Tal vez cause sorpresa, o suene como balazo en catedral, pero, parafraseando a la canción, "nada es global en el mundo". Dicho de otro modo, lo global no existe, ni como "aldea global". Ni hay "globalización". Los orígenes del uso de esta palabra, que no remite a ningún concepto, están en parte en los Estados Unidos en los '90, soñando con controlar "el globo", como El gran dictador, de Charles Chaplin (y éso que Hitler tampoco quería adueñarse del mundo entero), y en parte en cierta costumbre de país central de tener tiendas con "productos del mundo entero", lo que no es, porque no puede ser ENTERO, del mismo modo en que nada abarca el GLOBO. Ni siquiera porque se esté "más interconectado"; la idea ya estaba rondando desde los '70, cuando se hablaba de un mundo "interdependiente".
¿Alguien ha comido "platillos globales", o se asoma a un food court donde, además de platillos locales, hay japoneses, chinos, italianos y estadounidenses, y con frecuencia no mucho más? ¿Alguien viste "ropa global", o sigue modas estadounidenses, italianas o de zapatos españoles? ¿Existe un cártel global, o se trata de algunos grupos del crimen organizado mexicanos, italianos, albaneses, colombianos y ocasionalmente chinos o japoneses? Debería entenderse así de qué hablan los chinos lanzando a diestra y siniestra iniciativas "globales"?¿Hay gobernanza global?¿Moneda global? Ni siquiera remplazando "global" por "mundial", como se cree a veces en Francia resolver el problema: tampoco hay mundialización, ni gobierno mundial, ni moneda mundial, y un "Mundial de Fútbol" es una convención, nada más, entre otras cosas porque llegan equipos preseleccionados. Tampoco existen artistas "de talla mundial", Ni puede haber "guerra mundial": en caso de conflicto nuclear entre Rusia y Estados Unidos, no quedará "mundo". No hay valores globales, y los universales tienen otro sentido que el de abarcarlo "todo". Lo que, por las características de su inmigración, sí existe, es un Estado "protomundial", Estados Unidos. Pero nada más "proto", de la misma manera en que , por muy extendido que esté, Estados Unidos no llega a "súperimperialismo". La idea del "todo" es deseo o fantasía, pero el ser humano nunca lo sabe todo, ni puede abarcarlo todo, ni tener soluciones para todo: siempre hay algo que se le escapa, en lo real, por más sensación de omnipotencia que crea tener. "Global" da sensación de omnipotencia, pero una creencia no es la realidad.
Cuando se habla de "globalistas", se trata de algo preciso: intereses del capital transnacional mezclados con la alta finanza. Dicho capital tiene gran libertad de movimiento, pero casas matrices nacionales, en el sentido de que no existe el "capital global". Tampoco existen finanzas globales, sino sedes en Wall Street, la City de Londres, la bolsa de Chicago, la de Tokio o la de Shanghai. Se dice "transnacional" porque hay capitales nacionales que atraviesan fronteras, y "multinacionales" porque tienen presencia en varios países. El siglo XX fue el de la consolidación de las naciones, incluso en lo que fuera Yugoslavia o en la antigua Unión Soviética. Hay que distinguir Estado de nación: a los "globalistas" les estorba el Estado, porque son tipo Imagine, la canción de John Lennon, y no quieren trabas al movimiento del capital, aunque tampoco les incomoda que el Estado los rescate si hay problemas. Algunos quisieran que fuera igual con la fuerza de trabajo, con el "derecho a migrar". Para redondear, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) son una fantasía, aunque la recupere un capital de corte más nacional, por embrionario, sobre todo en Rusia y China.
