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domingo, 30 de octubre de 2022

UNA COSA BIEN SIMPLE

 En una reciente reunión del Club de Valdai, donde se estila hablar fuerte, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo en medio de un mar de cosas dudosas (en particular sobre el advenimiento de un mundo multipolar) que no existe la menor intención de Rusia de utilizar bombas nucleares en Ucrania, ni bombas "sucias", detectadas más bien del lado ucraniano para una posible provocación u operación de las llamadas "de bandera falsa". Quienes lo deseen desde Occidente pueden ir a comprobar que las centrales nucleares de Chernóbil y de Zaporiyia están bien resguardadas por los rusos.

     Los altos mandos militares estadounidenses, empezando por el secretario de Defensa, Lloyd Austin, han reiterado que Estados Unidos no tiene indicios de que Rusia vaya a emplear el arma nuclear. Por lo demás, también hay que saber leer las noticias: pese a que Estados Unidos dice considerar ahora a China como la principal "amenaza sistémica", Austin dejó en claro que una confrontación con los chinos "no es inevitable, ni deseable". 

     Si bien "se" dijo -porque la prensa y la telecracia rusas no son de lo más probo- que el "problema" era que, de entrar Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Moscú, capital rusa, quedaría a 5 minutos de vuelo de un misil, Putin no optó por invadir Ucrania, sino la parte rusófona (Donbás/Novorossiya) en un momento en que el Donbás estaba a punto de ser objetivo de una ofensiva ucraniana. De otro modo, Rusia pudo haber optado simplemente por apuntar misiles y armas hipersónicas a Ucrania para calmarla, sin entrar a las cuatro regiones hoy anexadas, donde la población tiene una enorme simpatía  por Rusia (más del 70 % de los habitantes de Mariúpol, por ejemplo).

      Lo anterior está dicho porque, ahora que Suecia y Finlandia solicitaron su entrada a la OTAN, a lo que hay que añadir que el segundo país no tiene una gran tradición de neutralidad (se alió en el pasado con la Alemania nazi), ocurre que se amplía considerablemente la frontera directa entre la OTAN y Rusia. No es todo. Según lo recogió la revista Newsweek, a partir de medios finlandeses, la condición de la OTAN fue la de poder poner en el país escandinavo bases militares y armas nucleares. Putin contestó, palabras más, palabras menos, que el asunto le importa un bledo, pero que en caso de que se apunte desde Finlandia hacia Rusia, entiéndase que nuclearmente, Rusia apuntaría hacia Finlandia. Salvo en la dimensión de un chantaje mayúsculo orquestado con el contubernio de la dizque "opinión pública" occidental, puede que Moscú quede a 7 minutos de vuelo de un misil desde suelo finlandés, pero Finlandia desaparecería del mapa en 10 segundos. Es posible que una situación similar hubiera podido plantearse ante Ucrania (5 minutos de vuelo), pero sin poder dar lugar a un "primer golpe nuclear" que dejara inservible la capacidad rusa de respuesta.

      La decisión de ocupar un 20 % aproximadamente de Ucrania habría sido básicamente para auxiliar a la población rusófona no sólo frente al ejército ucraniano, sino también frente a sus "injertos" neonazis, como el Batallón Azov que estaba instalado en Mariúpol. Las precauciones tomadas se explican por la necesidad de evacuar civiles: no ha habido ningún éxodo masivo de ucranianos a Occidente, sino el refugio de decenas de miles en Rusia, como ahora los evacuados de Jersón, dados los hábitos ucranianos de usar a la población civil como escudo.

      La amenaza finlandesa, de concretarse, sería parecida a la finteada por Ucrania: la seguridad de uno a costa de la de otro, algo prohibido por las leyes europeas, pero salvo despistados, nadie ha hablado de ocupar Finlandia, donde no hay población rusófona.

     El circo del "gran peligro nuclear" fue orquestado por los medios de comunicación masiva occidentales, básicamente, y por una que otra mente calenturienta en Rusia y en su telecracia. Es probable que, como sucede en otras partes del mundo, desde aquí se alimenten algunos "expertos" aspirantes a "consejeros del príncipe", a los platós televisivos y -desafortunadamente- a participar a partir de aquí en la elaboración de discursos oficiales. Cabe el juicio de cada uno sobre la decisión rusa de entrar en Ucrania, en todo caso con un mar de argumentos históricos endebles y otros de actualidad más sólidos, puesto que no queda claro por qué Rusia hubiera debido dejar que se perpetuaran las masacres de rusófonos. Hasta aquí, el asunto es "a la yugoslava", con los acelerados del Donbás (tipo Igor Strélkov) en un papel un tanto similar a los serbio-bosnios. Occidente no conoce demasiados guiones. Rusia no es Yugoslavia, y más de uno se ha dedicado a sacar recuerdos muy ancestrales sobre la pertenencia de Novorossiya al imperio zarista.

     Cabe recordar que, para criticar a Occidente, Putin acaba de apoyarse ahora en Valdai en "algo" tan despreciable como el extinto escritor Alexander Solyenitsin. Por lo demás, remontarse a la Rus de Kíev para repetir que rusos y ucranianos son un mismo pueblo no es lo mejor, porque también se puede demostrar la tradicional partición de Ucrania entre centro y centro-occidente y oriente.

      Los medios de comunicación masiva occidentales encuentran el principio de placer en el sensacionalismo de venderle al "público" la posibilidad de una guerra nuclear, de la misma manera en que la telecracia rusa vende tonterías imperiales. Como sea, en términos generales hay un agresor y un agredido, puesto que el cerco es contra Rusia. Es de esperar que los medios en cuestión, que responden a intereses económicos muy poderosos, no tengan entre otras consignas la de preparar un clima de opinión de chantaje nuclear contra Rusia, así no pueda tener éxito, aunque más de uno pueda querer intentarlo: buscar, entre otras posibilidades, la renuncia rusa a su propia defensa y a las armas para ello bajo amenaza de "golpe preventivo" occidental con apoyo de una "opinión pública" en estado de pre-fascismo conductual. No nos hagamos: Occidente estaba preparando el golpe con los escudos antimisiles en Polonia y Rumanía, y tal vez no haya terminado de entender que la superioridad militar la tiene Rusia, como terminará de quedar evidenciado en el Donbás/Novorossiya.

      En todos los casos, la telecracia ha resultado execrable, al igual que ciertos medios de prensa. Los militares al mando no siempre le hacen caso. De la misma manera en que Austin reconoce tranquilamente que no hay el menor indicio de preparativo nuclear de Rusia para nada, el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigú, mantiene contacto regular con Occidente para informar de cualquier peligro potencial de "trampa" en Ucrania, por ejemplo con "bombas sucias". Tal vez alguien debería proteger a la población de los bombardeos de noticias y comentarios de los medios de comunicación masiva, que no están lejos de provocar lo que el ex vicepresidente boliviano Alvaro García Linera ha llamado un "cataclismo cognitivo". Es en parte sobre esta base que discurren funcionarios de distintos países y que se entremezclan desde los montajes de Occidente hasta los sueños de Putin. A quedarse otra vez con música ucraniana (da click en el botón de reproducción).









