El gobierno ecuatoriano actual, que responde directamente a los intereses de Estados Unidos (entre otras personas, a través de la ministra de Gobierno, María Paula Romo, quien le obedece al vicepresidente estadounidense, Michael Mike Pence), ha demostrado una sublime capacidad para torcer e inventar leyes, de tal forma que se puede decir que en el Ecuador no hay estado de derecho y sí en cambio un "fascismo inepto" para gobernar y obtener popularidad, pero eficaz para perseguir. A cualquiera que no sea del agrado del gobierno se le puede inventar lo que sea. El ex-agente policial Raúl Chicaíza denunció recientemente, desde Argentina, que en el "caso Balda"fue intimidado por funcionarios de la Fiscalía y del Consejo de Participación Ciudadana para que incriminara a Rafael Correa, quien como mandatario no tuvo en realidad nada que ver (el mandatario ecuatoriano nunca ordenó el secuestro del activista Fernando Balda en Colombia).
De cara a las elecciones de febrero de 2021, las "autoridades" del Ecuador decidieron que los candidatos debían dirigirse al Consejo Nacional Electoral (CNE) para aceptar la postulación de manera "personalísima", pero ésto no quiere decir que presencial, sino que no puede ir la mujer del Troni en el lugar del interesado. De acuerdo con lo que permite el Código de Comercio ecuatoriano, Correa se registró con firma electrónica y vía telemática, y había que ver el espectáculo no del ex mandatario, sino de los funcionarios del CNE presentes. Dejaron correr todo el trámite -incluído el de ventanilla- para largarse al último minuto no a obedecer la ley, o al menos a consultarla, sino a esperar órdenes "personalísimas" de arriba. Así pues, la presidenta del CNE, Diana Atamaint, las dió y Correa quedó fuera, con dedicatoria "personalísima". El candidato para presidente del Centro Democrático-Unión por la Esperanza, que ha buscado postular a Correa para la vicepresidencia, es Andrés Arauz, de 35 años, ciertamente casi un "guagua" (algo aniñado) y miembro del Consejo Ejecutivo de la Internacional Progresista, pero con una excelente formación académica, con claridad de propósitos y experiencia política (entre otros cargos en el gobierno de Correa, tuvo el de Ministro Coordinador de Conocimiento y Talento Humano). El problema está en la insistencia en buscar el regreso de Correa, aunque éste ha dicho que igual puede no estar y haber otro candidato a la vicepresidencia. Incluso contra la voluntad del ex mandatario ecuatoriano, residente en Bélgica, muchos de sus partidarios han insistido en su presencia, lo que no deja de mostrar la vulnerabilidad del progresismo al personalismo (insistamos, sin que lo quiera Correa). En este mismo orden de cosas, en ocasiones Correa no tiene a la mejor gente a su alrededor. Como sea, queda por saber la decisión final del "caso Sobornos". Lo que en cualquier país tarda años en el Ecuador se puede resolver en semanas y por Internet cuando se trata de perseguir a Correa.
El oficialismo ha hecho una "jugada" algo clásica para engañar al electorado: unir a las dos grandes fuerzas oligárquicas (Guillermo Lasso y Jaime Nebot, con la candidatura del primero) y buscar la dispersión de una parte del voto entre pequeñas candidaturas sin mayor sentido (pero "personalísimas", incluyendo al infaltable Lucio Gutiérrez, Fabricio Correa, hermano del ex mandatario, el "flaco querido" Gustavo Larrea, el indio de turno Yaku Sacha Pérez, cuyo nombre verdadero es Carlos,etcétera...). Entretanto, el gobierno del presidente Lenín Moreno no para: después de apresarla por las protestas de octubre y de dejarla en libertad, ha vuelto a la carga contra la prefecta de Pichincha (provincia donde se encuentra Quito, capital del país), Paola Pabón, amenazada de nuevo con cárcel. El Ecuador, en la óptica de la derecha y de Estados Unidos, podría lograr una magnífica paz al estilo de Gabriel García Moreno (tétrico presidente del siglo XIX), con los opositores en prisión o en el exilio (Pabón está por cierto acusada de buscar refugio en México, pero la embajada de México en el Ecuador lo desmintió categóricamente). Cabe señalar que se han tenido que refugiar en México el ex canciller Ricardo Patiño, una persona inteligente y franca, Gabriela Rivadeneira (su padre, Pedro Rivadeneira, fue objeto de persecusión con acusaciones absurdas), ex presidente de la Asamblea Nacional, Soledad Buendía, ex ministra de Estado, y Carlos Viteri Gualinga, ex parlamentario. El ex vicepresidente Jorge Glas sigue en la cárcel, con nuevas acusaciones. En el "caso Sobornos" se ha perseguido a la ex gobernadora de Guayas, Viviana Bonilla.
El ensayista chimbo ecuatoriano Fernando Tinajero Villamar cree que el problema del Ecuador es "el reino de la mediocridad", no la maledicencia y la intriga contra los verdaderos méritos, que sí existen, ni el hábito muy latinoamericano de proceder con engaño: "(...) tenemos servicios mediocres, se queja, cultura mediocre, política mediocre, vida mediocre y llegamos casi siempre a una muerte mediocre" (sic). Tal vez haga referencia a un presidente, el actual, Lenín Moreno, que no gobierna, pese a sus aires infatuados, y que encima, en plena crisis sanitaria !encontró el modo de adelantar pagos de la deuda externa! Debe parecerle al señor Tinajero,quien al fin ha terminado de mostrarse como es, que es "política mediocre" querer lo mejor para el Ecuador -no para la señora y un puñado de amigotes-, defenderlo (porque Tinajero apenas defiende unos años '60 idealizados y quijotescos) y resistir una persecusión miserable e inmisericorde. Mejor no ponerse a gozar de la queja (da click en el botón de reproducción para algo de música popular ecuatoriana).