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martes, 10 de noviembre de 2020

EU: QUE SEA...

 El presidente cubano, el tecnócrata Miguel Díaz-Canel, se equivocó de cabo a rabo cuando tuiteó lo siguiente: "reconocemos que, en sus elecciones presidenciales, el pueblo de EEUU ha optado por un nuevo rumbo". Al parecer, el tecnócrata no entiende de cifras o está mal informado: lo que las elecciones estadounidenses mostraron es que "el pueblo" estadounidense está dividido, casi partido a la mitad, a juzgar por los sufragios recibidos por el candidato Demócrata y el Republicano, que logró casi un 48 % de los votos populares (no electorales). Nadie aplastó a Trump, salvo en las encuestadoras previas a las elecciones que demostraron ser un fracaso, al anticipar hasta 10, o incluso 15 puntos de ventaja del Demócrata Joseph Biden sobre su rival. Más bien pareciera que dichas encuestadoras estuvieron buscando inducir el voto a favor de Biden, salvo que no sirvan para nada. Ni siquiera pudieron anticipar que la comunidad latina en Estados Unidos quedó, ella también, partida a la mitad.

     Mientras el ex mandatario Evo Morales salió a tuitear que había sido derrotado un "racista y fascista", sin que hasta el momento se le haya demostrado a Trump ningún hecho fascista, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se puso a festejar que "el mundo respira aliviado con la victoria de Biden". Es una declaración idiota por ajena a los hechos: ya se ha dicho que bajo la presidencia de Barack Obama -cuyo vicepresidente fue Biden- Estados Unidos se la pasó en guerra, incluyendo la ampliación del despliegue de fuerzas militares en el exterior (las fuerzas de operaciones especiales aumentaron en un 130 %, con presencia en 138 países, 70 % de las naciones del globo) y el uso de drones para matar por aquí y por allá (Obama estuvo lanzando unas tres bombas por hora durante 2016, y 4 mil 700 personas murieron por ataques de drones estadounidenses en Paquistán y Yemen, entre otros lugares), mientras que Trump no agredió prácticamente a nadie y se estuvo cuatro años en paz, incluso repatriando tropas. ¿El mundo respira aliviado por la vuelta del complejo militar-industrial o debiera más bien inquietarse porque Lula simplemente no sabe lo que dice? El brasileño agregó que "el pueblo norteamericano se manifestó contra el trumpismo y todo lo que él representa, de rechazo a valores humanos, odio, abandono de vida y agresiones contra nuestra América Latina". Otro que hace desaparecer los hechos

      En efecto, hasta antes de la epidemia del SARS-Cov-2, los resultados económicos de Trump en materia de empleo y de ingreso, incluyendo a las minorías, fueron espectacularmente mejores que los de Obama: los mejores resultados desde 1967 (es decir, antes del inicio de la crisis) para el aumento del ingreso medio de los hogares. Este aumento fue 50 % más alto que el logrado durante los mandatos de Obama.Cuatro millones de personas salieron de la pobreza con Trump y la pobreza misma cayó a su nivel más bajo desde 1959, no según "otras cifras", sino según la Oficina del Censo estadounidense. 

       Pero volvamos a la imbecilidad de Lula: no es Trump quien estuvo espiando a la ex mandataria Dilma Rousseff, sino Obama con la NSA (Agencia de Seguridad Nacional, por sus siglas en inglés), hasta colaborar con la caída de esta "hijita" de Lula. Fue Obama quien declaró a Venezuela "una amenaza para la seguridad nacional estadounidense" y por cierto que fue Juan Guaidó quien terminó felicitando...a Joseph Biden. En cuanto al ex mandatario ecuatoriano Rafael Correa, parece haberse olvidado de cómo lo chantajeó Biden con el caso de Edward Snowden y aquél se puso a tuitear en inglés, "!good luck!" para el Demócrata, de la misma manera en que la alcaldesa de París, capital francesa, Anne Hidalgo, tuiteó "Welcome back America!" junto a otros socialistas que parecen desconocer que en Francia se habla francés, como en América Latina se habla español. ¿Quién sino Biden implementó el Plan Colombia?¿No fue con los Demócratas que tumbaron a Manuel Zelaya en Honduras? Por cierto, Puerto Rico refrendó nuevamente su deseo de convertirse en el estado 51 de la Unión Americana. Para uno que otro panameño imbécil, no está de más recordar que George W. Bush, hijo del George Bush que decidió invadir Panamá, se inclinó por Biden, felicitándolo antes de tiempo, porque el asunto no era entre Demócratas y Republicanos sino entre gran parte del pueblo estadounidense y el establishment y su "Estado profundo". 