      

jueves, 27 de octubre de 2022

ECUADOR EN DESGRACIA

 Aunque estaba algo latente, el problema del narcotráfico en el Ecuador no había estallado bajo la presidencia de Rafael Correa. Ocurre que a la salida de éste, a las autoridades ecuatorianas no les pasó nada mejor por la cabeza que desmantelar órganos de seguridad que funcionaban y tenían conocimientos en la persecución del crimen, según lo admite un reciente reportaje de la revista mexicana Proceso. Con el descuido (en el mejor de los casos) y el correr de los años, del "gobierno" de Lenín Moreno al actual de Guillermo Lasso, obsesionados contra Correa, el litoral ecuatoriano se volvió el envite de dos cárteles mexicanos de la droga: el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, que subcontratan a grupos locales, los "Choneros" y los "Tiguerones".

      Correa tenía control pese a que sacó del Ecuador a la base militar estadounidense de Manta. Moreno dejó hacer y Lasso quiere militarizar, pero no es suficiente: falta tomarse el asunto realmente en serio. Lo que están haciendo los cárteles es sacar la droga del sur de Colombia por el litoral ecuatoriano, vía Esmeraldas, hacia el norte; Manabí, hacia el centro, con pistas clandestinas de aterrizaje; y Guayas, hacia el sur, aprovechando el escaso control portuario de la ciudad de Guayaquil. Dada la rivalidad entre grupos del crimen organizado, la violencia se ha incrementado, notoriamente en Esmeraldas (de población negra), con una tasa de homicidios actual del triple de la media nacional, y con las bandas de criminales que extienden sus actividades a las extorsiones a comercios, obligando a muchos a cerrar. Los enfrentamientos entre bandas se han extendido a las cárceles, dejando centenares de muertos (13 masacres con 402 muertes entre febrero de 2021 y octubre de 2022). Al parecer, quienes no hacen más que agredir a los progresismos latinoamericanos, así deban verse con reserva, no parecen darse cuenta de que la derecha se ha vuelto incapaz de gobernar, ni siquiera por obedecer algunas órdenes de Estados Unidos (favorecer ostensiblemente a un cártel frente a los demás, como en México). Ni siquiera disminuye la producción de droga en Colombia y Perú: aumentan los decomisos porque se produce más. Nada tienen que ver guerrillas en el asunto, pese a las genuflexiones que quiera hacer la dirección de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

     A quienes no les espera la "puertorriqueñización", puede esperarles una "haitianización" que a últimas fechas se ha querido paliar de nuevo con el amago de envío de tropas internacionales, después de que medio mundo lucrara con la desgracia de Haití, incluyendo a la Fundación Clinton, el actor Sean Penn, las fuerzas internacionales con fuerte apoyo de Lula y otros paliativos.

     No se puede condenar la actual situación ecuatoriana sin contrastarla con los tiempos mejores de Correa. Al mismo tiempo, sin mano dura a la manera del presidente Nayib Bukele en El Salvador no hay modo de terminar con el flagelo de la inseguridad, así no les guste a los estadounidenses que quieren otra cosa: una asociación cuasi-monopólica con un cártel para hacer de la droga un negocio como cualquier otro, y llevarse una buena tajada para beneficio propio, así el país en vías de subdesarrollo ponga los muertos y la descomposición social para gestionar el "caos controlado". A estas alturas, ya debería haber quedado claro que problemas tan graves como los de Haití o el Ecuador no existen en Cuba o Nicaragua, pese a que no se trate de aplaudir a estos últimos por lo que sea. El hecho es que, vistas las cosas desde distintos ángulos, el Ecuador está convertido en otro "Estado fallido", así que no queda más que el pobre consuelo de un mundo que se fue (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 26 de octubre de 2022

COLOMBIA: ¿EL QUE SIGUE?

 El escritor William Ospina había detectado algo de un "politiquero" en el actual presidente de Colombia, Gustavo Petro. Se podría escribir sobre algunas iniciativas interesantes que ha tomado en materia agraria, pero resulta que al mismo tiempo hace cosas de apariencia incomprensible, y sólo de apariencia.

     Colombia tiene un peculiar estatuto de socio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). En una entrevista, el ex presidente ecuatoriano, Rafael Correa, le había hecho notar al también expresidente, colombiano, Juan Manuel Santos, que dicho estatuto es completamente contrario a varias declaraciones que hacen de América Latina una "región de paz". Santos dijo que no se trataba más que de una cuestión "técnica", pero parece ser más que éso, considerando por lo demás que Colombia es el país latinoamericano que más bases militares estadounidenses alberga en América Latina, siendo la "puerta de entrada" a la vigilancia de Sudamérica. No es cosa menor y no tiene que ver con alguna lucha contra la "subversión" que prácticamente ya no existe, ni exactamente contra el narcotráfico, que sí existe y no ha disminuido desde la extinción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

     Petro se reunió hace poco con William Burns, director de la Central de Inteligencia Americana (CIA), estadounidense. Se trató de "desarrollar nuevas estrategias contra el narcotráfico" y no faltó el partidario de Petro que saltara a decir que "ahora la CIA no es tan mala y colabora con nosotros", cuando es "nosotros" que colabora con la CIA. Petro se entrevistó también con Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, para tratar el tema del cambio climático y llevarlo a la selva amazónica (!). Se acordó tener helicópteros Black Hawk para "apagar incendios en la Amazonía". Puede ser, pero no son las mejores amistades. El gobierno de Petro, muy latinoamericano en el asunto, hizo grandes declaraciones antiimperialistas y acto seguido votó contra Rusia en la Organización de Estados Americanos (OEA) y en el Consejo General de Derechos Humanos de Naciones Unidas. En fin que, entre otras cosas, en medio de una fuerte presión Demócrata para asegurarse "socios y aliados" en América Latina, como lo escribió Oleg Yasinsky en RT en español se tendrá ahora, gracias a Petro, a la OTAN en la selva colombiana "para que cuide de los animalitos de los cazadores furtivos y los arbolitos de la tala ilegal".

      Petro no ocultó que quiere construir el capitalismo en Colombia, lo cual no está mal, pero otra cosa es que sea capitalismo dependiente para recrear el estatus de "país en vías de subdesarrollo". En fin, que así va lo que la vicepresidente Francia Márquez prometió como "vivir sabroso", con helicópteros militares estadounidenses, la CIA y la OTAN. Hasta podría agregarse que es "sabrosón", o incluso cachondo. Los nuevos gobiernos progresistas latinoamericanos, sin resolver mayor cosa, tienen sin duda chispa en la palabra mientras escogen a sus "socios y aliados". (da click en el botón de reproducción).



martes, 25 de octubre de 2022

BRASIL: AHÍ VIENE

 Ni Luiz Inácio Lula da Silva ni el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil tienen a estas alturas gran cosa qué ver con sus orígenes. Es una lástima para el antiguo obrero metalúrgico que fue Lula y que se pasea alegando haber pasado hambre alguna vez. A estas alturas, el líder del PT no tiene en la cabeza más que "consumo" y concesión tras concesión. Está en un lío: con miras a la segunda vuelta de las elecciones brasileñas, Jair Bolsonaro le pisa los talones en las encuestas.

