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sábado, 4 de noviembre de 2023

A VER A QUÉ HORAS

 Hace mucho tiempo, casi un siglo, alrededor de 1925-1926, Joaquín Amaro encontró en México el modo de profesionalizar el ejército, entre otras con una medida muy eficaz: que los ascensos se hicieran por concurso, y no por designación personal del "jefe". De esta manera, y junto a la rotación de jefaturas de operaciones militares, no se podían formar clientelas en el cuerpo armado. México cumplirá en 2029 un siglo sin golpes de Estado, algo excepcional para América Latina.

       En la policía de la Ciudad de México, parte del éxito en la profesionalización ha sido lo mismo: ascensos sobre la base de méritos y de exámenes, y no de designaciones personales. Hasta hace algún tiempo, el estado de la policía capitalina era poco envidiable: sueldos muy bajos, "madrinas" (jefes que obligaban a sus subordinados a darles regularmente dinero, llevando al policía a abusar de la gente con las "mordidas"), etcétera. Junto a los concursos se subió el sueldo y se trata de ajustarlo anualmente. Es en cierto grado como el soldado, que tiene acceso a prestaciones para él y su familia. La eficacia de la policía capitalina se incrementó con la de las labores de inteligencia. La Ciudad de México logró en el sexenio que enrumba hacia su fin bajar los delitos de alto impacto en muy buenos porcentajes, del orden del 70 %. La idea es convertir esta capital en la más segura de toda América Latina, y es factible.

     El problema que no se resuelve en la administración pública está en que, justamente, no se consigue profesionalizarla a partir de concursos, siendo que es algo que existe en distintos países. La idea de las autoridades capitalinas ha sido automatizar procesos para evitar corrupción, pero no es lo único: puede haber incompetencia y poca amabilidad. El Servicio Civil de Carrera, basado en concursos de méritos, no ha funcionado como debiera. Estos concursos en la administración pública fueron alguna vez una gran tradición en China.

     Lo que puede lograr un sistema de concursos como el descrito es que la selección de funcionarios públicos deje de hacerse, por ejemplo, sobre la base de criterios partidistas, al margen de aptitudes reales. Estos criterios echaron a perder burocracias como la soviética o la mexicana. Sin que haya todavía una explicación clara, la convicción ideológica se vuelve "agencia de colocaciones" en el gobierno: dicho de otra manera, como se es "revolucionario" se puede estar en Turismo, Energía, Comunicaciones y Transportes, etcétera, sin la menor formación para ninguna de estas materias, pero como parte de movimientos clientelares en el aparato de gobierno. Cada vez, el "jefe" se mueve con "su" gente. También existen los puestos que se reparten a partir de sindicatos, también con criterios clientelares: "atiende" no el más capacitado, sino el de la planilla ganadora.

     En México hay alguna gente capacitada para lograr los cambios sugeridos, si logra sortear la presión clientelar enquistada en el aparato. Lo hecho en la policía capitalina debiera servir de ejemplo, pero no es seguro que se esté entendiendo a fondo el sentido del cambio. De manera muy concreta, el aparato lópezobradorista en el Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa) bloquea, a costa del servicio a la gente y con criterios como el parentesco, por ejemplo, en Zacatecas, Guerrero y Campeche, todos parentescos en la política, de tal forma que hay que llamar a las cosas por su nombre: nepotismo. Es probablemente una lástima que Omar García Harfuch, cuyo parentesco desagrada, no pueda llegar más alto y esté compitiendo para la jefatura de gobierno capitalina en México por razones electoreras. Pero es igualmente penoso lo que busca el "aparato" para bloquearle la participación. Claudia Sheinbaum tendrá que escoger: entre la "agencia de colocaciones" morenista, no exenta de descaro, y la selección de gente con profesionalismo. Como jefe de gobierno, Sheinbaum tuvo otro acierto: la secretaria de Salud, Oliva López, quien se atrevió a desobedecer durante la crisis sanitaria de la Covid-19 al subsecretario de Salud, Hugo López Gatell. Hay de todo, puesto que es la viña del Señor, pero no tan inescrutable: la selección por aptitud en el trabajo da mejores resultados que "lo que diga mi dedito" y las recomendaciones, los favores y las influencias, así estén amparadas en la "causa justa". !Querreque! (da click en el botón de reproducción)



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