     No faltaron quienes, como el columnista mercenario "mexicano" Ariel González Jiménez, se olvidaron de lo que marca la ley, para imponernos, al igual que José Woldenberg (quien confunde la ley con los modales), "las reglas" de "la civilidad democrática", que no siguieron en ningún momento quienes desde el principio del mandato de Trump, totalmente legal, quisieron hacerlo caer, recurriendo a todas las mentiras al alcance, al grado de terminar en la vileza del linchamiento, en el cual se esconden tantos cobardes pero valentones en grupo, así tengan que coincidir Díaz-Canel y "Evo es Pueblo" con los ex mandatarios derechistas "mexicanos" Felipe Calderón y Vicente Fox, que corrieron a agarrarse de Biden. ¿No fue con Obama que se decidió la llamada "guerra contra las drogas" en México?

      Pero ya que los medios adujeron que Trump alegó fraude "sin pruebas" y el mismo González retuiteó al artero y patológico Pablo Hiriart, para quien las denuncias del actual mandatario estadounidense no pasaron de la falsedad de un tuit sobre un inexistente mini incidente en Virginia Beach, he aquí algunos hechos, porque no deja de ser raro saltarse los hechos a la torera y acusar a los demás de estar "fuera de la realidad". Desde septiembre, y sin que se hiciera nada, Judicial Watch dió a conocer que en 29 estados de Estados Unidos (353 condados) estaban inscritos para votar más electores que ciudadanos en edad de votar (prácticas comunes desde hace años de los Demócratas en ciudades como Detroit o, más aún, Chicago). En Nevada, 200 mil boletas de voto fueron mandadas a direcciones equivocadas. En Detroit, justamente, votaron 32 mil 519 personas más que las registradas. En 19 condados de California hubo un millón 600 mil electores más que los inscritos. 50 mil boletas de voto fueron enviadas a direcciones equivocadas en Ohio. En Pennsylvania se tuvieron que rechazar 336 mil demandas...!de doble voto!. Hubo electores que pudieron pedir boletas para votar !hasta 11 veces! Un "error" en Utah dejó 13 mil votos sin firma. En varios lugares de Estados Unidos, los trabajadores electorales se vieron rebasados por demandas de voto provenientes con frecuencia de una misma persona. 39 condados de Colorado tuvieron más electores que habitantes (!). Mil personas votaron dos veces en Georgia. El conjunto de las elecciones al norte de Nueva Jersey fue anulado por fraude electoral. 200 mil personas fueron "expurgadas" de las boletas de votos en Nueva York. Hubo quien pidió "recuperar" los votos de 400 mil boletas mandadas en California a gente residente fuera del estado o ya fallecida. 80 mil boletas de voto desaparecieron como por arte de magia en Baltimore. Un cuarto de los funcionarios electorales dimitió por la nueva ley electoral y el caos en las boletas de voto por correo. La lista es muchísimo -pero de lejos- más larga, e incluye el uso del fraude con aplicaciones en las máquinas de conteo y transmisión de datos para convertirlos de favorables a Trump para Biden en cuestión de microsegundos (hammer/scorecard, de invención por Dennis Montgomery, a lo que hay que sumar las fallas del Dominion software system). No suena a "civilidad democrática" y no debería mover al linchamiento de Trump con la bajeza en la que han coincidido tantos, desde la derecha (¿1988, 2006 o 2012?) hasta una izquierda que se felicita de que hayan ganado Wall Street, el complejo militar industrial, las empresas Big Five y del Big Pharma, etcétera, confundiendo, como lo hizo Cristina Fernández de Kirchner. estos intereses con "la voluntad del pueblo estadounidense" (el presidente argentino Alberto Fernández se quedó por su parte en un lamentable elogio de "la primera vicepresidenta de Estados Unidos").

     Si Trump perdió, no es muy fino que digamos patear a quien está en el suelo. Quienes se abstuvieron de felicitar a Biden hasta que no sea legalmente declarado vencedor, y no por los medios de comunicación masiva que se toman por "la opinión pública", están en la razón. Los demás no han hecho más que "quedar bien para ganarse favores", agregando a la cobardía de escudarse en los medios de comunicación masiva la conveniencia más ramplona, y en casos como el del quintacolumnista González, conjugando de modo proverbial prepotencia y crasa ignorancia, con el agravante de querer decretar desde las reglas y no desde las leyes quién está dentro y quién fuera de "las instituciones democráticas". Resulta que la "civilidad democrática" la deciden quienes hacen fraude, quienes matan, quienes imponen prácticas monopólicas y quienes se instalan militarmente en el mundo como Pedro por su casa. Por si no se sabe, en uno de sus acostumbrados lapsus dadas sus condiciones cognitivas (ya tuvo dos accidentes vasculares coronarios), Biden afirmó que con Obama "se había creado la organización de fraude electoral más vasta e inclusiva de la Historia de la política estadounidense" (véase por ejemplo en RNC Research "Joe Biden brags about having 'the most extensive and inclusive voter in the history of American politics'"). Se le puede perdonar por los problemas de salud lo que de otro modo haría las delicias de Diván el Terrible. Lo demás es una colección bastante sorprendente y muy deplorable de reacciones abyectas. Aquí el lapsus de Biden para los angloparlantes (da click en el botón de reproducción). Que sea.



 

    

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...