     Ha sido no muy honesto por parte de la izquierda hablar de "fascismo" o "neofascismo" a propósito de Bolsonaro, así como acusarlo de "genocida" por su manera de llevar la crisis sanitaria de la Covid-19, algo sobre lo que hay mucho qué matizar. No es ninguna panacea, pero si hubiera "fascismo" en Bolsonaro, Lula seguiría en prisión, tal vez escribiendo unos "Cuadernos de la cárcel" o algo por el estilo. Buena parte de la izquierda está viviendo del "corte de cupón" de glorias pasadas, sin tener las propias, ni la teoría que corresponda. Lula se apresuró a felicitar al presidente estadounidense Joseph Biden, Demócrata, creyéndose que Donald Trump era "fascista" o "neofascista", lo que dicta no la izquierda, sino el poder de los medios de comunicación masiva prevalecientes.

      Lo que significa en concreto Lula, además de la desindustrialización de Brasil y la ausencia de reforma agraria, es una política económica de las llamadas "ortodoxas" y cercanas al Consenso de Washington, Biblia de los llamados "neoliberales". Es el gobierno de Wall Street, como en otros países es el de los Fondos de Inversión. Cuando gobernó, Lula lo hizo en el Banco Central de Brasil con Henrique de Campos Meirelles, hombre de Citigroup. Meirelles acaba de volverle a expresar su apoyo a Lula. Otro aliado del dirigente del PT, Geraldo Alckmin jr, es un buen privatizador del Estado y alguien cercano al Opus Dei. Alckmin es el candidato de Lula a vicepresidente: fue escogido para atraer al poder económico y parte de la "clase media", con un "corrimiento" hacia el centro-derecha. Para colmo, algunos llaman a Alckmin el "Macri brasileño". No son los únicos amigos de Lula: el presidente estadounidense Barack Obama lo amaba y lo apreciaba George Bush jr. Lula jugó un papel nada apreciable en los planes estadounidenses para Haití y para sacar a Jean-Bertrand Aristide.

     Podría agregarse más: una amistad con el Fondo Monetario Internacional, una política de tasas de interés fabulosa para los más ricos de Brasil o formas de entrega de la Amazonia brasileña a la vigilancia militar estadounidense, para desagrado de los militares brasileños.

       Los millones de seres sacados de la pobreza lo fueron con asistencialismo (al que no renunció Bolsonaro) y sin ninguna conciencia de nada: se trató de crear consumidores para el gran capital que anda buscándolos un poco por doquier en el mundo, lo que no es lo mismo que emancipar a la gente educándola al mismo tiempo. Por si no se recuerda, Lula era el asesor predilecto de Rosario Robles en México -a quien visitó- para seguir en las prácticas asistencialistas, cosa de cooptar a la gente y evitar descontento social.

      No hay nada que festejarle a Bolsonaro, pero buena parte de la izquierda latinoamericana se ha ido deslizando a la franca "neodeshonestidad" por su obnubilación por el poder y su abandono del trabajo desde abajo. Ni hablar (da click en el botón de reproducción para calmarla).



sábado, 22 de octubre de 2022

ESTÁ USTED EN SU CASA, SEÑOR KEN SALAZAR

 A diferencia de Cuba, México suele manejarse con bastante temor cada vez que se trata de la relación con Estados Unidos. Con el acuerdo de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), México se ha convertido en el principal socio comercial de Estados Unidos y viceversa. Se trata de una forma de anexión de la economía más débil a la más fuerte, que repercute en distintos ámbitos, y puede estar aproximándose el momento de que las formas de "adhesión" política sean más notorias, si las elecciones presidenciales mexicanas de 2024 las gana Claudia Sheinbaum o el actual canciller, Marcelo Ebrard, que ya no tendrán el empuje desde abajo que consiguió el mandatario Andrés Manuel López Obrador.

      Lo que hace y dice el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, es significativo. Hace poco, Ebrard se refirió a algunos adelantos en materia de seguridad, y Salazar no encontró nada mejor que felicitarlo con el siguiente lapsus en un tuit: "!Vamos por buen camino!". ¿Quiénes?¿Y así de juntos? De manera algo increíble, Salazar se la pasa de gira por México y hasta esboza la injerencia de agencias de seguridad estadounidenses en algunos lugares, como el estado de Zacatecas. Tuvo que ser parado por López Obrador, sin ninguna brusquedad, pero la manera de comportarse de Salazar no llama la atención.

     Hay una ley económica que dicta que toda economía atrasada que se integra con una más adelantada se atrasa aún más. Podrá tenerse la sensación de ser parte del Primer Mundo, más cuando se vive con remesas procedentes de Estados Unidos como una de las principales fuentes de ingreso, pero el acuerdo de libre comercio le impide a México crecer y desarrollarse. Ningún país lo ha logrado históricamente sin recurrir a una buena dosis de proteccionismo.

     La oposición mexicana suele estar fuertemente ligada a Estados Unidos, sobre todo tratándose de la derecha (Acción Nacional), a quien nadie le ha pedido respetar las reglas del sistema: a diferencia de los ex presidentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), los de Acción Nacional, Felipe Calderón y Vicente Fox, siguen entrometiéndose a cada rato en el actual sexenio. Dicho sea de paso, cuatro estados gobernados por la oposición (Guanajuato, Estado de México, Jalisco y Chihuahua), junto con dos del oficialismo (Movimiento de Regeneración Nacional), concentran casi la mitad de los homicidios en el país. Acción Nacional ya mostró su incapacidad para gobernar, y el PRI se suicidó como clase política desde 1988-1994, entre otras cosas al terminar de abandonar el ideario de la Revolución Mexicana (lo que se remonta más aún a principios de los años '80), coludirse con el crimen organizado (Enrique de la Madrid Cordero debe conocer los detalles, y no parece que el pacto con el cartel de Sinaloa se vaya a romper),  y hacer el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. La tan llevada y traída democracia no es un proyecto de Estado nacional, y el lópezobradorismo tampoco lo tiene, pese a algunas ideas rectoras positivas. Por su parte, la mayoría de los medios de comunicación masiva practican el pre-fascismo conductual, no dedicándose más que a la destrucción y a sembrar el miedo con lo que sea, además de hacer como López Obrador: no entender nada de los males del presidencialismo y su manera de crear chivos expiatorios y quitarle a quien lo desee cualquier responsabilidad por la marcha de las cosas. Todo el bien o el mal emanan de una sola persona dizque dotada de sabrá Dios qué grandes poderes, para "concentrarlos" o "distribuirlos" (cada quien lo ve como le va en la feria). No está de más decirlo: ni Sheinbaum ni Ebrard tienen ningún proyecto de Estado nación, y no significan más que un "cambio de manos" instruido desde Estados Unidos para que un sector de clase media distinto del de antaño termine de liquidar el nacionalismo revolucionario y contenga y disuada a los sectores populares con algo de pan y bastante circo. Los gobiernos progresistas latinoamericanos no están lejos de topar con sus límites, y los favorece la ineptitud de la derecha, salvo excepciones como la de Bolivia en particular.

