Las fuerzas globalistas han estado en buena medida detrás del azuzamiento del miedo ante la crisis sanitaria internacional. No cabe olvidar que Estados Unidos está en un año electoral y que uno de los propósitos globalistas es evitar como sea la reelección del actual mandatario Donald Trump. Entre las fuerzas globalistas se encuentran empresas como Apple. Microsoft, Facebook, Netflix, Twitter, Google y Amazon, además de medios noticiosos como Cable News Network (CNN), la British Broadcasting Corporation (BBC), la Deutsche Welle, The Washington Post, The New York Times y otros. Los elegidos de los globalistas y de la alta finanza son los Demócratas, ahora con Joseph Robinette (sic) Biden a la cabeza. También es conocido como Joe Biden y en el primer mandato de Barack Obama apenas escondió que preparaba algo muy serio contra Rusia.
El globalismo, que está en la inteligencia artificial, la informática, internet, las telecomunicaciones y las supercomputadoras tiene fuertes inversiones en China, gracias al tipo de deslocalización de la actividad productiva que enoja en cambio a quienes enrumban detrás de Trump y quisieran ver a las transnacionales estadounidenses crear empleos en Estados Unidos. Los globalistas están metidos en más de una burbuja financiera: desde septiembre de 2019, megabancos como JP Morgan o especuladores como los de los Fondos de Cobertura (Hedge Funds) reciben grandes inyecciones de dinero por parte de la Reserva Federal para ser salvados. Grandes corporaciones que no invierten en la economía real venden a tiempo sus acciones para volverlas luego a comprar gracias a créditos con mínimas tasas de interés, de casi cero. En la crisis actual, no han perdido.
Los globalistas, que han recuperado para sí mismos los ideales de izquierda, buscan incluso un "gobierno global", algo así como un mundo sin fronteras (Imagine). No se trata de ninguna conspiración o complot, sino, por ejemplo, de lo que declaró hace poco el ex primer ministro británico, laborista para más señas, Gordon Brown: propuso esa clase de gobierno, con un Ejecutivo, así fuera temporal, para manejar simultáneamente la crisis sanitaria y la económica. Brown, quien estuvo en el centro de grandes rescates bancarios a raíz de la crisis de 2008, sugirió recientemente un mayor poder financiero para el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como parte del "gobierno global". Luego de deshacerse de Anthony Tony Blair, Brown abogó por un Nuevo Laborismo "más progresista y actualizado". Como el aparentemente de buenos modales "Robinette" Biden, al menos por contraste con los exabruptos de Trump, Brown propone el peor de los cosmopolitismos a favor del capital, sin amor por ninguna patria, con un discurso que pregona al mismo tiempo la necesidad de ocuparse de los más pobres, los "emergentes", etcétera. !No hay muro para la movilidad de todo lo que tenga que ver con el capital!
En Estados Unidos, los Demócratas y los globalistas se apoyan por igual en las fuerzas del "Estado profundo", para el que gobierno global=gobierno de Estados Unidos. No estaría de más recordar que "Robinette" es la clase de tipo que apoyó el Plan Colombia, la invasión de Iraq en 2003 y la injerencia descarada en Ucrania. Biden cree a pie juntillas que "Rusia es la gran amenaza a nuestras democracias". Según "Robinette", Rusia quiere "colapsar el orden democrático internacional". Las fuerzas globalistas, que no descartan más caídas de la Bolsa para "tronar" a Trump, ya cuentan con el apoyo firme del ex mandatario Barack Obama y de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton. Aún falta un trecho para las elecciones estadounidenses que muchos confunden precisamente con las globales (en la foto, la Killary con "Robinette"). Pero un regreso del protofascismo Demócrata estadounidense en medio de una fuerte crisis económica puede resultar en algo bastante desagradable.
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miércoles, 29 de abril de 2020
FANÁTICAMENTE MODERADOS
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