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domingo, 15 de noviembre de 2020

EU: LAS FORMAS DEL FRAUDE

 Desde luego, para quienes dicen haber ganado las elecciones estadounidenses, el perdedor, el actual mandatario Donald Trump, no está teniendo más que alucinaciones al alegar que hubo fraude. De este tipo de "argumento" no está lejos alguien como el Demócrata Bernard Sanders, con quien se fueron a aliar abiertamente algunos líderes de izquierda latinoamericanos en la Internacional Progresista. Los posibles ganadores no contestan sobre los hechos que se les presentan, sino que simplemente, en lo propio del perverso, deniegan.

      El fraude no fue simplemente porque el cartero haya llamado dos veces, tal vez para entregar dos boletas electorales en vez de una. Hay cosas más sofisticadas. Desde el año 2009, el equipo del presidente Barack Obama pidió una súpercomputadora llamada The Hammer con una aplicación llamada Scorecard que es capaz de hackear elecciones y transferir votos de un partido a otro "en el vuelo". Esto fue denunciado por el contratista de la Central de Inteligencia Americana (CIA), Dennis Montgomery, que estaba originalmente a cargo de esta máquina. Basándose en audios confidenciales, Montgomery denunció que ya se había usado el sistema en Florida en las elecciones de 2012 para que las ganaran Obama y el vicepresidente...Joseph Biden. La Casa Blanca de Obama tenía una VPN (red privada virtual) encriptada para tener acceso a voluntad a The Hammer. El mismo Biden y su hijo Hunter fueron vigilados con el sistema ultrasofisticado. Montgomery denunció todo el asunto porque se asqueó de lo siguiente: originalmente, la súpercomputadora debía servir a partir de 2003 para vigilancia en el exterior de Estados Unidos, luego de los atentados del 11/S, pero la administración Obama comenzó a utilizarla para fines internos como los descritos. Con Obama y el director de la CIA, John Brennan, la máquina fue llevada a un lugar secreto (de la misma CIA) en Fort Washington, Maryland. Colaboró el director de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), James Clapper. Es a raíz de este cambio en el uso que Montgomery decidió denunciar. Brennan y Clapper se dedicaban a espiar políticos, ejecutivos de Wall Street, abogados tal el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani y otras cosas, como, a partir de cierto momento, los negocios de Trump. En agosto de 2015, Montgomery ofreció pruebas concretas con 47 discos duros para la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés). Ahora, en 2020, Montgomery argumentó que la aplicación Scorecard sirvió para desviar votos en Florida, Georgia, Texas, Pennsylvania, Wisconsin, Michigan, Nevada y Arizona. Lo cierto es que en algunos de estos estados se dieron cambios de tendencia probabilísticamente extraños en horas de la madrugada del 4 de noviembre. Al mismo tiempo, se puede decir que la gente de Obama "le sabe" suficientes cosas a Biden para, llegado el momento, chantajearlo a placer.

     Lo anterior no debería llamar a mayor sorpresa, en la medida en que el hombre de la CIA y consultor tecnológico  Edward Snowden ya había dicho que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) tiene con la misma CIA la capacidad para alterar resultados electorales. En México se sabe que alteraciones por computadora tuvieron lugar en 2006. Al mismo tiempo, medios tecnológicos sofisticados de otro tipo se utilizan para ganar: el presidente brasileño Jair Bolsonaro llegó gracias a WhatsApp y se utilizó este mismo procedimiento para inducir en 2019 una campaña contra el mandatario boliviano y entonces candidato Evo Morales.

     El asunto con las elecciones estadounidenses está lejos de acabar con la máquina descrita. En muchos estados (unos 30) se usó todavía el sistema de software Dominion que es conocido por ser "defectuoso", si se le puede llamar así al hecho de trasladarse los votos de un candidato a otro. Por ejemplo, en el condado de Antrim, en Michigan, le atribuyó gentilmente 6 mil votos de Trump a Biden. Al rato ya se habían encontrado otros 47 condados haciendo lo mismo. Para más certeza, Dominion fue usado en 4 de los 10 y 9 de los 20 condados más importantes de Estados Unidos, con más del 40 % de los electores. Por cierto, en 2014 Dominion donó dinero a la Fundación Clinton.

     Ya que estamos en lo anterior, Mark Zuckerberg, presidente fundador de Facebook, donó 400 millones de dólares para financiar el recuento de votos en distintas partes de Estados Unidos, en particular en grandes ciudades de estados clave. Es más dinero que el gastado por el Congreso de Estados Unidos para organizar las elecciones, que quedaron así en cierta medida en manos privadas. Zuckerberg es conocidamente pro-demócrata.

     Un lindo detallito para terminar, aunque no tenga que ver con la organización del fraude en las elecciones estadounidenses. Uno de los primeros en felicitar a la probable futura vicepresidenta Kamala Harris fue Alexander Soros, está probado. ¿Suena el nombre? Pues sí, es el hijo del magnate George Soros, campeón de las "revoluciones de colores", a tal grado que no faltó quien se preguntara si no había influido en la nominación de Harris. Alexander Soros es hoy vicepresidente de la Open Society Foundation. Dejémoslo en "complotismo". Lo del sistema The Hammer con la aplicación Scorecard y lo de Dominion no tienen que ver con "conspiracionismo": son problemas legales probados en Estados Unidos. Hasta el momento, Joseph Biden no es el presidente de Estados Unidos, salvo por nombramiento de los medios de comunicación masiva, al parecer ante quienes responden muchos mandatarios del mundo. Es poco probable que Trump pueda sacar adelante sus demandas legales, pero no es sino hasta diciembre o enero que Estados Unidos tendrá un presidente nombrado legalmente. Digamos que, al parecer, la ley no es el fuerte del mundo actual, y tampoco el de los Demócratas estadounidenses, incluyendo al señor Sanders. La izquierda dejó hace rato de reivindicar el socialismo; dejó casi siempre de hablar de los trabajadores; es notorio, incluso en los portales cubanos, que no quiere hablar de "imperialismo", aunque en los hechos concretos pareciera preferirlo al aislacionismo al estilo Trump, al grado de pedir aquél a gritos. Nos quedamos mejor con el Valle (del sur de Texas, trumpista), por esta vez y en recuerdo de los campesinos de César Chávez (da click en el botón de reproducción):



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...