     La "puertorriqueñización" como tendencia no es algo dicho en el aire. Ken Salazar se conduce en su plural mayestático como peninsular de visita, y ni López Obrador ni nadie le significan que no, no está en "su" casa, por lo que tampoco puede declarar como signo de amistad  y refiriéndose al mandatario de México: "yo paso mucho tiempo con él". Es demasiado amor. Y bueno, pues click en el botón de reproducción:



martes, 18 de octubre de 2022

CÍNICO ATRÉVETE: ¿A QUÉ HORA PODEMOS QUEDAR?

 Lo acaba de hacer, en plena guerra contra Rusia, así que es imposible que los occidentales que se turnan para hacerse presentes en Kíev, capital ucraniana, incluyendo el mentiroso serial mexicano Carlos Loret de Mola, no estén enterados.

     Miroslav Simchich pasó poco más de 30 años de su vida encarcelado en la Unión Soviética. Durante la Segunda Guerra Mundial, este hombre colaboró con los nazis y fue miembro del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), fundado en 1942, como rama militar de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN). En el año 2007, el jefe del UPA, Román Shújevich, recibió póstumamente el título de Héroe de Ucrania. El aniversario del UPA se convirtió en fiesta nacional...y sigue siéndolo. La idea de que el nacionalismo ucraniano peleó contra los nazis no termina de cuajar. El UPA se dedicó más bien entre 1943 y 1944 al exterminio de decenas de miles de polacos en Ternópil, Leópolis, Stanislaviy y Volinia. En 1944, el UPA acordó con los alemanes pelear contra el Ejército Rojo.

     Uno de los últimos presidentes ucranianos, Petró Poroshenko, le dió al UPA el título de "combatientes por la libertad" y a sus integrantes aún con vida, como Simchich, el estatuto de "veteranos de guerra". Poroshenko decidió que la juventud ucraniana debía formarse con los "ideales" del UPA.

     Simchich participó en emboscadas contra el Ejército Rojo. Dirigió, luego de dar la orden de hacerlo, la destrucción de la localidad predominantemente polaca de Pishten (Pistyn), masacrando a todos, incluyendo mujeres y niños. Un centenar de miembros del UPA se metieron en otra localidad, quemaron todas las casas, saquearon los bienes a la mano y ejecutaron a cerca de 80 personas: no nada más gente de origen polaco, sino también ucranianos. Ancianos, mujeres y niños fueron nuevamente masacrados.

     Simchich recibió la Orden del Mérito en Ucrania en 2005. Poroshenko le dió otra Orden al verdugo. Este es Ciudadano de Honor de la ciudad de Lviv y tiene un monumento en su honor en Kolomyia. Hay un filme ucraniano en honor de Simchich ("La guerra de Miroslav Simchich").  Hay que ponerse de acuerdo: los nacionalistas ucranianos buscaban la independencia de su país, incluso en un principio contra los alemanes, lo que no fue muy del agrado de los nazis, pero como sea ambos colaboraron hacia el final de la guerra. No es un secreto que el "ideólogo" Dmitri Dontsov y sobre todo el líder nacionalista ucraniano Stepan Bandera tuvieron admiración y/o tratativas con los nazis. Nunca hubo desacuerdo entre nazis y nacionalistas ucranianos para masacrar polacos y judíos.

     En estos días, Simchich fue declarado Héroe de Ucrania por el presidente de este país, Volodímir Zelenski, sin protesta de Polonia ni de Israel. Significa que el mandatario ucraniano o no sabe nada, o encuentra normal masacrar de la peor forma a civiles indefensos, por localidades enteras Al parecer, que Zelenski sea judío no cambia mayormente la cosa. Zelenski sabe con quién trata, y los occidentales también, pero no se les ocurre nada pensando, o más bien calculando, que es el tipo de proceso que se podrá dirigir ante todo contra los intereses rusos. Cuando gente de Lviv canta en ruso (da click en el botón de reproducción).



lunes, 17 de octubre de 2022

BIENVENIDO, COMPAÑERO ENRIQUE SERNA

 La venta de la fuerza de trabajo bajo el capitalismo, sea física o mental, no significa prostitución, aunque sí implica ser explotado. Se vende una energía, por así decirlo, y además, por un tiempo determinado, normalmente fijado bajo contrato, en la medida en que quien compra la fuerza de trabajo no es dueño de ella: su propietario es el vendedor, aunque quien la compra extraiga un "plus" de su uso.

     A diferencia de lo anterior, la prostituta vende su cuerpo, convertido en mercancía, lo que no es el caso de quien vende su energía. La prostituta no vende ni su energía (digamos que no está obligada a ponerle mayor gana al asuntillo), ni su alma. Sin embargo, si la prostituta tiene al mismo tiempo un proxeneta ("padrote"), a quien le tiene que pasar un "plus", es explotada, y coinciden su "fuerza de trabajo" (es un decir) y su cuerpo, que en este caso es una herramienta de trabajo.

     En las condiciones descritas, sería un error decir que tantos y tantos periodistas que escriben sin criterio propio y repiten lo que la casa editorial quiere oír se prostituyen, son presstitutes, como adora llamarlos el analista estadounidense Paul Craig Roberts. Simplemente, estos periodistas venden su fuerza de trabajo, sobre todo mental, asegurándole a la casa editorial un "plus", es decir, una ganancia, sobre todo que estas casas funcionan como grandes negocios. Estos periodistas no venden ni su cuerpo, ni su alma (asunto demasiado religioso), y son explotados. Algunos lo saben. Otros no tienen ni la menor idea de lo que es la explotación. Es una lástima tener que decírselos, pero se trata de proletarios, así sean de cuello blanco y dizque "cognitivos". Su herramienta de trabajo es "la pluma", es decir, la computadora, entre otros elementos. Saben que, de salirse de la línea editorial, no serán contratados. Lo gracioso es que, como trabajan con "la pluma", resultan ser proletarios que se creen de alcurnia.

     Queda un asunto. A quien vende su fuerza de trabajo, como energía, nadie le obliga a vender su conciencia, atención, así venda sus ideas (para una empresa, por ejemplo). Un proletario puede tener conciencia de sus propios intereses, diferentes de los del patrón, de la misma manera en que una prostituta puede tener también conciencia propia, no estando de lo mejor con el proxeneta. La diferencia con periodistas y similares está en el enigma de lo que hacen con su conciencia, si no llegan a diferenciarla de la del patrón-casa editorial-televisora-radio. No es que la estén vendiendo, porque lo que venden es su energía mental, pero es probable que se enreden más con la conciencia de lo que están haciendo, si se "adhieren" por completo a la patronal, a diferencia del obrero que no está obligado a creerse la propaganda de la empresa, salvo enajenación, ni del ingeniero que trabaja también para la empresa (también, salvo enajenación), ni de la prostituta que sabe muy bien que no debe "entregarse" al cliente ni al proxeneta. El problema está en los proletarios intelectuales (que tienen como herramienta su intelecto) que se entregan de tal modo a la empresa contratante que no pueden ejercer ninguna verdadera independencia de criterio.

