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viernes, 25 de octubre de 2019

BOLIVIA: ¿FRAUDE DE QUIEN?

En la fase final del recuento de votos en Bolivia, el vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, hizo un llamado sensato a no creer en todo lo que dicen las redes sociales, ya que se estaban divulgando falsedades: "mi recomendación, dijo, es saber cruzar la información y confirmar su veracidad, pues muchas veces no refleja la realidad". Desafortunadamente, lo anterior supone una curiosidad que ha desaparecido incluso entre académicos e intelectuales, quienes simplemente "repiten" sin la menor reflexión, porque no saben ya reflexionar ni lo que ello implica. Pero hay más: cabe señalar que la estación de la Central de Inteligencia Americana (CIA) en La Paz, capital política boliviana, tomó el control de redes de WhatsApp en el país sudamericano, filtrando falsa información y conduciendo el debate de acuerdo con los intereses de la derecha y de Washington. No está de más recordar que fue con falsa información en campañas por WhatsApp que pudo ganar en Brasil el actual presidente Jair Bolsonaro. Raúl Reyes Rivero, coordinador de acciones de Plataforma Democrática y los Comités Cívicos, con contactos con el Banco Interamericano de Desarrollo, fue también líder boliviano en la divulgación de noticias falsas en las redes. En la misma Bolivia, mediante Facebook, se viralizó un video en el cual un supuesto diácono, Jorge Sonnante, aseveró que Evo Morales guardaría 420 millones de euros (!) en una cuenta del Banco del Vaticano. Por otra parte, el Departamento estadounidense de Estado contrató a George Eli Brinbaum (asesor y luego jefe de gabinete del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu) para trabajar en Bolivia con las redes de la Unión Juvenil Cruceñista para desacreditar a Evo Morales, ganador final de la contienda electoral y en el gobierno prácticamente el mismo tiempo que la canciller alemana Angela Merkel en el suyo (lo que es "chispa democrática" en Merkel es, se supone, una irremediable "ebriedad de poder" en Morales).
La Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) terminaron pidiendo, antes de que finalizara el recuento de votos, con carácter "vinculante" y mientras la derecha alegaba un fraude, la organización de una segunda vuelta electoral, lo anterior por más que Morales hubiera ganado la primera vuelta con más de 10 puntos sobre su contrincante Carlos Mesa. Los organismos internacionales en cuestión fueron con todo llamados a contar los votos "acta por acta" mientras la derecha salía a quemar urnas y dañar sedes electorales. Según García Linera (foto, abajo), se buscó quemar papeletas para que no llegaran al recuento manual votos de barrios populares y zonas campesinas (muchas remotas) favorables a Morales. Fue decisión de Comunidad Ciudadana (de Carlos Mesa, respaldado por cierto por ultraizquierdistas onegeístas como Carlos Toranzo Roca), de derecha, empezar a quemar Cortes electorales antes del final del conteo en Potosí, Chuquisaca, Tarija, Santa Cruz y Beni. Es que el recuento comenzaba a ser desfavorable a la derecha.
       Funcionarios del Departamento estadounidense de Estado acreditados en Bolivia, en "la embajada", como Marianne Scott y Rolf Olson, mantuvieron antes de las elecciones reuniones con funcionarios de Brasil, Argentina, Paraguay, Colombia, Ecuador, Chile y el Reino Unido para que colaboraran en el descrédito contra las elecciones, de tal manera que Washington no se pronunciara de manera demasiado abierta y no se generaran entonces sospechas. Curiosamente, el candidato estadounidense era Oscar Ortiz, un administrador de empresas cruceño que tuvo una pésima votación. El gobierno estadounidense asignó como sea 100 mil dólares a la consultora CLS Strategies, con sede en Washington, que cuenta con la mayor base de datos de bolivianos (teléfonos fijos y celulares) fuera y dentro de Bolivia, para hacer propaganda contra Morales. El 15 de octubre se denunció que un vehículo de "la embajada" ofrecía en los Yungas apoyo económico a cambio de no votar por el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS). El encargado de negocios estadounidense, Bruce Williamson, se dijo sorprendido y se comprometió a no intervenir en temas electorales.
     Los votantes contra Evo Morales fueron básicamente de clase media urbana y jóvenes con títulos universitarios, tal vez candidatos a una "revolución de los señoritos" a disgusto con el hecho de que Bolivia esté dejando de ser un país "colonial", aunque es una llamada de atención para un gobierno que debe preparar relevos generacionales y combatir cierta corrupción en sus filas. No se trata de una victoria aplastante y sí de un llamado de atención.

       

LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

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