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domingo, 23 de agosto de 2020

ACA ENTRE NOS

 Al parecer, "libertad de expresión" es embolsarse una buena tajada de la partida secreta de la presidencia de la república. No causa problemas de conciencia seguramente porque se está con el presidente. Ni siquiera es necesario algún discurso sobre la necesidad de cuidarse de "cualquier poder". Es natural. No lo es recibir multas del gobierno. Aunque bien pudiera ser, en el límite, que la secretaria de la Función Pública mexicana esté haciendo lo que mejor sabe hacer, provocar.

     ¿Pero en qué estábamos? Ah sí, en las trapacerías de Pío López Obrador. ¿Cómo no indignarse? Recibe dinero para pagar templetes y bocinas en mítines. Podemos salir con las consejas del "sentido común de época": o todos coludos, o todos rabones, o todos tienen cola que les pisen, por lo que la autoridad no la tiene el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. No la tiene nadie. El que se lleva las palmas es el del carisma, Carlos Loret de Mola, que puede dirigirse a su público como si estuviera hablando a "todos los mexicanos" y en nombre de "todos los mexicanos", porque es así como lo hace. Por lo visto, tener una columna o tener micrófono y reflectores da para confundirse en los papeles. El hermano del mandatario mexicano, se investigue lo que se investigue, no hizo 700 viajes en helicóptero de su casa al trabajo; no se la pasó viajando y hospedándose en los hoteles más lujosos del mundo, todo pagado con la tarjeta de Petróleos Mexicanos (Pemex); no repartió carretadas de dinero a legisladores para que aprobaran determinadas reformas: no recibió instrucciones del presidente de la República o del secretario de Hacienda para sobornar, incluyendo a periodistas; no recibió órdenes de un ex presidente para que se favoreciera a sus familiares en la adjudicación de contratos; no creó una red de complicidades compradas de hasta 70 funcionarios; no se codeó para sus trapacerías con candidatos presidenciales como Ricardo Anaya o José Antonio Meade; ni con unos 13 políticos de alto vuelo, incluyendo a gobernadores; no utilizó dinero de una constructora extranjera para financiar una campaña electoral (unos 4, 5 millones de dólares, pongamos, mientras que el hermano del actual mandatario entregó 400 mil y un millón de pesos en lo que hasta parece ser un Vips de mala muerte), y así. 

          A la oposición mexicana le viene importando un pepino -eah, igual puede ser un rábano- lo que diga en sus denuncias el ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin. Simplemente se crece en que este tipo de cosas son naturales, tanto que, véanlo, Pío López Obrador también tiene sus bolsitas de dinero para templetes y bocinas, él, de seguro, también está utilizando el Estado para beneficio personal (si no, ¿de quién más, eh?¿o van a salir que para alguna "causa" inexistente, puesto que el actual mandatario mexicano lo hace absolutamente todo  mal?). A este punto se cree en la naturalidad de la corrupción (y lo que está tratando de demostrar el mandatario Loret de Mola es que todo el mundo le entra, por lo que un buen día va a resultar que Andrés Manuel tiene que pagar por lo de Pío, puesto que era el dirigente del partido de los templetes y las bocinas): uno se siente volar de impunidad y puede afirmar cualquier cosa sin siquiera averiguar. Brozo y yo somos Latinus.us.gob.mx.. Lo de Lozoya, más allá de afectar la conocida honorabilidad de Anaya, Meade y Luis Videgaray, es un distractor mediático, como lo que dice López Obrador del saqueo del país, para que nos olvidemos de todo lo pésimamente mal hecho en lo que va de este sexenio y de las bolsas de Pío. No puede ser. Es indignante.

     Vamos, son a tal punto amorales (lo que no es lo mismo que "inmorales") que lo único que les incomoda de Lozoya es que sus denuncias le allanen el camino al lópezobradorismo en las elecciones del 2021, siendo que el cálculo era que entre la epidemia y la crisis económica el oficialismo empezara a caerse. Lo demás es lo de menos. Las denuncias del ex director de Pemex (foto, abajo) son apenas una cortina de humo para tapar la indecencia de Pío y más aún la de su hermano Andrés Manuel, quien encima de creerse con "superioridad moral" (cosa que por cierto no ha dicho, al menos no en términos de "superioridad", pero n'hoooooombre, todos somos igualitos puesto que mortales...), quiere usar el "circo" para fines electoreros. !Qué bajeza destapar el caso ahorita!!Qué inaudita bajeza creer que no todos somos corruptos! ¿Pero qué puede esperarse con un hermano como Pío? Es más, ¿por qué no linchamos a Andrés Manuel López Obrador?¿Y de paso a Pío? Después de todo, hay gente congruente hasta el final con su "sentido común de época", con tal de que no cambie la época. Ya mareamos el punto. ¿En qué estábamos?


 

 

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...