Lo que existe son relaciones internacionales (no se estudia ninguna carrera de "relaciones globales"), y así, cuando se examinan los flujos de comercio internacional, se detecta que está concentrado en pocos polos. Un mapa de estos flujos muestra la debilidad de las relaciones "Sur-Sur"., y lo siguiente: India comercia en gran medida con la UE (Unión Europea) y Estados Unidos y China. A su vez, China comercia con Japón, Rusia, la UE, Estados Unidos y el sudeste asiático, a grandes rasgos. Un flujo de relativa importancia se da entre México y Estados Unidos. Por lo demás, como acostumbrado, América Latina y África se podrían hundir sin graves consecuencias para la economía internacional, ni siquiera por cierto flujo Brasil-UE. ¿Cuál interconexión? Los grandes flujos de comercio son entre Estados Unidos y Japón, Estados Unidos y China,, Estados Unidos y la UE, y la UE y China, además del flujo entre la UE y Japón. En suma, la Tríada (UE, Japón, Estados Unidos) y la novedad China. India es secundaria. Lo descrito responde en parte a los flujos financieros. Dicho sea de paso, la UE es prácticamente el gran centro comercial internacional, en términos de origen y destino de los flujos. En materia industrial, no hay muchos destinos emergentes, y están situados en los "bordes" de los grandes polos: México, algunos país norafricanos (Marruecos, Argelia, Egipto), Turquía y el sudeste asiático. Aunque con variaciones, la inversión extranjera directa presenta un cuadro similar: hay una muy fuerte interacción entre los países de la Tríada y entre estos y China. Después, con aumentos o descensos de cifras absolutas se pueden vender hasta milagros, como dice una canción mexicana.
Lo global remite en realidad a la sensación de "libertad" de poder, para un segmento de la población, moverse a donde sea, aunque tampoco es así con los flujos migratorios. Es, como se dice, la libertad de ser "hombre de mundo", de viajes a los lugares más exóticos (estilo el pintor francés Paul Gauguin en Tahití), para volver en plan "acabo de llegar de Balí", si acaso oír música "del mundo" (de moda desde los '90 para que cualquiera -que pueda- se sienta de Cabo Verde con Cesaria Évora) y pláticas nigerianas (Chimamanda Ngozi, y otras charlas TED); se trata de formas no tan nuevas de cosmopolitismo, y que dan estatus, a riesgo de volver a una parte de la gente apátrida, hasta donde, aún con sedes nacionales, hay capital al que le da igual, o casi, estar un día en Indonesia y el otro en Tanzania. De ahí el éxito de ciudades-Estado: Dubai, Hong Kong, hasta hace poco Singapur. Se mezcla con la sensación de "burbuja" de no tener que vérselas con ningún problema nacional, o incluso, ningún problema de nada, si el dinero es suficiente. Un problema es algo "sucio", como el Estado. En términos económicos, la novedad es China, a reserva de saber qué implica; y la otra novedad, el cambio tecnológico. Por lo demás, lo verdaderamente nuevo, en parte, es el deseo y la fantasía de tirar a Rusia "debajo del autobús, al final del día", como Estado que estorba a la creencia de un "mundo sin fronteras", y por la "chiripa", como se dice en México, del líder soviético Mijaíl Gorbachov. Si acaso en algo la hubo en los '70 y '80 por la llamada MAD (Destrucción Mutua Asegurada), la idea de Humanidad esta remplazada por "lo global" como omnipotente, al grado de que un puñado de países se refiere a sí mismo como "el mundo", por la falta de conciencia ("la especie") y la negativa a reconocer, por encima del cosmopolitismo, valores universales, del género humano, que por lo demás se expresan de las más diversas maneras. El cosmopolitismo José Alfredo -de provinciano advenedizo- se acompaña, en nombre de la "libertad", de una fuerte creencia de superioridad, de la que falta por ver si doblará al presidente estadounidense Donald J. Trump. Y como la mona, aunque se vista de seda, mona se queda, no hay nada global en el mundo: hay flujos económicos muy concentrados en pocos países y, en parte, la idea de que un Estado fuerte estorba, además de que el "modelo" a seguir es el del país miscelánea para el consumo de un segmento de la población que cree que la sensación de omnipotencia es lo común, y se la atribuye....ah sí, al presidente ruso (y éso que en algunos medios rusos y en la cabeza del ex presidente Dmitri Medvedev las cosas tampoco van por el lado de la sensatez). (da click en el botón de reproducción).