He llegado a un estado en el que, por fin, he superado mis traumas del pasado, y he sanado a mi niño interior, de tal modo que tengo una valiosa autoestima. Es más, quienes me conocen dicen que soy un guerrero.
Los problemas para mi han dejado de existir. Si tienen solución, no hay de qué preocuparse, y si no la tienen, tampoco, como lo dice la sabiduría china, por lo que nada es grave ni realmente serio. Ahora me la tomo light, y trato de ser cool. Fluyo con el mundo y simplemente me dejo llevar. Vivo el presente: el pasado es pasado y no anticipo el futuro, porque no sé qué me depara y está lleno de enigmas y sorpresas. Doy gracias por despertarme vivo cada día y tomo las cosas como vienen, viendo lo positivo de todo y dejando de lado todo lo negativo y tóxico.
He descubierto mi lado femenino y sé que soy débil, frágil y vulnerable, por lo que me merezco cuidados y los acepto como un don, un regalo merecido a la mujer que todos llevamos dentro, por lo que he alcanzado también mi máxima suavidad.
Con esta paz interior que me hace ajeno a todo conflicto estoy en plena armonía con mi entorno: conmigo mismo, claro, pero con mis familiares y amigos, y todo lo que me rodea. Me siento uno con la naturaleza y ahora sé que hasta la más pequeña de las plantitas tiene algo que decirnos sobre las infinitas bondades del universo. Soy un apasionado de la flora y la fauna y un fan del reino animal, que forma parte de la belleza y el encanto de estar presente en esta vida. Disfruto mucho de cada atardecer, de todo lo cósmico, de la luna, el sol y las estrellas, porque no sé si mañana estaré aquí.
Lo he dejado todo para enamorarme de las pequeñas cosas y de los detalles. A fin de cuentas, sé que todo es efímero y que, por lo mismo, son esas pequeñas señales de que estoy vivo las que hacen de la vida un milagro cotidiano.
En cada ser humano veo algo único e irrepetible, porque en esta creación me asombro cada día de la diversidad, que a fin de cuentas es un tesoro de abundancia y un manantial inagotable de experiencias gratas, que dejan para siempre algo imborrable en nuestros corazones.
El éxito está en perdonarlo todo, porque no nos llevaremos nada. Hago yoga, como sano y de manera moderada, no fumo, no bebo aunque no desprecio una copa de vino a la luz de las velas, escribo haikus cuando siento una epifanía que me conecta con el misterio de este gran mundo, y hoy, solo por hoy, quiero decirles que la luz que me ilumina hace que sienta el más profundo amor por todos y por todo, además de mi mayor agradecimiento. No puedo dejar de compartir este mensaje de gratitud y de alegría por toda la belleza que me ha traído la vida, por todo lo que tiene de sublime, de excelso. Queridos lectores: son ustedes maravillosos, donde quiera que estén, magníficos y fabulosos. Reciban esta humilde ofrenda porque los grandes son ustedes, no importa qué tan lejos o qué tan cerca se encuentren. Lo hemos hecho juntos, porque somos un equipo, un equipo de ensueño. Es gracias a gente como ustedes que heredaremos un mundo cada vez mejor. No olviden dar click en el botón de reproducción y, sobre todo, ser felices.