(da click en el botón de reproducción si quieres un festejo de cloroquina).
No poca gente se pregunta por el tipo de tratamiento que recibe quien se enferma de la Covid 19. Para una persona muy sana, el "véte a casa con paracetamol" puede funcionar, como le ocurrió en México al relativamente joven gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién. Pero para una persona no tan sana o con enfermedades subyacentes (comorbilidades), en particular si comprometen el aparato respiratorio o el sistema inmunológico, o si hay sobrepreso u obesidad, puede ser el principio de una odisea que termine mal.
Hasta el tercer o cuarto día de detectada la infección y sus síntomas, y en todo caso antes del séptimo día, sobre todo antes de que aparezcan dificultades respiratorias serias, ya se ha dicho que la hidroxicloroquina ha demostrado ser una buena opción, más si se combina con el antibiótico azitromicina. A pesar de que niega en su página oficial o a través de sus expertos que haya una cura para la Covid 19, tal vez porque así lo obliga la Organización Mundial de la Salud (OMS), la empresa farmaceútica francesa Sanofi donó en estos días 100 millones de dosis de hidroxicloroquina a 50 países del mundo que la requirieron. Israel, un país que está llevando en gran medida a su fin el confinamiento, consiguió que India, pese a la prohibición de hacerlo, le vendiera cinco toneladas de hidroxicloroquina para tratar la Covid 19. Hasta 300 científicos de diversas partes del mundo han certificado, a partir de 130 mil casos analizados gracias al Big Data, que la hidroxicloroquina es un medicamento seguro (salvo problemas cardíacos graves), más si se toma por pocos días (como es el caso con la Covid 19). Los efectos secundarios aparecen en gente que toma esta medicina de por vida, porque tiene enfermedades como el lupus o la artritis reumatoide aguda o crónica (al segundo o tercer año de tomar el medicamento). La hidroxicloroquina se puede dar también de modo profiláctico (para evitar el contagio). El último estudio del doctor Didier Raoult, del Instituto Hospital Universitario (IHU) de Marsella, en Francia, se realizó con mil 61 pacientes (incluyendo entre otros a gente con sobrepeso u obesidad), con nueve de cada diez que al décimo día tuvieron una carga viral nula y una tasa de mortalidad de 0,5 % (pacientes entre 74 y 95 años), significativamente más baja que para otros medicamentos ensayados contra la Covid 19. No se observó toxicidad cardíaca. Al día de hoy, en el IHU marsellés se han tratado 2 mil 939 pacientes (hidroxicloroquina+azitromicina) con 12 decesos. Otros hospitales de la región (Bouches-du-Rhöne) están siguiendo con éxito el mismo tratamiento y mostrando los mejores resultados entre las regiones francesas. Con todo, Emmanuel Macron, presidente de Francia, considera que la hidroxicloroquina debe ser "probada", mientras el sitio de encuestas médicas Sermo muestra que la usan 44 % de los médicos en el mundo y que 50 % utilizan la azitromicina. En un decreto reciente, el gobierno ruso decidió utilizar hidroxicloroquina (y no mefloquina)para los pacientes enfermos de la Covid 19, luego de recibir del gobierno de China 68 mil cajas del medicamento. Hecho curioso, varios científicos habían descubierto en 2004-2005 con la epidemia del primer SARS (Síndrome Agudo Respiratorio Severo, el actual es SARS Cov 2) que la cloroquina "mataba" al virus in vitro.
Pasado este estadio, un enfermo que se agrava puede ser tratado con antirretrovirales, pero uno de ellos no funciona (Kaletra: Ritonavir/Lopinavir) y el otro, favorito de muchos médicos (Remdesivir), funciona a medias en casos graves y tiene fuertes posibilidades de causar efectos secundarios serios. El Remdesivir es de la empresa farmaceútica estadounidense y californiana Gilead Sciences, a la que le está yendo bien en la Bolsa de Valores (salvo cuando hay algún éxito mediático de la hidroxicloroquina) y que tiene desde hace tiempo, además de una gran capacidad de hacer lobby, entre sus accionistas a ex funcionarios de la administración de Estados Unidos como George Schultz y Donald Rumsfeld, quien fuera secretario de Defensa y jefe del Pentágono con George W. Bush (2001-2006) e inmiscuido así con el equipo del turbio atentado del 11-S. A partir de los antirretrovirales, empieza ya no la medicina, sino el trato al paciente como "objeto de estudio" (o de "experimentación", porque "no hay cura"), a distancia del juramento de Hipócrates y del primum non nocere (primero, no hacer daño).
Siempre en la "onda" del "tratamiento sintomático", el paciente con la Covid 19 corre el riesgo de recibir esteroides contra la inflamación pulmonar, aunque al precio de que disminuya su capacidad de respuesta inmunológica y por ende la capacidad para eliminar el virus. En medio de los experimentos, pacientes jóvenes y sanos pueden tener por el virus una sobrerreacción del sistema inmune ("tormenta de citoquinas") que provoca una inflamación excesiva de los pulmones.
Para pacientes graves se ha promovido el uso de la intubación y ventiladores mecánicos (respiración asistida) . Esta parte del "protocolo" puede ser igualmente iatrogénica. Boris Johnson, el primer ministro británico contagiado y que llegó hasta cuidados intensivos, se habría salvado gracias a que se le dió oxigenoterapia en vez de aplicarle el ventilador. La intubación puede dañar los pulmones. Es probable que los médicos decidan de manera demasiado rápida la ventilación mecánica, por "protocolo". Se ha llegado en ocasiones a mejores resultados con oxigenoterapia (usada en Sudcorea) o con los aparatos usados para la apnea del sueño (CPAPs o BiPAPs) o con cánulas nasales. Los investigadores chinos en la ciudad de Wuhan e investigaciones estadounidenses mostraron malos resultados con los ventiladores mecánicos (es decir, bajas tasas de sobrevivencia, incluso en pacientes menores de 70 años). En suma, "no hay cura" puede convertirse en el típico paseo por la medicina actual que al seguir "protocolos" y computadoras se exonera de pensar y de responsabilizarse por la suerte del paciente. Se pueden tomar antirretrovirales no comprobados o con serios efectos secundarios (así coticen bien en Bolsa), se puede recibir los siempre arriesgados esteroides y ser objeto de experimentos fallidos con ventiladores mecánicos. Digamos que, en el caso de la medicina mexicana, al igual que muchas otras del mundo al servicio de los laboratorios incluso en la investigación y en la enseñanza, se puede agregar cierta dosis de machismo que consista en creer que el paciente está a la vez para aguantarlo todo y para que el galeno se permita rugirle a su víctima en caso de error. La edad o el padecimiento subyacente pueden ser un buen pretexto y no más que eso, puesto que en China se recuperó de la Covid 19 un paciente con 13 dolencias crónicas. ¿La medicina (una ciencia y un arte, según el diccionario) entregada a los laboratorios tiene cura?