Se ha vuelto algo un tanto frecuente que los políticos digan cosas que no tienen sentido, más que el de hacer performance para impactar, causar sensación y "seguir el ritmo", sin pensar nada, como se hace en espectáculos de masas y de entretenimiento. Así por ejemplo, Claudia Sheinbaum dijo recientemente en un evento, llamado "desarrollo industrial y TMEC" (Tratado México Estados Unidos Canadá) que México es un país soberano, en plan de igualdad y, más aún, en igualdad de circunstancias con Estados Unidos. Esta igualdad de circunstancias no existe, y es inentendible que Sheinbaum diga que no hay subordinación. Tampoco tiene sentido hablar de soberanía si es inexistente en lo económico, dado justamente el grado de subordinación al exterior y, en particular, a Estados Unidos, país que en 1994, al firmarse el TLC (Tratado de Libre Comercio), era 200 veces más fuerte económicamente que México. A lo sumo, es creer que por ser el primer socio comercial de Estados Unidos se los tiene agarrados. Es totalmente falso, puesto que, aunque México ocupe el primer lugar, no representa un porcentaje muy alto del comercio total de Estados Unidos: es poco más del 14 % (2022), apenas por encima de China y Canadá con porcentajes algo similares, y habiendo muchos otros socios (Japón y Alemania, para seguir, y la lista es larga, para el año 2022). México, en cambio, envía el 80 % de sus mercancías -falta por saber si producidas por empresas mexicanas- a Estados Unidos. ¿Cuál igualdad? Sheinbaum cree que los inmigrantes mexicanos son un "motor" de la economía estadounidense (otra manera de tenerla "agarrada"), , pero es falso: los trabajadores mexicanos, bastante concentrados geográficamente, son el 30 % de la agricultura y el 19 % de la construcción, seguida de la hotelería y la recreación con poco más del 14 %, pero hasta ahí; Por más que sean el grupo de extranjeros más numeroso entre los inmigrantes en Estados Unidos, son el 25 % de éstos. En cambio, México es el segundo receptor de remesas en el mundo, después de India, y más del 95 % llega de Estados Unidos: junto con la industria automotriz (otra vez: ¿de qué países son los productores?), las remesas se sitúan entre el primer y el segundo lugar de ingresos para México. Son las remesas que consiguen que una parte de la población mexicana pueda vivir fuera de la pobreza o la pobreza extrema. El número de hogares en Estados Unidos dirigido por mexicanos es el cuatro por ciento del total, mientras que entre 12 % y 13 % de los adultos y las familias de México recibe remesas. Eso sí, México tiene soberanía política formal, pero...depende mucho más de la coyuntura política estadounidense que Estados Unidos de la mexicana. Como es honesta, Sheinbaum da muestras de no saber honestamente lo que dice, es decir, de carecer de inteligencia.
Ya habrá momento de abundar en la chatarrización que vive México con la autodenominada "Cuarta Transformación", que ahora se sacó de la manga un "segundo piso". El segundo piso de la Ciudad de México es una superposición de tantas que no impide el desorden y los embotellamientos de un tráfico caótico. Como sea, ya no es posible saber qué se entiende en esa "Cuarta" por cultura, salvo como licencia para seguir diciendo cosas sin sentido. Ahora, según la nombrada secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, se pone a "la gente" por encima de "los intereses particulares", como si la gente no tuviera intereses particulares (?). Se refiere a "nuestros ancestros" sin percatarse de que los lituanos, ancestros de Sheinbaum, no andaban por estos rumbos en tiempos ancestrales; considera que México es un país "prodigioso", como si no hubieran muchos que creen lo mismo de su país y su cultura, empezando por los estadounidenses que todo lo hacen en grande, fabuloso y "monstruo" (también son, para repetir a Curiel, "hijas, hijos, hijes"). Pero lo grave es que considera que "las cosas son en comunidad, o no son", lo que, traído de cierta afición estadounidense, desconoce a la sociedad, compuesta de individuos, para privilegiar la comunidad que los ahoga para garantizar su sobrevivencia como tal, al igual que con frecuencia la familia: es la fachada de modernización con técnica y la comunidad mal entendida como especie en busca de sobrevivencia, como los pueblos originarios ("los pueblos originarios actúan desde el nosotros", dice Curiel de Icaza bien adoctrinada); cultura es "andar juntas, juntos, juntes" (!), expresión de lo "colectivo"; dejando de lado la retórica, Sor Juana y el tradicional saludo a la "joya de la Corona", la "grandeza cultural de México" (lo mismo se die en cada sexenio desde hace algún tiempo)... Es igual que lo montado con la Nueva Escuela Mexicana (NEM): el ahorcamiento de cualquier meritocracia basada en el trabajo y la creatividad -porque esta segunda es muy importante en la cultura-, incluso cuando se trata de verdadera ayuda a comunidades que no pueden ser idealizadas, para plegarse a mujeres, pueblos originarios y -sempiterna demagogia- jóvenes, los "clave" mencionados por Curiel de Icaza, tal vez para orientarse en el fund raising (recolección de fondos): el condicionamiento de los recursos a "causas", no a la capacidad creativa, en nombre de comunidades imaginarias o "de agenda", para que sigan trepando y copando incluso charlatanes como Marx Arriaga, que amenaza a la menor crítica con aventarse desde arriba del castillo de Chapultepec envuelto en la bandera. Y todo porque México es "soberano". En fin, algunos como este ídolo -del boliviano Evo Morales, por cierto- agradece que una vida en México haya bastado para liquidarle la voluntad propia. Si se agradece como muy suave la tremenda madriza recibida, normalmente hay algo sin sentido. En fin, se acerca otra racha de grandeza (da click en el botón de reproducción).