La temible dictadura salvadoreña de Nayib Bukele sigue dando de qué hablar: recientemente capturó a 200 pandilleros más, gracias a las mejoras en el Plan Control Territorial, de tal modo que el país centroamericano se encuentra en su nivel más bajo de homicidios en décadas, algo que, como es de esperar, lograrán muy pronto las ciudades estadounidenses bajo control Demócrata, como Chicago o Baltimore, por citar dos.
La dictadura mencionada ha tomado en cuenta la conseja del mandatario estadounidense Barack Obama: "las elecciones tienen consecuencias", para poder sacar de un poder judicial "independiente" a quienes no hacían más que apoyar a dos partidos políticos y más señaladamente a uno, resolviendo a conveniencia de éste: la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), de extrema derecha, que estaba cerca de regalarle la inocencia al ex candidato presidencial Norman Quijano (gracias al removido juez Carlos Sánchez), quien luego de prometer regresar a El Salvador para dejar en claro su inocencia -cuando el poder judicial local lo favorecía- prefirió mejor abstenerse y huir. El señor fiscal Raúl Melara fue destituido por incumplir sus deberes para con el Estado y la sociedad para beneficiar en cambio intereses de grupúsculos de poder político y económico, contra lo que dicta el artículo 235 de la Constitución. Melara respondía muy en particular a ARENA. Este es el tipo de poder judicial independiente que siempre defendió Estados Unidos, según palabras literales de Jean Manes ("cuando ustedes tenían un fiscal independiente, apoyamos los casos contra la corrupción"), encargada de negocios estadounidense en el país centroamericano, y quien lamentó que Bukele se convierta en dictador con una celeridad mayor a la de Hugo Chávez en Venezuela. De acuerdo con la información disponible, lo que está ocurriendo bajo la dictadura de Bukele es horrendo, miserable y canallesco, aunque El Salvador no haya tenido en su historia moderna fiscales realmente independientes: el mismo diario digital El Faro lo sabe al haber hecho reportajes sobre los fiscales que buscaban indagar en tiempos de la guerra interna sobre los asesinatos de religiosos jesuitas, etcétera, llegando rapidísimo al silencio o la renuncia. Y para más señas, el mismo El Faro sabe a la perfección, puesto que ha hecho reportajes sobre el tema, qué grupos empresariales respaldan a Bukele (hay incluso un pequeña parte de la oligarquía: Kriete, Callejas, Salaverría, Dueñas, Regalado...) y cuáles han decidido hacerle la guerra. Por cierto: Quijano acostumbraba llegar a la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) para que don Miguel Angel Siman, presidente de la misma (es empresarial), le dijera "la mejor forma de elegir a los magistrados".
La dictadura es parte de un proceso que para el año 2020 tenía a El Salvador entre los países del mundo con el mayor número de mujeres en cargos públicos (46,7%), por encima de una preclara democracia como la de Estados Unidos (41, 1 %). Como ocurre con todos los dictadores, Bukele ha decidido reparar cientos de escuelas que en gobiernos pasados quedaron al abandono: son ni más ni menos que 700, para mayor concreción. En cada escuela restaurada habrá por lo demás una clínica, tanto para estudiantes como para sus familiares. Se tiene prevista además la construcción de 400 escuelas en un periodo de tres años dentro del plan Mi Nueva Escuela, con nuevos contenidos curriculares que impulsarán entre otras cosas el conocimiento de la cultura salvadoreña y la creación artística, velando por los infantes desde la primera infancia, como ocurre en todos los regímenes atroces de este tipo. Gabriela de Bukele, esposa del dictador, lanzó el programa "Nacer con cariño", que buscará que se asegure un proceso de preconcepción, embarazo y parto en el que las mujeres se sientan acompañadas y asesoradas con personal de salud, algo también característico de regímenes antidemocráticos.
Junto con programas de infraestructura y al margen de lo que pueda suceder con la introducción de una criptomoneda, la dictadura, como es habitual, ha mantenido finanzas sanas, sin endeudarse, mediante una diferencia con gobiernos pasados: en éstos el dinero para programas institucionales desaparecía en partidas secretas para compra de lealtades y para ciertos bolsillos, por lo que resultaba que "no había dinero" para atender problemas sociales y por ende había que pedir prestado o recurrir a títulos de valores. En la dictadura de Bukele se busca evitar ese tan democrático procedimiento, que sin duda dejaba entre algunos, tal vez no tan pocos, una profunda sensación de justicia y agradecimiento, así hubiera una deuda pública del 70 % de la producción nacional y cero oportunidades para quienes no le "entraran".
Frente a un ejemplo de checks and balances, Estados Unidos, que lo ha sancionado, Bukele no ha tenido más recurso que el típicamente dictatorial, recurriendo a frases trilladas como "no somos 'patio trasero' de nadie", siendo que el ya aludido Quijano, en cambio, sabía dejarse de ideología y vender el voto salvadoreño en Naciones Unidas. Afortunadamente, como lo mostraron algunas protestas callejeras recientes que nadie reprimió, el pueblo salvadoreño, consciente de sus derechos y libertades y merecedor de una gobernanza más acorde con la globalización, los mercados y el mundo en el que vivimos y la realidad de la que no podemos sustraernos, ha comenzado a despertar y a repudiar con toda su fuerza los atropellos descritos del dictador Bukele. La protesta se ha extendido y cunde por doquier, en particular en la Iglesia, las sectas, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y familias de reconocido prestigio y excelencia como...Siman, Meza, Poma, Esserski y otras no desvinculadas de los medios de comunicación, un baluarte democrático, como es bien sabido. El gobierno estadounidense del Demócrata Joseph Biden, que no puede tolerar estas afrentas dictatoriales a la democracia, ha optado por retirarle la ayuda al gobierno salvadoreño para entregársela a la sociedad civil, que sin duda sabrá hacer un buen uso de esta generosidad. Es inentendible, en estas circunstancias, que el movimiento sindical (STISSS) le haya dado su respaldo al dictador.
No podía faltar el ridículo que haría que Marx se revuelva en su tumba: El Salvador ha tenido uno de los mejores manejos de la epidemia de la Covid -19, con reconocimiento internacional, yendo dictatorialmentre contra La Ciencia y ofreciendo a la población paquetes de ayuda con ivermectina, vitamina D3, zinc y vitamina C, lo que seguramente haga que el número de contagiados sea 100 veces mayor a lo que dice el oficialismo, sobre todo después de las horrendas imágenes que todos hemos visto de las calles de San Salvador, dignas de un Gulag.
Los dejamos con estas imágenes de Bukele en Naciones Unidas: cualquiera que lo oiga (da click en el botón de reproducción) se dará cuenta de que, creyéndose el redentor y ofreciéndonos la salvación a todos, este señor es capaz de convertir, si lo dejan, al planeta entero en una nueva Venezuela donde todos seremos perseguidos tarde o temprano y tendremos que ver conculcados nuestros derechos y nuestras libertades. Ay no.