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viernes, 3 de julio de 2020

BOLIVIA: INCERTIDUMBRE

The New York Times no es precisamente un diario de izquierda que digamos. Aún así, hace cierto tiempo dió a conocer un estudio de investigadores independientes (Nicolás Ibrobo y Dorothy Kronick, Universidad de Pennsylvania; y Francisco Rodríguez, de la Universidad de Tulane) que, utilizando datos suministrados por el mismo rotativo estadounidense, llegaron a la conclusión de que el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre las últimas elecciones presidenciales en Bolivia era deficiente, por decir lo menos. Se basaba en datos incorrectos y técnicas estadísticas inapropiadas. En realidad, no había ocurrido un cambio súbito de tendencia entre el momento en que se suspendió el recuento de votos y se reinició. La OEA excluyó mil 500 cabinas de votación tardía y procesadas manualmente, la mayor parte de los votos finales supuestamente "sospechosos". El método estadístico de la OEA mostró artificialmente una ruptura en la tendencia de la votación. Así, fue el segundo estudio, después de otro realizado también por analistas independientes estadounidenses, que mostró que la OEA no tenía motivos para alegar fraude.
     En la actualidad, Luis Arce, el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) para las elecciones programadas para el 6 de septiembre, se presenta como favorito en las encuestas, sobre todo que la derecha en el gobierno es incapaz de unirse. Pues bien, siguiendo un guión muy similar al que se ejecuta en el Ecuador contra el ex mandatario Rafael Correa, en Bolivia el gobierno de Jeanine (sic) Añez ha estado buscando todo tipo de argucias legales -o leguleyas- para evitar la participación de Arce e incluso del MAS. El ministerio público boliviano acaba de poner en marcha un proceso contra Arce por supuesto "daño económico al Estado". Desde enero se había citado al candidato a declarar por otro caso (Fondo Indígena). Por su parte, el ex presidente Evo Morales quedó inhabilitado para postularse al Senado boliviano.
     Cabe señalar que las encuestas recientes no le dan a Arce un triunfo apabullante (36 %), pero sí desde la primera vuelta (Añez y Carlos Mesa obtienen 20 % cada uno). La sociedad boliviana está dividida y no termina tampoco de vencer los regionalismos, como sucede por lo demás en el Ecuador (en Bolivia, entre el altiplano y el oriente cruceño y amazónico). También es cierto que Morales y el MAS tuvieron sus fallas, pese a haber conseguido un muy llamativo desarrollo de Bolivia, casi diríase que excepcional. Andrónico Rodríguez, líder cocalero (vicepresidente de la Coordinadora de las seis Federaciones Cocaleras del Trópico), criticaba hace algún tiempo, antes de la designación de Arce como candidato, la tendencia vertical a imponer líderes, sin considerar las preferencias de las bases, y el conformismo de quienes ocupaban puestos, despreocupados de toda formación política. Por lo demás, no han faltado los dirigentes "autonombrados" y quienes, más que al trabajo en la militancia, se han atenido a lo que puede dar el ser amigo del ministro o del dirigente influyente de turno, según Rodríguez.
     Mientras tanto, un converso de mala leche como el Turu Lenin Carlos Toranzo Roca se ha empeñado en el diario Página Siete en llegar hasta el disparate, al vincular al MAS al narcotráfico, como si Bolivia fuera Colombia. En realidad, desde que Evo Morales había asumido la presidencia de Bolivia, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) constató la disminución del cultivo de hoja de coca, que se desplomó si se mide desde el año 1988 (la medición de Naciones Unidas partió desde 2005 para llegar a 2019). Bolivia no tiene más del 10 % del mercado de cocaína a nivel internacional y es una problemática muy distinta a la de, digamos, Perú, que hace transitar la droga por territorio boliviano rumbo al europeo. Toranzo Roca, ex catedrático de Seminarios de El Capital durante su exilio en México y furibundo anticomunista, fabrica ad hoc el "blanco" para los estadounidenses: Morales-fue-un-dictador-aliado-de-Maduro-y-del-narcotráfico, etcétera. Toranzo Roca no parece estar al tanto de que no hubo fraude más que en la cabeza de su amigote Carlos Mesa y algunos más que están haciendo retroceder a Bolivia.
      Queda un trecho hasta las elecciones y el gobierno boliviano sigue una estrategia diseñada desde el exterior, sin nada que ofrecer al desarrollo del país, a diferencia del MAS que habló con resultados. Mientras tanto, un poco de algarabía boliviana (da click en el botón de reproducción):

EL BALBOA QUIERE DÓLAR

 No queda claro por qué algunos se lanzan a anunciar triunfos imposibles: como era de prever, la candidata popular Maribel Gordón obtuvo en ...