a poco arrumbando la cuestión social (por ejemplo: ¿cómo tratar de resolver la diferencia de valores entre el campo y la ciudad?) para ir a la deriva con los asuntos de "la diversidad". De manera muy notoria, como en parte en Estados Unidos o en Brasil, una izquierda que imita a los Demócratas estadounidenses está desprestigiándose e irritando a una parte de la sociedad con una insistencia excesiva en la "ideología de género", lo que se conoce por "marxismo cultural" y temas por el estilo. El vencedor de las elecciones uruguayas, Lacalle Pou, está discretamente a favor del matrimonio homosexual, pero contra el aborto, por ejemplo. Hasta la esposa del inenarrable José Mújica, Lucía Topolansky, constató que cierto feminismo está llegando a la "guerra de sexos". No es cosa de hombres: Verónica Alonso, senadora uruguaya del Partido Nacional, la emprendió en serio contra la "ideología de género", la "ley trans" y cosas por el estilo. Basta con ver, más allá del saqueo lumpen, en qué fue a dar una parte de la protesta en las calles de Santiago, capital chilena (da click en el botón de reproducción del video): "el Estado opresor es un macho violador" (y encima el "ideólogo" Héctor Díaz Polanco del mexicano Movimiento de Regeneración Nacional se puso a aplaudir rabioso). ¿En verdad hay que remplazar la solución de problemas sociales por la mezquindad de los campi universitarios estadounidenses y otros más? Nos quedamos con el Alfredo Zitarrosa uruguayo (vídeo segundo abajo, da click en el botón de reproducción).

LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

 La Internacional Progresista (IP) del político Demócrata estadounidense Bernie Sanders se ha tragado a buena parte del progresismo latinoam...