Así, Alfredo Jalife Rahme llama en el portal ruso de Sputnik "propagandista fascista" al historiador mexicano Enrique Krauze Kleinbort. Si bien se le atribuye a éste su participación en la llamada Operación Berlín contra Andrés Manuel López Obrador para evitar que llegara a la presidencia de México, Krauze, que se sepa, no ha hecho en ningún lugar la apología del fascismo y ni siquiera del dictador chileno Augusto Pinochet (haber elogiado al Chile de la Concertación en Letras Libres es otra cosa).
Otro que se caracteriza por errar en sus pronósticos, y como si el papel del periodismo fuera predecir o anticipar catástrofes (para tener desde luego al lector cómodamente arrellanado en su seguridad), es Heinz Dieterich, quien sostuvo hace poco en el portal de Aporrea: "no hay que hacerse ilusiones, la oligarquía chilena volverá a matar como lo hizo en 1973 y como lo ha hecho durante toda su historia". Hasta el momento, dicha oligarquía no ha matado a miles (además torturados y desaparecidos) "como en 1973", aunque el mandatario chileno Sebastián Piñera haya mandado reprimir. Dieterich dice disparates, hasta nuevo aviso. Pero otros hacen un eco igual, como Héctor Díaz Polanco, quien mostrando fotos y videos de la reciente represión en Chile agrega: "Pinochet no se fue, sigue ahí" (24 de octubre).
Este tipo de especulaciones que banalizan por completo al fascismo y que exhiben a quienes no lo conocieron o que a lo sumo vieron la serie Combate ha llegado hasta la política. La ex presidente brasileña Dilma Rousseff, quien conoció una dictadura (y fue torturada) pero no el fascismo (fascismo y dictadura no son sinónimos), tildó hace poco al actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de "neofascista", mientros otros lo llaman "el Trump brasileño". Hasta ahora, el presidente estadounidense Donald Trump no ha cometido acto fascista ninguno, por bocón que sea, como tampoco ha sido el caso del histeriquito Bolsonaro. Ni siquiera es fascista decirle a un puñado de congresistas demócratas que se regresen a su país de origen si no están a gusto en Estados Unidos. Poco importa: la congresista de origen somalí Ilhan Omar, nacida en 1981, llamó a Trump "fascista"(ver video de Omar, da click en el botón de reproducción).
A decir verdad, la misma cadena RT (Russia Today) en español, justamente con tal de "cotizarse" y "elevar sus bonos" le ha vendido a su audiencia videos como el siguiente, frívolo y de pésimo gusto (!la gente necesita entretenimiento!), y propio de una clase media sin experiencia política pero con cercanía al modo de proceder de las finanzas (da click en el botón de reproducción):