Uno de los animadores del Grupo de Puebla ha sido el ex candidato de izquierda independiente (por tres veces)chileno Marco Enriquez-Ominami (fotos), también conocido como MEO, quien se ha acercado mucho al candidato presidencial argentino Alberto Fernández para asesorarlo, Hace algún tiempo, MEO era conocido por ser un izquierdista "metrosexual". Ahora hace propuestas que delatan muy bien los límites del progresismo latinoamericano y de su entendimiento de una larga crisis económica. El periodista Aram Aharonian resumía así la perspectiva de Fernández y MEO: "el principal problema no es que nuestros países sean pobres, sino que son desiguales. El Estado debe hacerse cargo de esa desigualdad para que los mercados puedan funcionar desde el consumo. La prosperidad debe ser social, porque de otro modo no hay consumo, crece la desigualdad y la democracia comienza a hacer aguas". Por su parte, MEO escribió en su portal de Internet: "sólo el aumento del consumo, que es también el aumento del bienestar, es el centro de la social prosperidad que promueve la nueva izquierda unida de Argentina".
Por lo visto, esta "ala" del progresismo, que muy poco tiene que ver con los intereses populares, sigue interpretando los problemas de sobreacumulación y sobreproducción como asuntos de subconsumo, y equiparando por lo demás aumento del consumo al aumento del "bienestar". Se trataría entonces de redistribuir, pero de ningún modo de afectar las condiciones de producción. Hasta cierto punto, se trata de demagogia pura y simple, y del desconocimiento del modo en que funcionan las economías capitalistas.