       Lo terrible de muchos medios de comunicación masiva actuales está en que responden a grandes intereses económicos lejos de cualquier verdadero debate, por lo que exigen de sus empleados que "rindan", lo que es propio de la explotación. Tomemos el caso del escritor mexicano Enrique Serna, de lo mejor del país, al menos hasta El vendedor de silencio. Curiosamente, Serna escribió alguna vez una interesante Genealogía de la soberbia intelectual. Ahora, el escritor se despacha en Letras libres o en Milenio artículos en los cuales ya está, por fin, debidamente proletarizado, así gane más que con su independencia previa. No nada más repite sin criterio propio en materia de política, de la que no sabe, sino que canta a coro con el resto de los empleados de la empresa sobre ciertos temas. Serna sacó hace poco una bochornosa alabanza de Enrique Krauze. Como sucede en la esfera del intercambio, el escritor ha obtenido a cambio que se le permita expresarse libremente sobre la bisexualidad. Es un "hombre libre", en el sentido de tener aparentemente "libertad de contratar", como cualquier vendedor de fuerza de trabajo, y se le respeta su "mercancía", la pluma, que suele ser muy buena. No quita que, al vender esta energía literaria de tal forma que alguien de la patronal se lleve una ganancia, Serna dejó la independencia para pasar a las filas del proletariado; a cambio de que escriba lo que le deja ganancia al empleador, es libre de ostentar una liberalización de las costumbres que también es un "plus" para el patrón, que permite "consumir libertad" (de bisexualidad, en este caso), pero que de ningún modo tolera algún criterio creativo independiente ni verdadero debate. Falta leer Lealtad al fantasma, la serie más reciente de cuentos de Serna, en la cual pudiera encerrarse la conciencia lúcida de cómo una hábil captación del deseo por el patrón -llevando a confundir necesidad/demanda y deseo- termina en lo que ya está Serna: una forma de pérdida de libre albedrío que, en asuntos de política, se traduce por una escritura lastimosa y borreguil, que conjuga lo rimbombante con lo ignorante. Vamos: un proletario que expone las contradicciones de su proletarización creyendo que al fin "es alguien" y que puede permitírselo, lo que no era necesario después de la excelente Fruta verde. Como lo previera el mismo Serna, empezó a convertirse en fruta podrida, al menos al tratar de política para "rendirle" a quienes lo han empleado. El asunto aparece en una conciencia desdoblada: una excelente pluma no exenta de ponerse a banalidades ni de rebajarse. El periodismo acaba de ganarse un proletario más, de larga data, agreguemos, proclive a perder el criterio propio. La "putería subida"... o casi (da click en el botón de reproducción).





viernes, 14 de octubre de 2022

¿A DÓNDE SE VAN LAS FLORES?

 Si se tiene acceso a la alocución completa, es desde luego falso que el presidente ruso, Vladimir Putin, haya amenazado con utilizar armas nucleares. Aún así, la actual doctrina militar rusa es clara: en caso de ser atacada con armas de destrucción masiva (lo que incluye el arma nuclear) o por medios convencionales que pongan en peligro la integridad del Estado, la Federación Rusa podrá emplear todos los medios en respuesta. Para quien sepa leer, se trata de un uso puramente defensivo.

     La alharaca de los medios de comunicación masiva predominantes en Occidente sirvió para que pasara desapercibido lo siguiente: en realidad, fue el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien le propuso a los occidentales ni más ni menos que un "ataque nuclear preventivo" contra Rusia "antes de que sea al revés", lo que quiere decir simplemente, salvo que no se sepa escuchar, que algunos en Occidente consideran factible este tipo de agresión. Nadie le calló la boca a Zelenski, aunque los estadounidenses en particular han reiterado que no tienen indicios de que Rusia vaya a atacar nuclearmente a nadie. no denuncia ni la izquierda que ve "neofascistas" donde cicen verlos los "demócratas liberales": en todas partes, menos donde están.

     El asuntito que se trae Estados Unidos no es nada más contra Rusia, si se toma en cuenta que Europa es la principal afectada por el cese de suministro de petróleo y gas rusos, un tema añejo: ya la administración estadounidense Reagan había vetado, en su época, allá por los '80, el transporte de hidrocarburos de la Unión Soviética a Europa. Los europeos occidentales fueron obsecuentes. Ahora, Estados Unidos se dió el lujo de sabotear literalmente el gasoducto Nord Stream de Rusia a Alemania. La vieja máxima sobre Europa dice: "los estadounidenses adentro, los rusos afuera y los alemanes abajo". No es ningún secreto. Hace no mucho tiempo, la Corporación Rand, al servicio de intereses militares estadounidenses, sacó un documento intitulado "Debilitar a Alemania, fortalecer a Estados Unidos": la idea era ya crear crisis económica en Alemania y el conjunto de la Unión Europea (UE) para hacerla perder competitividad, provocar la salida de capitales hacia Estados Unidos y la fuga de cerebros hacia el mismo país. Alguna vez se dijo que la UE era un "gigante económico, pero un enano político", y lo del "gigante" es lo que quiere opacar Washington, capital estadounidense. La Rand confió plenamente en lo que llamó "tontos útiles": los Verdes, que cogobiernan Alemania, y la ministra de Relaciones Exteriores, "verde", Annalena Baerbock, y el "súperministro" de Economía y Protección del Clima, Robert Habeck.

     El liberalismo no es fascismo ni lo es el imperialismo. Desde este punto de vista, Putin es absolutamente fiel a la ensalada ideológica que tiene en la cabeza cuando habla de "liberal-totalitarismo" para referirse a Occidente, de la misma manera en que los occidentales se sacan cualquier cosa de la chistera para "etiquetar" a Rusia, con tal de "vender" alguna "idea", o más bien creencia. Con todo, las autodenominadas "democracias liberales" y el imperialismo no tienen ningún empacho en apoyar a neonazis como los del régimen ucraniano y servirse de ellos: Zelenski, con sus alocuciones a todos parlamentos del mundo que se dejen, tiene el inconveniente de ser a la vez marioneta y alguien con iniciativa propia, para mal, que es lo que le sucedió a Hitler para sorpresa de todos los que lo alimentaron y lo engordaron, británicos y estadounidenses incluídos con sus grandes capitales. La Ucrania central y occidental tiene un historial nazi. No lo ven ni los izquierdistas que encuentran "neofascistas" por doquier, menos donde están, por lo que Zelenski no es denunciado.

     Y es entonces en este mismo orden de cosas que algunos como el presidente Nicolás Maduro, de Venezuela, se planta bravíamente a ofrecerles a estadounidenses y europeos petróleo (y no es el único que lo hace), que es tanto como facilitarles la tarea a quienes aspiran a liquidar al Estado ruso sirviéndose del neonazismo. "Joe Biden, Venezuela está aquí", alardea Maduro para ayudar sin darse cuenta al parecer de lo que hace Estados Unidos contra Europa toda, pese a que el mismo mandatario venezolano ha condenado el cerco contra Rusia. Estados Unidos ha estado teniendo en mente un alivio parcial de las sanciones contra Venezuela  para que ésta venda más petróleo en el mercado internacional y aíslar más a Rusia. Ese es el "bolivarianismo" al que detestan los "demócratas liberales". Sin contar con el no muy ilustre papel de otros gobiernos progresistas de América Latina que combinan en un estilo muy local ignorancia con soberbia.

