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miércoles, 15 de abril de 2020

¿LA OMS?

Varios países del mundo lamentaron, probablemente con razón, la decisión del mandatario estadounidense Donald Trump de suspender los aportes de su país a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con todo, podría estar teniendo lugar un enfrentamiento más soterrado dentro de la clase capitalista: uno de los hombres más ricos del mundo, el cofundador de Microsoft, Bill (William) Gates, fue uno de los primeros en salir en defensa de la OMS.
      La Fundación Bill y Melinda Gates aporta importantes recursos a la OMS. Se trata de recursos que suelen venir de colocaciones, mientras Gates, el gran filántropo, invierte en cosas no muy graciosas como el armamento, energías fósiles de lo más contaminantes, agroalimentos (Monsanto) y comidas y bebidas chatarra como Coca Cola y McDonald's. Gates, más rico que 48 naciones del Africa subsahariana, ha logrado cosas como la siguiente. Los africanos suelen usar contra la malaria (paludismo), una enfermedad que puede matar a más de 400 mil personas anualmente (hasta ahora, más que la Covid 19), un remedio herbolario en té que está científicamente probado, y que por cierto forma parte también de la medicina tradicional china: la artemisia (en el caso de Africa, artesimisia "afra"). Funciona. Aún así, Gates promovió una vacuna hasta que se la tuvo, Mosquirix, de GSK (GlaxoSmithKline), y desde entonces la OMS optó por prohibir la artemisia, pese a su validación científica. Gates ha buscado utilizar la artemisinina, derivada de la artemisia "annua" y utilizada exitosamente por consejo chino durante la guerra de Vietnam (para los vietnamitas, y lo que le valió a la larga el premio Nobel 2015 a la científica china Tu Youyou), para crear fármacos "mezclados" (transgénicos). Gates se abre así mercados o los abre para grandes firmas transnacionales, incluso a costa de soluciones sencillas, todo con el respaldo de la OMS (el documental Malaria Business aborda este problema en el caso malgache). No se trata de tomar partido por "lo natural" contra "lo artificial", que pueden ser por lo demás complementarios: pese a que alguien como el profesor Heinz Dieterich (quien por lo demás confunde los antipalúdicos) presume la ciertamente existente gran tecnología china para luchar contra la Covid 19, omite en su portal de Aporrea mencionar que hasta 90 % de los pacientes chinos con la neumonía fueron suplementados con medicina tradicional china (en particular para aliviar la fiebre y la tos, y para oxigenar la sangre), sobre todo con la decocción Qingfei Paidutang, una mezcla de efedra y regaliz, entre otros ingredientes (en algunos pacientes ni siquiera fue necesaria la intervención con químicos).
       Gates, quien había "profetizado" una "pandemia" (en realidad, no lo es) como la actual desde 2015, no quiere una cura, como la que ya existe, sino una vacuna. Sucede que desde principios de siglo, bajo la dirección de Gro Harlem Brundtland, la OMS se ha venido privatizando, de tal modo que en la actualidad sólo una cuarta parte de los recursos o incluso menos que obtiene depende del financiamiento directo de países miembros. Al depender el resto de donaciones voluntarias privadas, el donante decide en qué se emplearán los recursos. Aquí es donde juegan un papel importante las grandes empresas farmaceúticas y Fundaciones como la de Bill y Melinda Gates, que orientan la política de la OMS. Estos donantes solicitan estar en el comité de expertos en distintos programas de la OMS. En 2015, por ejemplo, los principales laboratorios donantes eran GSK, Novartis y Sanofi (¿qué hace por este rumbo Labiofam, el laboratorio más importante de Cuba?). Los laboratorios también hacen voluminosas donaciones en productos, como ha ocurrido con GSK y Merck. Y resulta que Bill Gates es el segundo contribuyente al presupuesto de la OMS. De este modo, al orientarse las políticas del organismo de acuerdo con los intereses de los donantes, otros programas se quedan en el papel, como le pasó por ejemplo al "uso racional de los medicamentos", que buscaba la "buena prescripción", según lo denunció el colombiano Germán Velásquez, ex director del Programa Mundial de Medicamentos de la OMS (al denunciar a farmaceúticas que enlistó en El libro rojo de la OMS, el colombiano fue amenazado dos veces de muerte). Velásquez denunció igualmente que fueron los donantes los que llevaron a la OMS a lanzar una "alerta de pandemia" innecesaria con la gripe A/H1N1 y a estimar que la gripe aviar mataría a 150 millones de personas (no pasaron del alrededor de 300, sobre todo en Indonesia y Vietnam).
      ¿Brinda la OMS un servicio público o está al servicio de los dineros "extra presupuesto"? Actualmente, la OMS lleva a cabo el ensayo Solidarity Trial en busca de un tratamiento para la Covid 19. Lo extraño es que la misma OMS estuvo cerca de excluir la hidroxicloroquina (ya probada como eficaz en asociación con el antibiótico azitromicina) e incluyó en cambio dos medicamentos que se han revelado a la postre ineficaces, la combinación Ritonavir/Litonavir (Kaletra) y el Remdesivir, antirretrovirales. Si la OMS sostiene que "no hay cura" para la Covid 19, ¿por qué el subdirector general de la organización, Bruce Aylward, recomendó desde febrero el Remdesivir de la empresa Gilead Sciences? "Puede ser el único tratamiento eficaz contra el coronavirus", afirmó Aylward. Florence Ader, a la cabeza del ensayo europeo Discovery, ha tenido vínculos con Gilead. Y las amenazas de muerte contra Didier Raoult, partidario en Francia del uso de la hidroxicloroquina, llegaron de un celular de un laboratorio que trabaja con el medicamento de Gilead que, insistamos, no sirve.
       Entre otras pifias de la OMS estuvo también la de no recomendar el uso generalizado de mascarillas (¿no había negocio a la vista con ellas?). El profesor Kim Woo-joo, del Hospital Universitario Guro de la Universidad de Corea (Sudcorea), por ejemplo, dijo desde muy temprano, en un país exitoso para combatir el SARS Cov-2, que el uso de mascarillas podía enlentecer los contagios. El hecho es que, mientras Gates busca para variar la vacuna y recomienda entretanto incluso el uso de fuerzas militares para la "logística" del control de las "pandemias" (Gates es además la clase de persona partidaria de una buena reducción de la población mundial), la actuación de la OMS no deja de ser dudosa. Por cierto que no reconoció el éxito de Taiwan (Formosa) en el combate a la Covid 19 y negó las advertencias de este país sobre la llegada del virus desde diciembre pasado, negación en la que siguió el director general del organismo Tedros Adhanom Ghebreyesus, hasta que se hicieran públicas las cartas de advertencia taiwanesas. ¿Qué más se oculta? El problema es que está de lo más enraizada la creencia de que lo que dicten "los intereses" (en este caso, los "grandes intereses", es decir, los negocios) es "la realidad" ("de lo que no puedes escapar"), más si lo repite The Washington Post o algún otro supuesto "sentido común", que no por "común" es el "buen sentido".

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...