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lunes, 2 de septiembre de 2019

COLOMBIA FRACASA EN LA PAZ

Varios líderes guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), encabezados por Iván Márquez, decidieron "volver al monte", es decir, a las armas, tras constatar que el gobierno del país sudamericano no estaba cumpliendo con su parte de los Acuerdos de Paz de La Habana. Entre quienes tomaron esa decisión están Jesús Santrich, quien fuera demostradamente víctima de una trampa de la DEA (Drug Enforcement Administration, por sus siglas en inglés, o Administración para el Control de Drogas), y Hernán Darío Velázquez, El Paisa. Estos líderes anunciaron que no tomarán acciones ofensivas, por lo que parece tratarse de una decisión de "legítima defensa".
     El presidente de Colombia, Iván Duque, anunció de inmediato la creación de una "unidad especial" para perseguir a dichos líderes que, contra lo que anunciaron varios medios de comunicación masiva, no son "disidentes de las FARC", que es como se conoce a grupos residuales involucrados con el crimen organizado. Como se cree muy vivo, Duque afirmó como sea que perseguirá a "los delincuentes" y "narcotraficantes". Para variar, la oligarquía colombiana no tolera que la pongan delante de la menor contradicción y fue Duque, muy en concreto, el acusado en estos días  por Santrich de haber traicionado los Acuerdos de Paz, que según el mandatario colombiano, "no lo obligan", máxime que él "no los firmó", como si no existieran obligaciones con el Estado.
      La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), que encabeza Rodrigo Londoño, Timochenko, se apareció a hacer unas declaraciones bochornosas luego de reconocer que el Estado colombiano avanza en los Acuerdos "a paso paquidérmico": acusó a quienes retomaron las armas de "delirantes" y afirmó "sentir verguenza" ante el pueblo colombiano. "Sentimos verguenza y le pedimos disculpa al pueblo colombiano", dijo la FARC, en una declaración que le correspondería más bien a Duque.
      Las FARC han dado a conocer su hartazgo del "santanderismo": es el "triunfo del hombre pícaro sobre el honrado". Santander fue el arquetipo de la simulación, del tipo "sin cara sino careta": "no fue el paradigma de Colombia sino de su destrucción", según un comunicado reciente de las FARC-EP. Francisco de Paula Santander (retrato) era "invencible en el campo de la pequeñez, es decir, en elecciones, compadrazgos, clientelismos, libelos, suspicacias, intrigas, en organizar mayorías en el Congreso...". Saboteó el Congreso Anfictiónico de Panamá, mandó atentar contra Bolívar y Sucre. "Monstruo de perfidia", lo llamaba Bolívar. Desde entonces, el Estado colombiano parece creer que los pactos están hechos para traicionarlos.

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...