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jueves, 25 de junio de 2020

COLOMBIA: POR MUSAS COMO USTEDES, MUJERES

Hace no mucho tiempo, tanto el presidente colombiano, Iván Duque, como el líder de la extrema derecha (Centro Democrático, sic), Alvaro Uribe, alguna vez mandatario de Colombia, se vieron involucrados en un asunto raro: resulta que se les aparecía en ceremonias oficiales, y no tan oficiales, como un gran amigo y viejo conocido, un narcotraficante, apodado El Ñeñe. Duque y Uribe lo negaron todo. El tal Ñeñe debió haber sido un fantasma, aunque Uribe lamentara su muerte.
     Marta Lucía Ramírez es la vicepresidente de Colombia y alguien puede aprovechar para hacer una oda a la mujer. La señora fue Ministra de Defensa de Uribe, no cualquier cosa, y de Comercio Exterior del conservador Andrés Pastrana. Bien por las mujeres. Además, la señora fue embajadora en Francia y senadora. Mejor aún por las mujeres. A últimas fechas, el problema es que Marta Lucía Ramírez se vió envuelta en el enésimo escándalo narco de Colombia. Resulta que el hermano de Ramírez se dedicaba en su juventud al tráfico de heroína por el Caribe. El señor Bernardo Ramírez, hoy muy honrado y decente, cayó en esa ocasión preso en Estados Unidos y la actual vicepresidente y su esposo tuvieron que pagar la fianza, de 150 mil dólares. Bien por la mujer: pese a todo el dolor que la embargaba, luchó como hermana, casi como una guerrera, por ver libre a su hermano, "en la adversidad y la verguenza" (no es para tanto, pero bien por esta mujer). Uribe salió en su defensa: "la señora vicepresidenta ha sido una mujer muy eficaz y transparente". Cierto, acabó por transparentársele todito: alguna vez dió una carta de recomendación para que entraran en un colegio exclusivo de Bogotá, la capital colombiana, los hijos del empresario Guillermo León Acevedo Giraldo. Una empresa a nombre de Marta Lucía Ramírez, su esposo y su hija hizo negocios inmobiliarios con este empresario. Ramírez dijo que el negocio fue sobre todo con una empresa de su marido. Ahora Marta Lucía Ramírez quiere que se avance en todo lo que se pueda investigar: Guillermo León Acevedo es Memo Fantasma, un narcotraficante de Medellín y ex miembro de una organización paramilitar de derecha (a las órdenes de Carlos Castaño, para más señas). Bien por esta mujer. Rodeada de narcos, quiere que se investigue todo. ¿Y si le preguntan al eterno Uribe? Su jefe de seguridad, Mauricio Santoyo, y la Drug Enforcement Agency (DEA, Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) le aseguraron impunidad a Memo Fantasma, quien está afincado en Madrid, capital española. Acevedo está acusado de miles de asesinatos y de introducir centenares de toneladas de cocaína a Estados Unidos. Otras varias pistas lo vinculan con Uribe. Marta Lucía Ramírez aseveró no saber nada, y tal vez así sea. Dicho sea de paso, Memo Fantasma y el Ñeñe parecen haberse conocido. Bien por Ramírez: en el mejor de los casos, no parece haber tenido mucha idea de dónde estaba parada.
      De lo que sí tuvo claridad Ramírez es de la necesidad de hacer campaña contra el Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Juan Manuel Santos, hoy ex presidente colombiano, acaba de ser nuevamente premiado. Es ahora miembro de la junta de la Fundación Rockefeller. No está de más indicar que el también Premio Nobel de la Paz es el único latinoamericano en ocupar ese tipo de puesto en dicha Fundación. A las FARC les va cada vez mejor: 400 de sus integrantes asesinados desde la firma de los Acuerdos de 2016. Uribe había conseguido prácticamente la derrota militar de las FARC, y Santos, quien le dió a Colombia un estatuto especial de asociación en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), las fue llevando a la capitulación sin verdaderas garantías de que se cumpliera lo acordado, que no deja de ser importante y fue auspiciado con la eterna ambiguedad de La Habana, capital cubana. Es que, claro, las FARC eran de desconfiar por sus supuestos tratos con el narcotráfico. Tal vez hasta se enredaron sin saberlo con El Ñeñe o con Memo Fantasma. Santos se ha dado la vuelta y se ha ido a seguir recogiendo recompensas. Fin del episodio. Que se cierre con un vallenato.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...