Hasta ahora, con la excepción de Jair Bolsonaro en Brasil y parcialmente de José Antonio Kast en Chile, casi no hay gobierno de derecha en América Latina que no tenga vínculos con el crimen organizado: ha sido el caso de gobiernos pasados en Honduras, El Salvador, Colombia, México y Perú, y es el caso de Haití, Uruguay y Paraguay. Fue el caso, también, del pasado gobierno del Ecuador, que tuvo la gentileza de incorporar al mapa delictivo de la región a la mafia albanesa. Kast, por su parte, recoge la herencia de una dictadura, la de Augusto Pinochet, que incursionó en el narcotráfico.
Por un tiempo, el Ecuador eligió poner a un mocoso de 35 años en la presidencia, Daniel Noboa, alguien que no da la impresión de alguna inteligencia sobresaliente ni de ningún otro talento: parece maniquí. Viene de una gran familia empresarial, "grupo Noboa", a partir de la cual el papá trató varias veces de comprarse el país compitiendo en las elecciones presidenciales (Alvaro Noboa). Se dedican básicamente al banano -pobre del trabajador que intente sindicalizarse- y la harina y avena. Varias personas para el gabinete son allegadas a la empresa: Iván Carmigniani, Iván Wong Chang, Gabriela Sommerfeld o Sonsoles García. De entrada, los Noboa están un poquito fuera de la ley: han edificado su fortuna en parte gracias a la evasión de impuestos y fiscal. La vicepresidente, Verónica Abad, es admiradora de Javier Milei, es empresaria de coaching y liderazgo y está a favor de privatizar todo lo que pueda. "Alvarito" Noboa tampoco destacó por su cabeza: si bien la costa del Ecuador se caracteriza por el ser frontal, directo, sin la malicia y el engaño de la sierra (en especial centro-norte, y en parte con la excepción del Azuay), cuando un "mono" (costeño) se pone al histrionismo no tiene igual en la payasada: baste recordar al "Loco" Abdalá Bucaram, quien fue destituído prácticamente por una "incapacidad moral" que consistía en no distinguir entre la investidura presencial y un circo. Con el mismo estilo frontal, directo. No exento de cierto histrionismo, Noboa hizo campaña entre otras cosas repartiendo avena, no con ideas. Al parecer, los votantes de Noboa se olvidaron de que el "grupo" es uno de los mayores deudores del fisco.
Podría ser, como síntoma de "americanización", un tipo de gobierno como el de los empresarios Ricardo Martinelli (que terminó enjuiciado) o Juan Carlos Varela en Panamá, que aprovecharon la política para beneficiar negocios personales, aunque sin vínculos con la delincuencia. Martinelli acabó sentenciado en Panamá a más de 10 años de cárcel por lavado de dinero (fondos públicos para comprar acciones mayoritarias en medios de comunicación), y Varela, con cargos de corrupción, tiene prohibida la entrada a Estados Unidos (sobornos a cambio de contratos gubernamentales). Al menos que Daniel Noboa sea el primer empresario latinoamericano metido a la política en ser honesto. Por lo pronto, el gabinete es totalmente empresarial: ya sea porque se trata de empresarios, ya sea porque se trata de gente con estudios ligados al mundo de los negocios. En suma, Noboa ve al Ecuador como un negocio, quedando la incógnita de qué entiende por "negocio". Dejando de lado a los indígenas, salvo excepciones, parece que hay gente dispuesta a tragarse la idea de que la riqueza no la crea el trabajo, sino la inversión...de los ricos (!los ricos crean riqueza!). No es de descartar, salvo entre los indígenas, que sea también el tipo de gente que cree que el dinero es más limpio que el "pueblo sucio" y su clientelismo, real o supuesto: desde cierto punto de vista de negocios, la explotación no es un problema, pero todo político es un ladrón y bribón hasta prueba de lo contrario.
Noboa arrancó ofreciendo un combate frontal a la corrupción. Es muy sencillo saber por dónde empezar para que "el nuevo Ecuador" prometido vea la luz y deje de evadir al fisco. Entretanto llegarán reacomodos en la Revolución Ciudadana (RC) que es, a fin de cuentas, la única fuerza de alcance nacional, salvo en el Ejecutivo. Algo distinto de Ecuador, S.A. (da click en el botón de reproducción).