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viernes, 28 de agosto de 2020

LOS DIARIOS DEL PROGRESISMO

 Por algún motivo no del todo explicable, pero que podría encontrarse en el rating, algunos periódicos afines a gobiernos progresistas, como La Jornada en México o Página 12 en Argentina, no logran informar con objetividad y llegan incluso a la mala fe. En el caso del rotativo mexicano, el columnista mexicano Pedro Miguel sostiene que "Calderón (el presidente Felipe Calderón, de derecha, Acción Nacional, 2006-2012) fue promotor de un genocidio". Quien conozca la definición de genocidio puede darse cuenta de que la afirmación es completamente falsa. Por suerte, Pedro Miguel parece haber dejado de compartir con el periodista Epigmenio Ibarra, quien vive de su renta de "corresponsal de guerra", el ánimo absolutamente provocador de juzgar ante tribunales a dos que tres ex presidentes mexicanos.

     Lo cierto es que La Jornada deja descuidados ámbitos enteros que son importantes para el buen fin de López Obrador y muchos columnistas del periódico tienden a posiciones extremas. Entre ellos están conocidos amigos de Cuba que no han movido un dedo para respaldar al actual mandatario mexicano. Otros viven en lo superlativo de moda, como Raúl Zibechi, quien no duda en sostener por ejemplo que hay una "epidemia de crímenes contra los pueblos", citando casos a conveniencia (Chiapas) y olvidando otros graves, por ejemplo los cometidos contra no indígenas en Colombia (lo que faltaba: reducir Colombia a sus grupos indígenas...). Zibechi, de manera increíble, colabora en un portal ruso (Sputnik mundo) alabando...a China.

     En el caso de Página 12, puede repetir tranquilamente que el mandatario estadounidense Donald Trump "le debe las elecciones a Rusia", cuando el informe estadounidense Mueller lo negó y ahora se sabe que la Central de Inteligencia Americana (CIA) estuvo detrás del hackeo del servidor Demócrata (Comité Nacional Demócrata, DNC por sus siglas en inglés). Ambos periódicos, el mexicano y el argentino, sorprenden por su capacidad para posicionarse ante asuntos internos del Imperio como si fueran propios. No paran de denostar a Trump al margen de cualquier prueba y son abiertamente favorables a los Demócratas, no nada más en asuntos de personas (candidatos), sino de formas de ver el mundo.

     Uno de los casos más protofascistas de Página 12 estuvo en el aberrante linchamiento reciente del doctor francés Didier Raoult, defensor del tratamiento contra la Covid 19 con hidroxicloroquina. De manera absolutamente cerda, el corresponsal en París, capital francesa, Eduardo Febbro, llamó a Raoult "el charlatán de la hidroxicloroquina" y escribió sobrado: "(...) complicó al extremo la gestión de la crisis (!), dividió a los medios científicos (!), puso en tela de juicio casi todas las decisiones que se tomaron, descalificó los procedimientos de protección y al sistema de salud, humilló a los investigadores (!), armó un debate público intenso e irracional (!), mezcló ciencia y política (!), introdujo una desconfianza aún más crítica de la que existía entre la sociedad y el poder político sin que su famoso tratamiento a base de hidroxicloroquina haya reproducido, a nivel mundial, los efectos que él le atribuyó y presentó como procedimiento milagroso (!)". No queda claro cómo un solo hombre, Raoult, hubiera podido lograr todo lo enumerado con la peor mala leche, salvo que lo que haya ocurrido en realidad es que al doctor marsellés, por tener un criterio independiente, se le hayan ido encima muchos intereses creados. Dicho sea de paso, otro país, esta vez Bélgica, acaba de exponer buenos resultados con la "famosa" hidroxicloroquina: con una dosis baja se consigue una reducción muy significativa de la mortalidad (sobre una serie de 8 mil 75 pacientes, lo que dista de ser poca cosa). Hasta hace poco tiempo, sin que el corresponsal de Página 12 lo mencionara en ningún momento, el Instituto Hospital Universitario de Marsella, encabezado por Raoult, tenía la mayor serie mundial de personas tratadas con hidroxicloroquina (+azitromicina), unas 4 mil personas, y la menor tasa de mortalidad del mundo, de menos de 0,5 %. Tal vez incomode igualmente que Raoult acabe de declarar que la mortalidad de la Covid 19 no ha sido muy alta, pese al alarmismo más o menos generalizado y pifias en los tratamientos como en México: 2 %. Apenas se ha rebasado el promedio más bajo de muertos por gripe estacional.

     En procesos de cambio como los de México y Argentina, por lo demás muy diferentes entre sí, no se ha echado a andar la formación de gente que sea simple y llanamente profesional en lo que hace (ni siquiera con la bastante sesgada Agenda Argentina): hay sobrecarga de una mala política, una política mal entendida, que mezcla el deseo de audiencia con la costumbre de maniobrar e incluso con el engaño. Los diarios mencionados no dejan de manejarse con cierta frecuencia como vasallos de un imperio que ni siquiera puede ser nombrado como tal. El resultado es que el progresismo, acosado en parte por la ultraizquierda, lo está por otra parte por la total tibieza del Grupo de Puebla y la Internacional Progresista. Queda por esperar qué se puede lograr en procesos más genuinos como el boliviano y el ecuatoriano (aunque ésto no quiere decir que el mexicano no lo sea, e incluso de avanzada), que por lo mismo han desatado una feroz contraofensiva del imperio y sus títeres locales.





FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...