     Al parecer, gran parte de los "gobernantes" del mundo no están al tanto de mayor cosa, o no quieren estarlo, puesto que, bien miradas las cosas, fue Zelenski quien sugirió desatar un ataque nuclear. Difícilmente la idea le vino sólo, pero Estados Unidos estuvo lejos de seguir la "ocurrencia", tal vez porque entendió muy bien lo que dijo Putin y sabe por lo demás lo que muchos occidentales quieren ignorar: que la supremacía militar, gracias a las armas hipersónicas, es de la Federación Rusa, por lo que ser así de "directos" no es conveniente. Lo es más, por lo pronto, golpear a la UE (!abajo!), aislar a Rusia (!afuera!), sin descartar chantajes mayores aún, y quedarse "adentro" arbitrando al menor costo. Para una potencia en decadencia, no está mal. Los rusos podrían ser algo menos "juveniles". Hasta hoy le ofrecen gas a los europeos para el invierno, que es como darle combustible al enemigo.

     Los Verdes heredaron el olvido de la izquierda: !muy bien! (da click en el botón de reproducción).



martes, 11 de octubre de 2022

PROVOCACIÓN

 A partir de los años '70 y hasta los '80, la Humanidad tuvo conciencia de ser tal, con rasgos en común, compartidos, habida cuenta del riesgo de verse aniquilada de la faz de la Tierra por el empate nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética -la paridad estratégica- y lo que se conoció como MAD por sus siglas en inglés (Destrucción Mutua Asegurada). Es un riesgo que aún existe, pero minimizado.

      La derrota soviética y victoria estadounidense hizo desaparecer esa idea de Humanidad en común qué cuidar, en especial porque imbuyó a los vencedores de un sentido ya no de igualdad, sino de superioridad. Se extinguió así esa idea de "lo común" y se llegó a lo que hay ahora: la creencia desde la superioridad de que no hay nada humano en común con los rusos, de tal modo que éstos y el mandatario Vladimir Putin son retratados como si no fueran humanos, es decir, como si no fueran "racionales", entendiendo por racionalidad el cálculo de conveniencia, que es lo que queda en Estados Unidos y sus "socios y aliados". Rusia, a su vez, se ha atrincherado en su propio particularismo, el de "los valores tradicionales", aunque le quedan dejos de sovietismo.

     Es un poco inaudito ver lo que han estado haciendo en estos tiempos los medios de comunicación masiva occidentales: creando posibles "escenarios" de guerra nuclear, en el entendido -falso- de que Putin amenazó con usar el arma atómica. Lo primero que llama la atención es que Occidente, al menos en esos medios, desconoce la superioridad militar rusa gracias a las armas hipersónicas. Al parecer, desconoce también que Putin va invicto: Chechenia, Osetia del Sur, Crimea y se agregarán el Donbás y la Novorossiya, a lo que debe sumarse Siria, donde Rusia fue decisiva para derrotar al terrorismo islámico.

      Todos estos "escenarios nucleares" están construidos con sensacionalismo, porque al parecer para algunos la posibilidad del uso del arma nuclear "vende": nada con más rating que mostrar un hongo atómico en alguna parte del mundo para la sempiterna reacción occidental de indignación moral y gran tranquilidad por no verse afectado. Lo que quiere decir lo anterior es que se calcula la posibilidad de un uso limitado del arma nuclear, y se le quiere endilgar a Rusia, por lo que Putin es objeto de todas las provocaciones habidas y por haber. El "interés" de tal uso sería tal vez el de instalar más armas nucleares en las fronteras rusas (ya las hay tácticas en Europa Occidental) para llegar a un nuevo punto de chantaje (¿otra vez buscando la "decapitación"?), calculando que por su lejanía del "teatro de operaciones" Estados Unidos saldrá como siempre indemne. Estados Unidos está haciendo lo que en la Primera y en la Segunda Guerra Mundiales: empujando a que otros se líen a golpes para mantener la superioridad. El hecho es que Rusia no se apresura a caer en provocaciones, aunque tiene una telecracia enferma. 

     Lo único que dicta la doctrina militar rusa vigente es el uso de cualquier arma, se entiende que la nuclear incluida, en caso de ataque a su integridad territorial o en su contra con armas de destrucción masiva. No queda claro hasta dónde quiere Estados Unidos llevar las provocaciones, pero lo cierto es que la misma dirigencia estadounidense sabe que no quiere arriesgarse a que Rusia, demostrando la superioridad que tiene, decida tener por objetivo o blanco al territorio estadounidense. Es así que, mientras los medios de comunicación masiva y sus "expertos" crean todos los escenarios posibles, los militares estadounidenses se encargan de decirlo, cuando uno sabe leer una nota periodística: afirman no tener ningún indicio de que la Federación Rusa esté preparando algún golpe nuclear.

     Lo lastimoso es que haya desaparecido la idea universal de una Humanidad en común, en pie de igualdad, qué preservar, para ser remplazada en Occidente por la creencia en que entre occidentales se trata de gente "excepcional", "indispensable" y cosas por el estilo, entiéndase que "intocable" y por ende "invulnerable". Es lo que está en juego, aunque muchos no se den cuenta. Para Rusia, lo que cuenta es terminar de aprender que con el diablo no se come ni con cuchara grande: el imperialismo existe y daña. No vaya a ser que sea por "el mal lado" que tenga que recuperarse la idea de que todos somos iguales, formalmente al menos, y que no se puede apostar impunemente a la destrucción de otro. ¿No era el presidente estadounidense Ronald Reagan quien decía "aún no han visto nada"? Tal vez sea el momento de recordarlo. Y no olvidar que las provocaciones siguen (da click en el botón de reproducción).



domingo, 9 de octubre de 2022

HONDURAS SE EMPANTANA

 Juntando distintas fuerzas llegó hace no mucho Xiomara Castro a la presidencia de Honduras, país entre los más pobres de América Latina, pero el progresismo triunfante no consigue deshacerse de distintos lastres, unos antiguos y otros no tanto. Hay problemas que incomodan dentro de las mismas coaliciones triunfantes.

     Xiomara Castro es la esposa de Manuel Zelaya, quien fuera presidente de Honduras y derrocado mediante un "golpe blando" por haberse acercado demasiado a Venezuela. Castro empezó con prácticas propias de oligarcas: Manuel Zelaya se convirtió en el principal asesor de la presidente,; el secretario de la Presidencia es Héctor Zelaya, hijo de la mandataria; el encargado de la secretaría de Defensa es José Manuel Zelaya, sobrino; el secretario del Congreso, Carlos Zelaya, cuñado, y la hija de Castro y Zelaya, Xiomara Zelaya, se convirtió en diputada. Desde luego que se trata de nepotismo y manejo del país como hacienda propia.  Es de las cosas que desagradan por ejemplo en Venezuela, donde la "primera combatiente" y esposa del presidente Nicolás Maduro carga con la mala reputación de más de una decena de familiares "enchufados" al gobierno en la Asamblea cuando aquélla era legisladora, y con narcosobrinos recién liberados por el gobierno estadounidense de Joseph Biden, contra el que Maduro no truena demasiado. La mala fama sigue por igual a hijos de Flores.

