Ramón Grosfoguel, boricua de Berkeley, probablemente sea uno de los más acelerados partidarios del "giro decolonial": pide una "localización epistémica en una relación de poder" que bien puede otorgársele.
Después de "escabecharse" a Descartes, Kant, Marx y Hegel para salvar a Aimé Césaire, y de criticar al sistema-mundo europeo/euro-norteamericano capitalista/patriarcal/moderno/colonial (el autor al menos parece sospechar que no vivimos hoy el "eurocentrismo", sino algo más "norteamericano"), Grosfoguel, en franco neo-fascismo cultural, descubre, en la idea de "partido de vanguardia" de Lenin y en sus antecedentes en Kautsky, "la reproducción del mesianismo judeo-cristiano". "La diferencia entre Lenin y Kautsky, escribe Grosfoguel, radica en el tipo de mesianismo. En Lenin se reproduce, de manera muy cruda, el mesianismo cristiano. Mientras que en Kautsky se reproduce el mesianismo judío". Digamos de entrada que es muy de derecha esta idea del ultraizquierdismo-anarquismo de que una vanguardia política es una forma de mesianismo descocado y destinado por lo demás a la traición y al fracaso por traición -contra "las pobres bases", víctimas de "políticos". Dicho sea de paso, que se sepa, Lenin no profesaba la religión ortodoxa, y tampoco pareciera de un especial buen gusto hablar del "judío Kautsky". Todo lo anterior tiene un tufillo a Nietzsche.
En fin, que hay que situar con la maestría de la sospecha a cada quien en su "localización epistémica en una relación de poder". "En el mesianismo judío, prosigue Grosfoguel, están los profetas anunciando la llegada del mesías y el fin de los imperios terrestres. En el mesianismo cristiano está el mesías y se trata no tanto de cuestionar lo que dijo sino de entregarse al mesías sin mucho cuestionamiento. Del mesianismo cristiano leninista llegamos a Stalin, seminarista cristiano convertido al bolchevismo. Stalin es un resultado de Lenin". Después de tanta puja decolonial, Grosfoguel llega a conclusiones tan perfectamente eurocéntricas como las de un Francois Furet o un Stéphane Courtois. La persona que alguien malintencionado pudiera situar "epistémicamente" en un protectorado (tipo Estado Libro Asociado) correlaciona a conveniencia exactamente como podría hacerlo alguno de sus "amos" en una universidad "eurocentrista". Qué puede tener que ver por ejemplo una obra como La cuestión agraria, del mismo Karl Kautsky, con el mesianismo judío, es un auténtico misterio, como lo es la relación que pueda haber entre el "mesianismo leninista" y la Nueva Política Económica (NEP) soviética en los años '20 del siglo pasado. No importa: vanguardia=mesianismo=judeo-cristiano suena tan bien como los aforismos del patrón, en este caso Nietzsche, el rebelde aristocrático, según lo llamara Domenico Losurdo.
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viernes, 29 de septiembre de 2017
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