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lunes, 27 de noviembre de 2023

O MÁS BIEN: CAMBIO, CON CONTINUIDAD

 Y bueno, ya hay jefe nato. Si se trata de un servidor público, contradice la normatividad al respecto, porque no llegó por el interés general, sino por el de un grupo en buena medida apoderado de las ciencias sociales universitarias y que responde a un "superior" que no se deja ver mucho, aunque se dice -si bien no puede afirmarse rotundamente- que tiene quien se encargue de redactarle sus escritos. El jefe nato no tiene mayor perfil propio y no es ningún notable: ha sido el sempiterno "textoservidor" del "superior", el padrino. El "superior" no tiene mayor secreto: "su" grupo, proveniente de cierta izquierda, encontró acomodo con el seductor de la patria, así que se seguirá en décadas de lo mismo, y sin que se trate por cierto de "neoliberalismo", en lo que se equivoca el presidente. Se trata de una parte de izquierda que asimiló la última lección del antiguo régimen: por el bien de todos, primero nosotros. Desde esta posición, se le ha hecho reiteradamente al antiguo sistema el favor, muy apreciado, de golpear cualquier alternativa, y de hacerlo además bastante a la mala, con saña, como alguna de la gente con la que terminó juntándose el obispo de Copilco. Es el ala izquierda del antiguo régimen prestándose a golpear de mala manera a la izquierda.

     Había que reconocerlos. Salieron a felicitar al jefe nato personas del grupo que, gracias a esta pertenencia clientelar, pudieron volver a costa de la normatividad. Uno más fue premiado por investigación que nunca hizo, sin mayor esfuerzo, y disfrazando artículos de opinión de artículos académicos. Se lo premió "políticamente", no por méritos destacables en el trabajo.. Acto seguido se premió a otro más del grupo, dedicado a golpear sin dejar pasar una, sin la menor misericordia, y sin que siquiera quepa el "argumento" de la defensa propia, porque el poder no ha intervenido en lo más mínimo para perseguir o callar al grupo que puede saltarse a la torera, en varios casos, la normatividad. Tal vez sea la clase de gente que cree que se la recompensa en lo particular por encarnar en lo general "la democracia" y "los derechos y las libertades", sin reparar en la contradicción: todo les es debido no por su defensa del interés general, sino por su actuación clientelar, es decir, por algo tan prosaico como creer que el interés general puede ser "las chuecuras que todos hacen": la política de facción, el personalismo, el tráfico de favores e influencias, y una "compensación" no ameritada para el bolsillo. En suma, lo de siempre: la dizque "política" haciendo pasar por institucional el interés de grupo y clientelar, un mal entendimiento de la "amistad" y confundiendo lo universal y válido con "lo que todos hacen", creyendo que efectivamente "todos lo hacen". La autonomía que encima se cree "soberana" no distingue entre gobierno y Estado, porque no distingue entre interés clientelar e interés universal, "éso" a lo que "todos le entran". Así, otro resto de institucionalidad que se va al despeñadero.

      Lo demás es el acomodo a cualquier cosa que venga del exterior, tan universal como las "costumbres" que "todos jugamos". Así como se dice ser la gran representación de "la democracia" y de "los derechos y las libertades", el primer paso que se da es renunciar aún más a una autonomía que no se entiende para irse a poner al servicio de intereses foráneos. No falta el que no entienda lo que dice: que el conocimiento que en 1945 se generaba cada 25 años  ahora se crea -gracias a la inteligencia artificial- cada 24 horas. A semejante ritmo, nadie puede sostenerlo como no sea como se hace desde hace décadas: mediante el fraude. Tal vez quien no reporte algún nuevo conocimiento cada 24 horas no alcance la productividad tan buscada y la remuneración correspondiente. Es suficiente para seguir en la "maquila" y ningún conocimiento, sino en la importación de los "paquetes" ya hechos: no a la medida de la nación, sino del inversionista extranjero. Ni tan nacional, ni menos aún autónoma, ni "universal", sino con un grupo intermediario al servicio del exterior. No mucho pensado: más convertido en "tráfico de ideas", en turismo intelectual low cost y remesas decoloniales y otras. Ni qué decir: cambio con continuidad. (da click en el botón de reproducción).



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...