Samuel Paty fue un profesor de Historia y geografía de la localidad de Conflans-Saint-Honorine (Yvelines, a unos 30 kilómetros de París) en Francia que fue decapitado hace poco en la calle por un joven checheno musulmán. Paty había dado un curso sobre la libertad de expresión y había mostrado en él una caricatura del profeta del Islam, Mahoma. El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que la muerte de Paty fue un "ataque contra la república y sus valores" y el ex primer ministro Manuel Valls llamó a "toda la prensa" a reproducir el 2 de noviembre la caricatura. Paty había pedido que los alumnos musulmanes que no quisieran verla salieran de clase. Valls considera que hay que mostrarla a toda Francia. He aquí la caricatura en cuestión, salida de Charlie Hebdo (2012), y cualquiera puede pensar lo que ocurre si no es dibujo ("Mahoma: nace una estrella") sino fotografía o si la retratada así es la Virgen María:
Seguramente no es muy difícil de entender que, si son "la república y sus valores", Francia es, ante todo, una república porno. El dibujo es insultante y podría serlo para cualquier otra religión. El artículo 99 francés de 1881 castiga el insulto y la difamación. Considera que "toda expresión ultrajante, términos de desprecio o invectiva que no encierre la imputación de algún hecho es una injuria". El artículo 227-24 del código penal sanciona el hecho de mostrar imágenes pornográficas a menores de 15 años (los alumnos de Paty eran de 13-14 años). Por lo demás, la Carta de la Laicidad en la Escuela francesa garantiza la pluralidad de convicciones y "la cultura del respeto y la comprensión hacia el otro". Finalmente, la ley de 1905 sobre la laicidad garantiza la práctica de todos los cultos. Casi nadie reprobó lo que estaba mostrando Paty, curiosamente.
Pero el asunto es todavía más absurdo, puesto que en los recientes conflictos de Oriente Medio, Francia tomó partido por el fanatismo islamista, en particular en Siria y en Libia, en algo que no tiene nada que ver con "la república y sus valores". Con una mano se defiende "la república y sus valores" y con la otra se apoyan prácticas terroristas -o migratorias- contrarias a la misma. Las cosas llegan tan lejos que un antiguo atentado contra el semanario Charlie Hebdo pudo haber sido por lo menos "permitido" por las autoridades francesas. Los perpetradores, los hermanos Kouachi, eran conocidos de la Inteligencia francesa. Por cierto, la cuenta de Twitter del checheno había sido señalada desde tiempo atrás como extremista. ¿Por qué Twitter no cerró la cuenta y el ministerio del Interior francés no hizo nada?
Se puede ir incluso más allá. Hubo negligencia de las autoridades francesas en la admisión del joven checheno como refugiado, ya que había sido previamente rechazado dos veces por Polonia. Este tipo de negligencias es frecuente con tal de no tocar a los inmigrantes, a quienes ya no se pide mayormente adaptarse a "la república y sus valores": prueba de ello es que el joven checheno haya optado por decapitar a Paty. Ni siquiera se trató realmente de un acto terrorista (no es la definición de "terrorismo"), sino de la venganza de un hijo -Abdulak Abuezidovic- de guardaespaldas checheno que tampoco entendió nada de "la república y sus valores". Charlie Hebdo tampoco: el dibujante Wolinski de este semanario de extrema izquierda (en el mejor de los casos) llegó a decir "creo que somos inconscientes e imbéciles que hemos provocado un peligro inútil. Eso es todo. Nos sentíamos invulnerables. Durante años, incluso decenas de años, nos dedicamos a la provocación y un día la provocación se vuelve contra nosotros. No había que hacerlo". Es de suponer que hay un límite entre la libertad de expresión y la provocación.
Macron dejó en claro que no se prohibiría la caricatura y encima acusó al Islam de "separatista" y de ser "una religión que está en crisis en todo el mundo" (en Francia viven 6 millones de musulmanes y no todos son "separatistas", pero se sabe que 8 mil son extremistas y no se hace nada contra ellos porque la Unión Europea lo impide a través de la Corte Europea de los Derechos Humanos, etcétera...). Cabe recordar que en el pasado centenares de franceses viajaron vía Turquía a Siria para unirse...a los extremistas islámicos que se dedicaron a torturar, violar y matar a civiles desarmados, y para más señas, musulmanes.
Los intereses que han hecho guerras contra regímenes árabes moderados, apoyando al extremismo islámico, y los que favorecen la inmigración desbocada son los mismos, como lo recordó recientemente en un programa de Los Patriotas su líder, Florian Philippot. Dicho sea de paso, son tal vez los mismos intereses que creen que la libertad de expresión es, en nombre de "los derechos y las libertades", "hacer lo que a uno le dé la gana" y sin límites.