     El otro aspecto del actual gobierno de Honduras, es el peso de los comunicadores, desde que hace algún tiempo compitiera por la presidencia el presentador de televisión de origen palestino, Salvador Nasralla. ¿Es Honduras en cierto modo un reflejo de lo que llega a acontecer en otros lados, donde la derecha no puede gobernar y está lumpenizada (el ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández está en prisión en Estados Unidos), el centro izquierda no sale de viejas prácticas clientelares y los medios de comunicación masiva ocupan un gran -lugar? El gobierno hondureño también está lleno de comunicadores: el secretario de Infraestructura y Servicios Públicos es Mauricio Ramos,  fundador de UNE TV; el secretario de Prensa del Gobierno, Ivis Alvarado, es de UNE TV; el vicecanciller Gerardo Torres es de UNE TV; lo es también Jorge Aldana, alcalde de Tegucigalpa, y el diputado Mauricio Rivera. Nasralla, presidente del Partido Salvador de Honduras (!), ha manifestado abiertamente sus discrepancias con LIBRE (Libertad y Refundación), partido de Xiomara Castro. No parece que haya una línea que logre imponerse, considerando por lo demás que Castro no arrasó, sino que triunfó con apenas poco más del 50 % de los votos.

     No queda claro si los principales problemas de Honduras son aquéllos con los que se identifica Castro: la infancia, la juventud, la familia y el ambientalismo, además de las minorías "étnicas": Kamala Harris, vicepresidente estadounidense, fue curiosamente corriendo a felicitar a Castro cuando asumió el poder, así haya sido Hillary Clinton quien contribuyera bastante a la caída de Zelaya en 2009. De que ha habido cambio en Honduras, lo ha habido: el bipartidismo tradicional se agotó (Partido Liberal y Partido Nacional). Pero LIBRE tuvo que pactar con partidos de centro y centro-derecha. No queda claro si es del interés gobernante terminar de desplazar a lo que representaba Hernández: una parte del militarismo, una del sector empresarial y la corrupción no desligada del crimen organizado. El problema se complica cuando, como en más de otro país latinoamericano (El Salvador ha resultado ser una excepción), no hay sujeto visible capaz de llevar adelante los cambios, al grado que sobre Honduras sigue pesando el ser una forma de "protectorado" estadounidense bajo resguardo progresista, mediante algo similar a lo que se dió en Guatemala, la Cicih (Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras), a reserva de cómo se concreten las negociaciones con Naciones Unidas. El riesgo de una parálisis en algo parecida a la de Haití no está descartado, pero tal vez mientras tanto haya quien les cante a las hondureñas (da click en el botón de reproducción).




viernes, 7 de octubre de 2022

BRASIL: SIN PECADO Y SIN JUICIO

 Contra lo que creía la izquierda progresista de América Latina, no hubo regreso triunfal de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil: tendrá que medirse en segunda vuelta con el actual presidente, Jair Bolsonaro, un "fascista" que se presenta tranquilamente a elecciones y que no impidió que el mismo Lula quedara en libertad.

      Lula ha estado ahora sí ganándose el apoyo de los más pobres, que eran más bien conservadores y de derecha, sobre todo en el nordeste brasileño. Una parte de la clase media e incluso de los trabajadores le había dado la espalda a lo que a estas alturas es "lulismo". Aunque siendo presidente de Brasil sacó a millones de la pobreza y aumentó los salarios, agrandando la clase media, Lula "paz y amor" permitió la desindustrialización del país sudamericano, no hizo ni una pizca de reforma agraria (pese a lo reclamado por el Movimiento de los Sin Tierra) y favoreció al agronegocio, tuvo una política económica neoliberal que hizo más ricos a los más ricos (con tasas de interés maravillosas) y no modificó la política de impuestos. Lula acababa de recorrerse al "centro" cuando descubrió en la reciente primera vuelta de las elecciones que Bolsonaro le pisaba los talones, así que no es de descartar que se vaya al "centro del centro", tal vez para captar a una parte del electorado que vota igual por Lula que por Bolsonaro. 

     Lo que interesa de Lula entre los "demócratas liberales" no es nada más, como se lo acaban de pedir, que no exprese ninguna simpatía por Cuba, Nicaragua o Venezuela, para estar en el tono del presidente chileno Gabriel Boric. Lo que interesa es que saque a gente de la pobreza para que los inversionistas internacionales encuentren una "salida" a su crisis, en una mezcla de ortodoxia y de neokeynesianismo. Nada más. Lula no es alguien con formación, sino un militante reconvertido en activista de un partido que no responde exactamente al nombre, el Partido de los Trabajadores (PT). No es de descartar que la derecha acepte la creación de más clientes "solventes" para salir del atolladero actual. Cambiar la estructura socioeconómica brasileña dejó de importar. Lo que no ven con malos ojos los "demócratas liberales" es que la izquierda "al centro" pase a administrar la crisis. El PT no representa ningún peligro: es hoy una máquina de reclutar votos en las convenciones sin mayor interés por los movimientos sociales ni los sindicatos, etcétera.

     De ganar en segunda vuelta, Lula tendría dificultades con un legislativo que no desbancó a las fuerzas de Bolsonaro. El sueño tal vez sea ése, para llamarlo erróneamente de "pesos y contrapesos", pese a que la Justicia brasileña ya demostró que no existe mayormente: que haya suficiente "conversación" -entiéndase sobre todo que "ruido" -para que lo que no sea negocio se reduzca a un caos controlado en el cual muchos electores andan extraviados. En fin, que todo sea sin pecado y sin juicio (da click en el botón de reproducción).









martes, 4 de octubre de 2022

MÉXICO: ¿LO VAN A SUPERAR?

/Desde hace mucho ha existido el reto en la canción mexicana, ante el despecho, la traición, etcétera, pero es muy en concreto desde hace cerca de un cuarto de siglo que hay que venir soportando como reacción el desplante en el que se amenaza con pasar al acto. Ya no hay el menor cuidado de la forma, ni en la melodía, ni en la letra, sino el desplante mencionado, sin sublimación. Un ejemplo es la canción "El tóxico", del grupo Firme, que acaba de llenar el Zócalo de la Ciudad de México como no lo hace ni el presidente. Salvo excepciones, el país sigue ai ritmo apenas disimuladamente narco. Cabe preguntarse si el gobierno capitalino, a cargo de la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, sabe lo que hace al desembolsar millonadas para Firme y llenarle a la gente l a cabeza de una violencia hartante, o si tiene idea la señora de lo que implica salir de Palacio para, creyéndose "pueblo", fotografiarse y posar con el grupo en cuestión. El asunto se remonta a lejos, puesto que la austodenominada "Cuarta Transformación" tuvo como antecedente la compañía del escritor y ensayista del populacho Carlos Monsiváis. Ahí está la clase media "ilustrada""haciéndole el favor" al "pueblo", dándole por su lado, en lo que es deriva hacia pan y circo.
     Entretanto, México fue la sede de un Mundiacult organizado por la Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura) en donde otro candidato, el canciller Marcelo Ebrard, tuvo su propia oportunidad de ostentar su ignorancia. Si Estados Unidos había descubierto los "nacionalismos exacerbados", Ebrard hizo su aporte contra los "nacionalismos exasperados". No debe faltar demasiado para que los nacionalismos se pongan "histéricos". La cultura va dejando de ser algo a lo que se le da forma para ser otra cosa más en venta, "la esperanza del futuro" (Ebrard) o así por el estilo. Por aquí y por allá no falta quien quiera vender cultura, que vende para cualquier partida de advenedizos que cree, muy al estilo estadounidense, que es asunto de comprar para, con la marca, dar a entender que "se tiene". La señora y la jefe de gobierno de la Ciudad de México quisieron sugerir que "tienen" algo de "popular" lanzándole a la gente el mal gusto de Firme. Antes se había tenido que "gritar" en el Zócalo con los Tigres del Norte, de moda desde que tuvieron que estarlo para ir "mareando" a la gente con la supuesta "naturalidad del narco". No faltará quien crea que "pueblo es narco" con un dejo de orgullo por el bandidaje contra cualquier gobierno. En más de un aspecto, el lópezobradorismo ha agarrado un aire de priísmo sin el menor sentido de institucionalidad, y con el ademán dizque "rebelde" de la clase media "ilustrada" ya mencionada. Andarle coqueteando al pueblo, incluso en su lado lumpen, tal vez es para algunos acto de "rebeldía". Aquí está pues el acto de rebeldía, el desplante que se ostenta en toda su vulgaridad, el circo romano, la grosería maliciosa, y, desde hace un buen rato, la "mexicanidad" que vende (da click en el botón de reproducción: de paso se muestra en Carín León la pérdida de figura de Sonora y su deterioro).


