Mi lista de blogs

martes, 21 de diciembre de 2021

CHILE: LA REINA ISABEL SEGUIRÁ CANTANDO RANCHERAS

El triunfo del centro-izquierdista Gabriel Boric -de 35 años- en la segunda vuelta de las elecciones chilenas ya dió para una nueva coincidencia entre la izquierda progresista latinoamericana y los "demócratas liberales". El Grupo de Puebla se apresuró a arrimarse a Boric, que no era su candidato, ya que lo era el señor MEO (Marco Enríquez Ominami), quien obtuvo una votación bastante deplorable en la primera vuelta. Boric llegó con un "empujoncito" del Partido Comunista de Chile, arrimado a su vez a los cubanos de manera erróneamente incondicional, y que encontraron "voces" para sugerir que ya se están abriendo las grandes alamedas de las que hablara Salvador Allende, el presidente chileno de la Unidad Popular (UP) entre 1970 y 1973, sacado del gobierno por el golpe de Estado de Augusto Pinochet. Para variar, se cayó en el triunfalismo del poder olvidando que el derechista José Antonio Kast obtuvo más del 44 % de los votos, lo que es tanto como decir que la población chilena está dividida. Kast se impuso ampliamente en la capital chilena, Santiago, y zona metropolitana, y en la "frontera centro sur", hacia la Araucanía. Las divisiones regionales también son significativas.

      Ahora sí. Isabel Turrent, columnista mexicana de Reforma, tuiteó lo siguiente: "celebro el triunfo de Boric en Chile. Después de 1973, la izquierda merece otra oportunidad, el fascismo pinochetista que representa Kast, no. Ojalá Boric gobierne desde el centro de la izquierda liberal". Tal vez haya quien pueda explicar qué diablos es "el centro de la izquierda liberal". Lo cierto es que en el programa de Boric hay de centro, de izquierda y de "liberal". El ex canciller Jorge G. Castañeda tuiteó por su parte: "espero que el joven (...) aprendió la lección de Allende. No se puede hacer una revolución por las buenas: o se hace por las malas, o no se hace" ("Boric para todos"). El marido de la señora Turrent, para más señas Enrique Krauze, tuiteó por su parte: "Boric tiene una oportunidad histórica: mostrar que es posible una izquierda constructiva y tolerante, acorde con la gran tradición republicana de Chile". 

     A finales del siglo XIX, con un programa liberal, José Manuel Balmaceda fue orillado en medio de una guerra civil al suicidio. Tal vez se trate del presidente Pedro Aguirre Cerda y sus no tan republicanas simpatías por el nazismo. O de quienes ordenaron la cruel matanza de miles de mineros de Santa María de Iquique a principios del siglo XX (en 1907: el presidente era Pedro Montt). Pasemos sobre Pinochet. ¿O se trata del golpe de Estado de Marmaduke Grove en 1924? Como lo ha demostrado el estudioso Jorge Larraín, las grandes tradiciones históricas de Chile han sido la guerrera, por la lucha de frontera contra los mapuches, y la de la hacienda. No da demasiado para una "gran tradición republicana", pero como sea es encantador leer a Turrent, Castañeda Jr. o Krauze dar consejos desde el palco de la Historia a la que ellos ya pasaron, al igual que los izquierdistas. Castañeda, que no es tonto, sabe muy bien que Boric no tiene mayor "margen de maniobra". No debe haber por lo demás confusión: como lo demostró Inna Afinogenova en Russia Today en Español, cifras en mano, las protestas contra el saliente mandatario Sebastián Piñera no fueron de sectores populares, sino en buena medida de estudiantes de educación superior. Luego, la población se desentendió en buena medida de la Constituyente para redactar una nueva Constitución, para salir ahora más o menos masivamente a votar con el resultado de un país partido en dos.

     Boric tiene, más allá de la imitación de los dictados de organismos internacionales, algunas ideas interesantes: subir impuestos a los ricos, crear un buen sistema de salud, evitar la minería que afecte al medio ambiente, terminar con esquemas de pensiones privadas y remover las deudas estudiantiles. Castañeda Jr. empuja en la dirección de interés para sectores de clase media: aborto, matrimonio gay, legalización de la marihuana, género, cambio climático...

     Boric supo atraerse a los indecisos, pero hay que considerar lo siguiente. En la primera vuelta al menos, los sectores populares se inclinaron por Kast, no por Boric, curiosamente candidato de sectores acomodados y de jovencitos, los de entre 18 y 30 años.

      Para reunir los ingredientes de la ensalada rusa, Boric se ha pronunciado contra Cuba, Nicaragua y Venezuela y es alguien cercano a los inexpertos españoles de Podemos.

      De esta hegemonía estudiantil y de clase media, ajena a los intereses populares, no está del todo claro lo que vaya a resultar. No sería en todo caso más que la inconclusa revolución democrático-burguesa. No es poca cosa. Con lo que no tiene nada que ver es con los ideales socialistas de Allende, ni con los que "Fidel" quiso endilgarle al mismo de la manera más imprudente, ni con el espíritu de los socialistas que esperaban que era su turno de usufructuar el Estado en beneficio propio, si se deja de lado por un momento la idealización del gobierno de la Unidad Popular. Música chilena: da click en el botón de reproducción.



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...