Las elecciones presidenciales estadounidenses ya no están lejos. Desde la izquierda progresista, como desde el campo de los "demócratas liberales", la idea es desde ya parar al mandatario estadounidense Donald Trump si acaso llega a alegar fraude, por el problema que plantea el voto por correo, en medio de la epidemia del SARS-Cov-2. A decir verdad, son cuatro años de "parar a Trump" con lo que sea, al grado de hacerle incluso el país medio ingobernable con "revueltas" provocadas y debidamente financiadas. Inexplicablemente, la izquierda progresista y los "demócratas liberales" creen que la gente en Estados Unidos está muy enojada (no es exactamente lo que muestran las encuestas, pese a la ventaja llamativa del Demócrata Joe Biden) y que por lo demás se vale recurrir incluso a la opinión de círculos militares para inclinar la balanza.
La última provocación vino de una publicación (The Atlantic) según la cual Trump tachó de "perdedores" y "fracasados" a soldados estadounidenses que combatieron en Francia durante la primera Guerra Mundial (están enterrados en un cementerio del país europeo). Trump negó haber afirmado lo anterior. Lo cierto es que, durante todo su mandato, Trump se limitó a lanzar unos pocos misiles sobre edificios vacíos en Siria. Ni siquiera llegó la guerra contra Venezuela para ganarse al electorado, salvo que esté por declararla. Gente como el vicepresidente Michael Mike Pence o el secretario de Estado Michael Mike Pompeo dista muchísimo de ser agradable, pero Trump ha estado lejos de ser un mandatario imperialista, ya no digamos "fascista". Contra los pronósticos del "analista" Raúl Zibechi, Trump todavía no le ha tirado a China la bomba. Pero si se está contra Trump se está in y se tiene "lo que hay que tener", "lo correcto" (the right stuff), mientras que de lo contrario se está out.
Ya lo había hecho hace algunos meses en West Point, al declarar que Estados Unidos no tiene por qué ser "el policía del mundo". Ahora, en medio del escándalo por sus supuestos dichos, Trump afirmó: "no estoy diciendo que los círculos militares me amen, pero los soldados me aman. Las personas más importantes del Pentágono probablemente no lo hagan, porque no quieren nada más que pelear guerras, para que todas estas maravillosas compañías que fabrican bombas, aviones y todo lo demás estén felices". Trump volvió a decir, como lo había hecho ante los graduados de West Point, que es hora de poner fin a las "guerras interminables". No hubo ningún eco, aunque algo mencionó el portal cubano Cubadebate citando a Russia Today en Español, agencia noticiosa oficial rusa que en este caso dijo que las declaraciones de Trump eran "incendiarias". Es muy difícil de entender qué hay de "incendiario" en oponerse a quienes buscan guerras, cualesquiera que sean, con tal de hacer negocio. En rigor, el portal ruso cayó en un sinsentido. No está de más volverlo a recordar: fue bajo la presidencia Demócrata de Barack Obama que Estados Unidos estuvo el mayor número de días en guerra en su Historia. "A algunas personas no les gusta volver a casa, completó Trump en las declaraciones mencionadas. A algunas personas les gusta seguir gastando dinero".
Para recordar la clase de gente que son los Demócratas (al igual que no pocos republicanos, por lo demás), cabe también recordar que Barack Obama (Bombama) repitió hasta el cansancio el tema del "excepcionalismo estadounidense", al grado de ganarse una respuesta de su homólogo ruso, Vladimir Putin. Una cosa es tener "una América grande" y otra creerse "excepcional". Al referirse alguna vez a la Primavera Arabe que puso fin al régimen de Hosni Mubarak en Egipto, Obama dijo que Estados Unidos "estuvo en el lado correcto de la Historia". Cuando la canciller alemana Angela Merkel se puso a recibir refugiados en grande, Obama la felicitó diciéndole que estaba "en el lado correcto de la Historia". Al pedir sanciones contra Rusia por los sucesos en Ucrania, Obama llamó ante la Asamblea General de Naciones Unidas a los países del mundo a estar "del lado correcto de la Historia". Al declarar sobre la derrota del Estado Islámico, Obama aseguró que Estados Unidos estuvo "del lado correcto de la Historia".
Entonces ya se sabe cómo estar in y evitarse ser mal visto, y cómo no "pagar el costo" y esperar en cambio alguna ganancia en la socialización y la mundanidad: votar contra Trump es estar "del lado correcto de la Historia". Quienes como Obama saben combinar el capitalismo financierizado de pretensiones "liberales" con frases de estilo izquierdista sobre lo que hace o deja de hacer "la Historia" ("la Historia los puso y los seguirá poniendo en su lugar", etcétera...) son los favoritos de la moda, sin que ni siquiera llame la atención la combinación. Tampoco llama la atención hasta qué punto coinciden los "demócratas liberales" y la izquierda del "progretariado" (ecologistas profundos y no tan profundos, feministas, defensores a ultranza de los pueblos originarios y los afrodescendientes, etcétera). Bueno: estar bien con círculos belicistas del Pentágono en Estados Unidos (es lo que ha hecho Killary Clinton): ¿es estar "del lado correcto de la Historia"?¿Hay que guiarse por el criterio propio o por estampidas animales en tal o cual dirección? (en la foto, Bombama señalando la dirección correcta, ¿okay?)