sábado, 1 de octubre de 2022

A VER A QUÉ HORA...

 Distintos países del mundo han condenado la intervención de Rusia en Ucrania en nombre del derecho internacional, por cuestiones de "soberanía e integridad territorial". Moscú, capital rusa, ha invocado también el derecho internacional, por curioso que parezca. En efecto, a raíz de la proclamación unilateral de independencia de Kosovo, al sur de Serbia, la Corte Internacional de Justicia, dependiente de Naciones Unidas, dió por buena la decisión kosovar, alegando que una parte del territorio de un país puede independizarse sin necesidad de pedir permiso a las autoridades centrales del mismo. Es sobre esta base que el presidente ruso, Vladimir Putin, consideró procedentes las decisiones de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón de independizarse sin permiso de Ucrania. El problema con este argumento es que Rusia se encuentra, al lado de Serbia, entre los países que no han reconocido la independencia de Kosovo, lugar considerado como cuna ancestral de la nación serbia, así esté poblado ahora mayoritariamente por kosovares (prácticamente, albaneses). Si Rusia hace una lectura formal, Occidente por su parte considera el derecho internacional válido cuando conviene a sus intereses y lo olvida cuando no es conveniente tomarlo en cuenta. Si se va a pegar de gritos por la soberanía y la integridad territorial, entonces puede hacerse también en defensa de Serbia. Si lo de Kosovo es válido, lo de las cuatro regiones rusófonas de Ucrania, además de Crimea, también. La lectura de Putin no es muy amable con Serbia. El argumento para la independencia kosovar es que ahora en Kosovo la mayoría de la población es kosovar y no serbia, pese a que no siempre fue así. El argumento de Rusia en el Donbás y Zaporiyia y Jersón por momentos va más lejos: estos lugares serían rusófonos desde el siglo XVIII. En todo caso, Occidente no ha actuado de acuerdo con lo que marcó la Corte Internacional de Justicia. Este tipo de enredos es tal que Rusia no se ha anexado Abjasia y Osetia del Sur luego de que se separaran de Georgia y recibieran ayuda rusa. Rusia tampoco ha abierto un corredor vía Odessa hasta el Transdniéster rusófono, separado de Moldavia. Y como Rusia no ha invadido Ucrania, en rigor, salvo para anexarse el 20 % del territorio ucraniano, que no incluye a todos los rusófonos de Ucrania, el supuesto "imperialismo" ruso parece realmente muy limitado, pese a lo chocantes que son los argumentos "ancestrales" sobre Crimea y la Novorossiya. Es tanto más absurdo cuanto que ésta incluía alguna vez a Odessa.

     Otros hechos parecen haber empujado a la decisión de Rusia, entre ellos el uso creciente de Ucrania como plataforma para agredir a Rusia, aunque tal vez sea menos importante que en el caso de Crimea. A raíz del golpe de Estado "blando" de 2014 en Kíev, capital ucraniana (el "Euromaidán"), Crimea no fue la única en decidir separarse, sino que también lo hizo el Donbás (Lugansk y Donetsk, al Este de Ucrania). Kíev decidió hacer "volver al redil" al Donbás en un inicio de guerra que segó cinco mil y pico de vidas en 10 meses, hasta llegar a los Acuerdos de Minsk. Ya había para entonces un millón y medio de desplazados sin que a nadie le preocupara. Según esos Acuerdos (I y II), el Donbás debía quedarse en Ucrania con un estatuto de autonomía y el respeto para la lengua rusa, pero Ucrania no sólo nunca cumplió, sino que prosiguió con hostilidades que segaron en cerca de siete años otras 12 mil vidas, por lo bajo, es decir, según Kíev. Así pues, Rusia esperó unos ocho años, mientras ucranianos y potencias occidentales no hacían nada. Lo que aceleró las cosas fue la disposición de Kíev para lanzar una nueva ofensiva contra el Donbás, en vísperas de que finalmente entraran las tropas rusas.

     Como suele suceder en los regímenes nacional-populares o similares, suelen existir distintas corrientes internas, y Putin y sus allegados parecen ser los más responsables, a comparación, pongamos, del ex presidente Dmitri Medvedev o del "ideólogo" Alexander Duguin, que sí tienen sueños imperiales y están bajo el dominio completo de una telecracia local descarriada, que necesita de grandeza como de rating. La preocupación de Putin fue que no tuviera lugar otra carnicería más contra población rusófona de Ucrania, y dejar a Ucrania sin capacidad de agredir, además, a la Federación Rusa. Putin mide sus pasos, a diferencia de la telecracia aludida. Es más difícil pensar que Occidente vaya a corresponder con la misma prudencia, aunque suene extraño decirlo, por lo que la incógnita recae ahora en cierta medida sobre el gobierno de Kíev y quienes le dictan qué hacer. Mayor derecho internacional no hay, por lo que es preciso buscar comprender qué hay detrás de la manera de cada uno de entender la ley del más fuerte: cálculo costo/beneficio por parte de Occidente, digamos que hasta el "punto de equilibrio" (si las pérdidas empiezan a ser más fuertes que las ganancias), y la disposición al sacrificio y a "dar de sí" de Putin y buena parte del pueblo ruso, lo que se asemeja y no al sovietismo: no es gran cosa lo que los rusos están ganando para sí, porque la prioridad es garantizar la preservación del Estado, algo meramente defensivo, frente a la amenaza occidental y japonesa. Es una batalla que se libra en tales condiciones que la grandeza de Rusia, fuera del rating para la telecracia, no quiere decir mejora en las condiciones de vida interna para el conjunto de la población, pese a "intentonas" que no logran erradicar una proverbial burocracia (¿héroe o tu villano favorito?: da click en el botón de reproducción).


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FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...