Sin duda es de agradecer el enorme esfuerzo que hacen algunos para demostrar que todo ser humano es corrupto por naturaleza, de la misma manera en que los curas sostienen que todos somos pecaminosos. Desde este punto de vista, los medios de comunicación masiva hacen un papel similar al que realizaba antes el clero, además sermoneando. No ser corrupto resulta el equivalente soberbio de afirmar que se está exento de pecado, y encima cabe arriesgarse al sermón que indica que nadie puede tirar la famosa primera piedra ("el que esté libre de corrupción, que tire la primera piedra", debe ser...).
Es en parte en este orden de cosas que Inna Afinogenova, de la agencia oficial rusa de noticias Russia Today en Español, recogió sin demasiada investigación la especie de que el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, pactó con las pandillas ("maras") de tal modo que se reduzca la violencia (en particular con la MS 13). A cambio, los pandilleros habrían obtenido privilegios en las cárceles, lo que fue desmentido y mostrado en distintos penales por las autoridades de El Salvador. Las condiciones de reclusión no parecen haber cambiado. El hecho es que la gran noticia la lanzó el periódico digital El Faro, en cuya defensa entraron enseguida unos congresistas Demócratas estadounidenses, adalides de lo que entienden por "libertad de expresión", aunque en el pasado dicho periódico se haya equivocado en reportajes al grado de tener que retirarlos y pedir disculpas (caso de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social, FUNSADES, presidida por Miguel Angel Simán).
El asunto no para en lo dicho, e independientemente de las tratativas ciertas o falsas que pudieron tener funcionarios del gobierno de Bukele con las pandillas. No queda claro el escándalo: el gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)+Amigos de Funes pactó, siendo mandatario Mauricio Funes, con las pandillas, sin mayor éxito, mientras se sabe que éstas tienen relación con gente de extrema derecha como Norman Quijano, ex candidato presidencial de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y alcalde de San Salvador por dos largos periodos, o como Ernesto Muyshondt, actual alcalde de la capital salvadoreña. El Faro no está tan distante de ARENA y en todo caso el fundador del periódico, Jorge Simán, es hermano de Javier Simán, director de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y ex precandidato presidencial de ARENA. Con Simán, la ANEP le declaró la guerra a Bukele, en particular retirándole los fondos previamente pactados para ayudar al sector informal (70 % de la población económicamente activa) y las micro, pequeñas y medianas empresas para recuperarse de la crisis sanitaria por la Covid 19. Puede que Jorge no sea Javier, pero curiosamente, el fundador de El Faro se vió involucrado -con la figura delictiva de co-autor- hace pocos años en el escándalo CEL-ENEL (una trama de concesiones de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa a la empresa italiana Enel Green Power). Jorge Simán evitó ser sentenciado porque el caso fue cerrado intempestivamente. El Faro no es un periódico impoluto, o en todo caso Jorge Simán no es quién para hablar de corrupción. Pero es un hecho reconocido que hay roces entre estas dos familias de empresarios, los Bukele y los Simán, ambos de origen palestino. Bukele lo atribuye a las ambiciones de Javier Simán.
Y de la misma manera, es en hecho que con Bukele, quien aplicó una elemental mano dura, El Salvador está cerca de mostrar sus mejores cifras en más de un cuarto de siglo en materia de violencia, por la baja sensible de los homicidios. El actual mandatario salvadoreño recibió un país con 52 homicidios por 100 mil habitantes a mediados de 2019 (junio) y cerró ese mismo año con 36 homicidios por 100 mil habitantes, cifra que se planea abatir en 2020 a cerca de 20 homicidios (21) por 100 mil habitantes, siendo que faltan aún por llevar a la práctica varias etapas de la lucha contra las "maras" (seis de las siete fases del Plan Control Territorial). No está de más recordar que se estima en 70 mil el número de pandilleros y en 17 mil los que están en la cárcel. Cuando se endurecieron las medidas de disciplina carcelaria, los medios globalistas y financieros (British Broadcasting Corporation, Cable News Network, etcétera...), al igual que organizaciones dudosas como Human Rights Watch, se le fueron encima a Bukele por "violar los Derechos Humanos", algo que absolutamente nadie ha dicho de las "maras". En el mismo momento se aparecieron congresistas estadounidenses con el mismo argumento. Los congresistas también se hicieron notar ante las medidas drásticas en El Salvador contra la Covid 19, que llevaron a un fallo reprobatorio de la Corte local. El hecho es que luego de un pico al alza a principios de agosto la curva de casos se fue abajo (792 muertes en total, sobre unos seis millones y medio de habitantes).
Nayib Bukele ha ido cumpliendo otra de sus promesas de campaña, mejorar la infraestructura pública del país centroamericano, y con ello podría conseguir una reactivación más o menos rápida de la economía. El asunto de las tratativas reales o supuestas sigue en suspenso, pero hay indicios de que en la nueva campaña contra el presidente de El Salvador hay algo de la típica actitud latinoamericana ante el mérito verdadero y distinto del éxito logrado mediante corrupción: negar aquél, cuando no destruirlo, porque simplemente no es posible que haya en la Tierra quien no tenga cola que le pisen, es decir, que esté libre de pecado. Tienen que entrar en acción la intriga y la maledicencia. Cabe terminar diciendo que, a juicio de Bukele, El Salvador es en el fondo un país "feudal". (da click en el botón de reproducción para conocer algo de la Primera Dama de El Salvador).