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lunes, 10 de agosto de 2020

DE BRUJAS Y DEMONIOS

Si el presidente estadounidense Donald Trump fuera un "fascista" y un "supremacista blanco", no habría felicitado entusiasta ni retuiteado a la doctora Stella Gwandiku-Ambe Immanuel, una negra de origen camerunés que se plantó en público a decir que la hidroxicloroquina con azitromicina y zinc cura la Covid 19. Immanuel, de 55 años, se mudó en los años 90 al norte de América, trabajó en Canadá y Estados Unidos, está graduada en medicina por una universidad de Nigeria y es pediatra en Houston, Texas. Difícilmente ejercería esta mujer en la súperpotencia si no estuviera calificada para ello.

      Es cierto que la doctora sostiene que Estados Unidos está en manos de reptilianos, que se quiere una vacuna para erradicar la religión de la gente y cosas por el estilo, pero no es lo que estaba defendiendo.Muy africana, Immanuel sostiene que se puede adquirir problemas ginecológicos por tener sexo en sueños con demonios y brujas (demon sex). En rigor, tal vez no sea el origen de un problema ginecológico, pero sí le puede suceder a cualquiera soñar con tener sexo con seres más o menos demoníacos. No es tan fácil saber cómo funciona el cerebro y desde luego que alguien puede soñar con relaciones sexuales con brujas (se recomienda despertarse sobresaltado, comer pan y no volver a acostarse hasta estar seguro que la conocida no reaparecerá, puesto que hay efectivamente mujeres demoníacas, como demoníaco es el machismo de algunos hombres, y es una forma de decir "mágicamente" lo que en términos laicos sería: "hay cada hijo o hija de p...."). Dado que Gwandiku-Ambe es religiosa, no es raro que tenga algunas creencias francamente extravagantes.

     El problema, que no entiende el profesor Heinz Dieterich Steffan, repetidora de Cable News Network (CNN) y con tendencia a la vulgaridad, es que Trump no se entusiasmó por las teorías del demon sex, sino por el vídeo en que la negra de origen camerunés repetía enojada que SI hay cura para la Covid 19 y que le consta, con CIENTOS de pacientes: "había una mujer que fue espectacular en sus afirmaciones al respecto, dijo Trump, salía con muchos otros médicos. Eran grandes admiradores de la hidroxicloroquina, y pensé que ella era impresionante". Grave hubiera sido que la negra hubiera propuesto curar la Covid 19 con demon sex. Por cierto, Immanuel está -con todo su derecho- contra el aborto y el matrimonio homosexual. Muchas agencias de noticias se saltaron estos hechos que no son de menor importancia. ¿Todavía se puede discrepar, no?

     No tanto. Facebook, Youtube y Twitter censuraron el vídeo de Immanuel, siendo que no estaba hablando de ninguna de sus creencias, sino de la cura contra la Covid 19. Miren, si lo que quieren es La Ciencia, fíense del "epidemiólogo de la Casa Blanca", Anthony Fauci, quien descalificó la "evidencia de la hidroxicloroquina" en una reunión en la cual 11 de los 20 panelistas tenían conflictos de interés con grandes empresas farmaceúticas. Fauci, por lo demás, sostiene que una vacuna contra la Covid 19 podría ser efectiva "sólo en un 50 % o 60 %" mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) se hace la occisa sobre el éxito de la vacuna rusa.

      Veamos. Dieterich Steffan era partidario de la hidroxicloroquina, pero basta con que la defienda Trump para que saque las cosas de contexto y se ponga al demon sex, a dilucidar como llanero "con qué culo se sienta la cucaracha", a perorar sobre el hecho de que "sin tetas no hay paraíso" y sobre el coitus interruptus del presidente venezolano Nicolás Maduro. Gwandiku-Ambe se preguntaría si don Heinz no está soñando medio raro. Lo suficiente para fallar en todos sus pronósticos, él que cree que no se trata de pensar, sino de que fluyan los algoritmos.


FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...