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viernes, 29 de enero de 2021

BOLIVIA EN PUGNA

 Aunque no sea el único, Bolivia sería actualmente uno de los países de América Latina que demostrarían que se puede avanzar en un proyecto con apoyo popular y al mismo tiempo alejándose del clientelismo, que no estaría entonces inscrito en ninguna "genética nacionalista-revolucionaria". Sería más bien hasta cierto punto en la derecha y la ultraderecha regionalista que se mantendrían prácticas clientelistas, alrededor de Jeanine Añez en el departamento del Beni o de Luis Fernando Camacho en Santa Cruz, cercano a formas de protofascismo. Hubo quien dijo que Evo Morales dejaba "un país en llamas" cuando tuvo que salir en el año 2019 al exilio en México, y no faltó tampoco quien acusara al ahora ex presidente de "narcoterrorista", pero en el trance difícil de la salida del líder indígena fueron las huestes de Camacho y algunas más las que se lanzaron a amenazar con quemar, literalmente, a líderes del Movimiento al Socialismo (MAS), el mismo de Morales. Si ha habido clientelismo entre los sectores populares, puede obedecer a imitación de las oligarquías locales, que no han sabido inculcar otra cosa. No es raro que la clase media y los más acomodados se muevan en América Latina justamente con los mejores criteros clientelistas y la fiebre por "saber relacionarse", "salir en la foto sin moverse" y ponerse "donde hay, no donde les den".

      En efecto, el gobierno actual del presidente Luis Arce, que no está a la sombra de Morales, podría tener la oportunidad de ir relegando el prebendalismo para privilegiar la meritocracia, que tanto le ha incomodado a más de una izquierda latinoamericana. En la última campaña para las Asambleas departamentales, las bases populares del MAS consiguieron expresar en parte su rechazo al "dedazo", la designación de candidatos por la dirección de la organización. Pudieron así surgir candidaturas tal vez sin mayor mercadotecnia a su favor, pero sí electas con mayor democracia. El "dedazo" dejaría así de ser la forma de lograr la movilidad dentro del Estado. El mismo Evo Morales tuvo que reconocer que hay problemas y errores por subsanar: "donde hay convicción no hay peleas, dijo. Donde hay ambición hay mucha pelea. ¿Por qué ambición? Porque falta todavía formación ideológica, es la debilidad que tenemos". Por buen líder que fuera, al aspirar a reelegirse con trucos legaloides el mismo Morales estaba frenando la posibilidad del relevo generacional y empezando a dar en cultos innecesarios, aunque sin caer en las excentricidades New Age del actual vicepresidente David Choquehuanca, una concesión a parte de los aymaras. Una porción del MAS puede esta buscando en el acceso al partido, primero, y al Estado, después, una dudosa movilidad social, pero también hay sectores populares -entre rurales y urbanos- que se mueven en otra dirección. De hecho, el mandatario Arce Catacora hizo designaciones por "qué tu sabes", no por "quien tu sabes". Es un tema abierto en distintos países de América Latina, en medio de una notoria escasez de gente que "sepa hacer" en su profesión, más allá de saber "colocarse". Las designaciones de Arce no siempre gustaron en el MAS, pero fueron de profesionales exitosos sin que tuvieran forzosamente vínculos con los movimientos sociales (activistas): no se privilegiaron los compadrazgos, la familia o los favores políticos, además de que, por cierto, se reabrió el Ministerio de Cultura. Lo anterior no le resta verdad a lo dicho por un líder de la Central Obrera Boliviana (COB): no es un gobierno con presencia de trabajadores, pero tampoco se está pretendiendo construir el socialismo, pese a las siglas del mismo MAS. Que se sepa, hasta hace algún tiempo el ahora ex vicepresidente Alvaro García Linera hablaba de "capitalismo andino-amazónico". El "socialismo comunitario" adoptado después tal vez esté menos a la orden del día de lo que se piensa, pero ya será bastante si se consigue sortear el prebendalismo estatal y extraerlo de una parte de los sectores populares que no tienen otra visión de las cosas que la clientelista. Así las cosas, Bolivia no estaría en camino a ningún populismo, y Arce hizo bien en sugerir que no se le puede crear un ministerio a cada ambicioso que surja, así sea de origen popular. Otra vez nuestros primos de Yamparáez (da click en el botón de reproducción).



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...